Historia de una niña de 11 años urgida por sexo con perros

Continuo mis aventuras, con una de mis experiencias más excitantes luego de meses sin sentir un pene dentro mio.
Bueno le estoy agarrando una manía a contar mis historias, recordar todo lo que hice en mi infancia me vuelve a excitar y mientras las escribo me sorprende como me volvía una perra adicta al sexo, espero disfruten esta nueva aventura.

Luego de delicioso día teniendo sexo con el labrador de mi vecina, tuve una revelación a mis tiernos 11 años empecé a revelarme contra mis padres y el colegio, enserio ya estaba cansada de la vida que querían que viva, esa no era yo, ellos pretendían obligarle a ser una monja cuando en el fondo de mi ser era una puta, no les dejaría, lo mío era tener orgasmos a diario, masturbar mi pequeña vagina hasta el cansancio y que cualquier perro me penetre y llene de su leche, mi época de rebeldía había comenzando, pero no fue nada fácil.

Deje de rezar todo el día, solo cuando mis padres me obligaban lo hacia, pedí ya no ir sábados y domingos a la iglesia, no les comente pero mis padres me obligaban a ir con las monjas a hacer labores de ayuda social, solo era esclava de esas monjas y hacia todo el trabajo que ellas no querían, me la pasaba limpiando todo, ordenando las cosas, alistando comida, era su empleada domestica disfrazada de “labor social”, en el colegio debe de ser la mejor estudiante, no era mala simplemente ya no me esforzaba en ser la mejor, algunas veces por masturbarme hasta muy tarde llegaba tarde a colegio incluso olvide hacer mis tareas, mi cambio fue repentino así que mis padres no lo dejaron pasar.

Un día les escuche hablar y decía que entre en la pubertad y era mi etapa de rebeldía, si no me controlaban seguramente me desviaría, así que se empecinaron en un plan de control total contra mi, en mi celular instalaron un programa de control paternal muy avanzado, el cual no pude eludir, así que me despedí del porno y los grupos pervertidos en los que estaba, la computadora de mi cuarto mas de lo mismo, mis padres entraban a cualquier rato a mi habitación y no podía asegurarla, masturbarme se volvió una labor imposible, en las madrugadas tenia que hacerlo muy rápido y sin ruido, porque esos enfermos instalaron una cámara en mi habitación, ya no era placentero para mi, ir al colegio fue un problema igual, mi madre siempre me llevaba ya no podía ir sola y al terminar colegio alguno de los 2 siempre estaba allí para llevarme a mi casa y eso no era todo hablaron en mi colegio que estaba en mi rebeldía y podía ser una mala influencia para las demás chicas, así que siempre tenia a un profesor o una monja vigilando lo que hacia, tenia que masturbarme en medio de mis clases o en el baño del colegio, lo cual era difícil pero lo hacia para satisfacerme un poco, mi vagina quería sexo duro pero a partir de ese día tenia que conformarse con caricias leves.

Vi al macho que me desvirgo alguna ves pero no podía hacer nada, el cachorro de mi vecina igual, no podía verlo ni estar a solas con el, fueron casi 3 meses de un control extremo por parte de mi familia y lo único que consiguieron es que estaba mas decidida de ser una puta, si seguían así terminaría escapándome para tener el sexo mas enfermo que pueda, solo quería que descubran que su hija ya no era virgen y un perro se la cogió, quería gritar mi amor a los animales pero no podía, fue una época de estrés tremendo para mi.

Mi vagina estaba tan urgida de un pene que intente algo con un perro en el parque allí a la vista de todos, pero fue imposible la mayoría de los callejeritos tienen miedo a la gente, estaba tan desesperada de sentir mi vagina llena de semen que no aguantaba mas, ya planeaba como escaparme de esa casa e ir a vivir con perros para tener sexo a diario con ellos (les adelanto que no hice pero, pero ganas no me faltaron), entonces llego mi oportunidad, empezamos a ensayar para una obra de teatro en el colegio y la profesora nos citaba los martes y jueves a las 7am para ensayar, así no interrumpíamos el avance normal de clases, 2 semana fui a eso y la verdad me gustaba hasta que la zorra de mi profesora aviso que no pasaríamos clases el siguiente martes porque tenia una emergencia, por azares de la vida mi madre olvido ese aviso y ese día me hizo levantar súper temprano para ir, yo en un momento de idiotez le dije “no tenemos clases hoy” y ella “no me vas a engañar apúrate en vestirte no quiero llegar tarde” la perra que vive en mi se dio cuenta de la oportunidad que tenia, entonces me aliste y fuimos con mi madre, rogaba que no se de cuenta y para mi suerte no lo hizo, apenas llegamos y me hizo entrar al colegio pude verla irse en su auto, así que rápidamente me escabullí y salí, al fin era libre pero solo tenia 1 hora y 15 minutos, debía ser rápida si quería hacer algo, fui corriendo al edificio abandonado y rogué que me encuentre a algún perrito en el lugar.

Grande fue mi sorpresa de ver a ese hermoso y enorme perro que estreno mi vagina jugando con otros, corrí a abrazarlo y fuimos dentro del edificio, volvería a tomar mi infantil agujero, al fin tendría el rico sexo que tanto deseaba, pero mi sorpresa fue mayor 2 perros mas nos siguieron, ¿será que por fin esta niña de 11 años tendría una orgia con 3 perros? Ya les voy adelantado que si y habrá sorpresitas al final, mi vagina se moja por lo que estoy por contarles así que espero lo disfruten tanto como yo al escribirlo.

Llegue con mi amante al lugar donde lo haríamos ya no aguantaba mi vagina chorreaba sus jugos de lo excitada que estaba, procedí a quitarme mi ropa interior y la arroje encima del muro, alguien tendría la suerte de encontrarlas estaban bien mojaditas, me senté en el piso y abrí las piernas, una niña de colegio enseñaba la vagina sin pelito alguno para que sea poseída por ese enorme perro, el ya sabia que yo solo quiero sexo, así que vino a lamer mi rica vagina y pude ver detrás de el a 2 perros mas, imagino que esperaban comida o algo así, pero se llevarían algo mejor, mi corazón se aceleraba, por fin cumpliría un sueño y seria abusada por varios perros, mi macho lamia mi chorreante vagina y al sentir mi aroma de perra en celo sabia lo que tenia que hacer, se levanto y me dio un fuerte ladrido, los otros perros ladraron junto con el, no les mentiré tenia miedo pero mi calentura era mayor, 3 perros se pelearían por mi que excitante, pero esta perra podía con todos así que no era necesario hacer eso, me puse de 4 y levante mi falda, mi vagina quedo a su disposición, cual seria el suertudo que metería su pene primero, mi amante canino vino primero a lamerme y luego trato de montarme, paso poco tiempo y no pudo meterlo, se bajo y sentí otra nariz en mi vagina lo cual me excito y un nuevo perro lo intento, ningún podía, pero recordé que tenia poco tiempo, debía ser rápida así que el siguiente que me monte seria el afortunado, nuevamente escucho una pelea mi cuerpo ya no resistía 3 largos meses sin sentir un pene dentro de mi habían desatado mi locura, necesitaba tener uno dentro o sentiría que moriría, mi vagina empezaba a gotear de lo urgida que estaba, finalmente la pelea termino por suerte fue rápida y el ganador vino a reclamar su premio.

Sentí 2 patas en mis caderas y un cuerpo peludo sobre mi finalmente tendría lo que tanto buscaba y un mojado pene empezó a rozar mi delicada vagina, con prisa lleve mi mano para dirigir ese rico pene, al sentir con la mano lo sabia, mi macho gano la pelea, me sentía feliz, sintió mi entrada y de un solo empujo metió todo ese enorme pene, sentía mis entrañas revolverse y mi vagina me dolió mucho, después de todo fueron 3 meses sin sexo, no pude ocultar mi cara de felicidad, mis gemidos salían de mi boca involuntariamente mientras ese rico pene entrada y salía de mi, sujetaba mi cadera con tal fuerza que me estiraba contra el, para que su enorme pene entre en su totalidad, sentir la punta golpear mi útero, era muy doloroso, pero riquísimo, entonces esos deliciosos chorros de leche canina comenzaron a inundarme, eso era lo que mas disfrutaba del sexo, era adicta al semen, mi vagina deseaba estar llena, esta niña quería su leche y ya la estaba recibiendo, los orgasmos empezaron, mis piernas temblaban y quería caerme, pero tenia que aguantar ese rico pene me penetraba sin descanso empezó un sonido de chapoteo y rogaba que se escuche hasta la calle, quería ser vista por desconocidos y el mundo sepa la clase de perra que era en verdad a mis 11 años y ya era una puta total, quería salir a la puerta del colegio y que todos vean como era montaba por este enorme macho, comenzaba a no solo gemir comenzaba a gritar, la idea de que alguien escuche mis gritos me excitaba aun mas, estaba totalmente poseída, cuando de repente lo sentí, esa bola se introdujo dentro, el dolor fue inmenso, a pesar de estar tan lubricada, mi pobre vagina sufría mucho con semejante bola sentía como crecía en mi interior y sus arremetidas eran mas fuertes, llore del dolor no les mentiré, pero la puta que siempre vivió dentro de mi quería ser maltratada, deseaba que destroce mi vagina así que aguante esa enorme bola (enserio a esa edad era muy doloroso aun lo recuerdo, les repito era una niña muy bajita y por ende tenia el huequito muy estrecho y esos perros la tenían muy grande), sus chorros de leche fueron mas abundantes, podría sentirlos dentro mi útero, eran caliente y muy ricos, ese movimiento comenzó a disminuir un poco y mi hermoso macho se acomodo, quedando culo con culo, el mientras tanto jadeaba y descargaba toda su leche en mi interior para descansar un poco coloque mi mano en el piso.

El ya me lo había hecho el amor tantas veces que se quedaba muy quieto mientras llenaba mi vagina, pero recordé la hora no podría estar pegaba mucho tiempo, los otros machos igual quería cogerme, de hecho uno empezó a saltar sobre nosotros intentando meter su pene, mire la hora en mi celular y pasaron ya 15 min, así que tuve que tirar y sacar esa bola de mi interior, mi macho solo se hecho mientras otro perro lamia mi vagina, me moví y acomode frente a el, ya se que no pude darle un buen abotonamiento pero el seria recomenzado, espere a que un nuevo perro me monte, esta ves mi pequeña vagina sentiría un nuevo pene, solo deseaba que me llene por completo como el anterior, sentí a un perro encima mío y con mi mano dirigí su rico pene a mi interior, apenas entro y tuve otro orgasmo, pero no podía descuidarme procedí a agarrar el pene de mi macho y chuparlo, era una niña de 11 años con uniforme de colegio que estaba tenia 2 penes de perros dentro de su pequeño cuerpo, aun sentía los chorros de semen entrar en mi boca y los tragaba, mientras el otro perro se deleitaba con mi vagina. Sentir la boca y mi vagina con 2 penes fue una experiencia única y muy excitante pero algo dentro de mi sentía remordimiento, tenia solo 11 y ya estaba teniendo una doble penetración, a esa edad debería estar aun jugando con mis amigas o hablando de cosas de niñas, pero en su lugar estaba en un edificio abandonado siendo penetrada y bebiendo semen de perro, quizás sea difícil de entender por que me sentía así, pero entiéndanme aun era niña y muy en el fondo de mi corazón quería ser la niña que mis padres quería y en su lugar me convertía en una puta, fue en ese instante que sentí los chorros del otro perro empezar a salir.

No se si esto es normal y quisiera saber si le paso a otra chica, pero cuando mi vagina siente chorros de semen me excito mucho, de hecho tengo un orgasmo instantáneo, allí todas mis dudas se despejaron y esta era la vida que quería, ser abusada por perros todo el tiempo, un pene entrada y salía de mi vagina a un ritmo frenético, mientras el otro estaba dentro de mi boca, sentía la leche de mis 2 machos entrar en ambos huecos y un sonido a chapoteo muy evidente cada ves que metía ese rico pene dentro de mi húmeda vagina, y mi boca aun inexperta daba placer a ese enorme pene, lo saque de mi boca y lo mire, era norme, rojo, venoso entonces un chorro de semen llego directamente a mi rostro, esta niña de 11 años a parte de una doble penetración estaba teniendo un facial, esa leche se sentía tibia era un sensación extraña, otro chorro llego a mi rostro esta ves a mi ojo tuve que cerrarlo y otro mas, mientras pasaba eso sentí una bola entrar nuevamente en mi vagina, que doloroso fue esa sensación pero me encanto, los chorros los apuntaba a mi cara, pero también ensucie un poco mi uniforme, lo cual ya no me importaba, pero nuevamente introduje ese semen en mi boca para seguir bebiendo ese delicioso manjar, sentía la leche deslizarse por mi rostro mientras una bola enorme inundaba mi vagina, los movimientos del perro que me montaba eran mas fuertes, mas intenso y quería introducir todo su pene dentro de mi, a diferencia de mi otro macho cuando el estaba por acabar se pegaba mas a mi y se movía mas rápido, cosa que descubrí en un instante, ya que de golpe detuvo su movimiento, se giro como pudo y quedo pegado a mi cuerpo (estos callejeros saben muy bien como dar vuelta y quedar pegados, seguro tienen mucho sexo), sentía un perro pegado a mi culo y otro a mi boca, deseaba que alguien entre ese instante y me vea, una niña de 11 años que parecía de 9 vestida con su uniforme de un colegio súper religioso, pegada a 2 perros, siendo inseminada con el semen de los 2, el morbo inundo todo mi cuerpo y deseaba ser descubierta ya nada me importaba ese instante, los chorros de semen eran constante en ambos huecos, es increíble cuando puede acabar un perro por eso me hice adicta a la zoofilia, enserio soy muy pero muy adicta al semen, mientras mas mejor para mi y por el porno que vi los hombres solo botan un poco cuando terminan y ya, en cambio los perros es mas de media hora de constantes chorros de semen, si pudiera acumular toda esa leche en un vaso seguro lo llenaría (quizás llegue a hacer es y lo cuente otro día), mis paredes vaginales de nutrían de ese delicioso semen camino y mientras tragaba cada chorro que llenaba mi infantil boca, el tercer perro se levanto esperando su turno estaba muy inquieto, había esperado tanto por esto, finalmente se cogería a esta niña, tendría el placer de probar una vagina de 11 añitos, aunque ya estaba bien penetrada aun apretaba lo suficiente para darle mucho placer, pero estaba llena de semen, al parecer a los perros no les importa eso y yo deseaba tener la leche de 3 perros diferentes en mi interior, quede pegaba unos minutos, también sabia que tenia que entrar al colegio si o si, así que debía apurarme.

De repente mi macho el que me desvirgo se puso de pie y fue a la puerta del lugar, ¿Sera que sintió algo? Capaz alguien quería entrar y me vería aun pegada a un perro, no me importaba mas bien estaba tan puta que deseaba que sea así, recordé el tiempo además que podría escuchar mas autos y gente por el lugar, seguro ya seria la hora de ingresar a pasar clases y tenia que satisfacer a un macho mas, así que con mucho dolor, procedí a sacar es pene de mi interior, me acomode para no dejarlo con las ganas y comencé a chupar ese tico pene, así no se desperdiciaría ni una sola gota, entonces lo sentí, una nueva lengua lamer mi vagina, muy frenéticamente, me recordó al perro de mi vecina al parecer este era joven aun y súper enérgico, lamia con desesperación, se subía sobre mi ni si quiera se movía y volvía a bajarse, era muy travieso, pero no tenia tiempo de tanto juego previo, el tiempo era limitado y mi vagina estaba mucho tiempo sin un pene, lo necesitaba ya dentro de mi.

A la siguiente que me monto agarre su rojo pene y lo dirigí a mi entrada, instintivamente comenzó a moverse y a introducir de golpe ese rico pene, mi vagina nuevamente era penetrada y era el tercer perro que me probaba, estaba cansada de estar en esa posición pero tenia que satisfacer a este perro mas, vi frente a mi ese rico pene y déjenme decir que era el pene mas venoso que vi en toda mi vida, lo recuerdo muy bien por que a la fecha no vi uno similar, parecía que palpitaba era muy rico de contemplar, así que sin perder tiempo lo metí en mi boca y comencé a chuparlo, mas semen canino llegaba a mi estomago y este tercer perro empezó a botar su semen muy rápido, al parecer era virgen o casi virgen, por que me recordó mucho a ese labrador que desvirgue, chorros fuertes y constantes, mi vagina y mi boca estaban siendo llenadas por toda esa leche canina, mientras ese perrito enérgico metía y sacaba a un ritmo frenético, pero de repente paso algo su pene se salió de mi hueco, enserio era muy inexperto, comenzó a jadear atrás de mi parado sin hacer nada, yo me desespere, porque quería mas, lleve mi mano a mi vagina y la abrí con los dedos dejando relucir toda mi rosada vagina inundada con semen, estaba chorreándose ya, el piso todo mojado señal de lo que había pasado, el perro vio mi infantil y rosada vagina y volvió a montarme, penetrando una ves mas mi estrecho hueco, continuo su movimiento frenético mientras yo degustaba los placeres del semen canino en mi boca.

Mi cuerpo estaba muy débil, sentiría desfallecer en cualquier momento, 3 perros uno tras otro me metieron sus penes y estar en 4 tanto rato es muy incomodo, casi 1 hora de ser penetrada sin descanso, enserio que cansa mucho es posición de paso con un perro metiendo y sacando su pene, hay que aguantar todo su peso y yo era muy pequeña parecía de 9 años, sentí las rodillas mojadas y vi el piso, una mezcla de fluidos de todo tipo, parecía un charco, mi larga falda de colegio había quedado manchada, mis medias de colegio igual y lo peor tenia que pasar clases en este estado, seria una locura, el aire tenia un aroma a sexo increíble, ese solo característico del semen inundaba cada rincón de ese lugar y a mi seguía sin importarme nada, disfrutaba cada embestida de ese perro y daba placer oral al otro, me sentía en el cielo, mi mente se llenaba de pensamientos sucios de lo puta que era a esa corta edad, si alguien supiera lo que hice, acababa de ser penetrada por 3 perros callejeros, seguro hay mujeres que en su vida harían algo tan loco, pero yo a la edad de 11 años acababa de ser totalmente utilizada como un deposito de leche, una tercera bola inundo mi vagina, increíblemente no me dolió tanto esta ves, quizás dejaron mi vagina tan abierta que fue fácil recibirla, pero no importa solo seguí disfrutando el placer que sentía, escuche mas ruido en la calle y mas autos, las chicas llegaban al colegio y seguro nadie sospechaba que una niña de ese colegio estaba teniendo sexo duro justo a lado de ellos, por suerte estaba en la zona semi construida y no podían verme, pero algo en mi quería que me descubran. Este abotonamiento fue muy rápido, este perrito termino mucho antes que todos y nuevamente quede pegada a otro perro, aunque este intentaba arrastrarme yo no lo dejaría, sujete su bola con mi mano para que no se despegue y el hizo un poco mas de fuerza, pero como buena perra no me deje, debía quedar bien llena, el entendió lo que pasaba y dejo de hacer fuerza y quedamos pegados, en ese tira y afloja el otro perrito se levanto y se fue, dejándome sola y pegada a ese perro, acariciaba mi dolorida vagina para apaciguar un poco el dolor, aunque no lo crear estar casi una hora penetrada comienza a ser doloroso, estaba súper agotaba, sentía que en cualquier instante caería rendida al piso, pero este perrito tan joven insistió con jalar su bola y sin darme cuenta la saco en poco tiempo, me sentía frustrada pero aliviada al mismo tiempo, enserio estaba agotada, solo me puse de pie y sentí la leche salir de mi vagina, levante mi falda para ver mi cuerpo y pude ver semen colgando de mi vagina, estaba muy llena, el piso blanco por todo lo que hicimos y mis pedias y falda sucias con leche de perro, mi camisa de colegio también un poco sucia, por el facial que me dieron estos perros, recobre un poco la cordura y tenia que pasar clases, me encontraba en un estado lamentable, si salía así todos se darían cuenta, saque unos pañuelos desechables de mi moche y empecé a limpiar mi cuerpo, pero no mi vagina, coloque uno tapando la entrada, quería que la leche se quede dentro de mi, semen de 3 perros dentro de una niña, así quería ir al colegio, limpie como pide mi uniforme y me senté en las gradas que daban al segundo piso de ese edificio abandonado, muy agotada. Vi el reloj y faltaban 20 minutos para ingresar al colegio, así que tenia unos minutos para descansar, 50 minutos de puro sexo zoofílico, pero era lo que necesitaba, estaba muy agotada.

Pero al comienzo les dije que había una sorpresa mas, así que el relato aun no termina, esta niña tendría mas sexo, espero sigan disfrutando mi relato y se masturben mucho con el.

Estaba sentada limpiando mi uniforme de colegio, ya un poco preocupada, enserio iría a pasar clases en este estado, capaz y se den cuenta los olores que emanaban no eran propios de una niña de mi edad, parecía una perra callejera que fue cogida por varios perros y en verdad lo era, nuevamente los pensamientos de moralidad inundaron mi cabeza y si me descubren que seria de mis padres, estoy segura que me matarían, en que líos me estoy metiendo, tal ves lo mejor sea no ir al colegio en este estado, cuando vi frente a mi a un perro de raza pequeña mirándome asustado, al parecer vio todo lo que hice quería saludarme, lo llame y vino temeroso, era pequeño, el jamás podría penetrarme si estoy de 4, así que me pareció muy tierno, quería uno de estos como mascota y solo lo acaricio, hasta que mi mano sin darme cuenta rozo su pene y la sentí húmeda la mano, este era un macho que también quería sexo, seguro sintió mi olor a perra, saque el pañuelo todo empapado de mi vagina y procedió a olerme, el también quería su ración de sexo, pero era muy pequeño para montarme, seguía lamiendo mi vagina y comencé a excitarme una vez mas, así que se me ocurrió algo, coloque mi mochila en el suelo, y me eche sobre ella para levantar un poco mi cuerpo, estaba en posición de misionero y el perro se monto sobre mi, un cuarto perro se complacería conmigo, pero me sentía identificada con este perrito era pequeño y frágil, yo era igual era la mas bajita de mi salón y siempre se burlaban de mi por eso, pero ahora me sentía empoderada, ninguna de las perras de mis compañera había tenido tanto sexo como yo, y las que presumían ser putitas, estaban lejos de ser la puta que era yo, estaba teniendo sexo con 4 machos y mi vagina estaría llena con la leche de 4 perros diferentes, me sentía la puta mas sucia de todo mi colegio y estaba orgullosa de eso, así que le daría a este perro lo que quería, el perrito no podía meterlo, mi falda era muy larga y en esa posición le molestaba así abrí las piernas todo lo que pude, así no le molestaría, una niña de 11 años le abría las piernas a un perro, el entendió el mensaje y se subió sobre mi, comenzó a moverse, en esta posición no podía ayudarlo, el debía descubrir mi hueco por si solo, sentía su húmeda punta golpear mi piel buscando el la entrada a mi infantil vagina, movía las caderas para moverme mejor y tratar de ayudarle, el perrito no podía pero no se rendía, estaba decidido a penetrarme, cuando de repente paso lo que tanto esperaba.

Su pene se deslizo en mi interior, no era tan grande y grueso, pero para su tamaño tenia un buen miembro, y lo movía muy bien, comenzó su movimiento, gozaba cada metida que me daba, lleve mis manos a su cuerpo y lo acaricie mientras seguía metiéndolo, era el cuarto perro y lo disfrutaba como si fuese el primero, seguro no tenia mucho sexo por su tamaño así que disfrutaba de mi cuerpo, yo lo acariciaba y consentía para que lo meta más duro, sin necesidad de llenar toda mi vagina sentía un placer único, no me dolía para nada más bien era muy placentero, lo genial de hacerlo en esta posición es que puedo ver como me penetran en primer plano y es riquísimo esa vista, un perro penetrando mi vagina, de repente sus movimientos fueron más intensos y mi vagina comenzó a contraerse, los pequeños chorros de leche salían, pero eran muy abundantes, seguro hacia tiempo que no se cogía a una perra así que tenia mucha leche guardada, me estaba llenando más aún, el semen de mis 4 perros se mezclo dentro de mi vagina y comenzaba a chorrearse manchando mi falda de colegio, como es color negra seguramente quedaría una mancha visible, no me importaba, los autos se escuchaban claramente y las voces de la gente que caminaba afuera era más y más fuerte ya sería la entrada a clases y yo seguía teniendo sexo con perros, su bola me entró, no era tan grande y mi vagina estaba tan abierta que fácilmente entro en mi, apuro sus metidas y procedió a botar más semen, mis orgasmos eran constantes y yo ya no aguantaba, tanto sexo me dejó muy agotada pero ya estaba por terminar.

Al fin se volteo, le ayude para quedar bien pegado a mi y aprovechando que no era un perro grande podía mover todo su cuerpo para que su pene siga entrando y saliendo, por unos minutos más siguió acabando dentro de mi, empecé a acariciar mi clítoris muy fuerte con su rico pene dentro de mi, gemía y no me importaba que alguien me escuche y al final el perrito dio un tirón y salió de mi interior, mi vagina estaba muy abierta de tanto sexo, 1 hora siendo penetrada sin parar, 4 perros dejaron su leche dentro de mi y me dejaron con un olor a sexo tremendo, solo faltaban 10 minutos para entrar al colegio, me levante chorreando aun más leche y me dispuse a salir del lugar, limpie mi uniforme todo lo que pude y cuando recupere la cordura estaba con mucho miedo, estaba sin ropa interior y pasare clases así, además con un olor fuerte a sexo, al llegar a la puerta de ese lugar varias chicas corrían al colegio porque ya cerrarían la puerta.

Tome la decisión de ir a pasar clases en ese estado, salí del lugar robando la vista de los que estaban cerca y fui corriendo a ocultarme entre las chicas, podía escuchar susurros de “ huele raro” algunos padres hacían muecas de asco otras chicas se sorprendían (seguro conocían ese olor) salió una monja a gritar “cerramos la puerta en 3 minutos” así que todas las chicas entramos apresuradas y conseguí entrar pero se percataron del olor, había disminuido pero lo sintieron, una monja grito “todas alto” el patio estaba cerca de mí, pero era mi fin se dieron cuenta, a todo ese grupo de unas 30 chicas nos separaron y nos llevaron a parte, tenia mucho miedo, estaba sin ropa interior y mi vagina seguía llena con el semen de 4 perros, formamos en 3 filas por tamaño y una monja nos dijo que pasemos nos revisaran.

A mi lado vi a mi mejor amiga que estaba asustada por que no entendía que paso, al otro lado una niña más pequeña distraída en sus cosas, llamaron a 2 profesoras para ayudar con la labor de revisarnos, tenía ganas de llorar sería descubierta ese día, mi vagina seguía con restos de semen canino, seguro estaba blanca con el semen pegado, llamarían a mis padres y seria mi final, la angustia me mato y nos llamaron, mi vida pasó frente a mis ojos mientras caminaba a mi condena, cuando llegamos a mi me tocó la monja y ella dijo “estas son muy niñas que entren rápido, revisen a las mayores”, mi corazón latía a 1000 había pasado un milagro y no fui revisada, era increíble que no sospecharan de mi solo por mi edad si tan solo supieran que seguramente yo era la más perra de todo el colegio, que una niña de 11 años se atrevió a entrar al colegio con su vagina bien llenita de leche. Mi amiga me sonrió y me dijo “que abra pasado, hasta acá se siente un poco ese olor” le agarre su mano y corrimos a nuestro salón.

Bueno amigos este es el final, increíblemente no fui descubierta y ese momento quería llorar por la suerte que tuve, pero ahora cuando recuerdo esa experiencia me excito más y más, lastimosamente luego de esto paso mucho tiempo para volver a tener sexo y en ese edificio vivían más perros, la jauría era de unos 15 machos y 3 hembras (conmigo 4) y si, probé el pene de todos, pero eso paso luego en este lapso antes de mi nueva cogida me masturbe mucho, no sé si quieren que les cuente esas historias, lo hacía mucho en mi colegio y allí fue la primera ves cuando alguien me pillo metiendo mis deditos, también comencé a sentir algo más que amistad por mi mejor amiga y bueno la siguiente cogida es algo más normalita pero mas loca, así que no se como continuar esto, por eso espero me digan que quieren leer, les dejo escoger mi otro relato:

Masturbaciones en el colegio y cuando me pillaron

Cuando volví a ser cogida por un perro (historia corta y parecida a otro relato)

Una locura muy fuerte que hice (historia muy corta)

Cuando volví a ser cogida varias veces (pasó mucho tiempo)

Leo sus comentarios y les contesto personalmente a todos y si me hacen excitar les prometo masturbarme pensando en ustedes, cuídense y hasta otra ocasión