Dedicado a una paisana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por meridano.
Hola me llamo Cintia y recién cumplo la mayoría de edad, yo tengo un labrador negro y de hecho así se llama, Negro.
Les confieso que desde los 15 años, tengo relaciones con mi mascota, también me atrae el riesgo, así que por eso decidí un día hacer algo muy arriesgado con mi perrito.
Regresando del colegio por la tarde saque a pasear a mi perrito Negro, estaba un poco nublado, así que no había mucho sol.
Esa tarde Salí con la intensión de pasearlo, si no de cumplir una fantasía que ya tenía un par de meses que traía en la cabeza.
Quería hacerlo con mi perro en un lugar donde no haya gente y hacerlo el ahí mismo. Yo ya le había puesto el ojo a un lugar que esta por mi casa, yo por una colonia llamada Montes de Ame aquí en Mérida.
Se trata de una terreno baldío y muy lóbrego que está lleno de yerbas y arbustos altos, así se ve desde afuera, pero a dentro tiene un claro y está muy privado, lo mejor es que menos de un metro, esta la parada de autobús, pero por la maleza no se ve absolutamente nada.
Salí con mi perro y me dirigí directamente a ese lugar, en el camino muchos hombres me silbaban ya que soy muy bonita, además traía la falda del uniforme muy corta.
Llegue a menos de 50 metros de la parada de autobús y allí habían dos chicos esperando el autobús.
Espero a que aborden el autobús y antes de que venga otra persona me metí al terreno baldío, mi perro estaba muy agitado ya que veníamos caminando varias cuadras.
Apenas termine de entrar escuche que una pareja de señores se pusieron a esperar el autobús, ahí en el terreno, había un pedazo de cartón que coloque en el piso para no lastimarme las rodillas.
Pronto note que yo no estaba sola, había ahí una persona dormida, tirada en el suelo junto a una botella de licor barato, me le acerque para ver si estaba despierto, pero para mi fortuna, el estaba bien dormido por causa de la intoxicación etílica que tenia.
Me puse de 4 patas y me levante la falda, luego me baje la ropa interior que me quedo a medio muslo.
Mi perrito conociendo ya que significa eso, inmediatamente brinco sobre mí y me monto , el comenzó a moverse tratando de penétrame con todas sus fuerzas, mientras eso pasaba escuchaba como se juntaba más gente esperando el autobús, los escuchaba hablar de cosas como el futbol y policita.
Ellos no se imaginaban que apenes unos 90 cm de ellos, estaba yo, una linda colegiala de pelo castaño y liso muy bella, haciendo algo atrevido con su adorada mascota.
Pronto mi perro, que ya tiene mucha practica, me penetro, su pene entro muy profundo en mi, moviéndolo de adentro hacia afuera con mucho vigor, sentía como sus líquidos me lubricaban, esos líquidos transparentes y con sabor saladito que se mezclaban con mis fluidos vaginales, creando un delicioso coctel de hormonas dentro de mí, yo respiraba muy agitada, mis pezones se pusieron duros, el ruido del tráfico silenciaban mis gemidnos de placer, mientras escuchaba frases como (ojala pierdan los argentinos, nos barrieron, Maradona es odioso), a mi la verdad no me interesa el futbol.
Y creo que si ellos supieran lo que pasaba en ese momento, se olvidarían para siempre de ese juego, en ese momento, sentí como su pene se iba hinchando ocupando todo el interior de mi vagina, también sentía la dulce y deliciosa bola creciendo dentro de mí, haciéndome sentir sus deliciosas palpitaciones, el sudor goteaba de mi nariz, una parte por el placer y otra parte por el temor a ser descubierta por alguien, pero eso lo hacía excitante.
Pronto sentí que él se quedo pegado a mí, dejo de moverse y pronto el comenzó a liberar su dulce néctar dentro de mí, una más de tantas veces, solo que esta vez, yo no estaba en la seguridad de mi habitación.
Sentía como su semen, salía a poquitos de mi vagina y dulces gotas se formaban, gotas que iban bajando por mis muslos, el se bajo de mi, y quedamos cola con cola, ese momento fue el que más me excito, porque yo estaba muy vulnerable, y si alguien me veía, no podía yo escapar, estaña súper nerviosa, la adrenalina corría por mis venas, además ese señor que estaba tirado en el suelo, se estaba moviendo y a lo mejor despertaba que horror.
Pasaron 20 y angustiantes minutos, hasta que mi perro pudo dejarme, en cuando saco su colosal miembro, una abundante cantidad de semen caliente salió de mi, mojando mi panty que no me había quitado completamente, estaba a medio muslo.
Su pene cayó sobre mi panty.
Apresuradamente, me limpie con papel higiénico y trate de secar mi panty, cosa que no pude lograr, me levente y me subí mi panti así húmeda, mientras lo hacía, en eso escuche una voz balbuceante que decía, “yo te puedo hacer lo mismo que el perrito”, por dios, ese señor ebrio había despertado, había visto quizás algo de lo que hice, trato de levantarse pero se cayó, aun seguía muy borracho.
Salí de prisa del terreno baldío y solo había un niño esperando el auto bus, me fui muy de prisa en compañía de mi perro.
Dios estaba muy excitada por lo que hice, por poco me atrapan, sentía como me temblaban las piernas.
Después de que paso la excitación, me di cuenta que fue algo muy arriesgado y que me gustaría hacerlo de nuevo.
Espero que les haya gustado este relato.
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