Alejandra: vale todo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace varios años conocí a una mujer de esas que siempre creí propias de la fantasía. Ale es real, existe y aunque ya no nos vemos por haber tomado diferentes caminos, el tiempo en que nos conocimos fue de lo mejor. En ese momento yo había comenzado a participar de una línea telefónica de contactos, y ahí la conocí. Luego de algunos mensajes quedamos en conocernos. Así la primera cita fue buscándola a la salida de su trabajo para tomar algo, donde me contó que estaba en pareja, había vuelto luego de un tiempo separada, pero que podíamos hablar. Eso fue lo único que hicimos en esa primera charla y un beso en la boca antes de despedirnos para volver cada uno a su casa. Al otro día y habiendo sincerado que ambos nos habíamos ido calientes, tuvimos el segundo encuentro. También de la salida de su trabajo nos fuimos a la costanera y de ahí, a su casa aprovechando que estaba sola. Ni bien entramos y dejamos en el garage el auto, comenzamos a besarnos y pasamos a la pieza. Ahí llegamos desnudos y comenzamos una relación intensa de sexo con mucha pasión. Después de acabar varias veces ella, y yo dos veces sin parar, tomé un descanso… o eso quise hacer. Mientras yo trataba de reponerme, ella me dijo: "¿querés que te regale algo muy lindo?° y sin esperar respuesta mía, comenzó a masturbarse hasta correrse dos o tres veces más sin parar y con muchos gritos diciendo que era muy puta y que le gustaba cojer… El show que me dió y lo mojado que dejó todo, hizo que se pare de nuevo y ante mi acercamiento, ella se puso boca abajo y levantando las caderas me ofreció su entrada posterior, separandose las nalgas con ambas manos, mientras me decía "¿me la das por la colita que me gusta mucho?" Le entró hasta el fondo muy fácil porque ya estaba bastante abierta de antes y muy mojada de sus propios jugos, además yo tenía toda la pija llena de sus acabadas y todo fue placer. Al haber acabado dos veces antes, yo aguanté bastante. Ella me hizo perder la cuenta de cuantas veces acabó metiendosé los dedos mientras yo la enculaba y le agarraba los pezones con las dos manos. Esta relación siguió así. Y se fue poniendo cada vez más y más caliente. Al cabo de un tiempo y como vivíamos a más de 50 kms uno de otro, ella decidió que vendría a conocer mi casa a la que no había venido aún. Ese día cuando entró fue como en su casa. Yo tenía -aún lo tengo- un rotwailler cachorrón (3 años), muy tranquilo por cierto. El perro nos miraba como desesperados y de parados en el comedor, levantandole una pierna sobre un banco le metía por atrás el miembro hasta el fondo de su ano. Así comenzamos a cojer, mientras y para no caernos yo la sostenía de los pechos con ambas manos y le metía con fuerza hasta el fondo mi pene, sintiendo como ella se masturbaba y mojaba todo el piso. Así hasta que acabé dentro de su culo y le dejé todo lo que tenía, haciendo que cuando salí de ella le comenzara a caer por las piernas mi leche de su ano. Nos fuimos a la pieza y seguimos chupandonos por un buen rato, ella acababa con gran facilidad y muchas veces pidiendo más y más cada vez. Yo trataba de aguantar, ayudado por haberme vaciado unos minutos antes, logrando hacerla acabar hasta que ardía de pasión y calentura. Empezamos a practicar poses. El misionero fue el inicio pero luego fuimos cambiando de poses varias veces y yo aún aguantaba bastante tranquilo la tibieza de sus acabadas en las que por reflejo muscular ella me apretaba la pija con su vagina caliente llevándome al cielo del placer. En un momento ella muy caliente y totalmente mojada de sudor y por las acabadas, se pone sobre mi y se clava la pija hasta el fondo de su concha y comienza a moverse desesperadamente mientras dice muchas cosas incoherentes, pero dejando claro que estaba disfrutando mucho. Un instante en el que paró cuando yo ya levantaba mucha temperatura, me hizo mirar que pasaba. En eso veo que es el perro que se acercó a la cama y por la escena, o por los olores no se, se había exitado y le lamía una nalga desde el piso a ella que estaba sobre mi en la cama. -"No importa tesoro-le dije- dejalo y cojé por favor, que quiero acabar. No doy más" Ella me hizo caso y dijo: -"No me molesta, me sorprendió, pero tiene la lengua áspera y me calienta que me lama la pierna" -Bueno cojé nena, cojé… Ella retomó su ritmo y se agachó sobre mi para que sus tetas que no son muy grandes, queden cerca de mi boca y yo comencé a chupárselas enloqucido mientras cojíamos con mucho ruido y fuerza. En un momento y totalmente enloquecido por las sensaciones de esta maravillosa hembra caliente, más como me había puesto acabando tanto sobre mi pija, alcancé a notar que su peso sobre mí crecía notablemente. No le dí importancia y pensé que había decidido acostarse totalmente sobre mi pecho… Cuando un instante después alcancé a escuchar un gemido suyo fuerte (ayyyyyyuuuuuuuuuhhhhhhh) y que me decía: -¡Me ensartó!, ¡me ensartó!… En ese momento sentí que las paredes de su concha se movía alocadamente mientras ella estaba quieta y me doy cuenta de lo que me dice: – Me coje tu perro, Me esta cojiendo el culo el perroooooooo….. – ¿que? fue mi respuesta tonta por estar aturdido Que tu perro me la metió en el culo hasta el fondo y me está cojiendo… me cojeeeeeeeeeeee aaaaaaahhhhh… uuuuhhhh… ayyyyyyy… uuuuuhhhhhhh me cojeeeeee.. . me cojeeeee… ahhhhhhhhhh…. Su cara se transformó en felicidad y placer… Nunca lo había pensado yo, y menos estar involucrado. Pero ahi estaba. Yo con mi pija a punto de estallar en su concha empapada, mi perro ensartándola por el culo y ella delirando de placer… Me moví un par de veces más con bastante esfuerzo por el peso de ambos y acabé como pocas veces, sintiendo que me salía una cantidad de leche tan grande como nunca había sentido… Ella seguía diciendo Me coje, que salga, me coje, me gustaaaa…. Asi fue que el perro creo que aprovechó que se me salió la pija de su concha por el movimiento y por haber acabado, y le metió todo hasta el fondo de una sola vez haciéndola abrir sus ojos y la boca como si fuese a gritar pero sin sonidos. Me apretó con ambas manos en los hombros, después vería que me clavó las uñas fuerte en la piel de los hombros, y se quiso correr logrando que el perro quede mejor metido El perro estaba dandole muy fuerte y muy ligero, la tenía toda adentro y en un momento ella empezó a gemir y llorar de un modo muy extraño, mientras yo que seguia debajo de ambos sentía como se hacía pis mientras el perro la llenaba de leche en su culo Así quedamos un buen rato los tres porque el perro se le enganchó. Calmamos al perro pero ella decía casi delirando que le seguía dando chorros de leche y seguía acabando. A mi se me paró de nuevo y se la metí otra vez pero ya no volví a acabar más. Después de un buen rato, pareció mucho tiempo, el perro pudo sacarselá y se bajó de la cama. Ella se tiro a mi lado boca arriba y yo aproveché para mirar mejor. El perro estaba lamiendose la verga que aún tenía afuera y de color casi morado. Ella no paraba de soltar leche de su culo mojándo toda la cama en lo poco que aún tenía seco. La abracé, le pregunte si estaba bien a lo que respondio que si con la cabeza sin hablar, nos abrazamos y nos quedamos dormidos por más de una hora sobre todo lo que había quedado en la cama sin darnos cuenta de nada. Al despertar preparé el baño, ella con mucho dolor fuimos a darnos una ducha, y luego a charlar sobre lo pasado. Me contó que fue su primera vez de doble penetración y zoofilia en una sola. Que le había dolido pero le gustó tanto que algunas otras veces pero ya sabiendo que era, volvimos a dejar participar de estos encuentros al rotwailler.
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