INICIACION AL NESCAR
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexcubus.
Después de aquel encuentro desmadrugado que me dejo perplejo, pues jamás habría pensado lo caliente que mi cuñis resultara, cachonda en la soledad y compartida a la hora de alcanzar la máxima calentura, me dedique a explorar su sexualidad con mas ahínco. Desde antes había sospechado que era un ser abierto a todo, hasta a la zoofilia. Tenia un perrito de 10 meses salchicha pero cruzado, apegado a ella a mas no poder, obedecía todas sus ordenes y sufría si ella no estaba; hasta el esposo y sus hijas se sentían desplazados por el amor que le prodigaba a Nesca, como se llamaba el chucho. El había comenzado a “amarla” según sus propias palabras, pues la acompañaba al baño, a la cocina, se bañaban juntos en fin, marcaba su territorio orinando alrededor de ella y por supuesto mi cuñis se sentía súper halagada pues era el único ser vivo que le daba tanto cariño que ella apreciaba sobremanera.
Yo le advertí que el chucho ya era casi un adolescente y no tardaría en levantar brama pero ella todo lo tomaba a chanza y en son de burla decía no te metas con “mi novio”.
Jajajaja, era chistosos pero aquello ocurría realmente. La ultima vez me envió una foto del ejemplar y era un perrito realmente simpático pero encimado, ella me tenia confianza por lo que le ocurrió días después y que me conto con todo lujo de detalle.
Como le ocurría algunas veces, esa noche tenia insomnio y se dedico a realizar manualidades en su sala con motivo de la navidad. Estaba absorta y de ves en cuando dialogaba con el perro y Este repondría con gruñidos, de pronto sintió que entre sus grandes piernas se deslizo algo que la hizo sobresaltarse, que raro dijo ella, si me bañe hace rato, pero el perro hurgaba mas allá de aquellos pilares que terminaban en su pucha, objetivo final del Nesca que con su enorme lengua comenzó a franquear aquella entrada haciendo que ella dejara sus actividades y se levantara el vuelo de la bata y abriendo las piernas a todo lo que daba, acariciando la cabeza y sobre todo las orejotas del perro, quien comenzó a gimotear y a jadear. Estaba despertando su libido por la edad y por las hormonas circundantes de ella, y también de la otra perra que tenían en el patio. Ella permaneció estática hasta que el perrito la hizo venirse la primera vez, encorvándose en la silla de trabajo y apretujándose las chichis, emitiendo quejidos que se escuchaban mas allá del lugar y que era apagado por el ruido de los autos que transitaban en la calle.
Ella se bajo de la silla dado que el perrito no alzaba los 30 cm del piso y lo acariciaba por todo el cuerpo hasta que del capullito que le colgaba comenzó a emerger la verga del aquel “mi niñito” como ella le decía. ¡hoooo-ooooo-oooo! Era enorme, casi le llegaba al piso y aun no salía el botón. Ella se incorporó y husmeo por las escaleras percatándose de que todas las puertas de las recamaras estuvieran cerradas, apaga las luces mas visibles y en penumbra, comenzó a propinarle unos lengüetazos a su Nescar, el sabor de la verga perruna le agrado y se atrevió a introducirse una parte del mismo que retiro inmediatamente porque el chucho emitió un chisgueteo con un liquido acre y salado que le invadió hasta la garganta, ocasionándole atragantamiento y tos.
¡¿ que fue?¡ grito alguien. Ella contesto no es nada, estoy bien.
Dejo que todo se calmara y arremetió contra el perrito regañándole en vos baja. Mi amor porque no me avisaste?, casi me ahogo, el perrito movía la cola y bajaba la cabeza y ella lo acariciaba mas intensamente. Era un binomio como nunca había imaginado, una verdadera relación amoroso entre aquella mujercita deseable y un perrito inofensivo que nadie quería mas que ella.
Con mas confianza se metió la totalidad de la verga animal hasta la garganta provocándole nuevamente una tosecita y arqueo que ya nadie noto. Ella no se percato como aquella manguera comenzó a crecer llenándole la cavidad bucal hasta el tope. Sus ojos se hicieron enormes y el perrito jadeaba y jadeaba cerrando los ojos. Ella se dada dedo en su panochita que escurría jugo derramándose por sus piernas.
Se tiro a horcajadas sobre su espalda y se llevo a su regazo al Nescar, colocándose la verga del perrito que no captaba la intención de su mamita. Ella fue la que guió aquella reata descomunal en su entrada y comenzó a moverse hasta que el perro instintivamente inicio una seguidilla que le termina de sembrar el palo, ella sintió un dolor intenso en su pucha, en parte porque tenia años de no coger con su viejo y porque aparte aquella verga si estaba grande no como otras.
De pronto sintió que algo se desgarraba a la entrada y es que el perrito le estaba metiendo la bola que tienen en la base todos los perros, amen de que aquello estaba como una tranca de duro, por el hueso que tienen los perros en el cuerpo de su reata. Aquello era la locura, para entonces ella se había arremangada a los primeros escalones de la escalera y estaba con la bata hasta el cuello, machacándose las chichis y aprisionando en un abrazo maternal, animal y sensual al Nescar que comenzó a bombear intensamente durante un buen rato escuchando el choco, choco, choco de los fluidos de ambos en aquella pucha que un poco guanga pero que respondía todavía provocaban y que rondaba el ambiente nocturnal de la madrugada. Así estuvo ella en la posición de misionera dejando que le lamiera la cara su hijo como ella le llamaba.
Por fin después de media hora de mete saca y ella a punto del desmayo de tantas venidas, el perro comenzó a contraer el botón del culo y a mover la cola, señal que se estaba viniendo, comenzó a gemir y ella le tapaba la boca para que no se escuchara, eso era un aquelarre, ella como una bruja madre perdiendo toda la cordura y el perrito estrenándose a las mieles del sexo con humanos, comenzó a correr todo un rio de semen por debajo de su panocha y que llegaba al piso hasta que por los fluidos y porque el perrito se estaba relajando, fui chispándose aquella bola que venia con un aguajal de semen y secreciones de ella, orín y una retahíla de pedos que ahora si hicieron que una de sus hijas preguntara ¿mami estas bien? A lo que ella contesto: ¡si estoy bien, solo tengo un poco de diarrea, algo de lo que cene me cayo mal!.
Pues no era diarrea pero tuvo que limpiar todo aquello que comenzaba a despedir un olor a secreciones almizcleras de perro, humano y semen que ella mitigo con un desodorante. Lo que sigue me dejo desconcertado. Se abrazaron piel a piel y se quedaron dormidos por un rato, como a la media hora se desprendieron no sin molestias del perrito que insistía en permanecer pegado a su mamita, a lo que ella lo reprendió y al gruñido del Nescar, ella se replegó. Comprendió que había nacido una relación incestuosa con una pareja dominante que la tenia a su merced y que tendría que satisfacer cada vez que se le ocurriera al canido hacerla suya.
Ella lo veía detenidamente y se reía porque recordó lo que yo le había dicho acerca de los perros, que son fieles, cariñosos, posesivos e instintivos y que ella que lo había educado apegado a sus cuidados, mimos y caricias, le estaba dando el si, que si quería ser su novia, su amante y el Nescar su amo.
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