Eléctrico y su ama
Fan del zoo narra como se inicio con su perro “eléctrico”.
Hola te escribo para que publiques mi historia soy una Fan de Kaliba la chica zoo.
Yo soy una chica de San Luis Potosí, México, me considero normal, delgada, algo fea, y muy dedicada a mi trabajo, por lo que generalmente no cuento con mucho tiempo libre, así que la mayoría de las veces, llego un poco cansado de las actividades diarias. De esta manera, y cuando la calentura ha apremiado a lo largo del día, en mi habitación encuentro formas de desahogarme provisionalmente de esa sensación que llega a invadirnos de forma intensa e inexpiable. Como muchos, encuentro en la masturbación esa forma de relax mientras se presenta algún plan con algún chavo de mi ciudad.
En una de esas ocasiones, llegue a mi casa, y aunque un poco fastidiado, salí a caminar con mi perro, “eléctrico” como le decimos a los perros que no son de raza o de PEDIGREE, que la verdad todo mundo lo chulea, ya que tiene un buen porte, un color dorado muy representativo, es muy correlón, así que no se cansa fácilmente del paseo, esa vez ya me estaban dando muchas ganas de orinar, así que lo apure, pero de esas ocasiones que de repente no se puede uno aguantar y como por mi zona, solo hay casas y todo muy bien iluminado, pues no se podía hacer nada por ahí, así que como accidente penoso pues si se me escapo algo que si mojo mi pantaleta, rápidamente llame a mi perro y nos fuimos rápido a mi casa. Llegando, la cena estaba servida, así que solo fui rápido al baño a orinar, pero si quedo algo húmeda la panti, la cual no pude cambiar en ese momento, pero lo había absorbido mi toalla sanitaria Saba.
Ya terminando de cenar, me despedí y me retire a mi habitación, mi perro, duerme en mi habitación, así que como siempre fue el primero en meterse y buscar su lugar para acostarse, cierro la puerta, prendo la tv y me dispongo a desvestirme, me quito zapatos, calcetines, camisa y falda, quedándome en mi pura panti aun húmeda, me pongo en cuclillas para sacar de mi maleta del gimnasio la ropa sucia para ponerla junto mi panti y no se notara que estaba mojada, estando así mi perro se paró y se metió entre mis piernas a olerme, me saco de onda y lo retire, el insistía en olerme y en una de esas empezó a lamer la panti, lo cual provoco que se me empezara a excitar, y de nueva cuenta a tener ganas de orinar.
Había leído varios relatos de zoo en esta sección en especial los de “KALIBA” LA FAMOSA CHICA ZOO, así que me paso por la mente lo que había leído en ellos y que no lo niego me llamaron muchísimo la atención, así que opte por desnudarme y rasurarme mi Pucha, aun en la misma posición, mi perro inmediatamente empezó a lamerme la vagina de una forma que nunca había sentido, su lengua rasposa, húmeda y caliente se concentraba en la parte inferior de mi clítoris, lo cual provocaba una sensación riquísima y extremadamente cachonda, después paso a mis labios internos mientras con mi mano habría los labios externos de mi vagina, de la misma forma, el cómo los lamía repercutía en unas ganas de que siguiera haciendo eso.
Había leído en otros relatos que el perro los lamía pero después se retiraba y ya no lo hacía, pero el mío seguía y seguía, yo estaba a punto de venirme, así que lo retire, pero él quería seguir lamiendo mi vagina húmeda y rasurada, se notaba que le encantaba al puto perro, lo separe un momento para evitar que me viniera, ya que la sensación era única, mi vagina se puso un poco húmeda, ya que las ganas de orinar seguían, así que por la calentura se me ocurrió orinar así como estaba, cuando está a punto de hacerlo deje que se volviera a acercar mi perro, así que de mi clítoris empezaron a salir mis meados, mismos que mi perro se tragaba en cada lamida que me daba, puta, esa sensación. Sentir como orinaba y a la vez te laman la vagina es indescriptible, riquísima, excitante, mi perro se tragó mis meados y siguió lamiendo y lamiendo sin detenerse, yo ya no podía más, así que disfrutaba los espasmos que me provocaba mi perro y en uno de esos, los chorros de “squirt” se hicieron presentes, se los comió todos, esa forma de cómo salían, y eran recogidos por su lengua sin despegarse un momento de mi vagina fue fabuloso, quede exhausta, mi corazón latía fuerte y mi cuerpo y mi vagina seguía teniendo espasmos.
Esa fue la primera vez que tuve una experiencia de zoo, y a partir de esa, han seguido muchas igual de excitantes, mi perro ya sabe cuándo quiero que me la lama y el obedientemente lo hace hasta sentir mis fluidos en su lengua.
Posteriormente me puse mi tanga de satín y opté por dormirme.
Después de ese día pasaron varias noches en que pensaba mientras intentaba dormir en que se sentiría que te penetrará un perro y te usará como su perra, pensaba si te coge un perro, su naturaleza le dirá que está reproduciéndose, embarazando a su hembra o es igual que nosotros solo es calentura. Incluso un día me masturbe pensando que el perro me cogía. Así que un día en el que me quede sola, me desnude y deje como siempre que el perro me lamiera, luego me puse en 4 patas y m eche aceite en el ano, el perro estuvo un rato lamiéndome el ano, hasta que ya no aguante, porque se sentía muy rico y quise que me penetrara luego. Tome al perro de las patas delanteras y haciendo fuerza lo subí arriba mío. Pero el perro no hacía nada, tan solo se quedaba allí encima de mis caderas y luego se bajaba.
Estuve un buen rato intentándolo hasta que me aburrí, además que ya era tarde y podía llegar alguien a la casa. Me desilusione bastante, pensaba que el perro era un tonto, lo estaba dejando cogerme y el muy tonto no hacía nada.
Intente que el perro me cogiera unos 3 días más en los que no lograba nada. Hasta que un día, mientras estaba desnuda y en 4 patas y dejaba que me lamiera el ano, decidí o más bien me dirigí con mis manos a tocarle el pene el perro. Era muy flácido y blando, lo toque entero y luego le toque los testículos, y creo que por instinto o algo comencé a masturbar al perro. Estaba tan excitado que no me daba cuenta de lo que hacía, metí mi cabeza debajo del perro y me metí su pene a la boca imitando a las mujeres zoo que había visto en vídeos amateur de internet, pero no me gusto hacerlo. Ya que a veces se me metían pelos a la boca. Así que seguí masturbándolo hasta que vi aparecer en su pene una cosa roja y puntuda. Me sorprendí un poco, al tocársela se sentía que estaba muy mojada y era calientita.
El perro para mi sorpresa comenzó a mover las caderas, yo me coloque en 4 patas y el me monto de inmediato. Cuando me tomo de la cintura me excite mucho y mi corazón se aceleró, mi clítoris se puso muy duro y largo, caliente entre mis piernas. El perro se movía detrás mío, y logré sentir su pene bailando cerca de mi entrada vaginal, así que tuve que agacharme más, el perro se bajó de encima mío y luego volvió a subirse. Esta vez yo me había agachado más, cuando me monto sentí su pene cerca de mi ano, con una mano lo tomé y lo puse en la entrada de mi ano. Se sentía riquísimo como acariciaba mi ano, el perro se había quedado quieto encima mío, luego lentamente el pene comenzó a entrar abriendo las paredes de mi trasero y me encanto esa sensación. De pronto el perro comenzó a moverse y me afirmaba firmemente de las caderas y sentí que el pene entraba casi completo dentro mío, el perro se movía bastante fuerte y rápido. Cada vez sentía el pene del perro más grande y más dentro mío, lo sentí golpear varias veces mi interior con la punta de su pene.
Me encantaba como me cogía el perro, me imaginaba lo que el perro estaría sintiendo, además se escuchaba un sonido como – ¡Plap! ¡Plap! – cada vez que el perro golpeaba mis nalgas al igual como sonaba en las películas pornográficas que había visto. Al rato comencé a sentir algo de dolor y me moví un poco, lo que calmo el dolor, comencé a sentir el pene del perro gigante y caliente, sentía una cosa enorme en mi trasero. Al rato empezó a doler de nuevo, esta vez me moví tratando de sacarme al perro de encima pero no pude, el perro paro de cogerme y al tratar de salir de encima mío no pudo, yo sentí una fuerte puntada en mi trasero, el perro pego algunos tirones y cuando me di cuenta el perro se había girado quedando conmigo trasero con trasero.
Yo no sabía que los perros cuando cogen se quedan pegados y me asuste bastante, pero al ratito después el pene salió. Sentí como si de mi ano saliera un río de líquido cuando el pene salió. Cuando mire estaba todo el piso mojado. Me levanté tiritando del piso y sentí mi ano enorme, y ardía bastante. Aun sentía la sensación de tener el pene dentro mío, como si me hubiera quedado un pene fantasma.
Luego eche al perro al patio y me bañe. A la semana después volví a dejarme coger por el perro, la verdad es que me termino gustando que el perro me cogiera. Un día incluso, salí al patio de noche mientras mis papas y hermana dormían, me puse en 4 patas y dejé que el perro me cogiera por la vagina. Me gusto demasiado esa vez, ya que estaba desnuda en el patio lo que le daba un toque bastante sensual, ya que sentía el aire fresco golpeando mi cuerpo lo que era rico, me sentía una perra en ocasiones ladraba y sacaba la lengua como si de una perra excitaba fuera.
A los años después al perro lo atropellaron, ahora tenemos otro, es de raza labrador, de color blanco. Él también me coge, pero el pene de él es más grande y además lo hace con tanta fuerza como mi anterior perro si no es que más. Así que ahora he aprendido a meterme cosas en él, como plátanos y cosas así. Creo que se ha convertido en una obsesión, aunque a mí me gustan los hombres, me gusta también que me cojan. Pero nunca lo haría con un hombre, no porque no me gusta sino por lo que implica eso, además a mí no me atraen los hombres tanto, solo me gusta la sensación que da que te estén cogiendo, incluso de las veces que lo he hecho con el actual perro familiar, han pasado varias veces que le chupo el pene después de que me penetro por mi culo, me gusta ese sabor a mierda y a pene de perro, ya soy una mujer algo más adulta pero no sé cuántas veces han pasado que mis perros me han preñado por que se ha atrasado mi regla y después de unas semanas como si tuviera un aborto sangro por mi pucha y saco una como bolsita, que según leí en la gaceta medica de la UNAM es como un aborto durante la gestación.
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