Confesionario zoo: sexo con un perro…… ¿náhuatl?
El perro de mi vecino me da la mejor cogida de mi vida.
Hola. Ya me conocen, soy el párroco Gerardo, después de mi último relato he recibido tanto critica buena como mala, algunas chicas han hecho su confesión Online a través de correo y otras solo para hablar de sus problemas y sus morbos, la siguiente historia me la enviaron una chica a la cual le cambiaremos el nombre obviamente y con su permiso me dejo publicarla.
Soy Naty y lo único que hacía era ser o intentar ser una buena persona nada fuera de lo normal…Mi esposo y yo vivimos en la ciudad. Nuestros vecinos de al lado, un matrimonio de la tercera edad, nos habían pedido que alimentáramos a sus perros mientras estaban de vacaciones. Una pareja de dóberman, un macho y una hembra. La hembra acababa de tener una camada de cachorros hacía unas 8 semanas. Y la doñita no quería dejarlos, pero tenían boletos de avión no reembolsables. Le había dicho a la SEÑORA que no se preocupara, que yo los estaría cuidando con frecuencia. Los perros me conocían bien y aunque el macho era muy grande no le tenía miedo.
Mi esposo y yo no teníamos mascotas propias. Todavía no teníamos hijos, pero hacía poco que yo había dejado de tomar la píldora para intentar quedarme embarazada. Mis pechos siempre habían sido de un tamaño promedio y desde que había dejado de tomar la píldora los sentía hinchados y calientes y un día empezaron a soltar leche. Fui al médico y me dijo que era un efecto secundario poco frecuente, debido principalmente a los cambios en los niveles hormonales. Eventualmente, si dejaba de estimular mis pechos, se secarían solos de la leche. En realidad, no podía dejarlos en paz a mis pechos y como jugaba con ellos habían empezado a producir más leche.
Tuvimos un largo día y llegó la hora de dormir. Mi esposo ya estaba en la cama durmiendo y yo me estaba desvistiendo. Estaba decepcionada porque me sentía un poco cachonda esa noche. Me pongo cachonda en la época del mes en que ovulo y como ya no tomaba la píldora me estaba pasando otra vez. De repente recordé que no había alimentado a los perros de mis vecinos. Estaba cansada, pero sabía que tenía que hacerlo. Estaba desnuda, pero me puse mi bata corta de algodón y me la até alrededor al final y al cabo sólo iba a la casa de al lado y era de noche ya.
Atravesé el césped hasta llegar a la casa de mis vecinos. Abrí la puerta principal y atravesé la casa hasta el patio trasero donde estaban los perros. Abrí la puerta del patio y salí a ver si tenían agua. El macho y la hembra vinieron a saludarme. Realmente eran unos perros muy dulces. Los cachorros eran lo suficientemente grandes como para moverse por el patio por sí mismos. Eran ocho y mi vecina iba a ponerlos a la venta cuando volviera. La hembra volvió a su cama y me di cuenta de que sus tetas colgaban. Eran muy largas y sólo podía imaginar a todos esos cachorros amamantando.
Me acerqué a donde estaban sus recipientes de agua y me agaché para tomarlos. De repente sentí que una nariz húmeda me tocaba el trasero y se metía entre mis piernas. Mi bata se había subido dejando al descubierto parte de mi cuerpo desnudo. Era el un rottweiler negro, no sé de dónde salió, según yo ese perro no tenía por qué estar ahí ese macho que me olfateó y luego me lamió. Me sorprendió, pero no me levanté de inmediato. Ahora me estaba lamiendo mi vagina y yo cerré los ojos y pensé en lo bien que se sentía eso. Volví a La realidad después de un momento y pensé que esto estaba muy mal. Me levanté y aparté su cabeza de mí. Debía de estar desprendiendo algún aroma que le gustaba porque siguió intentando volver a mi coño desnudo.
Intentaba volver a la puerta de la casa cuando uno de los cachorros me hizo tropezar y me caí. Me puse de rodillas y comencé a levantarme. Mi bata se había subido por encima de mis caderas dejando mi culo al descubierto. Estaba recuperando el aliento para volver a levantarme ya que hasta las rodillas me pegué al caer al suelo cuando sentí la lengua del gran macho en los labios de mi vagina: los estaba abriendo, tratando de llegar más profundo. Su lengua rozaba mi clítoris que se estaba hinchando. Sabía que debía levantarme y alejarme, pero dudé. Fue un gran error. Me perdí en la sensación cuando se detuvo. Pensé que había terminado, así que empecé a levantarme. De repente, sentí que un enorme peso caía sobre mi espalda y me derribaba. Estaba encima de mí con sus patas delanteras rodeando mi cintura. Apenas podía soportar su peso de más de 40 kg con mis dos brazos, así que no podía alcanzar a empujarlo. No me di cuenta de inmediato de lo que estaba haciendo hasta que lo sentí. Su pene caliente y chorreante me lo estaba metiendo entre las piernas. Intentaba montarme.
Me asusté y pensé en gritar pidiendo ayuda, pero no lo hice porque esto era muy embarazoso. Esperaba que se diera por vencido y se quitara de encima. Mi coño estaba mojado por sus lametones y quizás un poco porque yo lo disfrutaba. Estaba muy decidido el desgraciado perro y finalmente metió la punta de su polla en la entrada de mi vagina. Una vez que sintió mi calor, introdujo rápidamente la mayor parte de su verga dentro de mí. No podía creer lo grande que era y ni siquiera había entrado del todo. Me agarró la cintura con más fuerza y me metió más. Era mucho más grueso y largo que mi esposo. La sensación de su verga desnuda dentro de mí era increíble. No había tenido un pene de este tamaño en mucho tiempo, y además el suyo estaba mucho más caliente. Empezó a follarme más rápido que cualquier otro hombre. Sentí la punta de su polla en lo más profundo de mi cuerpo tocando mi cuello uterino. Sentí que el orgasmo se acumulaba y traté de contenerlo. Un perro me estaba cogiendo, no debería estar disfrutando de esto, ¿verdad? Decidí dejarme llevar y dejar que las cosas sucedieran. Justo cuando empezaba a correrme, sentí que algo duro y grande golpeaba los labios de mi vagina. El orgasmo me inundó y empecé a empujar hacia atrás el nudo que intentaba meterme. Mis caderas hacían que mi clítoris se estimulara sobre él cuando me abrí más y entró su nudo. Esto provocó otro orgasmo en lo más profundo de mi vagina e hizo que le apretara la verga con mis paredes vaginales.
Los espasmos dentro de mi vagina disminuyeron y ahora lo sentía. De alguna manera se estaba hinchando más dentro de mí. Cada vez era más grande y me estaba asustando un poco. Había metido su nudo dentro de mí y se estaba hinchando para quedarnos pegados. Era de tal tamaño ahora que sabía que no iba a salir. Los perros machos están equipados así para que su semilla tenga más posibilidades de permanecer dentro de la hembra. Eso fue lo que sentí a continuación, su semilla disparada profundamente dentro de mí. Estaba caliente y era mucha. Su verga estaba tan dentro de mí que pensé que podría haber pasado su punta por la entrada de mi útero. Estaba en mi vientre, mi vientre fértil porque estaba ovulando. Seguramente no podía quedarme embarazada, no de un perro (eso creí).
Sabía que era un macho potente y viril se notaba en la fuerza y las ganas que tenía. El riesgo y la emoción de todo esto me excitaron aún más. Estábamos bien anudados cuando paso su pata sobre mí, colocándonos culo con culo. Tiró ligeramente y no pudo salir. Su magnífica y deliciosa verga seguía chorreando dentro de mí. Mi bata se había abierto y mis tetas colgaban. Con el peso del perro fuera de mí, pude levantar una mano y tiré de mi pezón. Eran muy sensibles y con su nudo presionando mi punto G hizo que cerrará los ojos de placer. Sentí un calor en lo más profundo de mis pechos mientras tiraba de mis largos pezones.
La leche empezó a brotar de ellos, cayendo a chorros sobre la hierba y el pasto que había debajo de mí. Los solté y me balanceé hacia delante y hacia atrás sobre su polla. Sentí que algo tocaba mi pezón. Miré hacia abajo y vi que uno de los cachorros primero lo lamía y luego se llevaba mi pezón a la boca… Supongo que se sintieron atraídos por el olor de mi leche. El cachorro estaba recibiendo un poco de mí leche y ya no soltó mi pezón. Pronto otro cachorro se acercó y tomó mi otro pezón en su boca para chupar. Allí estaba yo, amamantando a dos cachorros dóberman mientras mi vagina se alimentaba de la enorme verga de aquel Rottweiler que quien sabe dónde había salido y su leche empezaba poco a poco a salir y llenarme mi vientre (que ironía…). Sus pequeños dientes de cachorro me pellizcaban de vez en cuando enviando una descarga de sensaciones a mi pecho.
El rottweiler seguía dentro de mí y podía sentir cómo su carga hacía que mi bajo vientre se hinchara un poco. Ese macho volvió a tirar de donde estábamos unidos nuestros sexos, pero aún no estaba listo su pene para salir. Era ahora mi macho debía estar muy cachondo y mi vagina muy rica para que su verga aún no se desinflamaba. No tenía ni idea de cuánto tiempo habíamos estado anudados. Su pene debía encogerse para salir de mi templo femenino. No me gustaría tener que explicar esto si alguien nos hubiera descubierto. Mi macho lo intentó de nuevo y poco a poco empezó a estirarme mi vagina arrancándome varios gemidos de dolor. Justo cuando el par de cachorros se saciaron de mi leche, su enorme nudo salió de mi vagina seguido de lo que parecían 20 cm de gruesa verga rojiza.
No entendía como había albergado semejante miembro dentro de mí; me quedé hipnotizada viendo cómo su verga saltaba en pequeños tics y se movía al ritmo de los lengüetazos que se estaba dando para limpiarse (¿o saborear?) nuestros fluidos, estaba aún bastante cachondo por como respiraba y jadeaba con la lengua de fuera. Caí al suelo de lado, agotada por la follada de mi vida y me la había dado un perro. Podía sentir su semen goteando de mi vagina usada por ese gran macho viril. Sonreí para mis adentros sabiendo que, no podía quedarme embarazada, seguro que el perro había intentado preñar a su nueva perra y darle su camada. Mientras me tumbaba de lado, el resto de los cachorros se acercaron a mí para mamar. Dejé que se turnaran para beber de mis pechos lechosos. No estaba segura de tener suficiente para ellos. Me sentí muy maternal mientras los acariciaba mientras sus pequeñas barrigas se llenaban.
Pronto terminaron todos y pude levantarme con las piernas temblorosas, llené sus recipientes de agua y de comida y volví a entrar en la casa. Me di la vuelta y miré hacia atrás casi sin querer irme. Vi al gran macho sentado mirándome. Era casi como si tuviera una sonrisa en su cara de perro. Yo también sonreí, cerré la puerta y volví a casa al asomarme por la ventana, creí ver ese Rottweiler transformarse en un hombre, no sé si era el cansancio o una especie de alucinación Post Orgasmos. Mientras caminaba hacia mi casa podía sentir como algunos chorros de semen se escapaban de mi vagina y corrían por mi pierna. Cuando volví a casa, mi esposo seguía durmiendo. Me dirigí tranquilamente al baño para intentar limpiarme un poco. Me limpié cualquier rastro de mi encuentro con el perro. Me dolían los pezones de tanto amamantar a los cachorros. Mi vagina por fin dejó de gotear semen de perro, así que salí y me sequé con una toalla. Me metí en la cama con mi esposo dormido.
Todo lo que podía pensar era en cómo se sentía la gran verga de perro dentro de mí. ¿Estaba pensando en hacerlo de nuevo con aquel perro? mis ancianos vecinos no estarían en casa hasta dentro de una semana. Después de eso, ¿qué iba a hacer? ¿Conseguir nuestro propio perro? Finalmente me dormí y tuve sueños extraños. Estaba desnuda en el exterior. Estaba en un patio extraño. Estaba tumbada en una manta y había muchos cachorros compitiendo por mis pechos. Estaban hambrientos y yo tenía que alimentarlos. Yo era su madre. Eran cachorros que había dado a luz. Vi a su padre haciendo guardia en el patio. Era el gran Rottweiler. Realmente me había dejado embarazada… 15 días después descubrí que estaba embarazada, en los ultrasonidos mi esposo me acompaño tendríamos un varón, después de 15 años mi hijo ya es más grande y veo que se parece mucho a mi vecino ya senil, Lo único que he pensado es que quien me embarazo fue un Náhuatl en cuerpo de perro. Y me dio la mejor cogida de mi vida.
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Bonita y erótica historia, muy parecida a la realidad en la mayoría de sus redacciones, pero de noche esos perro que olfatean tan mal pueden ser un verdadero riesgo…..pero muy buena historia…..gracias
que excelente relato, digno de una hermosa perversa, felicidades por tu perrijo (SIN BURLA ALGUNA)