UNA DELICIOSA CERDA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jucatove1968.
Hola comunidad estuve ausente unos meses, pero estoy de regreso con ustedes para narrar mis experiencias y vivencias en el mundo del sexo con animales y del cual más de uno de los que hemos participado de esta forma diferente de disfrutar de la vida, nos damos el lujo de describir esa placentera experiencia; en especial cuando la hembra con la cual tenemos la oportunidad manifiesta su complacencia.
Sin embargo, la primera vez que un animal hembra tiene penetraciones puede ser desconcertante para uno, pues entran en juego el estrés del animal, las ansias por penetrarla cuanto antes y casi siempre culmina en frustración por una eyaculación espontanea sin goce pleno y en el peor de los casos en maltrato hacia el animalito.
Personalmente cuando voy a disfrutar de mis hembras me gusta estar totalmente solo, disponer de todo el tiempo necesario y si se puede emplear el término dejar que las cosas se vayan dando, el miércoles de ésta semana que finaliza le inició el celo a una de las cerdas que hay en la finca y son de propiedad del cuidandero, con toda la tramoya del caso me di mis mañas para hacerlo bajar al pueblo a comprar provisiones en vista que éste siguiente fin de semana viajo a la ciudad y me ausento un par de semanas, a eso del mediodía del viernes me quedé solo al cuidado de todo, en la tarde me acerque habitáculo de una cerda blanca grande y gorda que estaba en el tercer celo, para asear todo incluido el animal, no me había fijado bien en su parte trasera y al ver efectivamente tenía ese manjar bien hinchado, mocoso por la lubricación que soltaba y rosado oscuro, me quedé lelo y embobado mirando hacia su trasero y en una reacción espontánea alargué la mano y toqué su vulva, ésta se puso demasiado inquieta y casi no se dejaba tocar ni echándole comida, la cuestión es que me excite demasiado, en ese cúmulo de sensaciones que sentía mi tolete de imaginar una penetración profunda mezclada el morbo, mi imaginación divagaba y es hasta curioso pero el olor de la cerda me hacia estremecer mi cuerpo con una especie de hormigueo, hice dos intentos más resultando infructuoso, pensaba si la amarro va a chillar horrible, sin pensarlo dos veces le inyecté PROSTAGLANDINA y esperé hasta caída la noche para que hiciera efecto
A las 7 de la noche estaba demasiado ansioso por lo que regresé a la cochera con premura como si fuera a llegar tarde a una cita, me quité los pantalones y ropa interior, me metí dentro del habitáculo con la cerda, con algo de nervios le colocaba las manos encima de la chancha para hacerle la prueba de presión, se puso un poco nerviosa pero se dejaba, luego me hice de lado recostando mi cuerpo en su espalda y le empecé a tocar su manjar, se lo frotaba hacia arriba y hacia abajo con la palma de mi mano, mi nueva conquista se quedó totalmente inmóvil y levantó el rabo, dando muestras de satisfacción y de estar dispuesta de complacerme y satisfacer la necesidad de macho, seguí frotando su cosita rica, podía palpar esa panochita la cual sentía que estaba húmeda y algo pegajosa, me fui ubicando en sus ancas sin dejar de hacer presión en su lomo, la tomé con las dos manos por las caderas y la posicioné bien, de vez en cuando la rosaba con mi tolete el cual estaba a reventar produciendo unas cosquillitas muy ricas, lo acerqué a ese manjar de la cerda y acomodé bien la cabeza dentro de esa deliciosa cueva e inicié a hacer presión cada vez más fuerte en la medida que la misma cerda también empujaba, era increíble toda esa lujuria, seguí culiando y podía sentir que mi miembro trancaba en una parte estrecha que casi la superaba pero no se lograba y por eso no presionaba más, de un momento a otro de un empujón que dio misma cerda hacia atrás en la medida que yo me trancaba se metió tremenda clavada
La cerda se estremeció bastante fuerte, pego unos ronquidos muy fuertes, intentó caminar pero no pudo, en mi caso pude sentir el recorrido de la vulva por mi pene, me causó algo de dolor y una especie de ardor pero era tolerante, apenas me quedaban alientos para mantenerme sobre ella, la presión de su vulva hacia mi pene era rítmica; apretaba soltaba, el calor y suavidad que sentía me hicieron perder la noción del tiempo y espacio, me olvidé de todo, estaba en ese frenesí cuando la chancha pegaba unos empujones bastante fuertes que me estremecían de placer, el animal se puso muy temblorosa, gemía de forma lastimera y por momentos embestía con fuerza.
Pasamos unos minutos en esa posición hasta que ella se quedó totalmente inmóvil como cansada, así que me enderece y me coloque en sus ancas, la agarré por las caderas y empecé a penetrarla con energía, al rato y de un momento a otro ella comenzó a dar empujones nuevamente, al mismo tiempo con su vulva me aprisionaba bastante fuerte la verga, luego paulatinamente dejaba de hacer presión, eran unas contracciones prolongadas indescriptibles, seguí en ese mete y saca algo más de 15 minutos, me corría de manera literal sudor por todo el cuerpo y fue tanta la lujuria que no aguanté más y me derramé dentro de la cerda, podía sentir a mi miembro escupirle todo mi semen con una fuerza prolongada, desee que todo quedara dentro de ella, cuando finalizaron mis contracciones, simplemente me recosté sobre ella mientras recobraba mis energías, al rato podía sentir la flacidez de mi verga y como ella solita estaba abandonado ese manjar, me reincorporé poniéndome de pie, alumbre su vagina con una linterna y veía como salía semen revuelto con una especie de moco blancuzco y algo de sanguaza de su vulva, la cual estaba muy hinchada, me alumbre mi verga y estaba toda untada de lo mismo pero de manera abundante debajo del capuchón, la cerda de un momento a otro abrió las patas e inició a tratar de orinar como a empujones, yo tengo la debilidad que me gusta sentir ese chorro en mi verga, así que sin asustarla me le puse de cuclillas, le acerqué mi zona pélvica y por primera vez pude recibir esa deliciosa lluvia dorada la cual fue abundante y prolongada, pude sentir como me escurría en los testículos incluso me llego hasta el mismo culo, que sensación tan grande, esto mismo lo he logrado con dos especies, varias becerras y una burra, cuando terminó de orinar dejó en el ambiente un olor penetrante a orina, semen y lujuria.
Volví a la madrugada y noche del sábado; en ésta ocasión le di lengua un buen rato, lo mismo que a la madrugada del domingo, y desde luego que esas visitas no son gratis pues me he follado a mi chancha en todas esas ocasiones, todos los polvos con cerda sigo diciendo que son buenísimos, sobre todo porque ellas mismas también culean rico y realmente puedo afirmar que también les gusta, es especial esas contracciones fabulosas.
Saludos a todos
JUCATOVE884
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