El Gran Secreto de mi Primer Empleo. Capítulo I. Hatcher.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por famior721230.
Había olvidado esta serie de aventuras cachorras y zoofilicas, aclarando que nunca tuve sexo con ninguno de los animales pero l protagonista si, como a cualquier madre a la mía le preocupaba que supiese lo que era una responsabilidad laboral; por lo que me consiguió un empleo de medio tiempo y fines de semana en la clínica veterinaria de una de sus amigas, de nombre Leticia; y ahí descubrí algo perverso y morboso.
Habiendo llegado casi a la mayoría de edad, pero aun contando con diesi… años, me presente a mi primer día laboral, Leticia me recibió en su clínica, eran cerca de las 16:00 horas, me llevo dentro de la misma y me explico lo que tenía que hacer, en todo momento me hacía preguntas de mi vida y a cerca de mi madre ya que las dos estudiaron juntas la escuela secundaria y la preparatoria; yo contestaba a las preguntas y centraba mi atención en un escote pronunciado por el cual la división de los senos de Leticia se mostraba.
Leticia era una mujer muy atractiva, mas nunca la vi como un objetivo sexual, tal vez por la amistad con mama; con 1.60 de estatura, complexión mediana, es decir ni gorda ni flaca; cabello castaño claro con crespones, cara larga y ovalada, ojos azules y grandes, nariz recta, boca grande y labios delgados, unos senos increíbles que a pesar de haber amamantado a sus dos hijas aún se miraban duros y llenos de vida, cintura definida y caderas anchas, nalgas grandes y llenas de carne, como dos almohadas suaves y gordas, un par de piernas hechas a mano.
• Fabio!… me estas escuchando!…-dijo al sorprenderme mirándole las tetas-
Sonrojado le mire esos ojos azules como el mar y respondí.
• Si!… doctora!…
• Deja de llamarme así!… mejor dime Lety o Leticia!… tampoco se te ocurra llamarme señora!… entendido?…-dijo sonriendo-
• Ok!… Lety!….-respondí sonriendo-
Al menos no mostro señales de enojo por las lascivas miradas que le dedicaba a sus tetas. Comencé con mis labores una vez terminada la explicación, poco tiempo después y mientras alimentaba a los perros que estaban el tratamiento; su esposo Antonio llego a la clínica, al mirarme me saludó efusivamente.
• Fabio!… como estas!… ya te pusieron a trabajar!…. jajajaja!… es madre tuya!… deberías estar chacoteando con los demás chavales de la colonia!… pero está bien así te harás responsable!…-dijo estrechando mi mano y dándome un abrazo-
Antonio, también era amigo de mama, el entro al consultorio para hablar con su mujer y salió minutos después, despidiéndose de mí.
Las primeras semanas fueron de total acoplamiento y con cada día que pasaba me gustaba más mi nuevo empleo, llegando a pensar en estudias medicina veterinaria, cuando llegara el momento.
Los días siguieron pasando, y con el paso de los mismos aquello ya me resultaba natural, debo confesar que al principio no me agrado mucho la idea de trabajar, pero eso había cambiado, continuamente Lety recibía emergencias, ya que la clínica estaba justo debajo de su casa, en una de esa ocasiones y siendo más o menos las 22:30 de un viernes, el teléfono de la casa sonó, mi madre atendió la llamada y después de hacerlo entro a mi habitación diciendo.
• Fabo!… era Lety!… que si le puedes ir a echar la mano!… tiene una consulta y el perro es muy grande!…
Me levante de la cama y me enfundé en un pants negro, Salí de prisa hacia la casa de Lety; la cual es ubicaba a dos cuadras de la nuestra. Al llegar toque el timbre y un grito de Lety dijo.
• Fabio!… pasaa!… esta abierto!…
Entre y mire a Lety, luchando con perro enorme de raza Akita imperial, color negro con blanco; de nombre “Hatcher”. La dueña de Hatcher trataba de ayudar a Lety para controlar al perro pero ninguna de las dos podía con el animal, me acerque y lo sujete de una pata trasera y una delantera, haciéndolo recostar sobre su costado, en verdad el perro tenía muchas fuerzas.
Hatcher, había sido atacado por otros perros en un paseo, resultando en heridas grandes y por todos lados, le habían arrancado un pedazo de una oreja y cosas así. Una vez que Lety lo tranquilizo procedió a las curaciones y suturas.
En todo momento le ayudaba a traer cosas o limpiar la sangre y demás, de momento las cosas cambiaron.
• Fabio!… podrías sujetar su oreja, mientras la coso!…-dijo Lety-
• Aja!…-respondí sujetando a oreja del perro totalmente anestesiado-
Lety le podio a la dueña que saliera del consultorio ya que lo que venía no era muy agradable, ella salió hacia la pequeña sala de espera y se sentó en una de las sillas, Lety cerró la puerta del consultorio y se puso de mi lado. Comenzó a cocer la oreja o más bien el pedazo desprendido de la oreja del perro.
• Fabio!… podrías sujetarla con las dos manos para unirla bien!…-dijo Lety-
Tome la oreja de Hatcher con ambas manos, por lo cual le estorbaba a Lety para hacer su trabajo.
• Mmm!… no!… mejor pásate para acá!…-dijo indicándome que pasara detrás de ella-
• Ok!… voy, pero entonces detenle la oreja, tu!…-respondí-
Una vez que la tomo pase detrás de ella y miraba como sujetar la oreja de Hatcher para que ella pudiera hacer su trabajo. No vi ninguna forma de hacerlo sin tener que pegarme a ella y pasar mis manos por debajo de las suyas.
• Fabio que esperas!… anda pasa tus brazos por debajo de los míos!… y acércate más niño!… no muerdo!…
Justo como lo pensé!… tome la oreja y mis brazos quedaron justo en debajo de sus axilas, mi cuerpo muy cerca del de ella. Me esforzaba por dos cosas no soltar la oreja y no tener una erección. Ya que sus senos rozaban mi antebrazo, con todas mis fuerzas trataba de evitar que mi pene despertara o por la cercanía de nuestros cuerpos ella lo iba a sentir.
• Ya casi Fabio!… solo faltan tres puntos más!…-dijo Lety-
• Aja!… si!… Lety!…-respondí en tono compungido-
• Suenas como si te desagradara estar cerca de mi niño!…-dijo de inmediato-
Como se le ocurría decir eso, sus suaves senos rozando mi antebrazo sus nalgas paradas y gordas rozándose contra mis muslos y su perfume emanando de su cuello. Aquello era algo irresistible, tragaba saliva a mares para poder controlarme; pero fue imposible mi pene comenzó a despertar y un enorme bulto se formó debajo de mi pants.
• Vaya!… parece que ya te pusiste feliz!… al fin!…-exclamo al sentir mi bulto pegándose a su espalda baja-
Que significaba eso?… ella quería que le pegara la verga?… pensé.
• Ya!… terminamos!…-dijo Lety-
Solté la oreja y me aparte de ella, poniéndome manos a la obra para limpiar al perro y recoger aquel desastre y tratar de disimular mi enorme erección la cual de lo dura que estaba me comenzaba a doler. Los dos nos mostrábamos apenados ella por sus palabras y yo por mi pene duro como un fierro.
De momento volvimos a cruzarnos en el camino hacia el bote de basura, quedando a muy pocos centímetros uno del otro.
• Bailamos!… o nos esperamos!…-dijo Lety, sonriendo-
• Como quieras Lety!…-respondí-
• Jajajaja!… anda!… ayúdame a llevar al perro a la jaula para que despierte!…-exclamo Lety, pasando su mano por mi brazo!
Hatcher paso la noche en la clínica, por la mañana del sábado, llegue a la clínica a eso de las 9:00 a.m. revise que Hatcher se encontrara bien, revise sus vendajes y demás cosas, pocos minutos después bajo Lety, quien aún estaba en bata de dormir, por debajo se miraba un camisón de seda color vino.
• Buenos días!… Fabio!… como esta nuestro amigo Hatcher?…-dijo Lety, al verme parado junto a la jaula del perro-
• Buen día!… Lety!… bien parece que bien!…-respondí sin dejar de mirar su figura, la cual de delineaba a la perfección por debajo de esa bata blanca-
De inmediato Lety noto la forma en que la miraba, he hizo lo mismo; me miro de abajo hacia arriba y exclamo.
• Vaya!… vaya!… parece que amaneciste contento!…
Yo no entendí él porque del comentario, hasta que mire hacia abajo y pude notar que mi pene estaba duro como piedra, y como no con semejante mujer frente a mí.
Trate de ocultar la dureza de mi miembro, pero ya era imposible. Lety sujetaba su bata con ambas manos, y en un momento dejo de hacerlo, por lo que la bata se abrió por la mitad, mientras me explicaba lo que había que hacer. De inmediato note que sus muslos por encima de la rodilla se hallaban arañados y muy amoratados ya que el camisón solo llegaba hasta la mitad de sus muslos.
Imagine que era debido a su profesión, ya que en muchas ocasiones los perros y gatos no son muy bien portados. Seguí subiendo la mirada y centre en ese hermoso triangulo que se dibujaba por debajo de la seda color vino, imagine su vagina y su pubis, como era de esperarse a esa edad, fantaseaba cada que podía… y a decir verdad lo sigo haciendo.
Mis ojos siguieron su camino hasta reposar en sus senos, los mismos que se notaban un poco caídos porque no usaba sostén. Debido a mi nula atención a lo que ella decía, se acercó a mí y me tomo de la oreja diciendo.
– Deja de mirarme y ponme atención!… chamaco!…
Mes sentí avergonzado y me disculpe. Ella me soltó y camino meneando el culote hacia la escalera que da a su casa, al llegar al primer escalón me dedico una mirada y subió.
Una hora y media después bajo de nuevo, totalmente arreglada y enfundada en unos jeans azules muy pegados, una camiseta con un estampado de unos perritos, y zapatos tenis blancos, el cabello amarrado en una cola de caballo, lo que la hacía lucir sexy; debido a sus pronunciadas curvas. Regularmente los sábados eran ajetreados y alocados, por lo que había que estar cómodo, y así fue el día transcurrió entre consultas, baños, cortes de pelo y demás… al llegar la tarde me despedí de ella y de sus hijas y regrese a casa.
Al día siguiente me levante temprano Salí a correr y regrese a casa como siempre mama no estaba ya que había salido con sus amigas o con su nuevo novio, me prepare el desayuno y me senté a mirar televisión, a eso de las 8:45 a.m. sonó el teléfono al contestar escuche la voz de Lety algo rara y dijo.
– Ahyy!… Fabio, perdón por molestarte pero necesito que vengas, Hatcher me mordió y no puedo controlarlo!…
De inmediato y dejando el plato de cereal en la mesa Salí disparado hacia la clínica, una vez ahí ella abrió y mire que traía el brazo envuelto en una toalla, entre al pequeño jardín de su casa y dije.
• Que paso?… está bien Lety?…
• Aja!… estoy bien solo ve si puedes controlar a Hatcher!… por favor!…-respondió-
Entre a la clínica esperando que Hatcher me atacara y con bastante miedo, intuí que se hallaba en el patio trasero fuera de la jaula, así que me dirigí hasta ahí. Mi sorpresa llego al ver a Hatcher en el consultorio sentado y muy agitado, lo llame y de inmediato respondió moviendo la cola y caminando hacia mí.
Me pareció extraño ya que siempre he tenido perros y cuando están alterados o violentos normalmente no les importa nada. Tome a Hatcher del collar y lo saque para meterlo en la jaula.
De inmediato volví hasta donde estaba Lety, quien se encontraba sentada en la salita de espera, con el brazo cubierto aun por la toalla y un rictus de dolor. Me miro y pregunto.
• Que lo encerraste?…
• Aja!… ya está en la jaula!…-respondí-
• Gracias chamaco!… no sé qué hubiera hecho si no vienes!…-dijo levantándose de la silla-
• Necesitas algo mas Lety?…-pregunte-
• Si, ya que estas aquí, acompáñame para que me ayudes a curarme!….-respondió-
La ayude a caminar, hasta el consultorio; pero ella me pidió que la llevara a su casa, en la parte de arriba, por lo que me detuve y dije.
• No hay problema si entro contigo?…
• Que va!… muchacho!… si no vamos a hacer nada malo!… anda!…-respondio con algo de enojo-
Subimos hasta su casa y note que no había nadie en ella, así que pregunte de nuevo.
• Y Toño y tus niñas, Lety?…
Salieron a la casa de mis suegros yo me quede por lo Hatcher!…-respondió-
Me pareció muy lindo de su parte ya que el perro si estaba mal herido aun, llegamos hasta el cuarto de baño y entramos, ella se sostuvo del lava manos, mientras se despojaba de la toalla que le cubría la mordida; al hacerlo puse ver que había 4 pequeños agujeros sangrantes y un gran moretón en todo su antebrazo.
• Déjame quitarme la bata porque va a terminar ensangrentada!…-dijo ella-
Se quitó la bata azul marino que traía y hasta ese momento pude notar que estaba vestida con ropa de cama muy sexy, un camisón como el del día anterior pero color hueso, con pequeños holanes en sus muslos, no usaba sostén por lo que sus senos se desparramaban por debajo, dos pequeños y delgados tirantes sostenían el camisón o como se llame.
Se comenzó a enjuagar el brazo en el lavamanos, por lo que tuvo que inclinarse un poco, mis ojos saltaron de las orbitas al ver su culote levantarse, y su camisón holgarse para dejarme ver sus senos desnudos, sus pezones y areolas eran marrones y muy grandes. Sentí el deseo impulsivo de levantarle el camisón y cogérmela ahí mismo.
• Creo que solo bastara con unos vendoletes!…-exclamo Lety, mirando la herida limpia-
• Podrías bajar al consultorio por la cinta adhesiva, Fabio?…-dijo-
La deje ahí en el baño y rápidamente baje a buscar la cinta, mientras lo hacía pude notar que había un poco de sangre en el piso y un gran charco de algo que parecía agua, así que subí con la cinta y baje de nuevo para limpiar, estando en la faena de limpieza note que había un pedazo de tela debajo del librero del consultorio, lo tome y llego la sorpresa y el morbo.
• Que putas!… qué demonios hace esto aquí!…-exclame en voz baja-
Ya que lo que había encontrado era su pequeño calzón de encaje del mismo color que el camisón. No salía de mi asombro por lo que tenía en la mano, de inmediato me puse a pensar, sacando todo tipo de teorías acerca del hallazgo.
• Cogió, aquí ayer por la noche después de que me fui!…
• Cogió, algún día aquí en el consultorio y se le olvidaron!…
• O!… se coge a los perros!… naaa!… o si?…
Pensé con mucho morbo, en esos días aquello de la zoofilia era un tabú muy marcado y hasta prohibido en muchas partes del mundo. Y ese era el caso de mi México lindo y querido. Temeroso y desconcertado pero muy caliente subí hasta su casa y la confronte en el baño, donde se hallaba sentada sobre el W.C.
Se te olvido esto en el consultorio, Lety!…-dije mostrando su calzón en mi mano-
De inmediato se levantó del lugar en donde estaba y totalmente enrojecida respondió tartamudeando.
• Quuee!… donde la encontraste!… aaa!… qué vergüenza!… uuuy!… qué pena!… essss!.. quuueee!… mmm!… qué pena Fabio!…
• Lety!… puedo preguntar algo y no te enojas conmigo?…
• A ver!… dime?…
• Que estabas haciendo con Hatcher en el consultorio, en camisón y ceo sin calzones?…
De inmediato y con el término de la pregunta sentí como se me enrojeció la cara producto de la vergüenza, como me atrevía a cuestionar a una mujer de su edad y encima amiga de mama, pero o sorpresa, su cara no era de molestia y sus ojos me miraron distinto, como si se hubiera puesto caliente con la pregunta, pero era obvio que no me iba a responder así nada más; por lo que de nuevo cambio el semblante y se puso un poco molesta, diciendo.
• Como!… que puta madre te importa!… cabron!… chamaco, vamos a la chingada!…-dijo sacándome a empujones del baño-
Mientras me sacaba y tratando de resistir un poco los embates de su mano y hombros, le manosee todas las tetas. Me saco a patadas de su casa y sentí que hasta ahí había llegado mi primer trabajo.
Regrese a casa y me sentía derrotado, caliente y asustado ya que aún faltaba que le iba a decir a mama. Ese día paso sin novedad y los siguientes cuatro igual, solo la incertidumbre por lo que le habría dicho a mama pasaba por mi mente. A ella le invente que tenía cosas de la escuela para no ir a la clínica. Hasta que por fin el viernes siguiente estando en casa solo el teléfono sonó y la voz de Lety dijo.
• Fabio!… porque no has venido a trabajar, chamaco?… perdón!… por lo del otro día!… me altere y dije cosas sin sentido!… si quieres venir para que hablemos!…
• Ok!… me cambio y voy para haya!…-respondí-
Salí de la casa, durante el camino pensé en muchas cosas, llegue a su casa y salió a recibirme, esta vez fue diferente me dio un beso en la mejilla y entramos a la clínica, ella cerró la puerta y puso el cartel de regreso en dos horas.
• De nuevo perdón muchacho!… pero es que me tomaste por sorpresa!…-dijo Lety, disculpándose-
• No hay problema!… la regué yo!… por preguntar algo así!…-respondí agachado-
• No!… Fabio!… debes tener curiosidad y más a tu edad!… así que ven vamos arriba y te lo explico!…-dijo mientras tomaba mi mano-
Subimos a su casa y nos sentamos en el sofá de la sala, no se escuchaba un solo ruido, su marido estaba trabajando y las niñas estaban con su mama, su abuela, Lety lucia despampanante; unos jeans muy apretados marcaban su buen culote, una blusa negra de botones cubría sus buenos senos y unas sandalias blancas, su cabello se miraba amarrado en un chongo detrás de su cabeza; haciendo resaltar sus ojos azules como el mar, la calentura comenzó a apoderarse de mí, tenía ganas de coger con ella, por si no lo había dicho me inicie o más bien me iniciaron sexualmente muy temprano en mi vida, así que no perdía oportunidad de fantasear, chaqueteármela o coger cuando había oportunidad no llegando a ser una gran hombre en la cama pero si sin tapujos.
• Antes de que te diga cualquier cosa, prométeme que nunca se lo dirás a nadie y que no me juzgarás!… entendido?…-dijo ella-
• Aja!… prometido!…-respondí-
• Puedo confiar en ti!… Fabio!…-volvió a decir-
• Aja!… no te preocupes!…-respondí-
• Se cruzó de piernas dejándome ver un poco más de sus buenos muslos y dijo.
• Ok!… me descubriste!…dijo mientras me miraba fijamente-
• Descubrirte en qué?… en que tienes sexo con Toño en el consultorio?…-pregunte ingenuamente-
• Noo!… cariño!… tengo sexo en el consultorio pero no con Toño, con los perros!…-dijo y me quede helado-
No supe que responder, me asuste un poco pero me calme de inmediato y logre decir.
• Aaah!… eso!… y que se siente?…-jajajaja que puta pregunta tan pendeja-
• Jajajaja!… pues rico!… de no ser así no lo haría!… tú ya lo has hecho?… –respondió-
• Nooo!… con perros no!…-dije espantado-
• Jajajajajaja!… no cariño, me refiero a que si ya has tenido sexo con una mujer?…-dijo riendo-
• Aaaah!… si!… con tres!…-dije muy orgulloso de mi, aunque sabía que tres no eran ni la mitad de los pitos que ella se había tragado en el consultorio-
• Y que sentiste?…-pregunto-
• Pusss!… rico!… creo!…-dije, inocente de mi-
• Pero, a ver!… y Toño?… que?… o no te coge tu marido?…-pregunte extrañado-
• Jajajajajaja!… si cariño!… me coge y es un buen hombre y buen padre pero no me llena!… por eso me lleno con los perros!…-dijo con tono calmado-
• Aaaa!… ok!… pues está bien!… si a ti te gusta, a mí que!…-dije mientras la tomaba del muslo izquierdo-
• Tú te estas poniendo calientito verdad?…. mira ya me andas tocando las piernas!… y creo que alguien ya despertó!…-dijo señalando mi pene quien se había puesto duro por la plática-
• Jejejeje!… psss sí!… algo!… es que estas bien buena Lety!…-dije sin pensar y creo yo que queriendo-
• Mmm!… gracias!… nene!… pero estas muy chiquito para mí!… así que solo me puedes ayudar en algo!… si me prometes que no se lo dirás a nadie!…-dijo tomándome la mano-
• Aja!… venga!…-respondí todo caliente y desorbitado-
• Ven vamos abajo!…-respondió y bajamos a la clínica-
Durante el trayecto a la misma nunca soltó mi mano, sus nalgas se elevaban con cada paso que daba, mientras que sus tetas, bailaban con cada escalón que bajaba, llegamos al área destinada a las estéticas y baños, por la cual salías al patio trasero, se detuvo y mirándome dijo.
• Trae a Hatcher!…-dijo, ella-
• Pero como sigue aquí!…-respondí impávido-
• Si!… aún está en observación aunque ya está mucho mejor!…-respondió pegándome las tetas en el brazo-
• Me vas a ayudar sí o no!…-exclamo ronroneando-
• Aja!… si!…-dije-
• Ya sabes ni una palabra a nadie de esto!… ok!…-dijo apuntándome con su dedo-
Salí al patio por Hatcher, lo saque de la jaula y lo sujete fuertemente por la correa, lo meti dentro de la clínica y al ver a Leticia se comenzó a exaltar, jadeaba, chillaba y giraba como loco, en un momento se levantó en las patas traseras y sus patas delanteras aplastaron los pochotes de Lety.
• Aaauhh!… jálalo Fabio!…-exclamo-
• Perdón Lety!… se me fue!…-respondí-
• Abusado!… ok!…-dijo ella-
• Aja!… no pasara de nuevo!…-dije mientras pensaba, maldito perro te vas a coger a esta pinche viejota-
De uno de los cajones del mueble que ahí estaba, saco dos pares de calcetas. Me los aventó y dijo.
• Pónselos en las cuatro patas, porque este cabroncito se pone loco!…
Tome la correa de Hatcher y lo senté, tome sus patas delanteras, colocándole las calcetas color blanco, pase a las traseras y al levantarle una de las patas para ponerle la calceta me di cuenta que su pene rojo y puntiagudo sobresalía de su funda, aquello me puso un poco nervioso, y si el pinche perro me cogía a mí!… pero bueno seguí con la pata que me faltaba; una vez que termine ella miro al perro quién en ningún momento la dejo de mirar, y dijo.
• Muy bien cabroncito!… ahora si te vas a portar bien conmigo, hum?…-mientras lo tomaba por la trompa-
Ella se comenzó a desnudar quitándose la blusa primero, después el pantalón y yo estaba que me derretía, al mirarla solo con las sandalias, calzón de encaje y brasier color hueso, el brazo derecho se miraba envuelto en gasas y una malla para detenerlas, de debajo de la mesa que se ocupaba para las estéticas de los perros saco una colchoneta negra y llena de manchas, imagine que eran fluidos de ella y semen de los perros. La extendió en el piso y se recostó boca arriba bajándose el calzón y dijo.
• Acércalo!… pero despacio deja que me huela la pepa!…
Yo estaba vuelto loco, mi pene se endureció de inmediato y palpitaba por la excitación. Acerque a Hatcher hasta donde ella estaba, el perro de inmediato comenzó a lamerle la pepa como ella le llamaba a su vagina.
• Ummm!… así buen perro!… aaaah!… no dejes que se me encime todavía Fabio!…dijo Lety entre gemidos profundos-
• Aja!…-respondí impávido-
No podía creer lo que estaba mirando, la lengua larga del perro pasaba por todo el largo de la pepa de Leticia, quien se arqueaba por la espalda con cada lamida.
• Huum!… aaaaauu!… mmm!… mmm!… aaaah!…-gemía ella-
Mi mano se tensaba porque el perro se jalaba para comerle la pepa a Lety, ella con sus manos separo sus peludos y gruesos labios vaginales y le dio entrada a la lengua del perro su hueco era muy rosado por dentro. Los gemidos se hicieron largos, profundos y fuertes.
• Huum!… aaaaauu!… mmm!… mmm!… aaaah!… perrito cabron!… aaaah!… eres un perro malo!… me mordisssstee!…ahhh!… pero ahora me las pagas!…huumm!… humm!…-gemía Lety mientras una de sus manos subía hasta sus tetas-
Yo pasaba grandes cantidades de saliva y mi pene se quería salir de dentro de mis pantalones, una carpa de circo se había formado en ellos, Lety me miro el bulto y dijo.
• Uyy!… te duele?… se ve grande!…
• Aja!… un poco!-dije apenado-
• Sácatelo!… mm!… aaah!… déjame mmm!… verte!… pero aaah!… no me vas a hacer uuum!… nada, solo el perro!… aaayy!… dios!… ok!…-dijo entre gemidos-
• Pero voy a tener que quitar al perro!…-exclame jadeante y embelesado-
• Hazlo!… ya quítalo!…-respondió-
Apenas quite al perro de su pepa, lo amarre a un tubo en donde se sujetan las correas para los baños y me baje los pantalones de un solo golpe hasta las rodillas, Lety estaba de espaldas a mí y al voltear exclamo.
• A la madre!… mira nada mas, donde guardas todo eso, muchacho! Ummm, y con capuchita!…
Reí un poco apenado mientras me intentaba tapar con las manos.
• Eeeeh!… déjame verte!… no si estas mmm!… como le llamas a ese animal?…
• Mmm, psss verga, pito, cabezón, garrote, palo!…. etc…
• Jajajaja me gusta lo de garrote!… mi marido al suyo le dice chile!… jajajaja!…
Reímos los dos y me deje de vergüenzas quite las manos dejando mi garrote al aire totalmente erecto. Hatcher, se jalaba y se levantaba ya con el pene de fuera y escurriendo de un líquido transparente, ladraba y jadeaba.
• Este wey está listo!… ponte abusado chamaco!… y mejor quítate el pantalón porque se me hace que te estorbara!…-dije ella quitándose el brasier quedándose solo con las sandalias-
Su cuerpo era el de una madurita sabrosa, una pequeña pancita, se notaba un poco arriba del vientre, al igual que unas lonjitas salían de los costados, sus senos se mostraban caídos pero sabroso, los pezones estaba duros y paraditos, pero lo más hermoso era ese culo grande y lleno de carne apetitosa. Me quite el pantalón por completo y me quede solo con la camiseta y los tenis.
• Uyy!… chamaco!… si no estuvieras tan peque!… me comía ese garrote también!…
Que no mame, se la va a coger un perro y no me quiere coger mí!… pensé.
• Ahora sí!… quítale la correa al perro!… y agárralo fuerte del collar, ok!…-me ordeno ella-
• Aja!…-dije-
• Ok!… ahora cuando te diga, me lo acercas pero no lo sueltes hasta que te diga!… ok!…
• Aja!…-respondía a lo que ella me decía, de verdad que estaba como zombi-
Ella se puso de perrito, valga la redundancia; apoyando su cara y hombros sobre la colchoneta sus manos en las nalgotas y dijo.
• Ya!.. Acércalo!… déjalo que me lama y cuando se monte lo sueltas hasta que te diga!…
Acerque despacio al perro y este de inmediato volvió a lamerle la pepa a Lety, por unos segundos estuvo así, hasta que de pronto se levantó sobre sus patas traseras y la monto, ella con gran pericia tomo el pene del perro y lo introdujo en su pepa.
• Uuummm!… pinche perro cabron!… esta pitón!… desgraciado!… aaaah!…-dijo gimiendo-
El perro comenzó a bombéale la pepa duro y violentamente sujetándola fuertemente de la cintura con sus patas delanteras, por unos dos minutos le dio caña hasta que su pene se salió violentamente de su vagina.
• Aaauhhh!… cabron!… no te salgas!…-exclamo Lety-
Hatcher, caminaba de un lado a otro y lamia la pepa, las nalgas y el ano de Lety, ella dejaba que el perro hiciera lo que quería. Hasta que de nuevo dijo.
• Fabio!… móntalo de nuevo!…
Tome al perro del collar y de un jalón lo volví a poner encima de Lety. Ella volvió a tomar su pene ya más saliente y lo metió en su vagina, comenzando de nuevo con los mete saca violentos. Pero esta vez el perro le daba garrote constante.
• Aaaa!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!…perrito uuum!… así no te vayas a bajar cabron!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!…-gemía Lety-
Mi mano ya estaba jalándome la reata, con fuerza. Ella tomo a Hatcher de las patas traseras y dijo.
• Suéltalo!… ya!… uuum!… ya!…
• Aaaa!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… uy!… uy!… uy!… uy!… uy!… uy!… uy!… cógeme Hatcher!… cógeme!… uy!… uy!… uy!… uy!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… pinche perro aaa!… uuum!… esta vergoooon!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!…
Mientras Hatcher, se bombeaba a Lety; yo me pase detrás de ellos para jalármela mientras miraba como el pene rojo del perro entraba y salía de la pepa de Lety
• Aaaa!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… uy!… uy!… uy!… uy!… uy!… uy!… uy!… piche Hatcher cabrón!… cógeme!… uy!… uy!… uy!… uy!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… asi, asi!… aaa!… uuum!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!… aah!…-gemía duro Lety-
De pronto el perro se detuvo por completo sin bajarse de encima de Lety, una gran bola comenzó a salir y su pito se puso poco blanco y las venas se notaban aún más, Lety soltó un grito de dolor al sentir que la bola enorme le entraba en la pepa.
• Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh!…. cabron!… yaaaaaaaaaaaaaa!…. mmmmmmmmmmmm!….
• Que putas!… es eso!…-exclame atónito-
• Calmmaaaa!… nnnooo!… paaaasssa naadaaaa!…-dijo Lety entre pujidos de dolor-
Mi mano acelero el ritmo al ver como el perro jadeaba y babeaba encima de Lety, quien se veía invadida y llena de placer. Mi pene me dolía y ardía por la fricción de la chaquetota que me estaba haciendo, poco a poco Hatcher paso sus patas delanteras del lado derecho de Lety, girando lento. Los gritos de ella eran constantes con cada movimiento que el perro hacía.
• Aaaaaaaah!…. uuuuuy!…. aaaaaayyy diiiooossss!…. ya cabron perro voltéate!…aaaaaaaauuu!…-gritaba ella-
Hatcher por fin se giró por completo y los dos quedaron pegados por unos minutos el perro seguía babeando y jadeando, mi mano se volvía loca, mientras que Lety decía.
• Aaaaah!… mmmm!… me está llenando toditita!… aaaaauuum!… hatch!… hatch!… así perrito!… ummm!…
Llenando?… ahí entendí que el perro se estaba viniendo dentro de ella, lo que hizo pensar y si quedara embarazada?… que saldría?…
Después de unos 15 minutos de estar pegados la bola bajo de tamaño y una pelota como del tamaño de una de golf y un enrome pene pálido y rojo, lleno de venas salió con violencia de la pepa de Lety.
• Aaaaaaah!…. cabron!… uuuuyyy!…. detenlo Fabio!…que no se lama!…-grito y dijo Lety-
Deje de masturbarme y tome a Hatcher del collar el perro se sentó de inmediato e intento lamerse la herramienta, de inmediato Leticia se colocó de lado y tomando el enorme pito del perro lo mamo por varios minutos, de su vagina salían muchos fluidos los cuales escurrían por su muslos.
• Mmmg!… mmmg!… mmmg!… ahhh!… que rico pinche perro!… dame moquitos!… anda perrito!…
• mmmg!… mmmg!… mmmg!… mmmg!… mmmg!… mmmg!… ahhh!… –decia Lety mientras mamaba y chaqueteaba al perro-
Yo pensé, pss que no ya se había vaciado este pinche perro!… pero me equivoque!… de pronto su pene se puso rojo de nuevo y soltó varios chorros de semen en la cara, boca y cuello de Lety, ella lo lamia y juntaba con los dedos, mi mano seguía jalándome duro pero era tanta la excitación que tenia que no podía venirme, el garrote me dolía muchísimo, ella termino de lamer al perro y dijo.
• Ya!… déjalo que se lama!…
Solté a Hatcher, y de inmediato comenzó a lamerse la herramienta poco a poco aquella verga enorme y colgante quedo escondida dentro de su funda de nuevo. Hatcher aun jadeante se echó y se quedó ahí quieto, Leticia se tendió de espaldas sobre le colchoneta mirándome como me la jalaba.
• Uyy!… querido!… no salen los mocos?…-dijo-
• Noooo!….ummm!…-respondí jalando y lleno de dolor-
• Mírame!… veme!…-dijo ronroneando Lety-
Gire un poco para quedar de un lado de ella y seguí dándole jalones a mi pene ya rosado por mi mano. Ella se apiadó de mi pito y dijo.
• Ayyy chamaco!… está bien, ven!… dame a ese animal!…
Me puse de rodillas y me dirigí a su pepa, ella sonrió y dijo.
• Aah!..aah!… acá arriba!…
Escupió en su mano y tomo mi pene, masturbándome la saliva era un bálsamo para mi rosado pene, con la otra mano me tallaba los huevos, no pasaron ni dos minutos cuando dije pujando.
• Meee!… meee veeengooo!… aaaah!…
Ella apunto mi garrote hacia otro lado y solté mi carga… tres grandes chorros de semen se derramaron en la colchoneta junto a su cara.
• Aaaaaaaaaah!… uuuuuuu!… aaaaaaaaauuu!….ya!… ya!…. ahhhh!….-gemía al sentirme aliviado-
Aun de rodillas, Lety se levando dejándome su peluda pepa frente a mi cara, diciendo.
• Que tal chamaco!… quieres seguir trabajando aquí o te vas a la calle?…
No había duda, así que respondí.
• Me quedo!… me quedo!…
Los tres descansamos por unos 20 minutos y después de vestirnos la clínica volvió a su funcionamiento normal…
Esa noche no pude dormir por la excitación, y las ganas de cogerme a la amiga de mi madre…
Continuara…
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