Amor Fraternal
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por amantezoochileno.
Un día fui a visitar a mi hermana a su casa de forma imprevista.
Hacía poco tiempo que retomábamos esta relación fraternal luego de algunas peleas familiares. Cuando entré en su casa vi que tenía un perro grande.
Nunca fui un amante de los perros por lo que me molestó su presencia sobre todo por su tamaño. Dialogaba con mi hermana de temas menores y sin importancia mientras ella me servía algún refresco o acomodaba sus cosas en la cocina cuando me di cuenta que el perro tenía la punta de su pene asomando de su capuchón.
Ingenuamente le dije a mi hermana que tendría que dejar salir al perro para que hiciera sus cosas en la calle, por lo que ella miró el pene del perro y sonrió despreocupadamente. No presté más atención al asunto pero con el correr de los minutos me di cuenta que el perro buscaba insistentemente a mi hermana olfateando por cualquier parte del cuerpo que le quedara a mano.
Al principio interpreté esto como un pedido del perro para salir pero luego me di cuenta que apuntaba su nariz directamente a la vagina de mi hermana aprovechando que ella tenía puesto unos pantalones cortos de jean. En tono de broma le advertí a mi hermana que tuviera cuidado porque si no iba a ser ella el objeto sexual del perro. Corrieron los minutos y continuamos conversando sin que el perro cambiara de actitud. Ella le puso comida en su plato para que se distrajera con otra cosa que no fuera con ella, pero el perro le dio poca importancia a la comida, es más cuando ella se agachó él aprovechó a lamerle rápidamente las tetas. Luego y para mi sorpresa en uno de los ataques del perro a la vagina de mi hermana ella, que lo recibió por atrás cuando lavaba algunos vasos, instintivamente se acomodó como para aprovechar mejor el empuje. Esto fue lo que definitivamente me hizo prestar atención a lo que estaba ocurriendo y ya alertado por todos los relatos que vi en esta página, le pregunté a mi hermana directa y abiertamente si jugueteaba sexualmente con el perro.
Al principio ella dijo que no, aunque noté que no le sorprendió ni le pareció asqueroso que preguntara por eso. Le conté todas mis lecturas en Internet respecto a la zoofilia y los comentarios de las mujeres respecto a las bondades de los perros en materia sexual. Ella hizo comentarios que me parecieron que nacieron de la experiencia y no por lecturas.
A todo esto el perro continuaba con sus embestidas hasta que en un momento en que ella estaba parada frente a mí, el perro logró meter su lengua por entre la manga del pantalón y lamió fuertemente su vagina y su muslo. Ella no pudo ocultar su cara de placer mientas entrecerraba sus ojos. No tuve que preguntarle más al respecto y directamente llevé la conversación asumiendo que ella mantenía relaciones sexuales con el perro y ella en ningún momento dijo algo en contrario. A medida que la conversación transcurría yo me excitaba cada vez más y supongo que ella también lo hacía.Le dije finalmente que me encantaría verla tener sexo con su perro.
Sé que fue una mezcla de verla a ella tener una relación sexual con ver a una mujer cualquiera cogiendo con su perro. Ella se quedó en silencio de pié en medio de la cocina y me di cuenta que ya no le impedía al perro lamer todo lo que quisiera. Sin decir una palabra se levantó la remera mostrando sus firmes pechos, se arrodilló y los puso a la altura del perro que empezó a lamerlos en forma desesperada. Le dio unas caricias para que se calmara y chupara sus tetas con más precisión.
Mientras hacían esto yo preguntaba qué sentía y ella me describía como se sentía su lengua y como la excitaba. Pude notar que tenía los pezones duros como piedras y en un momento estuve tentado a imitar al perro, pero no hice nada. Miré la pija del perro y esta ya salía notablemente del capuchón mostrando un color rojo morado muy brillante. Mientras prestaba atención a esto ella comenzó a bajarse sus cortos de jean para mostrar una bombacha blanca y diminuta que apenas la tapaba.
También se sacó la bombacha y por primera vez vi a mi hermana completamente desnuda. Ella es una mujer interesante con tetas y culo firmes y proporcionados ni muy grandes ni muy pequeños, lo que encaja muy bien con su altura y delgadez. Se acostó en el piso de la cocina y le mostró su vagina al perro y consecuentemente a mí también.
Ver pasar semejante lengua por la vagina de mi hermana no hizo más que calentarme rápidamente. Mi hermana gemía sin cesar mientras dirigía uno de sus dedos hacia su clítoris y lo masajeaba suavemente. Cuando el perro quiso acercar su pene a la vagina que acababa de chupar ella se lo impidió con poco éxito por lo que inmediatamente intervine para ayudarla, sujetando al perro desde atrás por sus caderas. Le pregunté que quería hacer mientras pensaba si se animaría a chuparle ese enorme miembro que el perro blandía.
Simplemente me dijo: tenelo así, mientras se tiraba al piso al lado del perro para chuparle la pija. Yo me arrodillé por lo que quedé con el culo y las bolas del perro delante mío y la cara de mi hermana a un costado con esa enorme pija dentro de su boca. Mi excitación era infinita y no sabía que hacer y sin pensar rodeé al perro que se quedaba quieto y le acerqué mi miembro a su hocico. No me puse a pensar en que si un perro es homosexual o no cuando el amigo sacó su enorme lengua y comenzó a lamerme toda la pija.
Ahora comprendo lo que dicen todos respecto a la lengua de los perros. Entusiasmado por lo que estaba viviendo y por ver a mi hermana chupar con fruición la pija del perro mientras se masturbaba, bajé y saqué todos mis pantalones para que el perro hiciera a voluntad. Al ver esto mi hermana se incorpora y me pregunta si me gusta a lo que yo de la excitación, apenas puedo soltar un expresivo sí. Mi hermana se acerca sin soltar la pija del perro y mientras acaricia mis bolas le dice al perro que chupe ahí que es muy rico.
Quedé completamente sorprendido por el hecho de que mi hermana me tocara las bolas y también por la rapidez con que el perro respondió a su orden. Mi hermana aprovecha para irse detrás del perro a chuparle las bolas a él y creo que en algún momento aprovechó para chuparle el culo también. Luego de un rato mi hermana sugiere ir a la cama. Yo no tenía muchas ganas de dejar de hacer lo que estaba haciendo pero imaginé que en su dormitorio haríamos cosas mucho más interesantes, por lo tanto dije, vamos. Cuando llegamos a su cama ella rápidamente le ofreció su vagina nuevamente y el perro lamió como si fuera la primera vez que lo hacía.
Mi hermana gimió del placer que le causaba el orgasmo y ahí reparé que no era el primero que tenía. Así, recostada de espaldas en la cama y con la cadera en el borde me pidió que hiciera que el perro se la cogiera. Hice que el perro apoyara sus dos manos en la cama y también tuve que ayudarlo para que colocara su miembro en la entrada de mi hermana. Ahí fue cuando aprecié perfectamente el tamaño de la pija del perro, su textura y color. El perro la penetró rápidamente y comenzó a bombear con velocidad mientras mi hermana no paraba de gritar y subía las piernas para tenerlo todo adentro.
Como no tenía mucho para hacer aproveché para desvestirme completamente y masturbarme tocándome mis tetillas, mis bolas y mi pija. Mi hermana me pidió que me la hiciera chupar por el perro otra vez por lo que me acerqué a la boca del animal quien volvió a sacar su lengua y pasarla por todo mi pene. Ante la cercanía de mi cuerpo mi hermana aprovechó para tocarme las bolas y mi ano desde abajo mientras me preguntaba jadeante si el perro me la estaba chupando bien. Más o menos le contesté ya que como el perro se concentraba en la vagina de mi hermana no le daba mucha importancia a mi pija.
Entonces noto que mi hermana se acomodaba mejor para agarrarme la pija y chupármela de forma deliciosa. Estaba enloquecido de placer, di rienda suelta a mis ideas y comencé a manosearle las tetas cuando ella comenzó a gritar. Al principio no entendí por qué pero miré al perro y éste había logrado meter su bulbo en la concha completamente mojada de mi hermana. No pude evitar meter mi mano en esa zona de placer y comencé a tocar el clítoris de mi hermana y a meter mi dedo en su concha junto a la pija del perro. Mi hermana gritaba como loca y pedía todo tipo de cosas que me excitaban aún más por lo que manoseé las bolas del perro y el culo de mi hermana lo que le gustó mucho por lo que terminé con todo mi dedo en el interior de su ano.
Por fin el perro pudo zafarse al sacar su bulbo con un sonido muy particular. Quedamos los dos solos en la cama yo con mi dedo en su culo y ella completamente extasiada. Cuando yo pensaba que esto iba a ser el final ella me pidió que siguiera trabajando con su culo por lo tanto me acomodé sobre ella y comenzando por su clítoris chupé toda su vagina hacia abajo terminando en su culo con mi dedo. Noté que ella comenzó a chupar nuevamente mi pija y acariciaba mis bolas y me super excité cuando vi al perro echado en un rincón que felicitaba amablemente a su pija dándole algunas lamidas. Le dije a mi hermana que estaba a punto de acabar y lo hice aún más rápidamente de lo pensado cuando noté que por lo que dije ella agarró más fuerte mi pija y la introdujo toda en su boca preparándose a recibir mi leche, entonces se la di y ella la tragó gustosa mientras tenía otro orgasmo sensacional que la hacía expulsar todo tipo de líquidos por la vagina y aprisionar mi dedo en su culo.
Me recosté sobre la cama al lado de mi hermana sin saber qué pensar o decir. Me sentía avergonzado pero también excitado por todo lo que había pasado. Ella en silencio bajó sus piernas lo que entendí como un final sobre todo porque imaginé que después de todo lo recibido, mi hermana no tendría ganas de nada, pero me equivoqué. Supongo que ella notó que mi pene seguía erecto aunque recostado sobre mi estómago entonces ella me montó y comenzó a frotar su clítoris por mi pene apoyado en mi estómago. Se amacaba como una niña y lo siguió haciendo por un buen rato hasta que consideró que mi pija estaba lo suficientemente dura como para metérsela toda. Se tomó de mis manos y apoyando las dos plantas de sus pies en la cama comenzó a cabalgarme en forma frenética.
Yo gozaba a más no poder y por sus gritos me di cuenta que ella también lo hacía y esto le produjo otro orgasmo. Soltó mis manos e introdujo mi pene en su culo y me cabalgó de la misma forma. Mi pene en su culo entraba y salía con facilidad por todos los jugos que ella soltaba y por mis lamidas anteriores. Cerca del orgasmo le avisé a mi hermana que la iba a llenar de leche y me contestó pidiendo por favor que le diera toda mi leche. Esto me excitó tanto que ahí nomás se la di. Cayó rendida sobre la cama revuelta y sacó mi pija del culo. Casi sin darme respiro llamó al perro para que la lamiera toda, pensé que simplemente era para limpiarse pero noté que ella abría toda su vagina para que el perro metiera su lengua lo más posible.
Me pidió que me acercara para que le perro me limpiara y así lo hice. Alternativamente el perro chupaba mi pija y la vagina de mi hermana. Ella estaba felíz por el espectáculo que daba el perro yendo y viniendo. Como ella se recostaba para ofrecerle mejor la vagina al perro yo aproveché para chuparle todas las tetas y mordisquearle los pezones. Ella tomó mi cabeza y la apretaba fuertemente a su pecho diciéndome que sus pechos eran míos y cosas por el estilo que me hacían calentar mucho.
Ella se recostó completamente en la cama y yo aproveché para subirme y penetrarla suavemente. A todo esto el perro, que no quería quedar afuera continuaba lamiendo alternativamente nuestros culos y sexos como avalando lo que hacíamos, ella tomó mi cara y me besó largamente haciendo que nuestras lenguas jugaran eternamente en nuestras bocas. En esta posición llegamos nuevamente al orgasmo y nos quedamos abrazados por un buen rato. El perro aprovechó y nos lamió a voluntad pero luego se retiró al comprobar que nos habíamos quedado dormidos.
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