Yo tenía 16 años y descubrí a mi padre a punto de culiarse a su perra y desvirgarla
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El mirar a mi papá culiándose a la perra, me producía una calentura como antes no había sentido, ni las pelis porno o los polvos que yo me echaba con alguna chica, me producía esa excitación, tampoco el recuerdo de haberme culiado muchas veces a los 13 años, a una nena de 8 años a la que desvirgué y con la que comencé a sentirme hombre, lograban calentarme tanto como ver a mi papá desde la ventana del patio por las noches, ver como la perra le respondía cuando el le había mandado la pija hasta los cojones y ella después de algún grito de dolor, se quedaba inmóvil dejando que su macho (mi papá) comenzara el mete y saca para comenzar ella a moverse como loca, participando con el macho de esas maravillosas culiadas.
Fueron muchas las veces, en que yo después de la cena, le decía a mi papá que saldría un rato, para regresar después e ir al patio sabiendo que el indefectiblemente dejaba la ventana abierta y así poder verlo en la faena de estar cogiéndose a su hembra canina, pude ver como después de cogerla y eyacular dentro de su concha la soltaba, le acariciaba el lomo y ya la perra se quería zafar de el y no podía porque estaba abotonada con el, yo veía como el tironeo de la perra para despegarse de el, lo calentaba a full, veía en su cara una sonrisa de placer inmensa, una satisfacción por tener a la perra clavada en su enorme verga y bien abotonada con el, gozaba de ese placer largamente y luego la volvía a enlazar con sus brazos y apoyando su cabeza sobre el su lomo, le decía cosas muy calientes…..Mi hembra…..Mi lolita…(ella se llama Lola)….Mi puta linda…..Soy tu macho….¿Te gusta mi pija?…..¿Te gusta estar abotonada si con tu macho? y luego comenzaba a moverse en todas las formas, metiendo y sacando o moviéndose en círculos y dándole fuertes embestidas, realmente un hombre alzado a lo que mas puede dar y así entre quejidos de placer y aumentando la velocidad del mete y saca, le escuchaba acabar y luego de un rato se la sacaba.
A todo esto yo buscaba el momento de poder culiármela también, lo había intentado varias veces, esa hermosa concha que tiene me había despertado las ganas de meterle la pija, mas aún después de haber visto muchas veces como se la culiaba mi papá, me llevó a desear eso hasta el punto de pajearme muchas veces cuando no lo lograba, antes de entrar en su primer celo, por las noches ella a veces entraba a mi dormitorio, yo como duermo solo, duermo en pelotas y al sentirla entrar y echarse sobre la alfombra que tengo al costado de la cama, estiraba el brazo y le acariciaba el lomo y la llamaba….Lola,..aquí Lola….aquí conmigo, y ella saltaba a la cama y nos trenzabamos en un abrazo, de mas está decir que la pija se me ponía como piedra, ella al sentirse tan acariciada me buscaba la boca y le gustaba meter su lengua para encontar la mía y así nos dábamos lo mas calientes besos de lengua, yo creo que mi papá le estaba enseñando esto ya, preparándola para el momento de culiásela, mas aún ella aceptaba que yo le acariciara la concha, que le pusiera la cabeza de la pija en la puerta, pero cuando yo empujaba y le hacía entrar la cabeza de la verga, se enojaba y hacía todo por zafarse de m
Yo no quería forzarla a pesar de tenerla en mi cama, por miedo a que ella se enojara y chillara si se la clavaba y mi papá pudiera escucha y saber que me estaba por culiar su perra, no obstante este breve contacto de la cabeza de mi pija entrando en su concha, sintiendo ese contacto tan rico, me bastaba para volcarle toda mi leche en el interior de su concha y ella se la lamía y me lamía la pija a mi, no me cabe duda que mi papá hacía lo mismo que yo, por la mansedumbre de la perra que se dejaba poner la pija en la puerta de la concha, ella lo aceptaba como un juego a eso pero no se la dejaba meter conmigo, no se si mi papá ya se la había culiado estando los dos solos y le había echo doler mucho antes de su primer celo, yo después de la cena salía y regresaba tarde, si la perra hubiera gritado porque el se la culió, nadie hubiera escuchado nada, como digo la mansedumbre de la perra a dejarme jugar con mi pija en la puerta de la concha y dejarse meter la cabeza, me lleva a pensar que mi papá ya se la había culiado antes de que ella entrara en celo.
En casa, yo tenía temor de ser pillado por alguien culiándome a Lola la perra de mi papá, la hembra de mi papá, la hembra que lo ponía al rojo vivo y lo hacía tan feliz, era tan notable el cambio en el humor de mi papá desde que ella era su hembra y yo lo envidiaba y deseaba hacer lo mismo que el, un buen día decidí llevarla hasta un arroyo bastante caudaloso que corre a dos Km, del pueblo donde vivimos, me fui con ella, la llevé hasta un lugar muy apartado donde el arroyo corre entre altos arbustos, era pleno verano, llegamos con Lola y rapidamente me desnudé, me invadió una sensación maravillosa de estar desnudo a pleno sol y a punto de culiarme la perra de mi papá, su hembra, compartirla con el, lo primero que ella hizo al tenerme al frente en pelotas y con la pija ya bien dura, fué darme unos ricos, muy ricos lenguazos que me hicieron gemir de placer, la deje hacer lo que mi papá le había enseñado hacerle a un hombre, chuparle bien la pija, yo me creía estar en el paraíso y disfruté de ese momento
Luego me le fuí por detrás y comencé a jugar con mi pija en su concha, ella segregaba jugos que me lubricaban la cabeza de la pija y ya sin poder aguantar mas empuje y entró toda la cabeza de la pija y seguí con suaves enviones sintiendo el placer de penetrar dentro de esa concha tan rica, (yo a los 16 años ya casi alto como mi papá, tenía una pija de 19 cm, no tan gruesa como la de el en ese momento todavía, pero al alcanzar mi total desarrollo, me aproximé a sus 24 cm, yo la tengo de 22 cm,), como estaba contando yo sentía el placer indescriptible de sentir como la penetraba a la perra hasta lo mas profundo hasta que los labios de esa concha hicieron tope con el tronco de mi pija, la tenía bien clavada, las piernas me temblaban de nerviosismo, de puro placer, me retire un poco y esa vulva tan rica se estiraba hacia atrás, igual que cuando yo veía que mi papá se la culiaba, me sentí como si fuera el con esa hembra y comencé a meter y sacar, le crucé los brazos por debajo de la panza, doble un poco las piernas para hacerlo mejor, y ella arqueó un poco su cuerpo y comenzó a acompañarme con un frenético movimiento como hacen los perros cuando cogen, esto me calentó a full, esta hembra gozaba de mi pija como lo hacía con mi papá y con su movimiento me hizo eyacular, me hizo acabar, sentí que le había volcado mi leche dentro de su concha, esa era la primera vez que me culiaba una perra, lo anterior que yo hacía con ella en mi cama, no tenía punto de comparación, este fué mi primer rico polvo con una perra a los 16 años, no me quedé abotonado como mi papá, pero no se la saqué, no se me bajaba, con 16 años tenía todas las ganas y la potencia de un macho a esa edad y asi le eché otro polvo mas rico que el primero.
Después de esa tarde, ya todo cambió en casa, mi papá y yo nos culiábamos ambos a la perra y los dos sabíamos lo que hacíamos, había miradas cómplices, guiños, sonrisas, la perra pasaba la noche con el, a veces conmigo, era la reina de la casa, ella feliz con sus dos machos y así fué que llegamos ha hablar de lo que estábamos haciendo los dos con esa hembra, fué un sábado por la noche después de cena, jujábamos a los naipes los dos, terminamos y nos quedamos fumando y tomando unos tragos y allí surgió la confidencia, los dos aceptamos que nos culiábamos la perra, el me contó que siendo apenas un adolescente a los 12 años comenzó a culiarse la perra de un vecino y le pidió a su padre (mi abuelo) que le permitiera tener una perra en casa, mi abuelo entonces le regaló una y así fué que tuvo a su propia hembra en casa y durante toda su adolescencia y parte de su juventud se la culió, eso fué hasta que se caso con mi madre, pero siempre añoró después de casado el coger con una perra, hasta que decidió después de divorciado de mi madre, volver a gozar de ese placer tan grande para el, al preguntarme el como había sido mi iniciación, le dije que fué por haber visto a su perra como crecía, se ponía hermosa y su concha jugosa me despertaba el deseo de culiármela, me preguntó si me la había culiado antes de su primer celo y le dije la verdad de lo que hacía con ella en la cama pero que no me la había podido culiar bien, solo le metía la cabeza de la pija y acababa dentro de ella, el soltó una carcajada y me dijo que se la había culiado varias veces antes de su primer celo, así terminó nuestra charla aquella noche.
Después llegó el momento en que mi hermano Enrique que estaba estudiando veterinaria, en una ciudad a 180 Km de nuestro pueblo, volvería a casa en el período de vacaciones, llegó con dos amigos a quienes ni mi papá ni yo conocíamos, solo sabíamos sus nombres Marco y Darío, este último estudiaba como mi hermano veterinaria, pero Marco estudiaba medicina, los tres compartían habitación en la residencia universitaria y eran amigos inseparables, llegaron un buen día y yo les dejé mi dormitorio donde había 3 camas y me fuí a compartir el dormitorio con nuestro padre, en esos primeros día todo funcionaba perfectamente, tanto Marco como Dario demostraban ser dos jóvenes maravillosos, yo congenié muy especialmente con Marco, tenía muy largas charlas con el, pero un día comenzó lo mejor de nuestra amistad, entre mi hermano yo y estos dos jóvenes, yo como dije 16 años, mi hermano 20 y los otros dos, Darío de 22 y Marco el mayor 24 años
Después de unos días de compartir salidas un Domingo nos fuimos los 4 a pescar y a bañarnos en el arroyo que antes mencioné (donde me culié la perra por primera vez), fuimos caminando y llevamos a la perra, yo los llevé hacia aquel lugar apartado que yo "conocía muy bien" llegamos un poco sudados y decidimos bañarnos, en ese lugar, había una profundidad donde se podía nadar, el agua muy cristalina y el día especial, estando entre hombres nos bañamos todos en pelotas, cuando la perra vió que nos tiramos al agua ella hizo lo propio, se bañó con nosotros, jugó en el agua especialmente con Marco, después salimos los cuatro del agua y nos quedamos como estábamos, todos desnudos, secándonos al sol, mientras hablábamos y aquí comenzó lo mejor.
Marco llamó a la perra y se puso a jugar con ella, la acarició y la perra le devolvió su gesto, oliéndole largamente la pija ya acostumbrada al olor de dos machos como mi padre y yo, en ese momento todo fué risotadas a mas no poder, decían los amigos de mi hermano….¡Que perrita tan rica! jajajaja y me decían a mi !Que bien enseñada está! jajaja
!Si pudiéramos tenerla en la residencia, que bien lo pasaríamos!! jajaja , a todo esto la perra ya le estaba dando no solo
unos ricos lenguazos a Marco, ya se la estaba mamando como lo hacía conmigo y con papá, la pija de Marco que es bastante bien dotado, a todo esto ya estaba creciendo a pasos agigantados y ya la tenía bien parada y la perra con mas entusiasmo se la mamaba bien rico, de mas está decir que ya todos estábamos igual, con las pijas parándose, !!Marco, que esperas!! le dijeron los otros !!Ya te la mamó rico, a una hembra no se niega un polvo!! jajaja !Que esperas para culiártela!! !!Vamos macho, te queremos ver, después nosotros!! ya nádie se reía, todos nos sobábamos las vergas, aquello que estaba por comenzar era una verdadera orgía entre 4 machos y una perra, Marco no se hizo esperar, acariciando a la perra se situó por detrás, se ensalivó la pija y como un experto se la hizo jugar largamente en la puerta, (a todo esto la perra inmóvil esperando que Marco se la culiara), Marco le metió la cabeza, con su mano llevó su pija un poco hacia arriba y cuando estuvo en posición empujó y como un conocedor en la materia después de meter un poco la pija, la sujetó por las cadera y sin piedad de un solo toque, se la mandó hasta los huevos, allí se quedó Marco caliente como una brasa, con la perra ensartada en su pija, el silencio era total, ya nadie decía nada, el joven comenzó un mete saca furioso, con muchas ganas, pasaron unos minutos, Marcos jadeaba, sudaba, su jadeo fue en aumento y tuvo un orgasmo maravilloso entre suspiros de placer.
El segundo fué Darío (como estudiante de veterinaria y conocedor de animales demostró que era un experto), no tan dotado como Marco, pero con una verga muy respetable y llamativamente gruesa, hizo los mismo que Darío, la perra respondía plenamente como una hembra caliente y deseosa con 4 machos para ella sola, se dejo hacer todo con Darío, le permitió que este jugara largamente con su pija como haciéndole dibujos circulares en la concha y lentamente
se la fué metiendo con suaves enviones, haciéndola gozar a la vez que se la iba poniendo y así se la hizo entrar hasta los cojones, luego de unos segundos se la empezó a culiar muy lento y así llevó el polvo hasta el final, varios gemidos de placer y explotó en un largo suspiro, el tercero fui yo, primero caricias, unos besos de lengua y la hembra de mi padre estaba maravillosamente quieta, como una buena puta bien alzada por los dos machos que ya se la habían
culiado y yo el tercero a quien ella conocía muy bien, yo lo hice como la primera vez que me la había culiado en ese mismo lugar, describir el polvo aquí sería un tanto redundante, solo te diré estimado amigo que estas leyendo este relato, que en una orgía, no hay nada mas excitante que te estén mirando, mas aún a los 16 años y con tu propia hembra con quien uno se siente mas que seguro, culiar asi es sencillamente lo máximo, el morbo eleva el placer de estar culiando para que otros te miren a un nivel insospechado, por último el postre llegó con mi hermano Enrique, el es tan alto como nuestro padre y también tiene una pija que es la envidia de todos, parada le mide 24 cm, tan gruesa como la nuestro padre y al igual que su amigo Darío, demuestra por su estudio de veterinaria, ser un experto con animales y no me ha contado nada pero tengo la certeza que en sus prácticas en el campo, en que pasan a veces mas de un día se debe haber culiado mas de una hembra animal, bueno siguiendo con el relato, la orgía estaba en lo mejor
con el agregado del morbo por ver a un macho con semejante verga parada, mi hermano hizo lo mismo que los otros, caricias a la perra tratándo de pemiarla por permitirle dejarse culiar con el, todos mirábamos desde donde se pudiera ver mejor como entraba esa herramienta y el mete y saca, para mi no fué sorpresa ya había visto muchas veces a mi papá haciéndolo, pero esta vez podíamos verlo bien de cerca a plena luz del sol, se la hizo jugar largamente, lo hacía como si le pasara un pincel, desde arriba hacia abajo, en círculos y la concha de la perra emitía el clásico sonido de estar muy bien lubricada (era la cuarta pija que se comía en esa tarde), le puso la cabeza, la agarró fuerte de las caderas y en tres enviones se la hizo ir hasta los huevos, aquí la perra chilló un poco y todos nos miramos llenos de morbo, cuando se tiró hacia atrás para empezar el mete saca, vimos como la concha de la perra se estiraba hacia atrás, nos calentaba ver el contraste de la concha de la perra con sus labios ligeramente negros en su borde y la pija muy blanca de mi hermano, esto hacía mas notable como los labios de la concha estaban completamente adheridos al tronco de la pija del macho y se estiraban cuando el la sacaba un poco, el mete saca fué con todas las formas de movimiento, yo pensaba …Hermano, cuantas hembras animales han pasado por tu pija, con esa podes complacer a una yegua perfectamente, Yo no se si la perra estaba cansado, pero con este macho se quejo varias veces, el mete saca se hizo mas agitado, mas fuerte las embestidas, la respiración de el llena de quejidos de placer, el sudor le chorreaba por todo el cuerpo y al final gemidos mas fuertes y un orgasmo aplaudido por todos, pero llegó lo mejor el espectáculo de ver que el macho se había abotonado con su hembra, al igual que mi papa no la pudo sacar enseguida, cuando lo hizo todos nos quedamos un rato hablando de la maravillosa experiencia vivida y luego nos metimos al agua junto con la perra, nadamos, terminamos el día de la mejor forma y al atardecer regresamos a casa.
En esos días, todo era jolgorio entre nosotros, salíamos nos divertíamos, por las noches la perra dormía en el dormitorio de nuestro padre y como dije yo lo compartía con el, a veces por las noches me despertaba el ruido suave de la cama, mi papá se culiaba a su hembra, esa perra que lo hacía tan feliz, creo que no se cuidaba mucho de mi, lo hacía como lo mas natural, una noche se levantó a la madrugada para ir al baño, cuando volvió chasqueó sus dedos invitando a la perra a su cama, ella no se hizo esperar subió a la cama, el no apagó el velador, después de algunos juegos caricias, caricias besos, se sacó el calzoncillo, la colocó en posición de mujer mirando el techo y le metió la pija hasta los huevos, la luz del velador los alumbraba perfecto y yo desde la penumbra miraba como mi papá se culiaba a su perra una vez mas, como siempre me calentaba a morir ver como lo hacía, yo esa noche estaba muy caliente por lo que miraba, tenía la pija muy dura y cuando el terminó y espero un rato mas, le dije sin ninguna timidez,…Préstame a tu hembra, yo también tengo ganas de hacerla feliz, el simplemente sonrió y me dijo, Compartámosla, llámala es tuya.
también, yo la llamé y ella no se hizo rogar fué a mi cama y por primera vez me la culié ante la vista de el, pero esta vez el morbo era mayor, era mi papá el que me miraba mientras yo me culiaba la perra, a su hembra y ese polvo tuvo un toque de algo que no se puede explicar con palabras, culiar y que mi papá me viera hacerlo fué lo máximo, desde ese día lo hicimos incontables veces, ya no había barreras de ninguna clase que nos impidiera compartir la hembra, tener orgías de tres, algunas veces estuve tentado en decirle que uno lo hiciera por el culo y el otro por la concha, pero nunca me atreví a pedírselo, que entre los dos la cogiéramos simultáneamente, si el hubiera tenido la iniciativa, yo lo habría aceptado, pero nunca se dió.
Pasaron unos días, los cuatro teníamos muchas ganas de repetir la orgía del día de la fiestita en el arroyo , una noche papá fué invitado a una cena y seguramente volvería tarde, apenas el se fue organizamos todo, cenamos, cerramos la casa pusimos un velador con una pantalla que daba una luz roja, teníamos unas copas de mas como corresponde para hacer mas excitante la "velada" cerramos toda la casa, los cuatro en pelotas y otra vez vivimos aquella maravillosa experiencia, le volvimos a llenar la concha de leche a la perra entre los 4, hicimos un sorteo para que dos de nosotros nos culiaramos la perra en simultáneo, tocó a Marco y a mi la primera ves, sorteamos quien por el culo y quien por la concha, me tocó a mi culiarla por el culo y Marco por la concha, al principio no estaba yo muy seguros pero al comenzar a penetrarla los dos simultáneamente, fué otra experiencia inolvidable, se llega a otra cosa, casi se siente como la pija del otro macho en el mete saca, acaricia la tuya, te la frota, te excita al máximo, por momentos sentía yo como que Marco me estaba pajeando con su pija, fué una experiencia única.
A cierta hora llegó papa, esa mañana me preguntó ¿Que hicieron anoche? y yo Nada papá, cenamos, miramos una peli, tomamos unos tragos, fumamos un par de cigarrillos y nos fuimos a dormir, la mirada de el me hizo pensar que se dio cuenta de lo que pasó, solo se limitó a sonrreir con picardía y me dijo dándome una palmada en el hombro. Vamos que te conozco, compartimos lo mismo vos y yo ….¿Y tu hermano y sus amigos?. Dijo esto con picardía, y me guiñó un ojo. agregó No soy celoso hijo je je je.
Las vacaciones de mi hermano y sus amigos transcurrieron de lo mejor, fuimos nuevamente al arroyo con la perra, otra tarde de placer con ella y ya las confidencias a esta altura de las cosas, eran muchas, mi hermano y su amigo Darío habían probado varias hembras animales en sus clases prácticas en cabañas, yeguas, cabras y perras y ´Marco, de quien me hice muy amigo, me confió que siempre crió perros desde niño y a los 13 años tenía una perra que dormía con el y comenzó a culiársela y lo hizo hasta los 23 años en que la perra se murió, esas vacaciones de mi hermano y sus amigos, se han repetido, se ha repetido todo, pero todo no se puede contar ya, sería hablar ya de lo mismo.
Así termina esta parte de mi vida, tan feliz, en la que disfruto de la complicidad maravillosa de mi papá, los dos hacemos lo mismo y lo pasamos maravillosamente bien, gracias amigo lector por haber dedicado parte de tu tiempo para leer mi historia, mi agradecimiento a vos, espero haber contribuido a que tengas un momento de placer.
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