LA CONFESION
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sandradaniela.
Para el segundo día festivo del mes de Junio del presente año, la empresa en donde mi esposa trabaja, programo un paseo a las playas Ecuatorianas, saldrían el día jueves 6 de junio y regresarían el día 10. Como en todo matrimonio hace unos meses hemos venido mal con mi esposa, pues solo nos conversábamos lo necesario y no teníamos intimidad cerca de 4 meses, bueno el día jueves se llegó la hora, se despidió de la familia, y se fueron, nosotros acá seguimos con nuestro diario vivir.
El día lunes festivo cuando llego, eran las seis de la tarde, estábamos en casa mirando los partidos de futbol para las eliminatorias al mundial, la saludamos, se había bronceado y estaba muy querida, se puso a mirar la tele con nosotros y antes de irnos a la cama se fue a dar un duchazo, pues estaba cansada del viaje, cuando salió del baño y al irse a poner su piyama, le mire que tenía a lado y lado del abdomen y en la parte inguinal unos rasguños, eso me llamo la atención pero para evitar problemas no dije nada esa noche, al día siguiente ya en horas de la noche al irnos a dormir cuando se puso la piyama, estaban los rasguños y lo curioso fue que Lili se estaba untando alcohol y después una crema sobre los rasguños, entonces ahí le pregunte que le había pasado, me dijo que jugando en el paseo la habían rasguñado, cogí la crema para untarle y me pude dar cuenta de los rasguños y forma tan especial que tenían, pues eran varios rayones profundos a cada lado del abdomen lo mismo los de parte inguinal, entonces solo dije vaya que juegos tan bruscos. Entonces me comenzó a contar que el sitio a donde llegaron era muy bonito, que había un área central y a los alrededores cabañas de dos y cuatro personas, que ella y Adriana habían pedido la cabaña más retirada, por cuanto había bastante turistas y el volumen de la música en el área central era muy alto, me conto que les habían dado la bienvenida con un baile pues había una orquesta, además ellos eran cerca de cien personas y les habían brindado unas botellas de licor, y en fin contándome anécdotas de lo ocurrido, y toda –emocionada me conto que en el lugar habían tres hermosos perros San Bernardo, a mí me llamo mucho la atención tanta emoción, porque ella más bien con los perros ha sido apática, en la casa teníamos un Pastor Belga que hace dos años murió ya de viejo y casi nunca le miramos ninguna caricia, y entonces le pregunte y eso, que tenían de especial esos perros?, me dijo eran bien grandes acuerpados y bien tiernos y me confeso, a mi esos son los perros que siempre me han llamado la atención, vaya le dije no sabía, y siguió conversándome,
Hicimos varias mesas y después de bailar varias piezas me fui a sentar a la mesa y estaba toda emocionada mirando bailar a mis compañeros y un grupo de baile que había de la localidad, cuando en esas se arrimó a mí, uno de los perros, era bien grande y tenía una cabezota que cuando se me acerco me asuste y de una me pare, entonces se acercó un señor de los que atendían ahí y me dijo, tranquila señora los perros son mansos y no hacen nada, entonces me volví a sentar y le acaricie esa cabezota, ya a eso de la tres de la mañana, nos fuimos con Adriana a la cabaña a dormir, llegando a la cabaña, aparecieron los perros, Adriana se asustó y le dije no hacen nada yo ya acaricie uno, se tranquilizó y cuando se acercaron los acariciamos y después no entramos a la cabaña y los perros se fueron, me conto que al otro día se levantaron a eso de las ocho, desayunaron y se fueron a meter al mar y a jugar en las playas y en horas de la tarde a conocer el lugar y a tomar fotos y que en la noche los del sitio armaron una fogata y con recreacioncitas hicieron juegos y se tomaron unos cocteles y que estuvieron como hasta la una de la mañana y se fueron a dormir con Adriana y que nuevamente en mitad del recorrido del lugar de la fogata y la cabaña , aparecieron los perros y entonces que se pusieron a jugar con ellos a correr y que ellos brincaban y que eran toscos porque a veces las empujaban y las habían tirado a la arena, dice después que ya cansadas se sentaron sobre una palma que había caída y entonces los perros se acercaron y los acariciaron la cabeza y que uno de ellos había lamido la cara y el cuello a Adriana y que ella había dicho este si es bien descarado y directo y yo me reí, solo dije ha de ser que le gustas y nada mas
El perro que estaba junto a mi tenia puesto la cabezota sobre mis piernas y el otro estaba echado tras nuestro, estuvimos ahí un rato y nos fuimos a dormir, el sábado madrugamos seis de la mañana desayunamos y nos fuimos todos a unos sitios turísticos a conocer, tomar fotos y allá nos dieron el almuerzo, regresamos a eso de las dos y media de la tarde, nos cambiamos de ropa y al mar a jugar y nadar, el día estaba bien abrigado y que ya en horas de la noche, había baile con otra orquesta y que como le dolía la cabeza, se había ido a acostar temprano a eso de la diez y media de la noche y que los compañeros le decían que no se fuera, pero como el dolor era fuerte les había dicho que se iba a recostar y se le pasaba ya regresaría, y que se había ido a la cabaña, que en el camino se le aparecieron los perros y que estuvo con ellos, sentada ahí en la palmera caída, contemplando la luna que había, que ellos se acercaban para que los acariciara y le lamian las manos, la cara, las piernas, que luego se fue a caminar por la playa y que los perros la siguieron y le buscaban juego y que eran muy toscos que la hicieron caer varias veces y el vestido playero blanco que llevaba se le había ensuciado y que el haber andado en la playa y jugado con los perros le habían quitado el dolor de cabeza y que después se había ido a acostar y se había dormido, hasta cuando llego Adriana que eran cerca de la cuatro de la mañana tomada y estaba toda alterada, ya que se había encontrado con los perros y no sé qué sería lo que paso, por que lo único que dijo: esos perros bien descarados que son, le pregunte que paso dijo nada tranquila duérmase, el domingo fue igual estuvimos casi todo el día en el mar, ya en la noche, hubo fogata y había mucho trago, los compañeros y compañeras estaban bien tomadas, yo tome pero no mucho y me retire a esos de las once de la noche y les dije que me estaba comenzando a doler la cabeza y mejor me iba a dormir para no tener un mal viaje de regreso, me dijeron que bueno y me dirigí a la cabaña, igual que la noche anterior me encontré con los tres perros, me senté en la palmera, los acaricie y luego nos fuimos a caminar por la playa a orillas del mar, me quite los zapatos para sentir el mar cuando llegaba a la playa
Jugamos me tumbaron varias veces, lamian la cara eran unos locos, Adriana llego bien tomada como a las tres de la mañana y con el vestido en la mano y solo en bikini, solo decía que bien descarados que son estos perros, le dije que te paso, me dijo si te contara, le dije cuéntame, me dijo después, le pregunte que si la mordieron, solo me dijo no pero son divinos, ya al otro día cerca de las nueve de la mañana emprendimos viaje y eso fue todo, lo único que le dije que bueno que hayas disfrutado tu paseo y nos acostamos a dormir, a eso de las dos de la mañana me despertaron unos gemidos, era mi esposa que tenía un sueño erótico y vaya sueño que estaba teniendo, cogí mi celular y grabe todo lo que decía y entre sus frases, hubo una que me llamo mucho la atención, “Quieto papito no jales que me lastimas”, cuando sonó el despertador, nos levantamos después de desayunar cada uno para el trabajo, como de costumbre fui a dejar al niño al colegio y Lili se fue con Daniela pues ella trabaja cerca de donde Lili, a mí me retumbaba la frase que había escuchado y grabado, ya en la oficina la volví a escuchar con unas diez veces, y no entendía a que se podía referir, pues Lili a a pesar de los cuarenta años que tiene no deja ser atractiva, mide 1.75, delgada, unas piernas largas y bien torneadas, pues a pesar de haber tenido dos hijos conserva un buen cuerpo. Durante el día no pregunte nada, ya cuando nos acostamos le dije, Negra te voy a hacer escuchar una grabación, me podías explicar de qué se trata
Ella me quedo mirado fijamente y me dijo; claro a ver escuchémosla, y entonces se la hice oír y le dije, anoche cuando dormías te grabe porque me despertaste con los gemidos que tenías. Me dijo voy a ser sincera contigo y te voy a contar algo que me paso en el paseo, yo me quede frio, pensé que sería que me traicionó con algún compañero, estaba esperando lo peor cuando me dijo: te acuerdas que te conté que me dolía la cabeza y me iba a dormir temprano y que me encontré con los tres perros y me senté en la palma caída y que me lamian la cara las manos, las piernas y me fui a caminar, le dije si me dijo paso algo más? Replique con quien, me dijo tranquilo, que lo que paso fue con los perros, le dije que paso? y me dijo; nos fuimos a caminar por la paya y ellos comenzaron a buscar juegos, eran muy toscos y pues estaba con el vestido blanco palayero corto y en una de las tantas veces que me hicieron caer, se acercó uno de los perros y me lamio las piernas, los muslos y paso su lengua por encima de mi tanga, yo me asuste y me incorpore de una y seguimos caminando algo retirado de las cabañas y ellos seguían buscando juegos, luego me senté en un montículo de arena a descansar y entonces, se acercó el perro que me había lamido las piernas y me volvió a pasar la lengua por la cara y las piernas, yo lo deje y siguió con sus lamidas, luego se acercó otro de los perros y también me comenzó a lamer, metió su cabeza debajo de mi falda y comenzó a lamerme por encima de mi tanga y ahí perdí la cabeza, me excité tanto que me pare y mire para todos los lados y a ver que solo estábamos nosotros, me desnude y deje que los perros hicieran lo que quisieran, pues la verdad fue algo alucinante, porque me comenzaron a lamer como locos todo el cuerpo, uno lo hacía en las piernas y mi vagina, el otro me lamia el estómago y mis senos y el otro estaba echado mirando, con esas lamidas que me estaban dando, yo recogí mis piernas y el perro que estaba abajo comenzó a lamerme la vagina con frenesí, tanto que en una de sus lamidas me dio unos mordisquitos en mi clítoris que me hizo doler, pero eran ricos, la verdad me hicieron desarrollar
Entonces me pare nuevamente para mirar si podía haber alguien cerca, pero no se veía nada, estaba totalmente sola, estando ahí parada, uno de los perros me abraza por la espalda y me hace caer de rodillas, alcance a poner las manos para no irme de cara y entonces, se aferró con sus patas a mi cintura y ahí me rasguño el abdomen y comenzó a moverse así como cuando hacen el amor, yo me asuste y la verdad le quede como a su tamaño, porque en uno de sus movimientos atino su verga a mi vagina y me metió la punta, yo me asuste y trate de quitármelo pero fue imposible, era pesado y tenía mucha fuerza y me tenia bien agarrada y comenzó a moverse bien rápido, pero su verga no salía sino que se introducía cada vez más y comenzó a engrosarse, pues yo me quede quieta y pensé que ya se bajaría, pero el seguía ahí, luego me ajusto más duro con sus patas y sentí que algo crecía dentro de mi vagina y se volvió como una pelota, pensé que por haber tenido dos hijos saldría pero no fue así, creció tanto que parecía que me iba a partir, y en esas comienzo a sentir que eyacula dentro de mi,
Su semen era bien caliente que era como que me quemaba por dentro, yo me asuste porque no me hubiera gustado que alguien me encontrara en esas, y al momento que alzo la cabeza para mirar el horizonte, el muy descarado se baja y se dio vuelta y quedamos pegados, entonces comenzó a jalar, y como me hacía doler, le decía papito no jales que me lastimas, yo sentía como se derramaba y como su verga palpitaba dentro de mi, estando así, uno de los perros comenzó a lamerme el culo, las piernas y la vagina que la hicieron tener un gran orgasmo estaba reponiéndome cuando el perro que la lamia se subió encima , queriendo meter su verga, pero era imposible, pienso que estuve unos veinte minutos o más pegada, hasta que la pelota se deshincho y dio una jalón y se despegó y me comenzó a salir oleadas de semen, yo me pare de una para mirar a todos los lados, pero afortunadamente no había nadie, solo estábamos nosotros, de mi vagina seguía saliendo semen y se acercó el perro que se estaba trepando cuando estaba pegada y me comenzó a limpiar con su lengua el semen
Me la introducía en la vagina que aún estaba dilatada y eso me puso a mil, en esas se para y me abraza, yo estaba cansada y me tumbo al suelo, pero caí de espaldas y el comenzó a moverse en el aire y con una de sus patas me movía como queriéndome voltear, a lo que procedí a voltearme y de una me agarro fuerte de la cintura como alzándome un poco y de una me lo metió, y comenzó a moverse a mil e igualmente me quede pegada a el pues tanto su verga como su bola eran grandísimas, este no se volteo pero si bajo sus patas delanteras de mí, estuvimos ahí un buen rato pegados, yo me acariciaba con mi mano mi clítoris hasta que tuve varios orgasmos y también pude tocarme como estaba de templada mi vagina, en una de esas jalo y nos despegamos, se voltio y comenzó a limpiarme, me recosté sobre la arena y la verdad no sabía que pensar y que era lo que había hecho, me pare para mirar el horizonte y no había nadie, entonces cogí y así como estaba, me metí al mar para limpiarme evitando mojarme el cabello, salí y busque la ropa, no encontraba la tanga,
En esas cuando me agacho a recogerla, sorpresa!, me había olvidado por completo del otro perro quien llego en ese momento como se dice a reclamar lo suyo, este era el que tenía una gran cabezota y fue el primero que acaricie cuando recién llegamos, se me acerco por atrás y comenzó a lamerme las nalgas, yo de verdad estaba agotada ya no quería nada, pero este lamia con insistencia y me empujaba con sus cabeza duro hacia adelante como obligándome, mire nuevamente para todos los lados y de mala gana me arrodille, se me subió de una y sorpresa, cuando se me subió pude darme cuenta que grande era, su verga la sentí por encima de mis nalgas y sus chorritos caían en mi espalda, se estaba moviendo pero en el aire, se bajó, me lamió la vagina el ano y nuevamente se me subió y comenzó a moverse, pero esta vez me agarraba duro con sus patas y me aruño la parte inguinal y trataba de agacharse, en uno se sus movimientos me pego con la punta de su verga entre la vagina y el ano y me hizo ver estrellas, yo me lo quiete de encima y pare y entonces volvió a lamerme y a empujarme, pues como estaba en un montículo de arena, busque la posición de quedarle un poco mas alta y el al verme así nuevamente se me subió y comenzó a moverse y como al tercer movimiento de una me lo metió, me agarro con mucha fuerza arañándome nuevamente y comenzó a moverse a mil y en esas sentí como esa verga y tal vez por la posición que tenía, comenzó a entrar en mi útero porque así lo sentí y vaya que entro un buen pedazo, se volvió grueso pero era mucho más grueso que la de los otros y cuando comenzó a hincharse la bola, esta si era de verdad muy grande
Pienso que del tamaño de una toronja o un poco más, este si me hizo doler, y de pronto bajo sus patas delanteras y de una se volteo y quedamos pegados culo con culo y comenzó a jalar, no te miento mi amor, este si me arrastro y bastante, cuando el jalaba yo retrocedía arrodillada para que no me lastimara, incluso en una de esas fue como que caí en un bache y me resbale y quede como en el aire, pues no me despegue y el perro no se dobló, eso me dolió mucho, me acomode y pienso que me arrastro más o menos una cuadra, con el fue con el que más dure pegada, luego de llevarme arrastrada un buen trecho me regreso en la misma forma cerca del lugar en donde estábamos, en una de esas sentí que se le comenzaba a achicar la bola y jalo y me hizo pegar un grito del dolor que pensé que me había desgarrado, pues la vagina me dolió mucho y salieron litros de semen, me senté en la arena a sobarme mi vagina porque me dolía mucho, luego tome aire, me pare me metí al mar a limpiarme y a la vez a sobarme para calmar el dolor, luego me vestí, no me puse la tanga porque me salía semen en cantidades y me fui a la cabaña, allá me bañe con agua dulce, me unte crema humectante, pero mi vagina me dolía, me tome una pasta para el dolor y me acosté
Al principio me fue difícil conciliar el sueño pues me sentía sucia por lo que había hecho, no sé qué me paso y además sentía mi vagina muy dilatada, pero el cansancio me venció y me dormí y eso fue lo que paso, Yo estaba con los ojos abiertos y no daba crédito a lo que escuchaba, mi esposa se le había entregado a tres perros San Bernardo y ella con lo apática que es con los perros, yo no sabía que decir, lo único que le pregunte y el domingo lo volviste hacer?, me miro a los ojos y me dijo si, fue casi igual que el día anterior, solo que en horas de la tarde, me fui a caminar para el sitio en donde lo había hecho y darme cuenta que solitario era y si pude comprobar que no hay ni cabañas ni nada, encontré el montículo de arena y me puse a arreglarlo, lo hice más alto y largo, lo afirme y cuando me recosté para ensayarlo, mis piernas quedaban colgadas, regrese a las cabañas como si nada, ya después en horas de la noche me aleje bien de las cabañas y me desnude por completo y me les entregue, la única diferencia es que en el montículo de arena que había, me podía recostar y mis piernas quedaban colgadas y comenzó la faena, las lamidas y todo
Me recosté sobre el montículo y uno de los perros más pequeños tomo la iniciativa, me lamió y trepo sus patas en el montículo de arena a lado y lado mío y comenzó a moverse y a echar sus chorritos sobre mi cuerpo, yo me los unte en los senos, el cuello y en el abdomen, ellos al sentir ese olor comenzaron a lamerme, mientras el otro se movía tratando de acertar en mi vagina, hasta que de pronto zas, me atino y todo fue adentro, yo me movía al ritmo de él hasta que nos pegamos, se hecho sobre mi cuerpo y se sentía rico, cogí al otro perro y lo masturbe estando así, me hecho sus chorros de semen en mi cara y mi cuerpo, luego le di una súper mamada, trague semen de el, era un poco ácido y salado era algo parecido al alumbre, cuando me despegue salió cantidad de semen y en ese momento se acercó el cabezón y comenzó a lamerme y subió las patas al montículo quedando yo en medio y comenzó a moverse
Lo único que hice fue bajarme un poquito y me abrace de su cuello y de una me acertó, y comenzó con su mete y saca pero estando adentro me dolía mucho era como que no alcanzaba, entonces me arregle de posición y comencé a sentir que ingresaba a mi útero, los primeros puyazos dolieron pero luego que entro las cosas cambiaron, me quede pegada, le tome el tiempo fueron exactamente cuarenta y dos minutos sintiendo sus palpitaciones y sus chorros de semen, hasta que nos despegamos
Luego me vestí y regrese a la cabaña totalmente exhausta y satisfecha, y eso fue todo amor, por eso tengo esta cantidad de rasguños, me dijo que opinas, le dije me has sorprendido no sé qué decir, me dijo ahí te queda la intriga, ya sabes que si me gustan los perros y la raza que me gusta tu veras, y saben que, estoy buscando un perro San Bernardo de un año para comprarlo, si sucede alguna otra cosa ya les escribiré. Por motivos de seguridad le enviare este relato a una muy buena amiga que tengo y le gusta la zoo.
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