Canelo si cumple III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Gracias a tod@s por sus lindos comentarios en mis dos relatos anteriores, me da mucho gusto que disfruten mis historias, aunque las disfruto mucho más yo viviéndolas, jeje. Les recuerdo que me llamo Tania y soy mexicana; esta es la historia de uno, de muchos, días especiales de pasión y calentura que he vivido con mi Canelito hermoso, mi macho que adoro, que vale la pena recordar y me daría mucho gusto compartir, a ver si me inspiro a contarles más.
Recuerdo que fue un fin de semana, no recuerdo qué día exactamente, debió ser entre pasando el primer mes de que Canelo se volvió el macho de mi vida; era una mañana nublada, como ocurre más o menos seguido por acá, llovía un poco, el aire se dejaba sentir fresco, muy rico, me encanta el clima así, no hacía ni frío ni calor. Mi mamá y mi tía no estaban porque estaban haciendo las compras, o algo así, por lo que tendría la casa para mí sola hasta la hora de la comida.
Como todos los fines de semana, desperté y me dispuse a realizar mis labores de la casa, que normalmente me toman un par de horas nada más; me levanté, me bañé y empecé a trabajar en la casa, no recuerdo si tuve o no tarea de la escuela ese fin, así que fue tranquilo en cuanto a las obligaciones, pero muy agitado en cuanto al placer que viví, jeje. Traía una camiseta de esas de tirantes, sin sostén, el pelo amarrado y una falda no muy larga ni corta, más o menos holgada, de mezclilla, con un calzoncito debajo.
Ya había aprendido a usar faldas cuando estoy sola con mi macho en la casa, sin ropa interior si sé que voy a estar sola mucho tiempo y nadie va a llegar a la casa o con ropa interior cuando pudiera aparecerse alguien o que regresen mi mamá y/o mi tía. Hago esto para facilitarle el acceso a mi macho a mi vagina, pues me cuesta mucho trabajo rechazarlo cuando se acerca a mí buscando satisfacer sus necesidades sexuales, me da mucha pena; si no accedo se pone como triste, y me rompe el corazón sus ojitos, y termina convenciéndome; o a veces basta con que me deje ver su verga colgando para que se me antoje y tenga que ponerme en cuatro patas para él. Después de todo él siempre está ahí cuando yo ando con ganitas de sexo, y nunca me ha fallado. ¿Qué clase de hembra sería yo si no le correspondiera?
Terminé mis labores y aún me quedaban un par de horas para disfrutar con Canelo, así que salí al patio con él y me recibió con su alegría de siempre, nos pusimos a juguetear, traje una pelota para que mordiera y correteara, y así estuvimos unos 20 minutos, y me tiré en el piso con él, y él se echó junto a mí y lo abracé ¡fue tan lindo! Así son normalmente mis tardes con él. De tanto acariciarlo y tocarlo me empecé a calentar, mi calzón se empezó a humedecer, lo que él detectó inmediatamente y me empezó a olfatear; me quité la playera para sentir su pelaje directamente, me encanta eso; después quité el calzón que apartaba su hocico de mi vagina, y comenzó a comerme como sólo él sabe. ¡Uf! ¡Vaya que sabe hacerlo! Empezó a lamer mis fluidos como desesperado, llevándome al cada vez más cerca del cielo, y me llevó a un orgasmo que me estremeció. Yo estaba recostada, y él lamiéndome con sus patas traseras a la altura de mi pecho, a mi izquierda, y yo con la pierna derecha levantada para facilitarle el acceso, aunque me llegaba muy facilmente esa lengua a donde él quisiera.
Noté que su verga comenzaba a hincharse, necesitaba un lugar dónde ponerla, y mi conchita es el lugar ideal para eso, así que me coloqué en cuatro patas para mi Canelo. "Cógeme, por favor, quiero sentir tu verga dentro de mí", le dije, "Métemela toda y amárrame con tu nudo, quiero que nos quedemos pegados un buen rato", le decía mientras me lamía el culito, haciéndome sentir muy rico. "¡Sí, sí, cómete ese culito, lámelo todo!". Me montó y empezó a bombear. A esas alturas yo ya no tenía que guiarlo a mi vagina, ya la tiene bien medida jaja. De vez en cuando se emociona mucho y de desesperado no le atina.
"¡Cógeme duro, cógeme más duro! ¡Soy tu perrita y tú eres mi macho!", me encanta gritar que él es mi macho, me pone a mil. Como siempre duró poco, pero haciéndome venir varias veces. Nunca me deja insatisfecha. Estuvimos pegados un rato, culo con culo, cosa que me encanta, me hace sentir más su perra; es el momento en que me siento más que soy propiedad de Canelo, aunque sea unos minutos, somos uno solo. Me encanta tenerlo adentro de mí, me hace llegar al cielo. Se zafó y se puso a lamerme la vagina, regalándome más placer, ¡es tan lindo conmigo mi Canelo! Y yo, como casi siempre hago, me puse debajo de él para mamar su rica verga, y saborearme el resto del semen que su vergota hinchada sigue disparando a chorritos. Como si yo fuera una bebé y su verga mi mamila, me encanta su lechita, la necesito para vivir.
Seguí mamando su verga hasta que se guardó en su funda; pero ya no había tiempo de otra sesión, mamá y mi tía llegarían pronto…así que ahí la dejamos. Afortunadamente Canelo aprendió muy rápido que sólo podemos coger cuando no hay nadie más en la casa, cuando no estamos solos es muy comportadito ¡qué educado es mi macho! Mucho más que muchos hombres que he conocido, jaja.
Gracias por su atención, espero les guste y me dejen seguirles compartiendo más. Besos. Disfruten a plenitud a sus mascotas y que ellas disfruten con ustedes. La vida es tan bella como la queramos vivir.
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