Canelo si cumple
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno, como ya mencioné mi nombre es Tania, tengo 21 años y soy mexicana; soy bajita, 1,62 m, mi cabello es oscuro, casi no tengo tetas, pero no me molesta, porque lo compenso con un culo que varias de mis amigas envidian y los hombres miran cuando paso, soy delgada, pero no flaca y mi piel es morena clara. La razón por la que escribo estas líneas es porque Canelo, mi perro (y amante), me ha llenado de dicha, cosa que no es muy común en mi vida y quiero que sepan, los que lean esto, que algunos animales pueden se más cariñosos, gentiles y voy a usar el término "humanos" que muchas personas; no me apena en lo más mínimo vivir así, pero la mayor parte de la sociedad aún ve mal esta práctica, por lo que prefiero mantenerme en el anonimato, sin embargo estas líneas son para que la zoofilia y el bestialismo no son malos, cuando se practican con consciencia, cariño y protección de los animales, y que la vida es más bonita cuando no se tienen tantos tabúes.
En fin, mi relato comienza con que sepan que soy estudiante universitaria en el área de humanidades y que no vivo sola, vivo con mi mamá en una casa que no es nuestra; mi papá nos dejó cuando yo tenía como 5 años, por lo que tuvimos que buscar dónde vivir y la hermana de mi mamá nos recibió en su casa, que es algo grande y básicamente desde entonces me he tenido que hacer cargo de las labores del hogar, dado que mi tía y mi mamá trabajan casi todo el día, de 8 a 8; mi tía no se casó porque no confía en los hombres, por lo que le echó en cara lo de mi papá a mi mamá mucho tiempo. Los temores de ambas hicieron que primaria y secundaria me metieran en escuelas de niñas solamente, y no me dejan salir más que con amigas, o si va una de mis primas (que es bastante puta, cosa que no saben) acompañándome, así que no inicié mi vida sexual hasta los 17 años, poco antes de iniciar la universidad, con algunos que chicos que conocí al fin en el bachillerato.
Desde adolescente me gusta leer, de todo un poco, como estos relatos que me encantan y leer en general, lo que me ha hecho de una manera de pensar muy abierta y centrada sobre varias cosas, por ejemplo, el sexo; no me da miedo que me tachen de puta o de puritana, etc. sé lo que quiero en una relación, sé lo que quiero de un hombre y sé lo que quiero de mi vida sexual, y hasta el momento no he encontrado un hombre que me satisfaga en todos los sentidos, y pues para eso tengo a Canelo, que es un labrador, como su nombre lo indica, de colo como la canela, aunque y yo le digo Canelo porque es dulce y picoso jeje. Pero a eso voy.
Desde los 17 he tenido novios (a escondidas, obviamente) con los que aprendí mucho, y aunque no estoy realmente buscando un hombre no me cierro a la idea de que tal vez, sólo tal vez, algún día encuentre al ideal; pero mientras tanto no me siento nada sola, porque tengo un amante increíble, puedo acudir a él cuando necesito cariño, compañía, alguien que me escuche, pero sobre todo, que me satisface hasta más no poder, me tiene bien contenta, sabe darle a su hembra lo que necesita, y claro está que es recíproco, yo le doy a mi macho cuando me necesita, cuando quiere mi cuerpo. Es mi trabajo satisfacer la calentura de él también, cuando estamos solos, por supuesto. Sé que no me ama, sé que no entiende lo que le digo, pero siento una conexión profunda con él, sexualmente y sentimentalmente, cuando estoy triste se queda a mi lado, no hace nada, sólo se queda ahí, como animándome a su manera, es difícil explicar.
Todo comenzó hace poco más de dos años; terminé con un novio que resultó ser un idiota, cosa que me afectó bastante porque había puesto muchas esperanzas en él, era de una facultad de ciencias exactas, y como las 3 o 4 ocasiones anteriores, ahí estaba Canelo, dándome su apoyo, yo estaba llorando en mi cama, y ahí estaba él, parecía sentir mi dolor, echado al pie de mi cama, como diciendo "aquí estoy, cuentas conmigo", siempre ha sido un gran apoyo. Me puse a ver una película, de esas románticas para cortarse las venas, y más amargamente me puse a llorar, escuché música, todo el proceso de auto-tortura por el que hay que pasar tras un rompimiento. Me quedé dormida, justo ese fin de semana había "puente" de viernes y lunes, tendría cuatro días de depresión, o se pensaba yo, en mi casa, tomé mis precauciones de no dejar que mi mamá y mi tía notaran mi depresión, porque harían preguntas, así que ese viernes comencé mis actividades hogareñas cotidianas, dado que ellas estarían allí el viernes, porque descansaban, pero no les dieron el lunes como a mí, podré comer helado y llorar todo el lunes, pensé, pero eso no pasó.
Pasó el fin de semana como cualquier otro, pero llegó el lunes y cambió mi vida para siempre. Mi mamá y mi tía se fueron, yo me quedé con la ropa de dormir, un calzón y una camisa deportiva que me cubre hasta los muslos nadamás, desperté como a eso de las 11 am, aprovechando que no había clases. Me preparé para un maratón de películas para suicidarse y llevé un helado del refrigerador a medio comer y empecé, a media película me estaba acabando el helado, estaba llorando un poco y Canelo estaba junto a mí, con su hocico recargado en mi pierna, yo estaba en el suelo, con las piernas cruzadas, mientras veía la película Canelo intentó oler entre mis piernas un par de veces, como muchas ocasiones anteriores, es natural en los perros, y como siempre lo alejé entre risas, pero en una de esas algo del helado se derramó sobre mi pierna y Canelo inmediatamente lo lamió, yo reí y le acaricié la cabeza, pero enseguida llegaron a mi mente recuerdos de mi ex, cuando nos besábamos, cuando besaba mi cuello, anduvimos como 3 meses, y en ese tiempo lo hicimos algunas veces, e inconscientemente me empecé a excitar.
Los recuerdos inundaron mi cabeza, sentí la necesidad de masturbarme, necesitaba calmar el deseo de mi cuerpo que pedía sexo, empecé a humedecerme, y Canelo lo notó, metió su hocico entre mis piernas buscando mi vagina, pero esta vez no lo detuve, la calentura nubló mi juicio, lo dejé olerme y lamer mi calzón todo lo que quisiera. Mi mente comenzó a trabajar a mil por hora, recordé historias, mitos, relatos, muchas referencias a la zoofilia llegaron a mi mente, sabía que era posible tener sexo son un perro, sabía que muchas mujeres en el mundo la practicaban, pero hasta ese momento no le había dado importancia, sabía que algunas mujeres incluso preferían el sexo con perros o caballos antes que con los hombres, etc. pensé en muchas cosas en unos breves momentos, mientras Canelo casi se devoraba mi calzoncito, mi corazón comenzó a acelerarse, era una locura pero lo necesitaba, necesitaba sexo, ¿quién mejor que Canelo que siempre había estado ahí para mí?
Decidí desactivar mi cerebro, me dejé llevar por la lujuria, por el deseo, el deseo de ser poseída, penetrada, que me hicieran gritar de placer, necesitaba un orgasmo y lo necesitaba ya. Tomé a Canelo del hocico y lo guié hasta mi cara, pasé mi lengua por su hocico y él respondió al instante sacando la suya, cerré los ojos, pude sentir su poderosa y áspera lengua recorriendo cada rincón de mi boca, permanecí con la boca abierta y la lengua afuera, él hizo todo, me calenté aún más. Abrí mis ojos, lo abracé un momento, él siguió lamiendo mi cara, mis ojos, mis orejas, cuando llegó a ellas me excité mucho, me encanta su lengua en mis orejas; empecé a gemir un poco y mientras me lamía le dije: "Uy, Canelo, no hagas eso porque me estás calentando ya mucho y me vas a tener que coger para que se me baje".
Como entendiéndome regresó a mi boca y la volví a abrir, nos seguimos "besando" así un ratito más; entonces procedí a remover la camisa que me cubría, empezó a lamer de mi torso el sudor que la misma excitación me estaba provocando, cuando pasó su lengua por mis pezones casi me hace llegar al orgasmo, me hizo lanzar un pequeño grito de placer, y ya no pude más, me saqué el calzón, y así comenzó a lamer mi vagina, no tardó ni 10 segundos en hacerme venir en un orgasmo tremendo, y siguió lamiendo, así como estábamos, yo con la espalda recargada en el pie de mi cama, sentada pero ahora con las piernas abiertas aceptando la lengua de mi Canelo, tomé lo que quedaba ya derretido en el bote de helado y lo regué por mi cuerpo, lo cual hizo que Canelo me lamiera aún más entusiasmado, me llevó al cielo con su lengua, por todos lados, me levanté y me senté al filo de la cama con las piernas abiertas para facilitarle el trabajo a Canelo. Entre gemidos le empecé a hablar mientras acariciaba su cabeza: "Uy, sigue así, no pares, me vas a hacer venir otra vez, ya casi, ya casi, así mi amor, cómetela toda, uy, sí, que rico, cómetela, así, es tuya…", etc.
El segundo orgasmo llegó, sentí que se me salía el corazón, Canelo dejó de lamer, no sé si se cansó, pero yo aproveché para devolverle el favor, no me parecía justo gozar sólo yo. Lo hice echarse de lado, ya había hecho sexo oral antes, pero sólo a humanos, algo nerviosa comencé a acariciar su funda, Canelo levantó su pata como cuando le acaricio la panza, pero no quería eso, quería mamarle la verga, saborearla, darle placer con mi boca, tenía la puntita asomando, supongo que lo excitaron mis jugos, empecé a lamer, chupar lo que poco a poco se iba asomando, lo masturbé suavemente y también lamí sus huevos, peludos, negros, me da morbo mamar los huevos también, al poco tiempo se asomó completamente su verga, era como rosada, venosa, muy húmeda, pero sobre todo muy grande, me sorprendió bastante, como 20 cm y de buen grosor, se la seguí mamando para ponerla a tope, sabía raro pero me empeñé.
Llegó el momento esperado, me puse a 4 patas en el suelo, lo llamé y empezó a oler mi vagina otra vez, lamió otro poco, esta vez lamiendo mi ano también, cosa que me encanta, pero yo quería que me la metiera, quería su carne dentro de mí vagina. "Métemela ya", le dije algo desesperada. Me montó, intentó penetrarme un par de veces sin frutos, hasta que al fin lo logró, era demasiada fuerza para mí en ese momento, nunca me habían cogido con tanta fuerza. "Ay, ay, me vas a partir en dos", le decía, pero él estaba empeñado en lo que hacía. Sólo fueron unos segundos, quizás 30, quizás un minuto, pero me hizo llegar al cielo varias veces. "Así, sigue, me vengo, me vengo. Cógeme, cógeme, Canelo, soy tu hembra, soy tu perra". El morbo de sentirme su perra me hace excitarme demasiado, me encante ser su perra. Me abotonó y empezó a derramar su caliente leche en mi interior "Así, dame tu leche, lléname de leche, Canelo, deja preñada a tu perra", en ese momento quería ser la madre de los cachorros de Canelo, y lo sigo queriendo, aunque sé que es imposible.
Un par de minutos después se salió de mí, derramando una cantidad inmensa de semen canino en el piso y la curiosidad y la calentura me llevaron a lamerlo, "Mmmm, que rica está tu leche", la leche de mi macho es mi manjar. Se retiró un poco, con la verga toda hinchada, vaya que es grande, me acerqué a él, y le ayudé a limpiar su pedazo enorme de verga con mi lengua, hasta que se guardó en su funda; así llena de leche me acosté en mi cama, invitando a Canelo conmigo. Desde ese día dormiría conmigo cuando quisiera, después de todo él es mi macho y yo soy su hembra. Nos quedamos dormidos un par de horas, despertamos como a las 2 de la tarde, con ganas de más…pero esa será otra historia…
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