Divorciada y sola en casa con su perro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por suap.
Corría el mes de enero, mi fracaso era un hecho, el divorcio era una realidad que no pude evitar, él me dejó luego de 19 años de matrimonio por una mujer más joven, pero al verme al espejo no entendía tal decisión, soy una mujer muy atractiva eso lo compruebo todos los días andando en las calles de mi ciudad cuando voy o vengo del trabajo, aun a mis 40 años despierto deseos en hombre jóvenes y viejos, mi cuerpo , mi rostro, mis pechos y trasero son motivos de algún comentario agradable, tierno o morboso, en fin, siempre dejan algo que decir o pensar, seis meses sin él ya comenzaba a acostumbrarme, pero igualmente muchas noches me retorcía de las ganas de sentirlo haciéndome el amor, era algo de lo cual antes no me había percatado, sentir esa necesidad de ser penetrada y follada con locura no estaba en mi mente como algo que solía sucederle a los cientos de mujeres divorciadas o en cierto modo separadas. Masturbarme no era una opción para mí, sentía mucha repulsión, no formaba parte de mi condicionamiento mental, quizás producto de mi formación familiar, o quizás por alguna razón desconocida no veía a la masturbación como una alternativa sexual, sencillamente no!!
La soledad era agobiante ya mi hijo de 18 años había dejado el hogar para independizarse, junto a su novia, en casa solo me acompañaba Royer, nuestro dálmatas de 6 años a quien comenzaba a integrar más debido a mi soledad, salía de mi casa temprano, trabajaba medio turno de maestra en una escuela de la provincia y regresaba al medio día con toda la tarde libre para ordenar, limpiar y tener todo al día, esa era mi rutina, solo que nuevamente caía en la más profunda desesperación por el largo tiempo de abstinencia que experimentaba,.
Al comprar un nuevo vehículo, me dispuse a limpiar la cochera, que debido a los arrumes de revistas papelería y varios objetos de mi ex esposo no daban espacio a mi vehículo tuve que tomarme un fin de semana para arreglar y botar varias cosas entre ellas encontré varios videos de sexo, desconocía si pertenecían a mi ex esposo o a mi hijo, los aparté para verlos luego, sería primera vez que vería este tipo de videos, tenía la curiosidad, por la noche del domingo coloqué uno de ellos y la verdad que lo que vi me sorprendió, !! vi unos penes enormes que para nada se parecían al de mi ex esposo que apenas si media unos doce centímetros de largo
Decir que no me puse cachonda sería mentirme a mí misma, honestamente me puse súper excitada viendo por varias horas como esos enromes penes entraban y salían de esas vaginas, mojé como nunca mis pantaletas, me dormí y el lunes comencé mi rutina, había planeado dejar de ver los videos y preparar algo especial a solas para el viernes, con cotufas y dulces, para pasar el rato, tenía más de 100 videos podía escoger el que quisiera,
Llegado el viernes luego del almuerzo tomé una siesta al despertarme salí con Royer caminando a una tienda cerca de casa, donde compré cotufas, algunas galletas, y otras cosas, regresé a casa muy motivada dejé lista la cena preparé cotufas y me fui al dormitorio con los alimentos y por supuesto con Royer, allí me vestí muy diferente a todos los días, me divertía la situación y la expectativa, reía a solas, tomé una prenda en específico que mi ex esposo me había regalado, de esas que sirven para hacer el amor, la cual consistía en un bikini bien pequeñito con muy poca tela y de color rosado transparente con un hilo que rodeaba mi cintura y se unía a otro hilo que se metía entre mis glúteos y en frente tenía algo muy especial, al estar parada o sentada en forma normal se veía como cualquier prenda corriente pero en realidad se trataba de una abertura que se hacía visible al separar las piernas y dejaba mi vagina totalmente expuesta
Estaba diseñado para ser penetrada sin necesidad de quitármela, la parte superior de la prenda consistía en una chaquetilla con aberturas en la parte que cubre los senos que dejaban ver mis pezones, era una creación muy atrevida, mi ex esposo volaba al verme con ella puesta, me paré frente a un gran espejo que tengo en mi dormitorio y me veía bien sexy, Royer me observaba como siempre muy atento a mis movimientos, encendí el TV, apagué la bombilla, me senté sobre el colchón que estaba cubierto con una sábana de seda color rojo intenso y las almohadas forradas de la misma tela hacían el entorno muy armonioso, frente a mi cama está un televisor de 42 pulgadas lo suficientemente grande para estar a gusto con las imágenes que me disponía a ver
No tenía necesidad de parame a colocar los CD ya que el equipo está aun lado de la cama sobre la mesita de noche, era un trabajo bien elaborado que había hecho mi ex esposo para tener una estadía más cómoda, esa noche el clima estaba algo frío comenzaba a sentirlo y la vestimenta no ayudaba para nada, llamé a Royer quien subió a la cama lo coloqué a mi lado su contacto me daba algo de calor, alcancé la caja de los videos estuve revisando varios de ellos, a ver por cual me decidía, pero habían varios CD que estaban acoplados con una liga y que no tenían identificación sobre su contenido, cosa que no había notado antes, estos me causaron mayor curiosidad, sin embargo, los hice a un lado y coloqué otro video que tenía la imagen de un enorme pene en su carátula, se trataba de un hombre negro, con un pene de 25 centímetros que me sorprendió muchísimo, no pude evitar mojarme, tenía clavado en mi mente, el momento justo cuando ese pene entró en una vagina, retrocedí el video varias veces para volver a observar cómo podía entrar ese enorme semental dentro de esa vagina de una rubia
Duro unos 40 minutos y terminó dejándome una sensación de envidia al no tener como aliviarme, estuve revisando otros CD, estando sobre el colchón ya acostada tomé una posición sobre el mismo muy normal que de hecho cualquier persona hace, se trata colocar las rodillas en alto y separar las piernas, estando en esa posición y revisando los CD Royer fue a olfatear mi vagina, no le di importancia lo retiré y listo, cuando realicé esta acción metí mi mano entre su hocico y mi vagina y noté que estaba muy mojada, luego volví a tocarme y al ver mis dedos y manos comprobé que estaba bien mojada, antes de reaccionar Royer lamió mi mano activamente, me causó risa, entonces llevé mi otra mano hasta mi vagina pero esta vez la dejé bien mojada y le di a probar y vaya como le gustaba lamer mi lubricación, estuvo un rato lamiendo y cuando me disponía a darle más de mis jugos que en realidad ya por el paso de un par de minutos mi vagina estaba algo seca, el condenado Royer siguió mi mano sin percatarme de sus intenciones pasó unas cinco o seis veces su lengua sobre mi vagina intenté quitarlo pero al moverme casi tumbo la caja de los CD y mi reacción refleja fue tomar la caja de CD en vez de quitar al perro, esto le permitió al perro dar unos cuantas lamidas más hasta que me incorporé me bajé de la cama y todo había terminado
Francamente, no tiene sentido mentirles queridos lectores, esos pocos segundos que su lengua estuvo allí se sintieron bien, es una rara sensación que en un instante ocurre, parece mentira que en tan solo unos segundos pasé por tres fases, al principio sorprendida y consciente de que algo indebido ocurría, luego consciente de que nadie lo sabría, y por último reconociendo que se sentía muy bien, me quedé pensando sobre lo ocurrido unos minutos hice un análisis de la situación y me daba la impresión de que Royer ya tenía el control sobre mí, solo que reaccioné más por cuestión de principios y las reglas que imponen los convencionalismos sociales que por otra cosa, también entendía en forma muy objetiva que efectivamente ambos somos de carne y hueso, por ello no tenía nada de raro que Royer se sintiera atraído por mis aromas y mi sabor y mucho menos raro era, que yo hubiera experimentado una sensación agradable aunque volátil cuando su lengua pasó varias veces sobre mi vagina acertando muchos de esos lengüetazos en mi clítoris, dada mi situación de abstinencia y de excitación que hacía pocos segundos había experimentado, francamente fue un hecho casual, parte de las anécdotas que en su conjunto forman la vida de una persona, en aquel momento solo me quedaba la incógnita de que habría pasado de no haber parado la situación, allí desvanecí mis conclusiones y coloqué un CD de los que estaban sin identificación
Observé una mujer Blanca que paseaba con su perro, casualmente un dálmatas como Royer, iban por un parque o un área rural con mucha vegetación y pocas casa e ingresaron en una de ellas, allí pensé que estaría un semental como el negro que había visto esperándola para darle bien duro, pero no, la chica se desnudó, tomó un bote de mantequilla, se fue a una a habitación se tiró sobre el colchón, acostada sobre su espalda colocando sus glúteos sobre una almohada separó bien sus piernas colocó mantequilla en su vagina y hasta se metía la empuñadura del cubierto metiendo mantequilla al interior, esto me tenía confundida, era algo inusual, al menos para mí, se me prendió una chispa y dije para mis adentros “ya se… esta chica va a masturbarse” luego dio unas palmadas a su vagina y apareció en la escena el Dálmatas que yo ya había olvidado, y subió al colchón y allí la toma se acercó más a su vagina mientras el perro comenzaba a lamerle su vagina sin parar
Debido a la cercanía de la toma, se veía claramente como pasaba esa lengua, y yo sin percatarme pasé de la sorpresa a la más profunda excitación, era increíblemente excitante ver lo que ocurría en ese video, aunado a lo que me acababa de suceder, era la combinación perfecta para terminar de disipar todas mis dudas, como bien se los había dicho, masturbarme no era una opción para mí, sentía mucha repulsión, pero esto era distinto, ciertamente era algo muy íntimo, yo diría que subjetivo, al menos no creo ser la única que pasaba por esa amarga experiencia, esos desagradables momentos de tener mi vagina, lubricada y dilatada sin tener un hombre dispuesto a complacerme, a tocarme donde más siento, a besarme y estremecerme, a acariciarme, a estimularme en forma perfecta hasta el orgasmo, y finalmente cuando más lo ansío muy pero muy despacio con delicadeza y tacto, como siempre me ha gustado, ir entrando en mí, lentamente, muy suavecito ir saliendo, sintiendo el recorrido y queriendo hacerlo eterno
Ir aumentando la intensidad hasta hacerme explotar y perder por instantes noción del tiempo y del espacio hasta recobrar la cordura con la sensación más sublime de alivio una vez saciados y en demasía mis deseos, ahora parecía que todo podía cambiar, decidida, busqué crema de leche la preferida de Royer lo hice entrar en la cama esta vez sí le dejaría seguir lamiéndome y eso hice demás está decirlo
Royer me dio una gran andanada de orgasmos, que terminaron aliviándome, saciándome con el extra de que era un sexo oral distinto, mucho más profundo, Royer no se cansaba nunca, estuvo cuanto quiso lamiéndome mi vagina, mi ano, mi clítoris, hoy por hoy me satisface cada vez que lo deseo,
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