Campo Nudista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Key-Q.
Mis padres se conocieron en un campo nudista y tengo familia que practica el naturismo por ambas partes, es más, tengo un primo de mi misma edad con el que siempre andamos juntos cuando se topan nuestras vacaciones en el campo nudista.
Para esa ocasión ya estábamos bien creciditos y con nuestros cuerpos totalmente desarrollados.
También había en casa un perro de raza pastor belga que tenía más de dos años y ese verano mis padres decidieron llevarlo para allá, ya que había caniles en donde dejarlo por las noches y de día había muchos lugares donde ir a pasearlo.
Con mi primos nos conocíamos desnudos desde chiquitos, pero para mí la cosa ahora era distinta, si bien no he estado nunca enamorada de él, el hecho de seguir siendo compañeros de juegos y existir ciertos roces entre nuestros cuerpos en ellos, me hacía verlo todo desde un punto de vista distinto, me sentía más mujer cuando nuestras pieles se rozaban.
Mi principal labor era sacar a pasear al negro pastor belga y mi primo me acompañaba donde quiera que lo llevara, y entre tanto jugábamos a darnos de empujones y hasta a veces nos poníamos a luchar viendo quien podía tumbar al otro, sumándose a dichos juegos el perro obviamente poniéndose de mi parte y ayudándome a sacarme de encima a mi primo que casi siempre me vencía.
Pero este animal parece que algo notaba de mi estado de excitación y le daba por ir a husmear en mi vagina con su nariz, teniendo yo que ahuyentarlo disimuladamente para que mi primo no sospechara.
En una de esas luchas que aplicando una llave de yudo yo estaba resultando como vencedora, me quedó una pierna trabada con las de mi primo y nos teníamos los brazos fuertemente agarrados mutuamente, lo tenía con su espalda contra el pasto del bosque donde andábamos paseando al belga, y tenía la pierna libre abierta hacia un costado para mantener el equilibrio y evitar que me volteara.
Posición que el perro aprovechó para más que ir a olfatearme la vagina y viendo que no lo espantaba o corría de ahí, de lleno se puso a lamérmela.
Y yo por no dejar de mantener a mi primo en esa posición, no me movía y él tampoco me soltaba mis brazos, hasta que pasaron algunos segundos en que las cosquillas del lengüetear del perro me hicieron ponerme a jadear, y él que se había dado cuenta de la situación rompió en carcajadas, soltándome y permitiéndome salir de esa posición y reprender al belga.
"¡COCHINO ESO NO SE HACE!" le grité cual niña pequeña mientras le tironeaba una oreja, para luego separando mis piernas limpiarme con mi antebrazo sus babas de mi entrepierna.
Pero mi primo no paraba de reír, a lo que en venganza le pasé mi humedecido antebrazo por la boca y cuando se limpiaba escupiendo al piso aproveché de mirar su pene que si bien no estaba erecto si algo más grueso notándosele cierto grado de hinchazón.
Con lo que me atreví a preguntarle "¿te excitaste depravado, te gustó lo que hizo el belga?", a lo cual él guardó silencio mientras se seguía limpiando y luego me dijo "¡cállate estúpida y sigue caminando!".
"Ya y para qué te pones tan agresivo, si fuiste tu quien no me soltaba para que el perro me siguiera lamiendo, tonto" y él guardó silencio mientras continuaba caminando a mi costado.
Yo disimuladamente le jalé la correa para un costado al belga para desviarnos a un camino poco transitado que daba a la parte posterior de una pequeña laguna que hay en aquel parque nudista.
Y cuando ya se perdía de vista el camino principal, lo comencé a empujar y decirle que no estuviéramos enojados, que le tenía mucho cariño y yo por mi parte lo perdonaba, lo que le dio confianza y comenzó a devolverme los empujones.
Llegamos a un sector sombrío y con bastante pasto, donde nos comenzamos a revolcar y nuevamente a luchar.
Él me dijo "¡Ahora sin enojarse sí!" y en una de esas vueltas me hizo una llave en que una de sus rodillas quedó bajo mi abdomen y el muslo de la pierna contraría sobre mi cabeza, afirmándome un brazo con uno de los suyos y el otro en el apriete de sus pies por el otro costado, dejándome con el rostro contra el pasto y mi trasero parado.
"Ya, me rindo, si no me puedo zafar de esto" le dije, a lo que me respondió "Dijimos sin enojarse", y con la mano libre que le quedaba dio de golpecitos en mi trasero muy cerca de mi entrepierna llamando al perro.
Y el belga más que luego llegó a saborear nuevamente mi vagina, lamiendo primero por encima y por entre mis labios vaginales, para luego proseguir hundiendo su lengua al interior de mi vulva buscando más de mis jugos que no paraban de aflorar.
No me di cuenta cuando ya estaba gimiendo del placer y disfrutando de aquel sexo oral, tampoco percibí en qué momento mi primo soltó el agarre de mis brazos cambiándolo por el punzar de su pene en mi cuello, ya que con la llave que me había hecho su genitales quedaron topando mi hombro.
Sacó su muslo de sobre mi cabeza y yo sintiéndome libre no me salí de esa posición, solo giré mi rostro hacia él buscando su miembro con mi boca hasta que le comencé a devolver el oral que el perro me estaba haciendo a mí.
Y luego de un par de minutos exclamó "¡Gozas tú, gozo yo ¿y el perro qué?", yo seguí mamándosela y no dije nada, pronto el belga dejó de lamerme y mi primo le dijo "Si, venga, venga" y lo hizo ponerse sobre mí, con lo que se me puso la piel de gallina al sentir que me abrazaba de la cintura con sus patas delanteras y hacía movimiento de coito.
Solté el pene de mi primo y bajé con mi pelvis al suelo, logrando que el perro me soltara y gritándole a mi primo "¡¡ESTÄS LOCO!!", con lo que él antes que prosiguiera en voz bajita me recordó que estábamos sin enojarse.
Mi respiración estaba muy agitada y mis ganas eran que me la metiera mi primo, por lo que le sonreí y sentándome en el pasto acerqué mi pelvis a su sexo evidenciando mis intenciones.
Pero él me preguntó "¿Te cuidas? Yo no ando con preservativos, no venía preparado para esto, no es porque nos podamos contagiar de algo, sino por el riesgo de embarazo" y sentándome de frente a él con mis piernas sobre las suyas, froté mis labios vaginales contra su pene y le respondí "¡Si, tienes razón! ¿Y qué vamos a hacer entonces?", a lo que me respondió "Mira a el pobre perro" apuntando a su pene que algo se asomaba desde su funda "Su semen no podría fecundarte y ambos saldrían beneficiados"
"¡Definitivamente eres un depravado de primer corte!" le respondí y me di vuelta quedándome sentada mirando hacia la laguna y él se acercó por atrás sentándoseme con sus piernas abiertas pegadito a mi espalda haciéndome sentir su pene aún erecto entre mi coxis y la comisura superior de mis glúteos al momento que me abrazaba, comenzando a chuparme el cuello y masajear mis senos, para luego con una mano sobar suavecito mis pezones y con la otra bajar a mi sexo e introducirme dos de sus dedos haciéndome un spider-man, me tenía tan excitada que solo quería que me la metieran.
Por lo que me eché para adelante poniéndome en cuatro para ver si se animaba a penetrarme, y para mi sorpresa así lo hizo dejándome sentir lo rico que su duro y caliente pene iba entrando, me bombeó por unos 30 segundos y luego se salió "¡Noooo, es que voy a acabaaaarrr!!!!" y frotándose entre mis nalgas largó su semen en mi baja espalda.
El belga estaba expectante a un costado nuestro y mi primo insistió "¿Puede él terminar de sacarte las ganas?".
Y yo que realmente me había quedado con todas las ganas, respirando profundo de respondí "¡Ya, dale!".
"¡Ya, venga, venga!" le dijo al momento que se corría para un costado, lo posicionó sobre mí y como vio que no atinaba le ayudó empujándolo un poco de atrás y orientando su cosa a mi entrada.
Fue algo brutal, digno del animal que me estaba poseyendo, apenas sentí lo caliente de su pene ya me lo tenía encajado hasta lo profundo de mis entrañas, picoteando algo muy duro y puntiagudo en mi cuello del útero mientras algo más grueso se batía en la caverna misma de mi vulva produciendo un ruidoso SHLAFT, SHAFT, SHLAFT, SHAFT, SHLAFT, SHAFT, pero esa punta entró en mi matriz y acto seguido el perro me apretó aún con más fuerza hundiéndomelo como si en eso se le fuera la vida y percibí que esa parte más gruesa se su aparato ya era una bola que me tenía toda repleta, y latía al ritmo que iba inyectando su semen en mi interior.
Todo esto tan intenso fue solo en un minuto y medio o dos, para luego el animal estarse bajando para un costado y hacerme saber que estábamos pegados, pues sentí como esa gran masa se giró en mi interior sin aflojar ni un solo centímetro para afuera.
Sabía que los peros quedan abotonados a sus hembras cuando se aparean, pero jamás pensé que con una mujer también, bueno jamás había pensado en tener sexo con un perro ni tampoco sabía si se pudiera o hubieran mujeres que lo hicieran.
Pero pese a lo raro, se sentía muy bien esa tremenda masa de carne caliente y dura ahí adentro, además su abundante eyaculación no cesaba y estaba muy rica.
Mi primo ayudo al perro a terminar de darse vuelta y luego se me puso arrodillado por delante, no dudando yo en chupársela nuevamente mamándosela intensamente hasta que la tuvo tan dura como al principio, lo que el muy estúpido aprovechó para ir a metérmela por el ano.
"No, no seas cochino, eso es muy insalubre, se te puede infectar con las fecas, no, nooo, nooo, nooooohhh, Ooooohhhh, mh, mh, mmmmhhhh" me dejó extasiada con ambos penes dentro de mí.
Pero luego acabó y el perro aún seguía, creo que estuvimos abotonados por unos quince o veinte minutos, hasta que quedé con la boca abierta al ver el tamaño con que salió so aparato, aún guardaba considerables proporciones y no me atrevía a creer que eso hubiera estado dentro de mí, era algo increíble para una inexperta jovencita de 16 como yo.
Luego nos fuimos a bañar a la laguna mientras al belga se le guardaba su herramienta y aprovechamos de planear como lo haríamos en los diez días que nos quedaban aún en aquel parque nudista, realizando después nuestras secciones de sexo animal por lo menos un par de veces al día (mañana y tarde), hasta nos conseguimos otros perros para poder yo satisfacerme más plenamente.
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