"LA CHIQUIS" ( 3 ) .
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sonido Lujurioso de tambores atronadores por el recinto, el escenario brilla por la intensa iluminación, pero solo el escenario, atrás del mismo en una pequeña y exclusiva zona que se eleva gradualmente equipada con una confortabilísima gradería se encuentra el público casi a obscuras y por una hora contemplarán el espectáculo que está por comenzar, medianoche, y que en variado "espectáculo" se repite cada día . "La hora del calentón", la llamamos nosotras las "artistas".
La acústica del teatro estilo "griego" es maravillosa, se escucha cualquier sonido que se genera en el piso del escenario hasta las partes altas.
Espejos forran el escenario en medio círculo para que se pueda ver lo que sucede al frente y a los lados del mismo. Solo gente pudiente puede pagar por ver los costosos por su gran clase y con altísima seguridad, morbosos e "inmorales" actos que en éste escenario tienen lugar noche tras noche.
Vamos estoy lista, digo a mis dos coristas hombres con ajustado bikini plateado me "preparan" en el escenario para lo que me viene, checo mi rostro y mi cabello abundante, largo y rizado. El espejo del muro junto a la salida me devuelve una bella imágen de mi rostro muy hermoso gracias al profesional trabajo del maquillista y peinador del que disponemos.
Me calzo la amplísima "capucha" de mi atuendo para ésta noche: larga hasta mis zapatillas me envuelve una bata blanca con ribetes plateados, abotonada a la altura de mi garganta.
La música cesa para dar paso al sonido lento, suave de mis zapatillas contra el piso que se debe escuchar hasta la parte alta. Entro de frente al público y me detengo con gracia y estilo a medio escenario, es cuando mis coristas que me flanquean, se acercan y uno de ellos hábilmente desabrocha el cierre y comienza a despojarme de mi atuendo dejando que resbale por mi cuerpo y caiga suavemente al piso.
Comienzo a levantar lenta y suavemente mis blancos brazos con mis manos apuntando hácia abajo y exhibo con coquetería mi total desnudez, excepto por mis bonitas zapatillas plateadas que mi otro corista se encarga de descalzarme.
Totalmente desnuda y descalza, uno de ellos me toma con maestría de la cintura y me levanta sobre su cabeza y en perfecto equilibrio con mis brazos abiertos, manos hácia abajo, una pierna totalmente horizontal y la otra con el muslo ligeramente levantado, me pasea en circulo por todo el escenario para que me admire la concurrencia, mis senos descansan uno a cada lado, por lo voluminosos se ven lindos y muy atractivos por ciertas exclamaciones de admiración; mis pezones y aureolas han sido hábilmente retocados con maquillaje. Una vez regresamos al mismo punto de partida, su compañero se suma al grupo y ambos me toman como un columpio que han formado con sus brazos, me levantan del piso y echada ligeramente hácia atrás, abro totalmente mis piernas para mostrar una hermosa y prominente vulva depilada y hábilmente maquillada para resaltar sus partes con efectos de luz y sombra.
De nuevo se repite el recorrido con algunas expresiones de la concurrencia, maravillada por la carga eléctrica del erotismo desplegado en el escenario. No hay vulgaridades, rara vez, solo observación muy cargada de "electricidad".
Con suavidad me deslizan al piso mis dos coristas y quedo ahí por unos segundos sobre mis nalgas y mis piernas retraídas, me paso ámbos brazos sobre mis senos y luzco así, como en el desamparo, desnuda y abandonada a su suerte. Pero sin mediar nada y en el silencio total me "pongo en cuatro", no vulgar, sino con una posición muy estudiada, que presenta mi culo levantado, mis rodillas, pies y manos grácil y firmes apoyadas contra el piso, mi cabeza apunta al frente y me admiro en el espejo, mis bellas chichotas cuelgan apuntando al piso, oh, hmm, escucho del teatro. Volteo lentamente a mi izquierda y es la señal convenida de que "estoy lista", el encargado en la obscuridad abre la puerta del contenedor y los jadeos se escuchan por todo el teatro, el sonido de un pit bull correteando hacia mi culo levantado.
Todos escuchan el sonido cuando el vientre del perro me golpea al montar mis nalgas, ahhh exclamo, no debo humillar el rostro, lo mantengo mirando hácia el frente. La bestia me enlaza contra él, con sus dos patas delanteras abrazando con fuerza increíble mi cintura y empieza a deslizar la proteción cubierta de áspero pelo que envuelve su "vaina", recorre la línea de mis nalgas siento en mi rayita unos "toques de calor" y ligeras cosquillas, es su pene que saldrá a la menor provocación del intenso calor que despide mi abertura vaginal. Por un fugaz instante siento que el toque de calor empata con el calor de mi abertura y por instinto el perro empuja fuertemente, con violencia, como una máquina y me ensarta a cada empujón, aaaaaahhhhhhh mi gemido es largo, por el dolor, continúa bombeando y a cada empujón introduce su miembro cada vez más profundo en mi vagina hasta quedarse quieto, ha tocado fondo y sigue algo más doloroso: una "hinchazón" empieza a crecer en la base del pene, son como si dos "bolas" fueran creciendo en mis entrañas, gimo, jadeo , al sentir "la abotonadura", termina y siento mi vulva y vagina a punto de explotar explotar: está totalmente llena, ocupada por el enorme, hinchado miembro de un pit bull.
Hábilmente como me lo enseñaron, tomo las dos patas traseras con mis manos y las jalo al frente para que el perro no me "abandone", no tengo que humillar el rostro, lo mantengo firmemente levantado y en el espejo se ven mis rictus de dolor y de placer intenso, mezclados en mis gemidos, nunca ay ay ay, se me insiste, gemidos teatrales, intensos, eróticos. No finjo, en realidad disfruto tanto la cogida que nada en mí es teatral.
El público fascinado con lo que ve guarda silencio, solo se escuchan mis lentos gemidos y los jadeos del perro, con los movimientos de nuestros cuerpos unidos, mis senos enormes se bambolean en cadencia pendular de adelante a atrás. Mi rostro luce hermoso con el maquillaje perfecto que dramatiza el sufrimientoo y el gozo por tener a una bestia como mi dueño: así lo atestigua, el único reflector encendido y que apunta a mi entrepierna.
El bello juego de luces entra en acción, un reflector sobre mi espalda otro apunta por abajo de mi entrepierna, y dos más uno a cada lado descubren un hermoso cuadro de un perro montándome, que me posee, que me hace suya.
Al haberme penetrado, el pit bull comienza su labor de depósitar semen en mi vagina, combinado con el "violento bombeo" del principio desliza una cantidad de aire que queda aprisionado entre la cabeza del pene y mi útero, combinado con el semen que se empieza a acumular, siento la presión del "aire comprimido" en mi vagina: es tiempo de realizar un truco muy bonito que excita aún más a la ya muy excitada audiencia.
El perro ya está quieto, echado sobre mí, ya "abotonada" su instinto le dice que no "me escaparé.
Inicio pequeños y cautos movimientos de mis anillos vaginales, aprieto el hinchado garrote por tres segundos y "lo suelto" intempestivamente, combinado con el estremecimiento del perro y mi contracción, se produce un "pequeño espacio" entre mis labios menores y el pene, dejando escapar un siseo, sssssssssssssss, que se escucha por todo el teatro y no tarda en alcanzar un tono más alto al "calibrarlo" con mis anillos apretándolos, que aumenta su frecuencia hasta un silbido, ffiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, lo que escapa con el aire es semen que burbujea y llena de espuma la zona de mis labios mayores, todo "monte de venus" está lleno de espuma y burbujas del semen que abundantemente gotea del pequeño espacio. Un ahhhhh de admiración se escucha por el teatro y algunos aplausos también.
El "boton" comienza a "desinflarse", el perro muy pronto me abandona y al salir el pene un fuooochhhhhh se escucha, otro murmullo de admiración se escucha y se intensifica al mostrar el perro con las patas abiertas, un enorme garrote rojo lleno de venas , delgado en su base pero que se dilata y ensancha como un enorme y puntiagudo "puro", de la "delgada base", nacen dos bolas como enormes canicas rojas , ya disminuído en mucho su volúmen, venosas que le dan al conjunto un tono impresionante y monstruoso. "La que se comió todita" alguien exclama asombrado con un ligero silbido.
Con mi anillo vaginal firmemente "apretado" espero a que saquen al perro y hago una señal que espera el de las luces, las apaga todas, menos una, la que ilumina abajo de mi entrepierna y que ahora ilumina plenamente mi panocha, suelto y contraigo volviendo a soltar el apretón de mis anillos, todo en un instante, y sale despedido de mi abertura vaginal un chorro de semen con un ruidoso ppprrrrrrrrrrrpppp que regocija al auditorio lo repito y sale despedido otro chorro, esta vez más corto con el mismo sonido; con las subsiguientes contracciones vaginales, empieza a manar la leche del perro en una bonita fuente.
La gente aplaude, ¡bravo mamacita!, escucho por ahí, aprovecho el momento y salgo de la escena.
En el camerino, medito, ya un año hace "el jefe" me llamó a su oficina una noche de "trabajo". Rudo y directo fué al grano: "unos amigos" me dijeron anoche que están interesados en tí, te han visto y uno de ellos se metió contigo al cuarto, quedó impresionado con tus movimientos vaginales. No paraban de darle vueltas los ojos como canicas, ja, ja, ja….pues bien ve a verlos mañana mismo, fué la orden y arréglate con ellos, vas a ganar mucho más dinero que aquí primor".
No se valía discutir y de alguna manera sospecho que "el jefe", es scocio de éste impresionante complejo, muy bien organizado y administrado para "gente muy exclusiva": el teatro griego de espectáculos porno, maravilloso; un bar según me dicen impresionante por su lujo, comodidad y privacidad, bebidas, vinos y licores exóticos y carísimos y un "establo" de mujeres cien por ciento "importadas", algunas de países muy exóticos y con habilidades extremas; habitaciones que a un hotel cinco estrellas en nada envidiaría, en fin, algo que solo pueden acceder aquellos que saben vivir "a todo tren".
Yo tampoco estoy mal, pienso. Mis ahorros suman ya una fortuna, que cuidadosamente guardo en caja de seguridad bancaria y en dólares. Al iniciarme en ésto, definí que mi propósito era la acumulación, no el "ahorro" de dinero, por éso, continué viviendo como siempre había vivido: sencillamente. Sólo un "pequeño lujo", comidas en una fonda escaleras abajo a pago mensual y dos comidas abundantes diarias. El resto, se va a dólares y a mi caja de seguridad.
Hoy gano en una noche con un solo "acto" cinco veces más de lo que en un mes gané en mi empleo "normal" en una industria. Tomé una decisión, un riesgo también y con una mentalidad de disfrute, de gusto, no de "hacerme la víctima", que hasta hoy, me dado los resultados que deseo.
No intento hacer una apología de la prostitución, que quede muy claro. Cada quien es responsable de sus propias decisiones, nada más. El punto es que para mí, fué una decisión conciente y disfruto mucho el proceso que me lleva al objetivo: la acumulación de dinero para iniciarme en actividades cada vez más gratificantes. ¿Cuáles son?, todavía no lo sé. Solo sé en mi experiencia, astutamente vivir y discernir lo que se me presenta día a día, porque sé que la vida me lo enviará en el momento justo y preciso. No antes ni después. La prostitución a mi ver y experiencia en mi país, hoy está llena de nuevos y grandes riesgos que no compensan "las ganancias": con la explosión demográfica, llegaron nuevas generaciones y muy violentas, carentes de valores, a la par de nuevas, mortales y altamente contagiosas enfermedades por la extensa e inculta promiscuidad, la facilidad de las comunicaciones y transporte y la falta de un control sanitario eficaz. Hoy, no lo haria, como lo hice ya hace cuatro décadas: "eran otros tiempos".
Pues bien una nueva oportunidad empezó a tocar a la puerta, chiquis, me dicen, te llaman a la oficina.
Chiquis, me dice el administrador, la compañera de ronaldo nos dejó. ¿Quieres ocupar su lugar?, directo como me gusta y respondo rápidamente: SI.
Bien chiquis, mañana a mediodía empiezas a prepararte con Ronaldo, creo que les llevará una semana "ponerse de acuerdo" en las "rutinas", mientras tanto, abandonas la bestialidad, no ganas dinero por supuesto, pero con Ronaldo el "acto" son tres veces a la semana, en lugar de una vez por semana de tu acto. Sales ganando preciosa, remata.
Amigos, amigas, los espero a la siguiente y última entrega de mi resumida vida.
La Chiquis.
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