DOS MACHOS, DOS ESPECIES.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La amiga de mi patrona me pidió si podía cubrir a su empleada ese fin de semana ya que se iba de finde con la familia para la que trabajo.
Buena paga y cuidar su viejo padre con la mitad del cuerpo paralizado o limitada motricidad y su perro (le llamaré) Duke uno de esos que en mi pueblo llamamos tontolotes por lo buenotes y juguetones.
Una vez presentada y viendo mi lugar y quehaceres comencé la jornada que sería hasta el domingo a la tarde, solo un día y medio.
Ando por los 20 años y soy de las llamadas morrudas, carnosa, algo enérgica pero sumisa con mi cabello negro largo hasta el inicio de mi cola la cual es prominente y llamativa.
El señor era tranquilo y mirón ligando un par de piropos me pidió le dejara la tele con apagado automático y nos despedimos hasta el otro día dejando el handy prendido por las dudas.
Es un señor alto, delgado, huele bien y su mitad izquierda se mueve con dificultad pero dentro de edad y enfermedad tiene buen trato.
Después de bañarme noté a Duke más juguetón y ansioso y algo asombrada salí del baño envuelta en un toallón mientras él se desvivía por saltar.
Estaba sentado jadeando y sin parar de mover la cola no cesaba en sus pequeños lloriqueos; en un momento alcé una pierna para secarme el pie y fue como avanzó con su hocico hacia mi vagina y le mandó un para de lamidas increíbles.
Entre el asco pero una linda sensación traté de retirarlo; no se inmutó y siguió lamiéndome con increíble maestría.
empecé a ceder y decidí disfrutar del regalo, he leído de zoofilia y son llamados los amantes silenciosos pese a todo noté que este estaba acostumbrado a lo que hacía y abrí las piernas cerrando los ojos, hasta el culo me saboreó; cuando acabé giré el cuerpo para sacarlo del dormitorio y no sé como terminé con él encima mío siendo penetrada con una formidable maestría, sentí el dolor de su nudo dentro de mí y entre el terror y el dolor quedé arañando las sábanas, sé que hay que esperar la deshinchazón pero el dolor era bastante importante, solo pude soportarlo por el pánico de un ataque de rabia del animal y quede a merced de su jadeo que me llenaba la nuca de baba y su incesante goteo seminal.
Debo haber estado 10 minutos abotonada y ya lo único que quería en ese momento era que no me fuera a llamar el viejo, cuando se desprendió sentí otra vez dolor y una hemorragia de leche del animal; el se empezó a lamer y yo a recuperar fuerzas.
Lo saqué de la habitación, limpié su leche y volví a bañarme, me acosté totalmente desnuda, maravillada por el agotamiento que tenía y con la incertidumbre de si me había gustado y que límite había pasado.
me hice una paja y me dormí.
Al otro día preparaba el desayuno y lo único que tenía puesto era una camisola; claro que al momento de despertarlo al señor me vestiría y fue cuando apareció Duke.
sonreí descarada y el metió su hocico debajo de mi falda y yo abrí las piernas para sentir su lamida en todas mis piernas concha y culo.
Para cuando fui al dormitorio vestida así como estaba tenía una calentura de novela, pensaba en como hacerme coger de vuelta planificando la jarra de agua con hielo para apurar la deshinchazón del perro.
El viejo me pidió la pelela y que lo disculpara.
pero para su asombro y dado mi estado ya loca por completo lo ayudé a sentarse y a mano limpia le agarré la verga, el asombrado me miró y yo como si nada.
que pasa?- pregunté- no querias? .
No puedo- contestó.
Lo pajeé un poquito sonriendo y me incliné para empezar a chuparle la verga.
Hizo un gemido entre el dolor y el placer y yo me fuí con todo; lo volví a acostar y empecé a chupar pija, culo y bolas.
Concha me pedía en un balbuceo pero no le dí bolilla y seguí con mi lengua furiosa, se paró una buena verga y me lo monté sin apoyarme.
El me tomó de las nalgas y sacó la lengua.
Le metí la mía adentro de la boca y me saboreó la jeta de una manera divina, me hizo tomarle la baba y la leche también.
Una vez que le limpié la pija con la boca me pidió beso de lengua y yo con la boca olorosa en culo bola pija y semen me prendí de su jeta pensando que gusto tendría la leche de Duke.
Así empezó esta historia de tener dos machos de diferentes especies y que a la vista de gustos en bellezas ambos eran horribles pero cogían bien.
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