EL SEXO ME PERSIGUE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estoy casada, tengo 32 años y mi marido hace un par de años que descubrió que tengo obsesión por el sexo.
En cuanto me quedo sola, me vuelvo loca pensando en qué podría hacer en ese momento para vivir aventuras sexuales no habituales.
Hace un año, mi marido tuvo que marchar de viaje de fin de semana…
… y yo no dudé en contactar con un grupo de amigos para invitarles a mi casa a cenar con la excusa de que celebraba algo.
Ellos acudiero y probablemente se asombraron de como acabó todo aquello. Y es que, broma tras broma, y atrevimiento tras atrevimiento, acabamos todos desnudos frente a la chimenea encendida jugando a todo tipo de cosas que se nos ocurrían.
Como no podía ser menos, y sienmdo la única chica de la reunión, aquello acabó con uno de mis amigos follándome, otro penetrándome por detrás y el tercero delante de mí con su polla bien tiesa mientras yo se la comía.
Al final mi marido tuvo comentarios de todo tipo. Aquello se filtró (no sé si por alguno de ellos o por alguna vecina) pero el caso es que descubrió que allí había pasado algo y yo no tuve más remedio que darle la razón, indicando que cuando me quedaba sola me volvía loca de pensamientos sexuales…
El caso es que el fin de semana pasado me volví a quedar sola.
Últimamente, él intenta que no sea así. Sin embargo, esta vez no tenía más remedio que irse por un asunto urgente.
Vivimos en una casa de campo donde sólo hay algunos otros chalets cercanos.
En esta ocasión decidió dejarme el fin de semana encerrada en casa pero habiendo sido abastecida de comida y todo tipo de necesidades previamente.
Me cerró con llave la valla exterior de la parcela, con lo cual podía salir al jardín pero no del recinto pues la valla era suficientemente alta.
Habían pasado varias horas del sábado y yo me encontraba en el interior de la casa, desnuda y tras haberme masturbado pues ya fluían en mi mente todo tipo de fantasías.
Cuando ya pensaba en que nada importante pasaría, ocurrió algo increíble.
Oí un ruido en el jardín y cuando me asomé a la ventana pude ver un gran perro, debía ser pastor alemán, correr por el mismo.
Intenté olvidarme del tema pero no era fácil.
Al cabo de unos minutos pensé en salir a coger una caja de pastillas tranquilizantes que guardaba en un botiquín en la caseta que hay en el jardín.
Salí deprisa y entré en la caseta, abriendo el botiquín rápidamente. Fui a coger mis pastillas pero, sin querer, dí un golpe a la caja contigua que cayó al suelo. Se trataba de una cajita de viagra que a mi marido le gusta usar de vez en cuando pese a que no la necesita para mantener una erección.
No me dió tiempo a cogerla pues el perro que había visto por el ventanal se encontraba allí mismo y se había encargado de cogerla con su boca y masticar las pastillas que quedaban. Afortunadamente sólo eran 3.
En ese momento pensé que ojalá estuviéramos hablando de una perra hembra pues desconocía en ese momento cual era su sexo.
Sin embargo me asomé para descubrirlo y pude observar una importante verga, y eso que en ese momento estaba en actitud de reposo.
Corrí hacia la casa asustada, hasta que conseguí protegerme.
Sin embargo, cuando llevaba un rato, me volvieron a aparecer las fantasías sexuales.
Me fuí hacia el baño y localicé un producto para lubricarme bien tanto la vagina como mi ano.
Aproveché y también me masturbé para tampoco buscar una pelea mayor de la debida.
Al cabo de un rato, también con la chimenea encendida, no tuve más remedio, debido a mis fantasías, que abrir la puerta que daba al jardín y subir corriendo escaleras arriba hacia mi habitación.
Cuando llegué a ella, y estando totalmente desnuda, me busqué varias almohadas que me hicieran estar recostada más cómoda en el suelo y empecé a soñar con aquel animal…
Pasaron casi cinco minutos y no había ocurrido nada especial, cuando oí un ruido. Estaba claro de aquel perro habría entrado sigilosamente en la casa.
Como si todo estuviera preparado, me pusé un antifaz en los ojos para tapar mi visión totalmente y que quello tuviera más morbo. A continuación me puse a cuatro patas.
Cada vez oía los pasos más cerca y ya casi me volvía loca sólo de pensar en aquello.
Al minuto la puerta de mi habitación chirrió y yo, como instintivamente, me puse a cuatro patas sobre aquellas almohadas, buscando la mayor comodidad. Pensé en que debía agachar bien mi cabeza y espalda, a la par que elevaba bien mis partes traseras.
Con los ojos tapados y en aquella postura, no pasó nada durante un minuto que se me hizo eterno.
Sin embargo, sólo unos segundos después noté la presencia del pastor alemás justo detrás de mí. Lo cité silbándole y se me acercó.
Sin embargo no hacía ningún movimiento de los que yo esperaba.
Tras un par de minutos, reculé hacia atrás buscando con mi mano acariciar a aquel perro.
En seguida lo toqué y pude ir adivinando cada parte de su cuerpo. En un acto de valentía, bajé mi mano hacia sus testículos que estaban gordos y redondos, y a continuación, le agarré la verga con fuerza…
El final se lo contaré cuando consiga registrarme en el foro, pero ya les advierto que no tiene desperdicio…
Un perro tomando viagra?