Con permiso de mi marido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La vendedora me insinuó que el caballo estaba entrenado para cosas “extrañas” pero yo no le tomé asunto, menos mi marido que lo necesitaba.
Pasadas dos semanas, un día en que yo andaba especialmente caliente, por lo que no me había puesto calzones y mi vestido era muy corto, prácticamente con el culo al aire, después de todo, en la casa estábamos mi marido y yo solamente y para eso habíamos comprado la finca, solitaria y lejana.
Me acerqué al caballo y lo empecé a acariciar a ver si podía montarlo, enorme fue mi impresión cuando bajó la cabeza y comenzó a husmear entre mis piernas, mi calentura subió en un instante, abrí las piernas y sentí su lengua áspera y grande recorrerme la concha que chorreaba sus líquidos.
De pronto miré y vi su enorme verga colgando, estaba fuera de su funda y su color era rosado con manchas negras.
Incapaz de soportarlo la tomé y acaricié lentamente, jamás había disfrutado de un pico tan grande y lindo, lo besé y chupé todo lo que pude y de poco fui recorriéndolo con la boca, hasta llegar su raíz, llegué a las bolas, las besé y chupe, mientras sentía el olor fuerte y dulzón de su cuerpo, casi no podía mantenerme de pie de caliente que estaba, mi culo latía desesperado
Extrañé el pico grueso y potente de mi marido, el tiene 10 años menos que yo, apenas 20 años y es insaciable, en el fondo le pago por su pico y para que me culee cuando yo lo exija, especialmente cuando me lo hunde por el culo, es lo que me gusta.
Chupé el pico del semental, le pase la lengua por las bolas, hasta llegué a su culo y le metí los cuatro dedos y olí su mierda rica, sentía como mi concha chorreaba hasta mojarme todas las piernas.
Tomé el celular y llamé a Ernesto, extrañado por la llamada llegó al establo, yo estaba en pelotas y tirada en el suelo, las piernas muy abiertas y tocándome la concha, en cuanto lo vi me di vueltas y le mostré el ano dilatado y dispuesto – culeame – le dije – méteme entero ese pico rico que tienes – se sacó los pantalones, sin hablar, su pene saltó y me lo mostró tomándoselo con fuerzas – te lo voy a meter puta de mierda, hasta las bolas – dijo y me puso tras de mi.
Ernesto se depila entero, igual que yo, no tiene ni un pelo desde el cuello abajo, igual que yo, se lo exijo, yo, que soy la del dinero, le pago a un chino que una vez a la semana va a la casa y nos hace el trabajo.
Si trátame de puta le dije mientras levantaba la cabeza y tomaba el pico del caballo, mi marido se instaló atrás de mi y sin mojarme y avisarme hundió el pico en mi culo que ya estaba listo, dilatado y esperándolo con ansias, chupé ansiosa el pico dulzón del caballo, mientras Ernesto bombeaba mi culo
Me sentí lo más puta que hay, como me gusta, de pronto el caballo empezó a lanzar chorros de moco directo en mi boca, trague todo lo que pude, tragué y tragué y recibí en mis manos el moco espeso y caliente y seguí tragando hasta que terminó, ¡¡que cantidad de moco!!, me movi rápidamente sacando el pico de mi ano y di vueltas a Ernesto, le hice parar el culo y enterré mi lengua en el , su ano estaba con un poco de mierda porque el sabe que asi me gusta
Disfruté un rato mientras el movía las caderas ansioso por acabar, su pico brillaba y en mi locura volví a tomar la funda del pico del caballo, la funda negra era la más olorosa y la chupé y moví hasta que el pico enorme comenzó a salir de nuevo, Ernesto metía dos dedos en mi culo y dos en la zorra que chorreaba sin limites.
Pero el caballo no hizo otra cosa que mear, soltó el chorro de pichi caliente en mis tetas y fue imposible perderlo por lo que abrí la boca y toma un jarro de medio litro que estaba por ahí, y lo puse abajo, tomé mucho directo del pico y el resto lo recibí y mientras Ernesto me volvía a culiar por el culo y acababa bien adentro, yo me tomé el medio litro de meado del caballo.
Por primera vez acabé sin tener algo duro en la concha, cuando Ernesto sacó el pico de mi culo, me volví y se lo chupé desesperada con mi boca llena de meado del caballo que nos recibió después dia por medio pero eso es otro cuento para más adelante
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