Hércules mi Amor Especial IV (Parte 2)
Jamás imagine que llegaría hacer todas aquellas cosas que algunas mujeres hacen, como en una espiral caía y caía, cada vez más bajo hasta tocar fondo, comportarme como una puta llegue a coger con 2 perros, yo estaba perdida.
Circulo Vicioso
Ese encuentro furtivo que tuve con Duke, me llego hacer pensar que había hallado algo de luz en mi oscuro camino, aun que sentía ese enojo y coraje por mi Hércules, sabía que podía seguir adelante y tener una nueva vida, así que me abrace a ello, me había hecho de una rutina algo especial, pues en cuanto llegaba del trabajo, diario no me faltaba que me tomara un par de copas de vino tinto, el alcohol me tranquilizaba, por supuesto no dude en platicarle a mi amiga Eloísa de mi encuentro con Duke.
- Y como sigues Jaci, ya estas mejor?, como vas con tu duelo – me pregunto Eloísa
- Ya estoy mucho mejor, ya me siento más aliviada, y ya me olvide de Hércules, fíjate que halle un nuevo amor, se llama Duke, solo lo llegue a ver unas cuantas veces, sobre todo cuando salía a correr o regresaba del trabajo… Fíjate que incluso ya el domingo pasado me acosté con él, fue maravilloso, me siento enamorada de él, me atiende y me siento como una princesa cuando estoy junto con él.
Yo respondí con entusiasmo y felicidad, tanto que sentía mis ojos humedecer, hacia mucho no me sentía así de contenta.
- Enserio Jaci?… Mm… No tiene mucho que lo conoces, no lo sé Jaci, no creo que estés enamorada de ese tal Duke como dices, en realidad solo lo viste unas cuantas veces y ya tuviste intimidad con él… No creo que debas ir así de rápido, sabes que en la realidad lo nuestro con nuestros caninos, es el vínculo emocional y espiritual que formamos con ellos, y de ahí deriva a hacer el amor con ellos y eso no se da de la noche a la mañana… Y dime de donde es?
Eloísa me debatía y sentí enojo un arranque de ira con su comentario, seguro estaba celosa de que había encontrado a alguien y ya había superado a Hércules.
- Es el perro de una vecina, una mocosa que apenas tiene 19 años, solo sé que me hizo sentir muy bien estar con él, sé que es el indicado para mí, claro tiene dueña, pero veré la manera de quitárselo, estoy enamorada de Duke.
Sentí los celos de Eloísa al teléfono, yo estaba segura de lo que hacía, y nadie me apartaría de mi felicidad.
- Eres tú quien no logras superar a “Dobie”, y por eso mismo no te has dado la oportunidad de estar con otro macho, por eso siempre andas triste, pero yo no soy como tú, yo ya supere a Hércules y voy a ser feliz, no dejare que nadie me aparte de mi felicidad, deberías hacer lo mismo que yo y conseguirte otro, así tu vida sería más significativa! – Finalmente respondí con enojo para ponerla en su lugar.
- Entiendo… Tengo que irme, ya me llego clientela, nos vemos – Colgó Eloísa finalizando nuestra conversación.
Sé que estaba celosa de mí, pero yo continuaría con mi vida, no dejaría que se detuviera, no como a ella le paso.
Pasaron algunas semanas y mi rutina era la misma, trabajo, televisión, vino, y los esperados domingos en la noche, que era cuando me visitaba Duke, tanto él como yo, nos esperábamos en la oscuridad de la noche, claro que ahora era más fácil pues, yo dejaba la puerta entre abierta y esperaba a que se acercara, para dejarlo entrar y estar con él, también me preocupaba por ya dejarle servida comida en su plato para que mi amor pudiera alimentarse, era una forma de hacerle saber que me preocupaba por él, estoy segura de que Duke lo entendía.
En cuanto pasaba por mi puerta, me hincaba cerca de él para acariciarlo, lo miraba a los ojos y de inmediato me ponía en cuatro, incluso estas veces ya no use pantaletas al esperarlo, Duke Me cogía duro y rápido en mi sala, yo disfrutaba de nuestros encuentros, aun que eran algo rápidos a mi parecer, pero lo entendía, porque no podía quedarse en mi casa.
En algunas ocasiones de regreso del trabajo lo miraba jugar con Mónica, la verdad eso me hacía sentir celosa y molesta, intentaba cruzar mirada con Duke, pero él estaba más atento a esa niña, y de inmediato pensaba “Niña estúpida, si supieras que él me pertenece, yo le doy lo que tú no puedes, le doy mujer, le doy hembra, y él derrama todo ese amor en mi interior”, en cuanto llegaba a casa me servía mis copa de vino, y entre mas ingería más fácil y llevadero me resultaba sobre llevar los celos, esa experiencia de verlo estar junto aquella chamaca, pensaba “Los celos que siento son la prueba de que lo amo”.
Y fue en nuestro siguiente encuentro del domingo, espere a Duke como solía hacerlo sentada en mi sofá y mirando la puerta, en mi afán de gustarle más a mí macho, me compre un conjunto, que consistía en unas pantis negra de encaje con transparencias en las nalgas, que contaba con una abertura en la entrepierna, dejando libre y a la vista, mi vagina, un baby doll delgado y transparente que al llevarlo amarrado con su cinta, este dejaba desnudos y colgando mis senos, así que lo espere con ese atuendo, “Apuesto que esa niña tonta no se viste así de sensual para él, sé que voy a gustarle mucho a mi novio Duke”, pensaba mientras lo esperaba sentada en mi sofá sobre mis piernas dobladas, había alumbrado un poco mi sala con velas y me bebía una copa de vino.
Ya estaba ansiosa por estar con Duke y hacer el amor, nuestros encuentros demostraban que él me amaba a mí y no a esa niña tonta, en eso entro Duke por la orilla de la puerta, y vi que junto con él venía un segundo canino, otro perro lo acompañaba, uno de color dorado, era un Golden Retriever, me quede atónita, pensé que alguien más podría venir, así que me levante rápidamente a la puerta, la entre cerré y me fije por la ventana si venia alguien más, pero no fue así, solo eran Duke y ese nuevo perro que lo acompañaba.
La luz de las velas en la sala era lo único que alumbraba, vi que al segundo perro portaba un collar, lo que indicaba que era domestico, me incline con algo de miedo y mire la plaquita que tenia, su nombre escrito “Goliat”.
- Goliat?, vaya nombre, aun que no luces muy gigante para llevar ese nombre, que ocurrencia de quien te lo puso, supongo que debes de ser de otra cuadra, no recuerdo haberte visto con anterioridad – Le hablaba a ese hermoso perro que jadeaba mientras me miraba.
Al igual que mi Duke este jadeaba, parecían felices, aun que como seria que tendría intimidad con Duke si había otro canino en la habitación, no me sentí apenada, al contrario gracias al vino que había ingerido me sentía más liberada, yo quería tener sexo con mi Duke, y lo tendría, además ya me había vestido para la ocasión, y sin dudarlo más, tome a mi amado de su collar y lo conduje hasta el sillón, yo quería intentar la posición de misionero con él, note que Goliat lo seguía, no le di importancia, yo quería coger con mi amor y lo haría.
Me senté y abrí mis piernas delante de Duke, sin más se acerco y al ver mi sexo húmedo lo olfateo y comenzó a lamerlo, grata sorpresa que amaba de él para conmigo.
- Ohh, si eso es bebe… Ohh que rico mi amor… Ohh – Gozaba al sentir su lengua húmeda recorrer mi vagina húmeda, que estaba ansiosa de él.
Duke me lamia y fue cuando sentí como mi pierna fue apartada por un segundo cuerpo, Goliat se acerco y también comenzó a lamerme, de inmediato abrí los ojos y lo mire, intente apartarlo, empujarlo, pero no conseguí hacerlo, su fuerza era superior a la mía eso sin contar que Duke hacia presión contra mí.
- Espera, tu no, solo Duke, hazte a un lado – Le ordenaba al otro perro, pero este no me obedecía, continuaba soltando lamidas contra mi vagina.
Quise incorpórame del sofá para alejar a Goliat, pero este se levanto en dos patas y con su peso me empujo de vuelta a sentarme, ahora su peso estaba sobre mí, jadeándome en la cara mientras yo luchaba por apartarlo, pero no conseguía hacerlo.
Fue cuando este empezó a empujar su pelvis contra la mía, yo intente cerrar las piernas pero ya no podía, con su peso y cuerpo sobre el mío, solo sentí los encontronazos de su capuchón contra mi vagina, él intentaba entrar en mí, pero yo ni lo conocía, yo deseaba a Duke, el cual solo se sentó a un lado a mirar como el otro perro intentaba penetrarme, y luego para joder la situación mis pantaletas no impedirían que aquel perro dorado llevara a cabo sus deseos.
- No, aléjate de mí, No!, déjame maldito perro, No! – Decía mientras forcejeaba contra él.
- Duke ayúdame!, Duke!, amor, haz algo! – Le gritaba a Duke, pero este solo miraba sentado jadeando.
Mi cuerpo también me traiciono, pues mi vagina acostumbrada al contacto y choque del capuchón de un macho canino, reacciono y dilato dando paso a que el pene de ese perro fuera introduciéndose en mi, con cada golpe de pelvis que me daba ese perro dorado, sentí como fue entrando sin impedimento alguno, aun que yo no deseaba ser penetrada por aquel macho no me quedo de de otra, no tenia oportunidad contra él.
- Ahhh!… – Me arranco un grito desesperado cuando Goliat finalmente entro con mayor intensidad, desabotonando mi vagina con fuerza, su verga erecta yacía en mi interior.
Lo único que hice fue para suavizar la presión, fue levantar mis piernas y abrazar el lomo de aquel invitado inesperado, jadeándome en mi rostro, muy feliz aquel macho sintiéndose grande y poderoso de estarme poseyendo y convirtiéndome en su hembra.
- Ahhh… Ahhh… Ahhh… – Eran los gemidos que aquel desgraciado que me conquisto a la fuerza, me arrebataba con cada empujón de cadera que daba.
Sentía como cada vez más su verga crecía hinchaba en mi interior, me llenaba la vagina y me la estiraba, aun que evitaba aceptarlo, estaba sintiendo rico y disfrutando del placer que me daba aquel macho desconocido, no me quedo de otra que dejarme llevar y aceptar lo que estaba sucediendo, pues mi cuerpo se sentía caliente, estaba siendo fornicada por un macho diferente, mientras que él que me interesaba, solo miraba atento a como su amigo me tomaba y me hacia suya.
Sentí en la mirada de Duke que disfrutaba del espectáculo, estaba gozando de ver cómo me hacia suya Goliat, nuestras miradas se encontraron y mientras yo gemía por el sexo de otro, mi amor verdadero me miraba excitado.
Pasaron solo un par de minutos, por supuesto no le permití a ese perro anudarme, ya sabía la técnica correcta para impedir eso, digo, mi experiencia con Hércules que era más pesado, fuerte y atrabancado, me enseñaron varios trucos.
Por un momento se quedo quieto Goliat, se canso de intentar anudarme y ver que fracaso, así que se bajo y aparto de mi, fue cuando mi amor aprovecho y se puso entre mis piernas, quise incorporarme para evitar tener sexo con él, pues me sentía enojada de que hubiere dejado que otro macho me montase y me hiciera suya.
- Hazte para allá, me tienes enojada, cómo pudiste dejar que otro me penetrara, somos pareja, yo solo quiero hacerlo contigo – Le reclamaba a Duke, pero este hizo caso omiso e igual que Goliat, me empujo de vuelta al sofá.
Quede recostada y con las piernas abiertas, no logre incorporarme, Duke comenzó a empujar su pelvis contra la mía, mi vagina ya abierta por la verga del otro perro le hizo más fácil el que su capuchón encontrara el camino a mi interior y su verga se deslizo dentro de mí.
- AHHH!… Ahhh… Dios… Entiendo… Ahhh… Está bien… Tómame, te amo Duke…. Ahhh… Si… Ahhh – Comencé a gemir y gozar al sentir la verga de mi amado introducirse
Mi mirada cambio, mi cuerpo se soltó, disfrutaba de esa rica sensación de placer, por fin estaba haciendo el amor con mi amado novio.
- Si Duke.. Ahhh… Ahhh… Si mi amor, empújamela toda… Te amo, te deseo… Ahhh… – Gemía de gozo mientras le decía cariños a mi amado
A él si quería dejarlo abotonarme, me sentía excitada, mi enojo y susto paso a ser solo placer y amor, me sentía bien y feliz de que Duke estuviera haciéndome suya, él lo entendía, yo era su hembra y el mi macho, mi guapo semental, que me hacia decirle palabras hermosas y que me hacia querer someterme a sus deseos carnales.
- Ohh… Ohhh si que rico mi amor.. Ohhh.. Eres un cabrón… Trajiste a tu amigo para que me cogiera verdad… Querías ver cómo me hacia suya… Eh, te gusta eso mi vida… Te gustó ver que él me hiciera su perra, Ahhh – Cada palabra que le decía, provocaba que yo me excitara cada vez mas.
Mi excitación creció y disfrute mas de las metidas de verga que mi Duke me daba, me sentía en el paraíso, y alcance mi orgasmo.
- Ahhhh…. Dios…. – Contuve mi respiración para gozarlo más, y poder ver ese destello de lucecitas.
Logre mi objetivo, sentí como orgasmo, ese chorro de amor, empapo la verga de Duke, un placer maravilloso, estaba disfrutando de tener entre mis brazos y piernas, ese macho que me gustaba y que se había adueñado de mi corazón, mientras buscaba su mirada, este no me miraba, el solo empujaba su cadera contra mi cuerpo, fue cuando escuche y sentí que algo se subía al sofá, era Goliat que se había trepado al sofá y me miraba desde arriba las muecas de placer que hacía por el placer que Duke me proporcionaba.
Acerco su hocico a mi rostro y me empezó a lamer la cara, lamiéndome por todos lados, sentí pasar su lengua por mis labios, sentí rico no pude negarlo, así que le devolví sus besos, con mi lengua buscando y tocando la suya, me sentía tan excitada que olvide por un momento que aquel macho me había tomado sin mi consentimiento.
Supongo sentía que también le pertenecía y quería demostrarme su cariño, así lo sentí y lo acepte, que mas puedo decir, al final son machos, lo tome por el lado positivo de que le guste y excite al grado de que me vio como una posible pareja y decidió tomarme y hacerme suya, demostrándome que el tenia fuerza y que era un poderoso contendiente por mi amor.
Mire hacia la entrepierna de Goliat y mire que aun seguía con su erección de fuera, su verga colgaba entre sus patas, era grande, ya extendida al máximo, un trozo rojizo, gordo y largo, “Dios, como es posible que todo ese trozo de carne pueda caber en mi vagina y hacerme gozar, seria acaso que Dios sabía lo que hacía cuando creo a los perros, e hizo su pene a la medida exacta de la vagina de una mujer”, me preguntaba mientras contemplaba la virilidad de Goliat.
Solo mire a ese canino dar unos pasos hacia mí, yo sabiendo lo que hacía, algo increíble para mi, pues no creí fuera posible verlo, Goliat paso sus patas delanteras al otro extremo, quedando exactamente encima de mí, acerco su erecta verga a mi rostro, en cuanto vi su cosota, solo hice mi rostro a un lado para evitar que chocara contra mí, pero no tenía más a donde ir, pues Duke continuaba encima de mi cogiéndome duro.
Mi instinto de hembra me hizo entender que Goliat quería recibir placer, mi más primitivo instinto se apodero de mí y tome con mi mano izquierda su gorda verga, suave al tacto, suave como seda, así que con delicadeza, la acaricie y sin pensarlo, la lleve a mi boca.
Comencé a succionar su dura verga, quería hacerlo gozar, succionarle todo ese trozo de carne que había estado dentro de mis entrañas, logre que Goliat diera leves chillidos, estaba disfrutando de mi boca, pronto Duke se cansó y dejo de bombear mi vagina, pude sentir su verga resbalar de mi interior, así que se separo de mi y se recostó a mis pies, jadeando y mirando cómo le chupaba la verga a su amigo.
Decidí que era momento de atender a mi novio, me deslice por el sofá y quede justo hincada a un lado de Duke, mire su pene erecto, recién usado por mí, el se lamia tratando de limpiarse, con mi mano detuve su cabeza y con la otra tome su pene, masajeándolo delicadamente.
- Déjame hacerlo por ti amor, déjame ayudarte – Le dije con amor, mientras acariciaba su cabeza y le masturbaba.
Me incline, tome su verga, comencé a lamerla y succionarla, limpiando mis fluidos que lo empapaban, a esta altura la excitación y el alcohol en mis venas me hacían hacer cosas que solo vi en películas porno, nunca pensé que llegaría hacer tal cosa y menos con amantes caninos, pero así era lo que estaba viviendo y gozando.
No tardo mucho en que Goliat se bajara del sofá, se coloco detrás de mí, e intento montarme, así que me acomode, levante mi culo morocho, le ofrecí libre acceso a mis nalgas, mostrándole impúdicamente mi templo sagrado que ya había profanado, la invitación con lenguaje no verbal fue dada y por supuesto ese macho dorado, sin perder tiempo se levanto y me tomo de mis amplias caderas, pude sentir como se aferro a ellas y empezó a empujar su pelvis nuevamente contra mis nalgas, mi vagina ya abierta y dilatada por haber sido tomada previamente por ellos no opuso resistencia alguna y nuevamente ese grande pene rojo, se metió a mi interior, penetrándome a fondo.
- Mgfff… Mgfff… Mmm – Eran los gemidos de placer que me arrebataba aquel macho que con frenesí me bombeaba.
Chocando su pelvis y cuerpo peludo contra mis nalgas, sujetado y impulsándose con fuerza de mis caderas, yo continuaba mamando y succionando la erecta verga de mi novio y macho, mi lívido se volvió a levantar, mi excitación creció, estaba disfrutando de las arremetidas de verga del amigo de mi novio canino, que al estar en cuatro, hizo que su grande y gordo pene entrara aun mas, ahora si chocando de lleno contra mi útero, podía sentir como intentaba estirarlo aun más mi vagina, supe que con esos movimientos de Goliat, pronto me anudaría, y yo no deseaba eso, quería seguir gozando, así que con mis mañanas acomode mis caderas e impedí que entrara su nudo que ya estaba listo.
- Ahhh… Ahhh… que rico, ohh… Dios… Te gusta tomarme así verdad, Goliat… Ahhh – Le decía a ese dorado macho que intentaba a toda costa anudarme.
- No, no voy a dejarte anudarme, no te corresponde eso, Ahhh… Si… Ahhh… Ahhh… No… no te dejare – Le anunciaba a Goliat
Pasaron unos pocos minutos hasta que igual logre que se cansara de no conseguir anudarme, mientras con mi mano seguía estimulando la verga de Duke, pues quería sentirla de nuevo y no dejaría que se le pasara la erección.
Goliat se separo de mi y sentí como salía de mi interior su grande pene, reconocía que no era tan grande como la de mi Hércules, pero si estaba un poco más grande que el de Duke, pero yo quería darle su lugar a mi novio canino, él era quien debía anudarme y eyacular todo su leche caliente dentro de mis entrañas, darme todos esos espermatozoides caninos para mis óvulos.
Me di la vuelta y quede de nalgas para arriba frente a Duke, mi hermoso pastor alemán, estaba enviándole el mensaje de que quería que él me cogiera, entonces sentí nuevamente que se montaban sobre mí, sentí como se aferro con fuerza a mis caderas y empujaba su verga dentro de mí.
- Ahhh… Si… Más, más, Ahhh – Gritaba excitada, estaba sintiendo delicioso esas arremetidas de verga
Voltee para ver a mi amante y sorpresa me lleve, pues no era Duke, era nuevamente Goliat quien me estaba penetrando, y ahí fue cuando sentí el anudamiento de ese macho, se fue hasta dentro.
- Noo!… Ahh…. Ahh…. No!… No!- Expresaba mi lamento, mientras sentía como ya no podía moverme más
Me había descuidado, cuando me di la vuelta no note que Goliat se había movido también, seguro dio la vuelta cuando me distraje, ya no podía hacer mas, el nudo estaba hecho, trate de buscar a Duke, y escuche a lo lejos que alguien estaba comiendo, era él quien se había ido al plato de comida, mientras su amigo me tenía en cuatro, sumisa y anudada, Duke se había ido a comer.
Fue cuando empecé a sentir las contracciones de la verga de Goliat, soltando sus chorros de semen caliente inundando mis entrañas con cada palpitación de su sexo, iba llenándome el útero, esto era increíble, mientras mi novio comía, su amigo estaba teniendo su orgasmo dentro de mí, no podía dar crédito a eso, pues se supone que él era quien debería estar teniendo su rico orgasmo y no el otro.
En cuanto termino Duke de comer, solo regreso a donde me tenia Goliat sumisa en cuatro, se recostó delante de mí, mirando como Goliat yacía pegado a mi interior, no me quedo otra más que esperar a que esto terminara, así pasaron 20 minutos y yo en cuatro, sosteniendo el peso de ese golden retrieve, que por cierto pesaba bastante, así estuve hasta que escuche el “pop”, por fin el gordo sexo de Goliat se había resbalado y separado de mí, aquel canino ya había terminado conmigo.
Con dificultad intente incorporarme, yo deseaba sentir el orgasmo de mi novio, estuve esperando toda la semana para ello, así que como pude, me acerque a Duke, mire a su verga pero ya se había escondido, intente estimularle el capuchón con mi mano, dándole masajes y tratando de hacer salir a su cosa, después de varios intentos y luchas contra su cabeza con la que me aventaba la mano e intentaba hacerme a un lado, mis intentos fueron en vano, el se levanto y camino a la puerta, de igual le siguió Goliat, ya se querían ir, no dije mas y les abrí la puerta, mientras todo el semen de Goliat depositado en mis entrañas me escurría por las piernas, era bastante.
Apenas aquellos dos machos se marcharon, fui al baño a limpiarme, frustrada por no haber logrado hacer venir a mi novio Duke dentro de mí o al menos por fuera, me serví otra copa de vino, apague las velas y fui a mi recamara a dormir, ya se me estaba había pasado la excitación y la culpa me invadía, pues otro perro y no mi novio era quien se había derramado dentro de mí, fue una sensación extraña para mi, pues en realidad yo no sentía nada por Goliat y sin embargo me había cogido delante de Duke y este ni se inmuto en defenderme y reclamarme como suya, en fin, era algo nuevo para mí, supongo que era algo que podía pasar ser normal y yo estaba exagerando.
Mi día a día continuaba sin mucho cambios, salvo que mis celos y el vino que ingería se iban incrementando, cada que miraba jugar a Duke con Mónica, yo hacía mucho esfuerzo por no hacer notar mis celos y malestar, solo fingia que todo estaba bien, por supuesto eso afecto en mi trabajo, pasaba la mayor parte del tiempo molesta y discutía mucho con mis chicos, sin contar que mi jefa se estaba poniendo muy gruñona conmigo y me fastidiaba.
Llegaron algunos domingos más, pero Duke ya no venia solo, era acompañado por Goliat, entre juegos y repitiéndome a mi misma que era solo algo pasajero, intentaba aceptar la situación y terminaba cogiendo con los dos, pero el único que me anudaba y terminaba dentro de mí, era Goliat, por un lado podría decirse que gozaba el doble, pero le verdad todo esto me hacía sentir vacía, sobre todo que de quien yo esperaba más, él me estaba compartiendo sin importarle.
Parecía mas pareja de Goliat que de Duke, pero yo no sentía nada por Goliat, aun que si me gustaba como me lo hacía y como me tomaba con esa brusquedad que me hacia recordar a Hércules, poco a poco me fui desilusionando, conforme paso el tiempo, me empecé a sentir usada, nada de cariño, solo era intimidad.
Hasta que llegaron varios domingos donde era habitual para mi esperarlo en la oscuridad de mi casa, pero no llegaba, solo me quedaba esperándolo aparecer, y él no lo hacía, no me quedaba otra que solo apagar las velas, cerrar con llave la puerta e ir a dormir, trataba de no darle importancia pero me sentía triste, pues esperaba toda la semana para verlo y tenerlo solo para mí, pero él no aparecía, en un intento desesperado por saber porque no venia, me vestí con mi ropa de dormir, una playera y pans color gris.
Me asome por la puerta, alcance a verlo recostado dentro de su casita, no parcia tener intensiones de venir a verme, me hirvió la sangre, tenía ganas de ir a confrontarlo, pero me contuve, como me vería yendo a estas altas horas a la casa del perro del vecino, pensarían que estaba loca y los vecinos sospecharían así que me quedó solo tragarme mi coraje.
Al día siguiente que regresaba del trabajo como era habitual, lo vi jugando con Mónica, me acerque a ellos y trate de llamar la atención de Duke pero no me hizo mucho caso, me ignoraba y solo se concentraba en esa chamaca, sentí tan feo en mi corazón que solo me retire, sintiéndome como toda una tonta, me sentí engañada y desilusionada, parecía ser que todo este tiempo Duke solo jugo conmigo, me uso a su gusto, me presto a otro y yo pensando que teníamos algo, la realidad era otra.
Caí en una depresión severa, deje de presentarme al trabajo, no contestaba las llamadas a mi celular solo me la pasaba durmiendo, observando la tv y bebiendo vino, al grado de que me terminaba durmiendo, repitiendo el ciclo una y otra vez, creo que pase en ese ciclo por cerca de dos semanas así, en realidad no conté el tiempo, pudo ser menos o más, no lo sé, no me importaba nada, de plano no revisaba para nada mi celular.
Y fue cuando cierto día que estaba tirada a un lado de mi tasa de baño, pues había estado vomitando, me sentía mal, supongo que por todo el alcohol que había estado ingiriendo, que más me quedaba, cuando escuche que abrieron la puerta de mi casa, escuche la voz de mi amiga.
- Jaci, estas en casa? – Era la voz de Eloísa – Jaci, donde estas? – Quería responderle pero no tenía fuerzas
- Jacive, Dios mío, estas bien?, que tienes? – Me pregunto mi amiga, pues al mirar al baño me vio y se asusto.
- Elo, estoy bien, yo… Solo no me siento bien amiga… Yo… –
Fue cuando rompí en llanto, estaba sufriendo y ella se había acomedido a venir a verme sin que yo se lo pidiese, sobre todo después de que había sido grosera e hiriente con ella.
- Amiga, que tienes?, ven acá, vamos te llevare a tu cama – Me ayudo a incorporarme del piso mi amiga y me dirigió a mi habitación.
- Perdóname Eloísa, perdóname por haberte escuchado, tenias razón, yo solo actué como una tonta… No quería aceptar que aun seguía en duelo y termine haciendo cosas de las que me arrepiento –
Intentaba disculparme con ella, quería sacar mi frustración y sentir alivio.
- Ya, no pasa nada Jaci, todo está bien, lo importante es que te mejores ahora, mírate como estas, no estás bien y voy a ayudarte
Intente calmarme, pero no podía hacerlo bien, era tanto mi dolor y pena que solo podía llorar a chorros.
- Perdóname por haberte dicho lo de Dobie, no quise ofenderte, yo… Ahora entiendo el vinculo del que me hablabas, el que tenias con tu Dobie –
- Está bien amiga… Por un lado tengo que darte las gracias a eso que me dijiste, me hiciste ver que en realidad no estaba superando a mi Dobie, me encerré en mi misma y eso impidió que llegara a mi vida algo más… Ven te perdono, todo está bien
Yo estaba recostada sobre mi cama, empecé a sentir alivio de ver que mi amiga estaba para mí, que no estaba tan sola como yo me lo había hecho creer.
- Como no sabía de ti y no me respondías las llamadas, me atreví a buscar a tu hijo y hable con él, coincidimos en que no sabíamos de ti, así que le pedí prestadas tus llaves, y vine a verte, y no solo eso, también te tengo una sorpresa – Me dijo Eloísa dejándome intrigada.
Me alegro que buscara a mi hijo, y que él confiara en ella, ya estaba empezando a vencerme el sueño, solo intentaba mantenerme despierta a su regreso, para saber que sorpresa me tenia.
Fue cuando entro de regreso a mí habitación, acompañada, al ver la sorpresa me incorpore de inmediato, el cansancio, dolor y sueño que me abrumaba se disipo, y lo vi… Moviendo su cola con alegría y felicidad.
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