ANDREA Y RUFO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SAKURA18.
era otro perrito más chaparrito que mi Rufo cuyo nombre era Toto. Recuerdo que esa tarde era algo fría, mi mama y mi hermana mayor habían salido de compras al centro comercial. Ellas me habían invitado para acompañarlas pero yo me negué rotundamente, la verdad ya ansiaba estar a solas con mi perro; y así pasó; se fueron mi mama y hermana y yo me quedé solita para poder darme un poco de placer que recién había descubierto que mi perro me lo podía dar.
Como era precavida, espere algunos minutos de que se fueron mi mamá y mi hermana y entonces por fin salí al patio. Apenas me acerqué a mi perrito, él empezó a oler mi entrepierna buscando mi vagina. Entonces yo me levante mi falda y apenas iba quitando mis pantys cuando Rufo me desesperado olía y lengüeteaba mis muslos, queriendo lamer ya mi vagina. Recuerdo que mi perro estaba tan excitado como yo. Cuando logré quitarme completamente las pantys, mi perro se acomodó frente a mi, y empecé a lamerme muy rico mi vagina. Entre mas metía su lengua mas abría mis piernas que ya casi no podían resistir mas ya había tenido mas de 2 orgasmos y cuando quise descansar un momento y cerrar un poco mis piernas para dejar descansar mi conchita, Rufo gruño en señal de que el aun no estaba satisfecho y yo que era su perra debía cumplirle hasta donde el pidiera, así fue…me vine una vez mas y esta vez sentí como Rufo casi no alcanzo a chupar todos mis juguitos y su verga estaba ya a mil, por lo tanto mi olfato olio el olor a macho y mi macho empezó a chupar su rica verga queriendo sentir algo de calor en ella , recuerdo que al ver tan rica verga me incline un poco para verla y tocarla y disfrutarla yo también, pero no pude… Rufo se quito y me gruño, yo asustada me retire y me quede confundida pero al voltear hacia atrás de mi, vi. que la rica cogida que mi amante me había dado había tenido un testigo, era Toto mi otro perro, que estaba a muy poca distancia de mí y nos veía extrañado.
Yo inmediatamente me retire, ya que Rufo estaba inquieto y algo enfadado, después me lleve a Rufo a otro rinconcito y ahí empecé a darle una rica masturbada a lo cual respondió rápidamente, esta vez los dos quedamos lejos de Toto y él empezó nuevamente a darle placer a su ama, su perra y sobre todo a mi conchita que era siempre consentida x Rufo y su rica lengua, que entraba primero a mis labios , ahí se quedaba muchos minutos después su hocico empujaba mi conchita para que yo abriera mas mis piernas y poder chupar mas rico y profundo y se concentraba mas en mi clítoris que crecía rápido y ahí era donde Rufo fijaba gran parte de su tiempo y para después meterla en el hoyito de mi pagina que el ya había desvirgado antes, mmm era tan rico. Ahí estaba yo de nuevo, abriendo mis piernas y sintiendo la calidez y rugosidad de la rica lengua de mi perro, me vine demasiado que recuerdo que mis jugos me escurrieron hasta mis nalguitas, y sentí como escurrían x mis muslos, ahí estaba yo con el culo al aire y mi Rufo chupando siempre sin parar haciéndome la mujer mas feliz del mundo ( bueno la niña mas feliz del mundo, con solo 12 años ) así me quede mucho rato hasta que lo mucho que mis jugos escurrieron me sentí muuy húmeda, sin embargo en un momento sentí algo frió que topo en mis nalgas…voltee asustada aunque a la ves confundida y después sentí que algo quería entrar entre mis nalgas al voltear mejor me di cuenta que era mi perro Toto, que desesperado buscaba el hoyito de mi culo para darme también placer.
Ahora eran dos ricas lenguas que saboreaban y daban placer a una sola perrita, que feliz disfrutaba la ricura, calidez y humedad de esas lenguas traviesas que no dejaban nada sin probar, así estuve mucho rato… recuerdo como me estremecía, mis piernas ya no tenían mucha fuerza, pero si cambiaba la posición, uno de los dos se enfadaría y terminarían disputándose a la perra que tenia frente a ellos, y yo como buena amante para mis canes tenia mucha concha y culo para ambos…y sobre todo muchos jugos…que devoraban como un dulce divino difícil de conseguir que nunca se acabaría, recuerdo el sonido de sus lenguas cuando chocaban con mis dos hoyitos, como recogían con sus lenguas juguetonas lo mucho que me hacían gozar, todos los juguitos que mi conchita soltaba y como mi culo latía y sentía como se estremecía mi rajita y mi culito de sentir a tan divinos amantes. Así dure mucho rato, hasta que quedaron extasiados los dos y empezaron a chupar sus vergas y yo agotada termine en el piso, temblando, sin poder ponerme de pie me sentía con mucho agotamiento, y ellos solo me miraron dieron unas cuantas lengüeteadas a mi cara y mis piernas olieron un poco y se retiraron, como orgullosos de haberme dejado así tan ricamente cogida x los dos y ahora ya no me necesitaban, pero yo a partir de ese día los necesitaría a los dos para pasar las tardes mas calientes de mi niñez.
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