Una vez más con un perro II
En la primera noche hicimos un 69, en la segunda me abotonó.
Como les conté en mi relato anterior, quedé al cuidado de la casa de un vecino y del perro que tenían. Esto paso hace tiempo en mis inicios en la zoofilia, y fue uno de los primeros perros que me penetró, que no sea el mío.
El primer encuentro venía de maravillas y me había ilusionado que me iba a penetrar, cosa que no pasó. Los animales y este perro en particular, tienen una intuición que me sorprende.
Al segundo día, luego de mi trabajo, volví a pasar por la casa a hacer la rutina que me había encomendado mi vecino y la que yo tenía pensada hacer. Cuando llegué el perro se me tiró encima contento de verme, le abrí la puerta al patio le cambié el agua y le dejé comida. Mientras en el interior de la casa, yo desnudo comencé a ordenar el desorden que dejó el perro. me llamó la atención que no entrara, me asomé por la ventana y lo vi recostado sobre uno de los sillones del patio lamiéndose la verga (acto que siempre me pone muy caliente). Con la idea fija de que hoy me tenía que penetrar si o sí comencé a dilatar mi ano con mis dedos. Mi pene comenzó a largar juguitos que limpiaba con un dedo y los llevaba a lo más profundo de mi ano. Cuando ya no daba más de caliente salí al patio a encontrarme con él.
Me tiré al césped en cuatro frente al perro, seguí masturbándome hasta que me olió y se acercó a mi. Esta vez a diferencia de la anterior vino muy tranquilo, me olió entre la entrepierna, metió su hocico en mi culo (uf, que estremecimiento) y luego jugó con su maravillosa lengua en él. Abrí mis nalgas para que entre más con su lengua, wow cómo lo estaba gozando, llevé mi pene entre mis piernas hasta la puerta de mi culo, y el perro comenzó a lamerme ano y glande a la vez, yo estaba que explotaba de caliente. Estiré mi mano hacia atrás y tomé la verga del perro. Comencé a masturbarlo y él comenzó con el movimiento instintivo de mete y saca. No me quería perder el momento que todavía tiene la punta dura y que los perros hacen sus estocadas abriendo culo.
En cuatro patas me fui metiendo debajo de él, tomé sus patas delanteras y lo subí. Él ya entendió todo, comenzó con sus estocadas tratando de ensartar mi culo, que ya estaba dilatado por mis dedos. Ésta es una de las partes que más disfruto, esas primeras estocadas tiene una energía natural de instinto animal, hasta que logra penetrarme y se deja estar sobre mi mientras siento cómo se le agranda la verga. En todo este tiempo de goce ni me preocupé por los arañazos que hizo en mi espalda, después vería cómo justificarlo ante mi mujer.
Yo quería quedar abotonado, así que calmadamente le fui tomando las patas traseras y lo pegué a mi culo que se lo ofrecí como perra en celo. Sentía como latía su verga dentro mío. Pasaron unos pocos minutos y comencé a sentir cómo se hinchaba su bola dentro de mi culo. El segundo momento que más disfruto. Si bien fue doloroso, el morbo me dió más placer, el goce tapó cada sensación de dolor. Estar sometido bajo ese perro fue de un gran placer, que aumenta cuando se pone culo con culo, sentir sus pelos en la puerta de mi ano me exita de más
Así estuve como 20 minutos, sintiendo esa cosa inmensa dentro mío hasta que decidió soltarse, esta parte no es la más placentera para mi ano, pero cuando la saca y veo todo lo que estaba dentro mío es lo que me termina de calentar para hacerme una buena paja y sacar toda mi leche.
Terminamos él lamiendo su cosa y yo en una paja sacando mi leche, tendidos los dos en el césped, uno al lado del otro
Esa experiencia es la que más ansío
Debe ser muy rico!