En el campo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por dmarat.
Te conté que estuve en el campo y te quise llevar conociendo tus gustos fetiches en donde te gustaría que te lleven como una yegua con riendas.
Me esperaste desnuda cerca de donde se encuentran las riendas para que yo comience el juego de dominación.
Yo me saqué la ropa y me acerqué besándote el cuello, tus labios.
Te diste vuelta para que tus nalgas rozaran mi verga como a mi me gusta cuando de pronto sientes como te coloco las riendas en la cabeza y las ajusto para que no se te salgan.
Comienzas as a respirar fuerte cuando sientes que te tiro hacia atrás obligándote a que te me acerques más.
y te estremeces cuando escuchas en ruido del látigo en el suelo.
-¡Soy tu yegua! -me dices susurrándome al oído.
-¿Una yegua? ¿Crees que voy a dejar que seas un animal tan noble como una yegua?
Tomo las riendas y te saco fuera del granero, salimos los dos desnudos a la intemperie y te guío como guiaría a un caballo hacia un granero cerca del corral de las vacas.
Cuando entras encuentras a dos vacas de atrás juntas, ambas tienen las ubres gigantes.
Te empujo hasta que llegas al culo de la vaca y te levanto la cola.
-Chupale la vagina -te digo.
Obligada comiensas a chuparle la vagina a la vaca, al tener el culo de esta cerca te cuidas para no chupar otra cosa pero te tomo de la nuca e hago que pases toda tu cara por ella hasta empujo un poco hacia dentro para que introduzcas casi toda tu cara dentro.
-Al suelo -te digo.
No ves lugar entre las dos bestias.
Con el látigo de doy en el culo, ante el dolor te pones en cuatro patas y te acerco a las ubres de la vaca.
-Alimentate -te digo.
Comienzas a chupar de un pezón de la vaca apretándola como si fuese una verga mientras escuchas y me ves de reojo como comienzo a masturbarme ante el espectáculo que me estás dando.
-¿Te estás alimentando? -te pregunto.
Sin decir nada escupes un poco de leche la cual cae por el costado de tu boca.
-Camina y quédate entre las dos vacas.
Te quedas quieta porque no encuentras lugar hasta que escuchas que la vaca recibe un azote y tú también.
La vaca se corre y tu caminas en cuatro patas hasta quedar entre las dos vacas, ante ti se encuentra una máquina que al principio no conoces pero ves los succionadores y te das cuenta que te encuentras en una lechería.
Estás entre dos vacas lecheras con sus ubres rebosantes, tu nivel intelectual cae por los suelos, en este momento eres una vaca más.
Enciendo la máquina y el ruido te asusta pero no puedes hacer nada ves como a la vaca del al lado le coloco una crema en sus pezones para que los succionadores no la lastimen, y luego el succionador, sabes que eres la que sigue, esperas que se tomen su tiempo pero es más rápido de lo que crees.
Llega tu turno, tratas de resistirte pero estás atada, en tu cabeza te repites "No soy una vaca, no soy una vaca" pero te pongo más crema para poder manosearte más las tetas y te coloco los succionadores los cuales se prenden rápidamente, comienzas a sentir la succión en cada uno de tus pezones.
Antes de pasar a la siguiente vaca me tiento y te paso crema en tu culo y en tu vagina, la cual está chorreando en jugos.
Me preocupo por meterte un dedo en el culo para que esté bien lubricado.
Asustada miras como paso a la vaca siguiente repitiendo el procedimiento de la primera.
Cuando termino me acerco a la máquina y subo la presión.
Al principio te molesta y te duele, delante tuyo tienes un tanque refrigerador de aluminio cromado, esto hace que te veas en cuatro patas al lado de las dos vacas
Las vacas están tranquilas, tú asustada me pongo enfrente tuyo y pongo mi verga en tu boca.
-Succionala como lo hace la máquina -te ordeno.
comienas a chuparme la verga con los labios apretados y haciendo la succión similar a la que estás sintiendo en este momento en tus tetas.
Comienzas a sentur el semen que sale.
-No se te ocurra escupir ni tragar nada -te digo.
Te tomo de las orejas y hago que mi verga se introduzca con más fuerza, comienzo a eyacular y tus mejillas se hinchan por la cantidad de semen que tienes en la boca más todo el pedazo de mi verga que entra y sale constantemente.
En un momento no puedes más y el semen cae por el costado de tus labios, te apreto la nariz para que la tragues y te marco que me ensuciaste los huevos de leche los cuales te obligo a limpiarlos con la lengua.
cuando terminas te pego con la verga en la cara varias veces y me marcho sin decirte nada.
Escuchas que camino por el lugar pero no me ves.
De pronto sientes un cosquilleo en el culo miras hacia atrás y son moscas que revolotean y se paran en tus nalgas engrasadas, ves a las vacas que tienes a los lados y ves lo mismo, las moscas te ven como una vaca más y tu mente, que está aturdida con todo lo que te está pasando, ve a las vacas como tus hermanas.
De pronto se oscurece todo, crees que estoy cerrando la puerta del granero pero comienzas a sentir calor, y te asustas cuando ves dos patas caer una de cada lado, miras para el tanque refrigerador y ves como te estoy acercando a un toro.
-Nooo -me gritas para que me detenga
Pero no te hago caso, en primer lugar hago chocar los huevos del toro contra tu culo y tu vagina y luego guío al animal hacia tu vagina, así mismo dejé suelto otro toro para que elija a su vaca la cual es montada casi al instante.
El toro te está embistiendo ferozmente mientras lo sostengo para que la bestia no te aplaste mientras a tu lado una vaca también está siento preñada por el animal.
De a poco comienzas a sentir calor dentro tuyo y un chorro de semen inunda tus entrañas, das un grito que coincide con el mujido de la vaca en el momento que está siendo preñada.
Sientes todo el semen caer de tus piernas como nunca lo hubieses sentido, un charco blanco hay entre tus piernas que sigue cayendo mientras saco a los toros de la lechería.
Quedas culo para arriba, agotada y adolorida-
Libero a las vacas y las saco de la lechería, nos quedamos los dos solos, aún gimiendo con el corazón a mil.
Los succionadores quedaron en el suelo ya que los perdiste mientras el toro te embestía.
Te libero de las cadenas y te pones de pie y vuelves a sentir calor mientras el sobrante de semen de toro cae por tus piernas.
De un corral interno más alejado te acerco a un pequeño ternero, te asustas y me dices que tu vagina no va a resistir tanto.
Te pongo inclinada contra un corral y te ato las manos, quedando con el cuerpo hacia abajo y todo el culo dejando todo el culo levantado y acerco al ternero a tus tetas el cual comienza a chupártelas buscando leche.
Voy a la máquina y saco en un vaso la leche que te acabo de ordeñar y te la doy para que la tomes un poco, yo la termino hasta la última gota.
Con la mente completamente abusada te dejas hacer de todo mientras sientes como comienzo a meterte la verga en el culo, el único lugar en donde te faltó leche.
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