El perro de mi vecino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por rosarioarequipa.
Después de mucho tiempo me entere que mi vecino solo venia un par de veces a la semana, que en si no le importaba en lo absoluto el pobre perrito que el allí en esa casa tenia, cosa que me a mi me molesto mucho, y al mismo tiempo me entristeció, porque cada día lo veía mas flaco y tan triste
Así que me las arregle para darle cada mañana algo de comer, pero algo mas quería yo darle a ese pobre animalito, pues se que solo de comida no podía vivir, así que me las ingenie para subir por una escalera a techo de mi vecino y darle personalmente su comida que especialmente le había preparo, para mi suerte el ambiente donde estaba el, era algo cómodo pues las gradas que habían daba aun pequeño patio donde todo es cómodo y privado, ahí me dirija yo y en la ultima grada me senté y le di de comer, si lo hubieran visto que hambriento estaba, que me quede asombrada
Se termino toda la comida en pocos minutos, pero yo no solo había ido a darle comida sino que también quería darle algo mas, algo que seguramente el estaba deseando pero porque lo tenían encerrado no podía hacerlo y por mi parte yo también desea mucho saciar deseos ya casi desenfrenados de placer que mi cuerpo busca, así sin mas me quite el vestido que traía puesto, quedándome completamente desnuda para que el pudiera el saciar algo que injustamente su dueño, lo había impedido injustamente.
Y aunque al comienzo el no asimilo lo que yo prendendía darle, no fue tan difícil hacerle entender lo que en si nuestros cuerpos por naturaleza desea, así que cuando me puse en cuatro patas y sujete sus dos patas en mi cintura, el como si fuera natural, comenzó a hacer sus movimientos, queriéndome penetrar, yo por mi parte quería sentir su pene dentro mío y al mismo tiempo desea ser su primera vez, con solo pensar que ese perrito nunca había tenido una perrito yo me sentía muy excitada, que sin mas le ayude a encontrar la entrada con mi mayo y dejar que el me penetrara
No duro mucho tiempo y sentí como terminaba llenándome toda la vagina de caliente semen para luego sentir su bola dentro mío, sabia que era su primera vez y le deje que me lo metiera. Así estuvimos un buen rato pegados cola a cola.
Yo me sentí tan feliz al hacerlo, con solo pensar que como ese pobre animalito no podía tener relaciones porque su dueño, no le dejaba salir y mas ni le daba de comer, por lo menos en tiempo en tiempo le doy algo de comer y de paso sacio sus deseos sexuales.
Me siento muy bien, porque ahora que lo veo no esta tan flaco como antes y se ve que me quiere mucho, yo también lo quiero y por eso seguiré dándole mi amor.
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