Una hermosa y grande san bernardo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JUCATOVE.
Terminado mi educación secundaria en el Colegio Rural de mi vereda, fui enviado a una ciudad capital departamental en Colombia para continuar mis estudios universitarios, por lo cual mis papas me consiguieron una habitación en una casa de familia, era una casa grande y vieja de un solo piso y con un patio trasero grande, esta familia tenía como mascota peces, varias canarios, una gata persa y una perra san Bernardo como de dos años la cual llevaba cuatro días en celo.
Finalizado mi semestre académico y en periodo vacacional me aprestaba a viajar a la casa paterna, cuál fue mi sorpresa cuando los dueños de la casa me pidieron el favor que no viajara el fin de semana sino hasta el martes, me dijeron que un familiar de la esposa los había invitado de fin de semana a una cabaña en clima cálido, dada la confianza conmigo me dijeron que no tenían un familiar cerca para que les cuidara las mascotas, sin embargo que no sacara a la perra a la calle porque estaba en celo y no querían que quedara preñada en vista que casi no pueden vender los cachorros de la primera camada; a regañadientes acepte.
El viernes en la noche asegure ventanas, puertas corrí cortinas y me fui a ver TV, en eso la perra ladró, casi de inmediato me llegaron viejos recuerdos del campo, me levante fui al patio le abrí la puerta y la deje pasar hasta mi habitación, la perra se subió y se recostó en mi cama, como ya era conocido comencé a acariciarle la cabeza, luego su lomo, después su pansa hasta llegar a su panocha, ella levanto un poco su pata, dejándome ver como la tenía hinchada, para ese momento ya me encontraba demasiado excitado.
Comencé a meterle mi dedo bien despacio, se sentía calientito y como pegajoso, cuando le había metido todo mi dedo la perra se levanto e hizo la cola para un lado, que hermosa se le veía esa llamativa vagina, no espere mas y comencé a prepararla, le metía y sacaba un dedo hasta que esa sensación pegajosa comenzó a desaparecer, luego le metía dos dedos con relativa facilidad, sentía unas contracciones deliciosas que casi me hacen venir.
Como estaba solo fui al baño y me desvestí completamente, como por instinto natural la perra al verme se bajo corriendo de la cama me olfateo mi pene y comenzó a lamerlo de manera espectacular, la lengua se sentía calientica y como carrasposa, yo la voltee con cuidado para tratar de penetrarla (carajo) era demasiado alta y solamente le rosaba su concha, la subí sobre la cama dejándola parada con la cola hacia el borde, excelente yo quedaba de pie y un poco más alto, me unte un poco de retardante y listo para mi hazaña.
La tome con una mano por las caderas y con la otra le seguía dando dedo, cuando sentí bien húmedo, le introduje un poco mi glande, la tome con ambas manos para que no se moviera y comencé a meterle todo mi pene, cuando lo introduje todo mi pene la perra se encorvo, gemía muy suavemente, levantaba un poco su pata la cual le temblaba, me apretaba mi pene inicialmente muy fuerte luego suavemente, sentía rosar su concha en mis testículos, cuando se calmo y se le dilato su panocha lo necesario le metía y sacaba mi pene con facilidad, ahhh que sensación al entrar se contraía y soltaba, fui acelerando mis movimientos, en ese momento no me aguante la curiosidad con una mano la seguía sujetando suavemente de una pierna y con la otra le hice para un lado la cola me recline hacia atrás y veía como entraba todo mi pene y salía mojado como si le hubiera echado saliva, acelere un poco el jadeo sintiendo esa caverna cada vez mas deliciosa, continuaban los apretones, acelere a todo ritmo con el propósito de eyacular en vista que ya habían transcurrido 19 minutos, me escurría un leve sudor en la frente y pecho, hasta que me llego la eyaculación, la hice dentro de la panocha de la san Bernardo, seguía jadeando despacio hasta quedar quieto, me le recosté un poco sobre la san Bernardo y permanecí otros tantos minutos, cuando sentí flácido mi pene lo saque de ese delicioso hueco, casi de inmediato la perra salto de la cama y comenzó a correr por toda la habitación y a ladrar (menos mal estaba completamente solo), de su vagina le escurrió bastante liquido clarito, se tiraba al piso se lamia la vagina yo me recosté en la cama y de pronto se me tiro prácticamente encima y me lamio el pene bastante rato que agradable, transcurridos unos minutos se calmo y se recostó sobre una ropa doblada, como era bastante consentida y la bañaban a cada ocho días no ola mal así que esa noche fue mi compañera, ese fin de semana copule en ella otras tres veces. Hasta el lunes en la tarde que llegaron los dueños de la casa.
Solamente añoro que los fines de semana festivos tengan más invitaciones de descanso, como ambos son pensionados permanecen casi todo el tiempo en la casa y esa nena me está esperando.
Espero les haya gustado mis experiencias zoo, no tengo más para compartir por eso espero que otros de la comunidad comenten las suyas para deleite de todos.
Muchas felicidades a todos y gracias.
Atte Jucatove
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!