Una cerdita y el lobo feroz
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Elwissen.
Mi madre me fue a despertar temprano el martes, me dijo que iríamos a visitar a mi tía a la finca donde vive, yo no quería ir, para empezar siempre me pareció que esa señora siempre quería hacer las cosas de la manera más difícil posible, y luego estaba que nunca dejaba de hablar de la biblia la religión y todo eso de una manera exagerada y eso me resultaba incomodo, aun cuando me interesan esos temas, en fin, terminamos yendo a la finca, fue casi una hora de viaje en una motocicleta, ese día llegamos a hacer nada, estuvimos solo caminando y yo fui a dar una vuelta por el monte que queda enseguida de la finca, a ver si podía fotografiar algún animal, pero no tuve suerte, ya llegada la noche mi tía me dijo que tenía un viaje programado para armenia el jueves y que si quería quedarme a cuidarle la finca que ella me pagaba a X precio el día, yo le dije que sí, sin intenciones todavía de ningún tipo además de tener algo de dinero.
Así, estaba yo el miércoles en la tarde recibiendo instrucciones sobre la alimentación de los animales, cuanto tiempo dejarlos salir de los encierros y los cuidados generales, todo era muy sencillo, y anotaba todo en una libreta pequeña, me llamo la atención cuando me estaba explicando que una cerda podría entrar en celo ese fin de semana, y que ella llegaba dos semanas después, así que cuando ocurriera debía llevarla al corral del padrote, para que la preñara, en ese momento me paso por la mente ser el padrote, nunca lo había pensado, hacerlo con una cerda, deje el pensamiento en el aire para seguir atendiendo a mi tía y a sus recomendaciones, mi madre y mi tía se fueron el jueves en la madrugada, a eso de las 4 am, decidí no volver a dormir y empezar con el trabajo para tener un rato libre después, de nuevo cuando estuve en el corral de los cerdos me empezó a picar la curiosidad, la curiosidad y la verga, entre al corral de la cerda que mi tía me dijo y empecé a acariciarle el lomo, me fui lentamente desplazando a la vulva, hasta que la movía a mi gusto, ella se dejaba, yo solo revolvía esa vulva intentando ver todo lo que pudiera, la acariciaba al derecho y al revés, abría sus labios y se dejaban ver un par de centímetros de vagina rosada y lubricada, me saque la vera que para ese entonces era el mazo de carne más duro de la historia y se lo empecé a rosar en la vulva, ella seguía sin hacer nada fuera de lo común, solo miraba un poco y seguía comiendo lo que le había puesto, estuve así por unos minutos pensando si penetrarla o no, al final no lo hice, solo me masturbe sobre ella y se lo eche encima, luego me fui y solo volví para darles las otras comidas, en esas ocasiones me limité a acariciarla un poco y nada más, en la noche me empezó otra vez la inquietud, y quise haberla penetrado y habérmela cogido, y me dije a mi mismo que lo iba a hacer al otro día (el viernes).
Y lo hice, primero me fui al corral a ponerles su comida a cada uno, a ella la deje para el último luego de ponerle la comida empecé otra vez a acariciarle el lomo yéndome despacio a la vulva, estuve un rato tocándola y decidí ir mas allá y empecé a lamerla, era la gloria, sus jugos eran lo mejor, eran fabulosos, me quede así un rato, con mi lengua dándole vueltas y entrando en su vaina hasta donde era posible, decidí meter un dedo, ella tuvo una ligera inquietud pero siguió comiendo, empecé a mover mi dedo despacio pero aumentando el ritmo cada vez, creo que lo ice por un par de minutos, hasta que decidí sacarme el pantalón y los boxers, era el momento, primero solo la frotaba, masajeaba sus labios con mi glande y solo era frotamiento, pero luego empecé a empujar despacio y su vagina se la fue tragando toda, esa sensación fue de las mejores mi vida, luego me di a los movimientos de cadera cada vez más apresurados, mi pelvis la golpeaba cada vez más rápido, y cada vez mi pene se hacía más grande, simplemente era maravilloso, unos cinco minutos después le rellené la vagina con mi semen, nos quedamos un rato así y luego se la saque despacio y vi que ella ya había acabado de comer, entonces entendí que se había dejado hacer porque también le había gustado, ese mismo día no volví siquiera a tocarla, solo le deje su comida y me fui sin saber la sorpresa que me estaba guardando.
Al día siguiente, (el sábado) me desperté más tarde que de costumbre, me apresure a poner comida a las gallinas, y en seguida me fui al corral de los cerdos, mi sorpresa fue brutal cuando vi su vagina toda hinchada, y de e ella salía un líquido casi rosado, supe entonces que había entrado en celo y estuve más seguro cuando vi que el padrote andaba in quieto, de manera casi descontrolada me metí en su corral y empecé a lamer y a succionar esa jugosa vulva enrojecida, tenía un sabor mucho más fuerte que el día anterior y mil veces más enloquecedor inconscientemente me deshice de mi ropa y metí un dedo en la vagina despacio para acostumbrarla, estaba bastante caliente adentro, supe porque le llaman entrar en calor al celo, luego le deje ir mi pene adentro completo, ella empezó a masajearlo con su pared vaginal, apretaba y aflojaba de manera periódica y eso era lo más excitante de todo, confieso que no aguante mucho antes de venirme, pero fue un orgasmo fantástico, y al igual que el día anterior la rellené con mi esperma, lo saque despacio ella empezó a dar vueltas en el corral y luego se quedó quieta, yo me vestí, termine de alimentar a los otros animales y volví a por mas, fueron tres días de celo en los que cogíamos cada vez que yo iba a llevarle alimento y a veces algún extra, incluso seguimos cogiendo después del celo, mi tía regresó algunos días después, cuando me lo preguntó yo le dije que la cerda no había entrado en celo aun, pero que el padrote estaba inquieto.
Yo recibí mi paga y me fui al pueblo de nuevo, mi tía me comento que a la semana siguiente la cerda había entrado en celo y que el padrote la había montado, sin sospechar ella nada de todo lo que pude vivir.
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