EL NOMBRE ES LO DE MENOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
MI NOMBRE ES LO DE MENOS
En la actualidad tengo cuarenta y dos años, mis medidas sin ser exuberantes, sin son, destacadas, si tengo un buen palmito y un par de tetas, que sin ser despampanantes si son hermosas, no estoy metida en carnes, pero si tengo un buen par de caderas con unos muslos prietos.
De ahí que no solo por mis allegados si no por cuantos me ven, en cuanto tienen ocasión de decírmelo, cosa que me alaga, pero, también me cohíbe, porque que hay personas que no se cortan, para nada este quien este, delante.
Sin vestir provocativamente, si me gusta lucir mi cuerpo con prendas que resaltan mi figura.
Estoy casada con un hombre, que tiene quince años más que yo, además de eso está enfermo de una de esas enfermedades degenerativas que le van consumiendo cada día un poco más, algunas veces se consume con los celos, que tiene, o que le producen mis encantos, lo cierto, es que yo no le doy ningún motivo para ello y he de decir que si hubiera querido alguna ocasión he tenido, con algún amigo suyo, o de los que se dicen amigos, mi cuerpo alguna vez hubiera dicho, ¡sí! Algunas de esas propuestas llamadas indecentes, pero siempre le guardo un gran respeto y mi cabeza, además, funciona de momento perfectamente.
Además de que el no puede hacerme nada, apenas se le pone dura y enseguida se le cae.
De cómo llegue yo ha esta familia, acomodada, es muy simple, son del mismo pueblo de donde yo nací, el hombre al caer enfermo necesitaba ayuda continua, me lo propusieron y acepte.
Y me vine a la capital, para mí fue un gran cambio.
Por entonces yo contaba veinticinco años, había tenido un novio, cinco años mayor que yo, que por entonces cuando empecé a salir con Leandro tendría yo dieciocho años.
Leandro era un poco rudo y además, quería algo que descubrí más tarde, le gustaba joderse a la novia, pero que su mujer, fuera virgen al matrimonio, sí que lo intento muchas veces, pero era tan rudo y tan tosco, que en alguna ocasión casi lo consigue, porque yo, también estaba con ganas de ello, sobre todo, porque yo sabía lo que era tener una polla dentro del mi coño, yo había tenido y tenía algunas veces relaciones con un hermano de mi madre, soltero como ella y que vivian juntos, ella mi madre quedo preñada de un hombre casado, por el cual ella, bebía los vientos y así un buen día, después que el novio la dejara en su casa, ella salió al corral y el hombre que estaba fumando un cigarrillo y la vio la cito para que entrara en su corral ya que las puertas traseras se comunicaban, de unos de esos encuentros nací yo.
Aun vivía mi abuela y así es como, una vez muerta mi abuela, mi madre y mi tío se empezaron a acostar en la misma cama y se hizo protector de ella y le prometió que nunca más se vería con el vecino.
A mí se me hacia raro todo aquello, ya era yo, mayorcita, cuando les descubrí un domingo en la tarde, que yo venía del rosario y entre casi sin hacer ruido y empecé a sentir cuchicheos y susurros, cuando entre en el cuarto estaba desnudos uno encima del otro y mi tío le estaba dando unas acometidas a mi madre en el coño con la polla no muy larga pero si gorda tiesa y dura, asiiiiii si, asiiiiiiii decía mi madre, mete mas dame polla, esa misma polla, que yo probaría unos meses más tarde.
Y que voy a decir cómo ocurrieron, todos los hechos.
Lo que no sabía yo era que mi tío me espiaba cuando yo me hacia la higiene personal, en un cuarto y con un balde lleno de agua después de haber calentado el agua previamente me solía lavar y enjabonar todo mi cuerpo y un día en el que no estaba mi madre, entro de improviso y me pillo toda desnuda, se acerco a mi me abrazo, acerco su boca a mis tetas y las beso primero una y luego la otra, a mi esto no me desagrado al contrario me deje hacer y pronto sentí caer el pantalón al suelo y acercarse con su polla a mi coño y empezó a pasar su polla por entre la raja de mi coño y pronto sentí como entraba en el muy suavemente y de pronto sentí que algo dentro de mí se rompía, pero la polla seguía entrando cada vez más dentro de mi coño, el de pronto dio como un respingo y saco la polla de mi coño , que tenía unas manchas de sangre de mi reciente perdido virgo y empezó a expulsar toda su leche por el suelo, pero él siguió meneándosela un poco más, cuando acabo, se puso un dedo en la boca y dijo ¡de esto nada a tu madre! Y desde aquel día en cuanto, tenia ocasión me follaba, siempre, usaba el mismo sistema en cuanto notaba que le venía me la sacaba, un par de veces que el aguanto un poco mas sentí yo un ligero hormigueo dentro de mi coño, pero tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe, un día que me metió en la cama con el entro mi madre y nos pillo, por aquella época ya me rondaba a mi Leandro y eso apago un poco el fuego dentro de mi casa, pero mi madre follaba con mi tío y este me lo hacía a mi cuando había ocasión, aunque yo lo deseaba cada vez más, sobre todo desde aquel día, que me estuvo lamiendo el coño un buen rato antes de metérmela en el coño y cuando me la metió al poco rato sentí yo un no sé que era mi primer orgasmo y a punto estuvo de preñarme, porque lo que es yo, si él no saca a tiempo, me hubiera quedado tan a gusto, con el coño lleno de su caliente leche.
Seguiré contando cómo ocurrieron los hechos, para que aquel hombre que yo cuidara me hiciera su esposa.
Habían repartido los bienes entre otros dos hermanos una chica y el chico, su madre se estaba haciendo mayor, con las rentas que les daba lo heredado, se podía vivir bastante bien, entonces que mejor cuidadora, que la propia esposa.
Me hizo la proposición y la acepte, el poca guerra me iba a dar a mí en la cama, algún meneo a su polla, al que le costaba ponérsela tiesa, como ya he dicho.
Nos cambiamos de casa y ahora vivimos en una urbanización donde estamos más aislados del centro, pero es una zona con muchos espacios, aquí apenas conocemos a nadie.
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Su madre, mujer mayor y diabética, vive con nosotros por temporadas ya que también con los otros hijos, pasa otras.
Y también tenemos un perro, que lo cierto, es que no se, dé que raza es, yo le llamo lanudo, por la gran mata de pelo en la que se envuelve, Rufián, que es así como se llama el animal, conmigo es muy cariñoso y eso que yo solo le pongo la comida, de lo demás se encarga mi marido, que para eso todavía puede, es decir cepillarle, sacarle a la calle al paseo etc.
A mi suegra, que no le tiene mucha simpatía, siempre le gruñe.
Mi suegra, pasa con nosotros más tiempo, ella, dice, para estar más al cuidado de su hijo
En una de esas veces, que mi suegra no estaba con nosotros, yo acababa de venir de la compra y mi marido tenía uno de esos días malos, de su enfermedad, por lo cual no había podido sacar al animal a dar el paseo, el primero, ya se lo había dado yo.
Cuando me estaba cambiando, entro Rufián en el cuarto y al estar yo a medio vestir, lo primero que hizo fue a olerme en mi entrepierna, lo cierto, es que su lametón no me desagrado del todo, pude cambiarme le puse la correa y me fui a darle, su paseo.
Me encontré con una vecina, que también tiene un can y hablando de lo que hacían o dejaban de hacer los perros, me comento, que su perro, cuando ella estaba arrodillada en el suelo fregando alguna vez la había olfateado por detrás y solo por ver que hacia le dejo seguir, yo me calle y a punto estuve de contarle lo que Rufián había hecho esa misma mañana.
Bueno, vecina, me dijo, ya te contare algo mas, ahora me tengo que marchar.
Cuando volvimos de la calle, otra vez, cuando me estaba cambiando, entro Rufián sin avisar, como siempre y de nuevo se fue derecho a lamerme la entrepierna, esta vez lo deje por ver que intenciones tenia, en su segundo lametón a mi me dio un escalofrió y entonces note como el perro también había acusado mi escalofrió, le separe, aunque el animal hubiera querido seguir.
Me volví a encontrar con la vecina dos días más tarde y me dijo que los animales son muy cariñosos y son capaces de hacer, todo, cuanto se les pida.
(Aquello de hacer todo cuanto se les pida) me dejo intrigada.
Pronto mi vida cambio de una manera radical.
A la muerte de mi suegra, siguió la de mi marido un mes más tarde.
Yo me quede medio aturdida y descentrada, bien es verdad, que era un desenlace esperado, no se hace una a la idea de lo que se te viene encima.
No me quedaba mal, herede y de pronto estaba liberada de todo, no tenía ningún cargo, que impidiera hacer lo que me viniera en gana.
Con la vecina, me vi muchas veces y en alguna de ellas, me comento ¡Qué bien ahora! ¡Tu solita! No lograba entenderla, con aquellas indirectas, o yo era muy tonta o ella quería ir por un camino diferente, al que yo llevaba.
Más adelante comprendí, cual eran sus insinuaciones.
Algunos de los llamados amigos, de mi difunto marido, se me insinuaron y alguno si me dieron ganas de dejarme querer, es una pena, que tanta hermosura se pierda, pero, yo ni caso.
Si puedo decir, que al único que note algo triste, fue a Rufián, el perro, el parecer si sentía la falta de cariños de su amo.
Y a mí, también, me entristeció, que el animal había acusado la falta de su dueño.
Cuando me volví a encontrar con la vecina.
Mujer viuda y que rondaría la misma edad que tengo yo, también metida en carnes.
Me volvió a preguntar ¿Qué tal se portaba Rufián? ¿Cómo se porta de qué? Le pregunte? Pues chica, ya me entiendes, ¡de que va ser! ¡Contigo! ¿Si te olfatea mucho.
¿Por qué dices eso? ¿Acaso, te lo hace el tuyo a ti mucho? Algunas veces! Es un poco fuerte, lo que te voy a decir y para ello confió en tu discreción, pero yo gracias a las caricias del chucho, me relajo y me dejo hacer de todo.
¿Y qué es lo que te hace, si se puede saber? Porque yo creía que tenías un lio con el vecino mayor que vive arriba? Lo tuve al poco de morir mi Ernesto, me lo propuso un día, que veníamos del súper, fue sin querer, yo para nada, me ayudo con la compra y una vez dentro de la casa se abalanzo sobre mi diendome, que él podía darme todo, lo que ahora me faltaba, me deje llevar y allí mismo en la cocina me subió la falda saco una pequeña polla y me la arrimo al coño y me separo la braga y logro metérmela dentro del coño, con dos acometidas que me dio la saco y se corrió cogiéndolo con su mano, volvió otro día mas pero el perro le hizo frente, se asusto y se marcho, no es, para nada un buen amante, ese mismo día el perro acerco su lengua a mi coño, me dio tanto placer que le deje seguir, me hizo tener un orgasmo, que ni con mi difunto, había sentido, lo que me hizo sentir el, por la tarde el perro me estuvo de nuevo acosando, estaba sentada en el sofá, se me acerco a mí y me empezó a lamer por las piernas, yo le deje hacer y sabiendo lo que me había hecho por la mañana, me abrí de piernas y le deje llegar hasta mi chocho me baje la braga y me estuvo lamiendo un buen rato el coño, yo me estaba calentando y entonces me fije y vi que le asomaba la punta de su miembro por entre el principio de su funda, acerque mi mano con intención de cogérsela, a lo primero lo rechazaba, pero luego se dejo y se la empecé a menear se le empezó a poner muy gorda y se le salía de la funda empezando luego vi que empezó a soltar una especie de lechigada, aquello me altero hasta tal punto, que empecé a pensar que pasaría si acercaba su polla a mi coño y sin más me lo subí encima mío le cogí la polla con la mano y me la puse a la entrada de mi coño, entonces el animal me empezó a dar acometidas y como no lograba metérmela dentro del coño yo se la cogí se la acerque a mis labios y entonces me dio un empellón tan fuerte que metió más de media polla dentro de mi coño y en el segundo envite que me dio ya la tenía toda metida dentro del coño, entonces yo para que no se le saliera de dentro le sujete por el culo con la otra mano y las embestidas que me dio fueron muy rápidas y fuertes que solo note cuando de pronto note que algo más gordo me llenaba, mi coño, era la bola, me la había metido en el coño, me hecho tanta cantidad de esperma que cuando se soltó de mi sentí una grande caída por mis muslos del esperma y el sillón se lleno.
Por la noche a pesar del dolor que tenía, me busco y nos fuimos a la cama, esta vez puse un ropón, encima de la ropa de cama, me puse una almohada debajo de mis reñinones, me empezó lamiendo por todo el cuerpo, yo estaba desnuda del todo y cuando le cogí la polla con la mano y se la acerque a mi coño, esta vez me la metió a la primera y me hizo gozar, hasta caer rendida, él se hecho en el suelo.
Desde aquel día el chucho es mi amante ¡y que nadie me lo toque!.
Eso es todo cuanto te tenía que decir, sé, que no se lo vas a decir a nadie, todo es cuanto te he contado y espero que no seas tonta, Rufián parece un buen perro y será un gran amante para ti y tu coño estará bien satisfecho y solo tú lo sabrás y podrás decirme, ¡Rita tenias razón! Asi Que espero que pronto me cuentes algo y si en algo te puedo ayudar cuenta conmigo y además si quieres verme en acción te invito a que vengas a casa y me veas, no seas tonta, déjate de hombres, que solo van a lo suyo.
Aquellas palabras de la vecina, me dieron en que pensar, si seria cierto, todo cuanto me había dicho o serian fantasías suyas, claro, que podría saberlo, si todo cuanto me había dicho era verdad, no tenía nada más que aceptar su invitación y comprobarlo por mí misma.
¿O a caso sus fabulas me iban a meter en algún lio?
La primera vez que subí a su casa iba temblando, para ello yo, había dejado a Rufián en casa y me disponía a contemplar una escena, a la cual iba a ser la principal espectadora y solo puedo decir que no salí para nada defraudada.
Nada más entrar en la casa, el chucho se fue a olisquearme, luego la dueña me ofreció un buen café regado con algún licor, que me supo a gloria no sé si este café con el licor fue el que llevo hasta donde llegue después.
Me senté en un amplio sillón, la dueña lo hizo en otro enfrente de mí, el perro a su lado, el perro de la vecina era grande y de aspecto poderoso, pronto la dueña se abrió de piernas y el animal se puso en guardia, se acerco a su dueña y la empezó a dar lametones en sus muslos, los que ella abrió aun mas y entonces el animal metió su amplia cabeza entre sus muslos y la empezó a lamer el coño ya que este no tenia prenda que le cubriera, ella le empezó a acariciar la cabeza y el animal lamia con más ímpetu, aquello, a mí, me estaba empezando a calentar y lleve mi mano a mi entrepierna y empecé a darme ligeras pasadas por encima de mi braga y más cuando vi el extraordinario pollon que el perro se gastaba y cuando la dueña le incito a que se subiera encima de ella, entonces le cogió la polla se le acerco a su coño y en dos acometidas la tenia metida toda dentro, la zozobra mi era tal, que cuando la dueña me invito a acercarme, no lo dude un momento entonces ella llevo una de sus manos a mi coño me invito a bajarme la braga, cosa que yo hice sin dudar un momento y ella empezó darme unos ligeros masajes en mi coño, a lo que llego hasta meterme alguno de sus dedos dentro de mi coño y no solo es que me estaba gustando, si no que le dije deja que tu perro me folle a mí, me indico que iban a cambiar de postura y entonces el chucho podría lamerme el coño primero a mi, mientras a ella le seguía follando luego cuando el animal terminara con ella seria todo para mí y de esta manera y tumbada en el suelo y con un cojín debajo de mis riñones el perro me empezó a lamer el coño, pero pronto acerco su gran polla a mi coño y una vez metida toda dentro la dueña acerco su boca a la mía y nos dimos las lenguas para entonces el perro ya me había metido toda su polla incluido su gran bola y cuantos orgasmos tuve con la polla del chucho metida en mi coño no lo sé y morreándome con su dueña, solo sé que la vecina me dijo ¿Te gustaría repetirlo? A sentí con la cabeza.
Cuando llegue a casa iba hecha unos zorros, Rufián salió a olisquearme y le deje, metió su cabeza entre mis muslos y aunque estaba cansada, era tan grande, la sensación por lo antes vivido que me deje llevar me tumbe en la alfombra me baje la braga y deje que el perro me lamiera a su antojo y cuando le vi la polla que asomaba por su funda y aunque parecía algo más pequeña que la del otro perro que acababa de follarme se la cogí con la mano y me la acerque al coño y pronto note que el animal respondió a mi ofrecimiento y en cuestión de segundos la tuve metida toda dentro de mi coño.
Desde aquel día Rufián es mi amante y aunque he vuelto alguna vez con la vecina, es mas intimo hacerlo con Rufián que tampoco tiene la polla tan pequeña, mi vecina sabe que lo hago con mi perro y sabe que le estoy agradecida por sus enseñanzas y sugerencias.
El perro vivió conmigo hasta su muerte, ya que su existencia es más corta que la de los humanos, llore su muerte pero pronto fue sustituido por otro, que también llame Rufián y al que tuve que enseñar, eso, sí, pronto aprendió.
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