Historia pastoril
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cerca del riachuelo que cruza el potrero, mi *taita* construyo una choza para que duerman los pastores, que generalmente son los miembros mas jovenes de la familia,
Durante muchos años vivi con el terrible secreto de haber sido violada por un perro y, salvo mi hermanita que lo presencio, ninguna de mis amigas y familiares, ni siquiera mi esposo saben lo que me sucedio y vivi atormentada y avergonzada por el recuerdo de lo sucedido.
Despues de unos meses de casada, comence mentalmente a hacer comparaciones entre las sensaciones orgamasticas que senti con el perro y las que sentía con mi marido. Eso me angustiaba más, por que el placer era diferente. Al principio disfrute las relaciones sexuales con mi marido, pero cuando comenzo a compararlas con las que senti con el perro, sentía una sensación de añoranza que me asustó. Comence a entregarme más a mi marido a buscar poses para que me penetrara mas. flexionaba los musculos vaginales como queriendo atrapar su pene o me sentaba sobre el él para que el pene alcanzaba el fondo de la vagina. Un día mi marido me dijo; -eres medio rara, pareces una ramera.
Sus palabras y su actitud enfriaron un poco nuestras relaciones. Felizmente sali preñada y tuve un lindo hijito y despues una niña, a los que me dedique por completo y volque todo el amor que había venido acumulando. Cuando comenzaron a ir al kinder, busque entretenimiento en el ordenador y un día pase de una pagina sobre educación sexual a una página pornografica en la que al final había una foto de una rubia en 4 patas penetrada por un perro.
Comenze a indagar sobre este tema y al leer me entere que mi caso no era unico, ni vergonzoso y que, incluso, habían mujeres que declaraban o contaban que los amantes caninos eran mas intimos, mas intensis y les producia mayores y mas reiterados orgasmos que haciendolo con un hombre.
Me atrevi a escribir mi historia y eso me deshinibio de mis temores y aumentó mi autoestima. Como estaba divorciada, decidi regresar a mi pueblo y buscar a un desciendente del perro *negro* que me violó. Me contaron que había tenido muchas camadas de cachorros con diferentes perras, pero nadie podía en ese momento, identificar a uno de sus descendientes. Primero por que a nadie le importó nunca el *Negro*, era uno más de los tantos que había despedigados por el pueblo y los potreros, segundo por que salvo lo que me comento mi hermanita, solo una prima mía había sido la compañera sexual del *Negro* y yo no me atrevía a preguntarle a nadie sobre el tema.
En la Navidad del año pasado, tambien mi prima regresó al pueblo y en la Noche Vieja vevimos harto tinto y "chicha". Como a las 3 de la madrugada mi prima me propuso que fueramos al potrero a ver los animales. Acepte de inmediato, por que sabía que estariamos solas, ya que mis sobrinos que tenían que pastorear se quedaron en la casa disfrutando la fiesta de fin de año, por que discretamente les dije que yo iría a suplirlos con mi prima.
Por el camino mi prima me dijo; -Conozco tu secreto con el *Negro* y comenzo a reirse. Me dejó helada por que me disparo estas palabras a boca de jarro; – No te hagas la mosquita muerta, tu hermana me contó que tu tambien te revolcabas con el perro. Igual que yo, pero a mi gustaba y yo le gustaba al perro. De inmediato reaccione y le dije: -Cuentame ¿como fue tu primera vez.
– Pues veras, una noche que estaba echada en el camastro de la choza, senti una sensación rara en mi conchita. Me levante la pollera y al mirarla vi manchas de sangre en mis muslos. En ese momento el *Negro* se levanto, olfateo el aire y se acercó a mi, nos miramos, el saco la lengua y metió la cabeza entre mis piernas y comenzo a lamerme de una forma que me hizo gritar de placer. No sabía que me pasaba, pero sentía que las piernas se me aflojaban y mi conchita se humedecio de tal forma que el liquido sanguinoleto se me salia y me corría por los muslos. Otra vez el *Negro* se abalanzo y yo abri las piernas para facilitarle que me lamiera, hasta que senti su lengua entrar en mi conchita y casi me desmayo de placer. Intente pararme pero no pude, me di vuelta y me arrodille para pararme y el negro se abalanzo encima mio, puso sus patas delanteras alrededor mío. Me di cuenta que quería cojerme como lo hacía con las perras, asi que decidi ayudarlo. Me levante la pollera, apolle mis brazon en el suelo y le dije. *Negro*, ancame bastante, ancame rico. Parecía que el me entendía por que buscaba la entrada de mi vagina pero no sabia donde estaba, meti mi mano por debajo le agarre el pene y lo puse en mi conchita. El dió un empujon y me lo metio todo. Grite de dolor, por que me había desgarrado el himen, pero rapidamente el dolor fue pasando a medida que su pene se engrosaba y cubría toda la cabidad de mi vagina, a ratos sentía como chisguetazos de semen que la lubricaban y yo mientras tanto me desvanecía de placer y lujuria. Sentía fuego dentro de la concha y me movia a mas no poder a veces al ritmo del negro a veces a ritmo contrario y sentía que el pene del perro se salía un poco y eso me hacía gritar con desesperación; *Negro* no la saques, metemela más. El *Negro* parecía endemoniado, me la metió tanto que sentí como si un tapón me hubiera cerrado la vagina, me dolio pero no grite por que me dió un placer inconmensurable. El perro paro su metisaca y yo me sentía cansadisima y desgarrada, al extremo que gemía cada vez que el se movía.
De pronto paso su pata por ensima de mi cadera y quedamos pegados como los perreos cuando se aparean, quize safarme y senti un dolor intenso y me quede quieta y relajada despues de una eternidad, creo que hasta formite, senti un sonido y el *Negro* y yo nos desengachamos. Quede exahusta tirada en el suelo, hasta que senti que el *Negro se acercaba me di vuelta y mi conchita quedo expuesta. el buen perro me la lamio con dulzura, con tanta dulzura que se calmaron un poco mis ardores. Cuando terminó, me lenvante un poco y gateando me fui hasta el rincón donde estaba el camastro y me quede dormida.
Disculpen otro día sigo por que mientras escribía he tenido varios orgamos y necesito ir al baño. otro día sigo
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