ALICIA Y SUS AMIGOS
TODO EMPEZO A MIS TRECE AÑOS.
Todo empezó a mis trece años, quiero decir lo mas importante. Antes de eso ya habia tenido algún que otro encuentro sexual con chicos y chicas de mi edad. Quiero decir que ya me habia dado el lote con algunos chicos, alguna paja por mi parte y cunnilingus por la de ellos y cosas así, también con dos chicas, sobre todo una de ellas que me gustaba mucho.
Yo vivo con mis padres en una urbanización de lujo a la afueras de la ciudad, en un chalet muy grande y en una parcela mas grande aun, esto es un decir, ya que mis padres siempre están trabajando y los fines de semana que podían estar en casa se van a algún sitio a descansar, así que yo me quedo en casa con Mercedes que es la asistenta. Cuando yo nací tenia Mercedes quince años así que tampoco es tan mayor. A mis padres les digo padre y madre pero a ella le digo mama, haceros un calculo, Mercedes me cuida.
Mis padres normalmente los veranos cuando tienen vacaciones se van de turistas a algún sitio, pero en casa paran poco, a mi me mandan a una granja escuela a perder el tiempo, me aburro solemnemente.
Eso si, el ultimo verano me di el lote con varios chicos y así se me hizo mas corto. Un día vimos como una perrita era perseguida por varios perros grandotes y al final ella se dejo montar, sinceramente no sabia que estaban haciendo hasta que un chico, el listo, me lo aclaro, se la están follando, me dijo, como luego se dejo con otro perro, el listo de mi amigo me dijo, la muy puta se esta dejando follar otra vez, no entendía nada.
En la finca aparte de yo misma y Mercedes están dos perros pastores belgas preciosos que están en la finca dando vueltas pero también entran en la casa cada vez que quieren, también esta Kevin, es el jardinero, poco mayor que yo, entonces tenia unos 18 años, es senegalés, es negro y muy alto y fuerte y con el hablo en francés, en español se enteraba poco.
Era febrero y yo acababa de cumplir los trece años, los cumplo en enero. Aquella mañana de sábado salí a correr un rato y a la vuelta me di una ducha bien caliente, fuera hacia un frio terrible, en casa no habia nadie.
Me tumbe en la cama al salir de la ducha desnuda y me puse a leer un comic, mientras tanto habría y cerraba mis piernas y eso me proporciona un gustito algo particular, al abrirse y cerrarse mí vagina, cuando los labios se despegan, no se pero me gusta.
De pronto uno de los perros se metió entre mis piernas y se puso a lamer mi chochito, lo único que se me ocurrió hacer era darle palmadas en la cabeza para que se quitara y cerrar mis piernas con el perro entre ellas, cuando me sobrevino el primer orgasmo ya estaba rendida y así fueron tres veces las que me corrí, el perro se tumbo a lamerse su cipote y yo me fui al baño corriendo a lavarme, no podía tocarme de lo sensible que estaba.
Tenia la sensación de que necesitaba algún orgasmo mas, así que me puse a cuatro patas delante del perro para que me lamiera un poco mas, así lo hizo y yo tuve varios orgasmos mas, se me subió y con sus patas delanteras me agarro por las caderas, sentía su pene que me rozaba por todas partes pero ni a soñar que me pudiese penetrar, un perro no puede hacer eso, pensaba yo.
Pero de pronto un fuerte pinchazo en mi vagina me saco del placer en el que me encontraba, un dolor muy intenso y fuerte, me habia penetrado, ese dolor se acrecentó un momento después, y después de unos de unos minutos de sacudidas el perro se bajo, se habia quedado atascado, me agarre al sillón que tengo en mi habitación y así me quede hasta que se soltó, no parada de llorar, habia perdido la virginidad con un perro, esto no podría contárselo a nadie nunca. Las piernas me temblaban y no era capaz de moverme así que allí me quede unos minutos hasta recuperar fuerzas.
Con tanto llanto no lo vi venir, además seguía a cuatro patas con mi cabeza apoyada en el sillón, el otro perro al olor de la putita habia subido y sin mediar palabra se subió y me montó, la suerte no estaba de mi lado aquel día, bien podía haber penetrado mi vagina de nuevo, ya no era virgen que mas daba, pero este perro tenia otras intenciones, tras un fortísimo pinchazo en mi ano me penetro, el dolor era gigantesco, supongo que perdí el conocimiento pues no recuerdo nada mas de aquel día, cuando volví en si estaba en el suelo con un dolor muy grande y sangraba por ambas partes, me levante como pude y me fui a la ducha. Me puse unas bragas con dos compresas una por delante y la otra por detrás, me acosté. Unas horas después llegaron mis padres, no les dije nada de nada, solo que no me encontraba bien y que el lunes no iría al colegio, me dormí hasta la mañana siguiente.
Llego Mercedes y subió enseguida a atenderme y me pregunto que me habia pasado, simplemente yo lloraba y moqueaba, no quería decirle nada, como no tenia fiebre ni nada por el estilo me levante y me fui a la ducha, baje a desayunar, cuando subí Mercedes estaba arreglando la habitación, me pregunto con las bragas en la mano con las dos compresas manchadas de sangre y me puse a llorar de nuevo. Al final me lo pregunto ella, te ha pasado algo con los perros, se lo conté todo, hizo que me tumbara en la cama y después de mirar con atención mi chocho y mi ojete dictamino que no era para tanto y que estaba todo bien.
También le conté que habia sentido varios orgasmos cuando me lamian y que en cierto modo me habia gustado menos por el dolor tan grande.
Unos días después, ya estaba yo muy bien y no me dolía nada, Mercedes me conto que ella también se habia dejado montar por un perro en varias ocasiones, me dio un tubo de lubricante para que me lo untara bien sobre todo por la parte de atrás y así sentiría placer y ningún dolor.
El siguiente fin de semana estaba muy inquieta, por no decir caliente, así que me decidí y siguiendo las instrucciones de Mercedes me unte bien el ano por fuera y me metía un dedito para lubricar por dentro, baje y abrí la puerta delantera de la casa y estaban lo dos pastores belgas allí al sol, parece que se olieron el festín, pues salieron corriendo detrás de mi hasta llegar a mi habitación, me puse a cuatro patas y enseguida salto uno de ellos sobre mi, me puse una mano en mi vagina a través de mis piernas para que no me penetrara por ahí y tras un momento se metió, primero un poco y luego todo de golpe, algo me dolió pero mucho menos que la primera vez, culeo un ratito y se bajo, estaba pegado, me habia anudado, yo ya por mi parte habia tenido varios orgasmos, no estaba esto tan mal si se le cogía el truco, en cuanto me soltó el otro perro empezó a olfatearme y me monto también, los orgasmos con este segundo fueron mas intensos y también me anudo, cuando me soltó me fui a la ducha, una vez aseada me fui a la cocina, tenia un hambre atroz, los perros también bajaron y se fueron a vigilar.
Me lleve un susto cuando me encontré a Mercedes en la cocina, ella habia subido y lo habia visto todo así que no tuve que contarle nada, me dijo que se habia excitado mucho y que algún día de estos lo haría.
Este asunto de los perritos lo estuvimos practicando Mercedes y yo todo aquel año, en enero cumplí los catorce años y me apetecían otras cosas, pero ya os lo cuanto otro día y además daré detalles.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!