CUANDO MI PERRO ME HIZO MUJER
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SAKURA18.
Esto me sucedió cuando recién acababa de cumplir 17 años. Las mujeres entenderán que a esa edad las hormonas nos traen de cabeza, y la curiosidad por el sexo y lo prohibido comienza a ser parte de nuestros pensamientos constantemente. Por esos días estaba con una amiga navegando en internet, y nos pusimos a ver paginas de sexo para curiosear, y de repente entramos en una de zoofilia. Las dos nos quedamos mudas de la impresión.
A mi amiga le pareció horrible, sin embargo, despertó cierta curiosidad en mi. No les voy a negar que la idea me parecía muy loca, pero después de enterarme más, ver imágenes y saber que muchas chicas lo habían hecho, aún no logro entender porqué pero me decidí a intentarlo… aunque no había buscado la ocasión apropiada y mucho menos del modo en que sucedió. A esa edad nunca había tenido relaciones sexuales.
Les comento que actualmente tengo 22 años, no soy muy alta, soy rubia natural, soy de piel blanca, mis senos son de tamaño normal con pezones color rosa, tengo una cintura menudita y mis nalguitas son muy redondas y paraditas, soy de caderas lindas; en fin mis amigos me dicen que soy muy linda y creo que en verdad lo soy. Bueno regresando a mi experiencia, para ese entonces en casa teníamos de mascota a un Labrador color amarillo de 3 años, el cual se llamaba Rocco. Era un perro muy juguetón; y había notado que cuando en algunos momentos yo estaba excitada, él se acercaba y comenzaba a olfatearme. Me hacía cosquillas, pero no había pasado a más. Era una mañana de muchas en que estaba sola en casa, Rocco andaba siempre por la casa y a veces se metía a mi recamara. Ese día me acababa de bañar y estaba escuchando música a un volumen un poco alto; sólo tenía una toalla puesta rodeando mi cuerpo, y otra sobre el cabello.
Rocco estaba en mi recamara y estaba echado cerca de la ventana. Después de haber leído y visto las fotos, estuve curioseando sobre su pene, el cual no se veía bastante grande; yo sólo se la tocaba, pero nunca le hice sexo oral ni nada parecido. Me quité la toalla y comencé a buscar un par de tenis que no encontraba, me agaché para ver si se encontraban debajo de la cama, quedando sobre mis brazos y rodillas apoyadas en el piso, cuando unos momentos después sentí la nariz de Rocco olfateando mi vagina.
La sensación era extraña y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Me quedé ahí, inmóvil y comenzó a lamer mi vulva. No les puedo describir la sensación…era simplemente fantástico… hasta parecía que sabía cómo hacerlo. Por mi cuerpo corrían como pequeños choques de electricidad que me tenían jadeando y moviendo mi cintura en círculos arriba y abajo sin que yo lo hubiera notado. Creo que ese momento tuve 2 o 3 orgasmos que sacudieron mi cuerpo. Recuerdo que todo me daba vueltas y mi respiración era tan agitada que parecía que el corazón me saltaría del pecho.
La verdad es que a pesar de que ya había decidido hacerlo, todavía necesitaba ganar un poco mas de confianza, y no tenia pensado de ningún modo que fuera ese día… bueno, eso creía yo. Después de recuperarme de los orgasmos, me apoye sobre mi cama, que no es muy alta, para tomar un poco de aliento y vestirme.
De pronto, Rocco se subió por detrás de mí, dejando su peso sobre mi espalda, lo cual me dejo inmóvil y empecé a sentir que se movía torpemente como intentando hacer contacto con mi vagina. Empecé a sentir que algo muy caliente y húmedo que golpeaba entre mis piernas y luego hasta mis nalguitas. Alcancé a ver por un lado y veía su pene… era muy gordo y rojo con muchas venas, echaba gotitas de líquido blanquecino. Le trate de ordenar que se bajara y no me hizo caso, me traté de mover, pero el peso no me dejaba, y él seguía insistiendo en sus movimientos. Muchas cosas pasaban por mi mente… miedo, mi virginidad, incertidumbre… pero también un cierto deseo escondido.
Pensé que tal vez por su estatura, no lograría hacerme nada si me trataba de resbalar hacia abajo para poder salirme… fue la idea más estúpida!!! Fue ahí cuando de algún modo le quedé en el ángulo correcto… y en un movimiento de su cadera, pasó todo. No les puedo decir qué sucedió exactamente, por que cuando hizo blanco en mi vagina, todo se me puso blanco; sentí un pequeño dolor en mi vagina, y como si algo me atravesara y me quemara por dentro. Recuerdo que el dolor me hizo llorar, empezó a penetrarme con una fuerza brutal, me tenía bien agarrada de las caderas y era tan fuerte su ritmo, que me aventaba hacia delante en cada empujón. El dolor no cesaba, y cada vez su pene se iba haciendo más grande y gordo. Sólo quería que acabara y se saliera para librarme de eso.
Mi mente estaba dando vueltas, y lejos de estar llevando la secuencia de las cosas, estaba tratando de lidiar con el dolor y placer que me mataba; jamás me pasó por la mente lo de la bola, aunque recuerdo que sentía una cosa grande que golpeaba entre mis nalgas cada vez que me embestía, pero no lo hice consiente, hasta que lo hizo. En un momento, se detuvo y me jaló hacia él apoyándome más con sus manos, e hizo un movimiento como de acomodo de la cadera… entonces supe lo que estaba pasando. Sentí la bola enorme justo entre mis nalgas, presionada contra mi vagina, y Rocco dio varios empujones cortos pero con mucha fuerza. Recuerdo cuando empecé a sentir más y mas presión de esa bola en mi vagina, el dolor ahora era terrible. Sentía como se me abría la vagina y comencé a gritar, sentía como si me estuvieran partiendo a la mitad, y seguía empujando más y más… creo que perdí el conocimiento por unos segundos. Cuando me recuperé la tensión en mi vagina era inimaginable.
Poco a poco el dolor se transformó en una sensación de placer-dolor, por que nunca me dejó de doler, pero empecé a sentir algo muy raro, una sensación de que me llenaba con algo caliente por dentro, muy caliente, y cuando menos lo pensé, estaba teniendo un orgasmo, y otro, y otro más.
Rocco se dio la vuelta, y se bajó de mí, quedando pegada mi vagina con su pene. Ese movimiento me dolió por que cuando tiraba sentía que me iba a voltear la vagina hacia fuera, se sentía muy tensa por lo que tocaba con mi mano, y se sentía como si la bola empujara mi vagina hacia a fuera.
Afortunadamente se quedó quieto, y empezó de nuevo a aventar sus chorros ardientes de semen y me escurrían por las piernas; de nuevo, tuve orgasmos una y otra vez, hasta quedar exhausta. Estuvimos pegados cerca de 15 minutos, y ya comenzaba a desesperarme por que no me la sacaba y seguía pegado a él; me tenía tranquila saber que mi familia no regresaría hasta el medio día, así es que pude ser paciente. Poco a poco disminuía la presión de su pene dentro de mí, pero no mucho. Entonces empezó a tirar con fuerza y de un jalón me la sacó. Me dolió mucho, pero por fin me había soltado.
No sé cuanto fue, pero me salieron cantidades muy grandes de semen de mi vagina. Tenía la vagina muy dilatada, me podía entrar con toda facilidad el puño. Instintivamente volteé ver a Rocco por que se lamía el pene, y casi se me salen los ojos de ver lo que tenía colgando: Era simplemente descomunal… su pene era largo, ancho como un pepinillo, y la bola era como una pelota de béisbol. No podía entender como me había cabido todo eso adentro… bueno sí sé como, con la fuerza bruta de Rocco. La vagina me dolía horriblemente y la vulva estaba muy hinchada; apenas podía caminar y era imposible sentarme.
Noté que estaba sangrando un poco, así que me senté como pude, y me revisé con un espejo; me asusté mucho cuando vi que mi vagina seguía muy dilatada. Me puse muy nerviosa y lloré por que pensé que tendría que ir al hospital a que me revisaran eso, y que todos se enterarían de lo que pasó. Definitivamente no podía dejar que eso pasara, así que me puse una toallas y me quedé en mi cama con el dolor. Afortunadamente, el cansancio venció al dolor y me quedé dormida casi toda la tarde; el sangrado fue disminuyendo y no tuve necesidad de ir al ginecólogo. Eso sí, el dolor y la dificultad de sentarme se me quedaron por 1 semana.
Pero en mi pensamiento quedó algo: me hizo mujer, y me hizo suya. Desde entonces sólo puedo pensar en entregarme a mi Rocco, y dejar que me haga suya cuando quiera; para mi fortuna, casi siempre estoy sola todo el día y lo puedo hacer cuantas veces quiera. No fue la iniciación romántica que esperamos las mujeres a esta edad, pero conocí el lado salvaje del sexo, y me volví adicta. He tenido relaciones con 2 chicos de mi edad, pero ninguno me hizo sentir ni se mueve como Rocco, ni la tienen cercanamente de su tamaño… me quedo con mi perro y siempre estará en mi mente mi primera vez, mi primer amante y el mejor.
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