La Curiosidad me Cogio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sandradaniela.
Soy una chica Normal, tengo 23 años de edad, hace dos años termine mi universidad en Administración de Empresas y como todo en mi país, para conseguir un trabajo le exigen mínimo tres o más años de experiencia por lo que me ha sido difícil conseguir uno y por esa razón he tenido que desempeñar varia clase de trabajo, bueno les diré soy una chica de 1:70 de estatura, tés trigueña, cabello largo, delgada y como dicen mis amigos atractiva, el caso es que llevaba ya tres meses sin trabajo desde el ultimo que desempeñe que fue en temporada navideña, y entonces un día me encontré con un amigo y me dijo, mira Nubia, el jefe de mi papá está buscando una persona para trabajar, si quieres te doy la dirección y vas a ver, le dices que yo te informe, le dije bueno y le agradecí, como ya eran cerca de las cinco de la tarde, no fui ese día, pero al siguiente fui a las ocho de la mañana a la oficina, pregunte por el señor y entonces ya le di la información a la secretaria, al rato me hizo seguir y ya le dije quién me había informado
Entonces el me explico, mira no sé si te guste el trabajo, lo que tienes que hacer es arreglar la casa, y hacerle compañía a mis pequeños, no tienes que cocinar ni nada por el estilo, y el horario es de ocho a doce y de dos a seis de la tarde y pago el salario mínimo con sus prestaciones de ley, eso a mi me gustó mucho y pues los últimos trabajos que había tenido era por comisión de ventas que no es muy bueno, le dije si señor si me interesa, entonces me pregunto? Te gustan los perros?, y ahí me acorde de la recomendación de mi amigo que le diga que si, entonces le dije si señor en la casa siempre ha habido perros, entonces ha bueno, si quiere puede comenzar hoy mismo y más tarde le hago llegar para que lea y firme el contrato, le dije que bueno, entonces me mando con el conductor a la casa y además para que me presente los perros que según el conductor son sus chiquitos, cuando llegamos a la casa en un barrio residencial de la ciudad que de por cierto era muy bonita, quito la alarma y entramos, ya en el interior quede como se dice con la boca abierta por lo bonita, el conductor que por cierto llama Juan subió a la terraza y con el bajaron dos enormes perros, un Gran Danés a manchas negras y blancas y un Pastor Alemán, el gran danés se llama Brutus y el Pastor Alemán Sam, me dio un miedo pero trate de no demostrarlo, en la casa alguna vez hubo un perrito pequeño, no sé de qué raza, pero no más, pero por conseguir el trabajo dije que si había tratado con perros, bueno el señor Juan, me indico toda la casa, lo que tenía que hacer y además me indico un cuarto bien arregladito, y me dijo que ese era mío si de pronto quería descansar o bañarme y además que si de pronto quería, me podía preparar cualquier alimento, pregunto por mi talla de ropa y el número de calzado, porque tendría que usar uniforme, hecho todo esto me entrego las llaves y se fue.
Yo quede como se dice pálida del susto cuando él se fue, pues me daba un poco de miedo esos perros que no se me acercaban, pero si me miraban a distancia con curiosidad, así con el temor que tenía me puse a arreglar la casa en su totalidad, los perros se fueron a la terraza, cerca de las diez y media de la mañana, me fui a preparar un café y cuando estaba tomando, los perros bajaron, los llame pero no me hicieron caso, les ofrecí pan y tampoco lo aceptaron, bueno seguí en mis labores ya cerca del mediodía tal como me indicaron, fui a la terraza por los platos, les puse el alimento concentrado y les puse bastante agua en sus recipientes y luego me fui a almorzar.
Llegue antes de las dos de la tarde y seguí en mis labores que ya no eran muchas, fui a mi cuarto a mirar televisión , los perros bajaron, me miraron y se volvieron a subir a la terraza, a eso de las cuatro y media llego el doctor, le gusto mi trabajo, llevo el contrato lo leí y lo firme, los perros bajaron y se pusieron muy contentos con él, me pregunto que como me había ido con ellos, le dije que bien, aunque no se me acercan por obvias razones, el me los volvió a presentar he hizo que los tocara, yo de tripas corazón y con el miedo que me embargaba por dentro lo hice disimulando para que no fuera a dar cuenta el doctor, él me dijo espero no se vaya aburrir, puede utilizar el computador, si quiere escuchar música lo puede hacer, sé que de pronto le queda mucho tiempo libre, más que todo me dijo necesito una persona aquí es por los perros, ya que cuando se quedan mucho tiempo solos, comienzan a hacer daños y me sale más caro los arreglos, en cambio cuando hay alguien en casa, se portan bien.
Bueno así comenzó todo.
Ya paso más de un mes de llevar trabajando, los perros ya me fueron teniendo un poco más de confianza, ya se acercaban, me recibían alimentos y me lamian las manos, incluso hasta jugaban , pero como todo en la vida llega, un día de esos en que me encontraba con mi periodo menstrual, me encontraba realizando mis labores y como el uniforme es un vestido enterizo con botones al frente y da más arriba de las rodillas, con baletas y medias tobilleras blancas, yo estaba realizando mis labores y por obvias razones me toco agacharme para limpiar debajo de algunos muebles, en estando así, siento a Brutos olfatearme mis partes íntimas, yo me asuste y de una me pare y lo regañe pero a él, poco le intereso y lo tomo como un juego y cada vez que me agachaba, se acercaba a olfatearme y a poner una de sus patotas encima de mi anca, eso me llamo la atención y entonces me puse a averiguar en google sobre la reacción del perro y encontré muchas respuesta entre ellas un artículo que explicaba muy bien porque los perros huelen nuestra entrepierna, con esa explicación quede más tranquila, pero como dice el dicho, me comenzó a entrar la curiosidad y comencé a agacharme a propósito y cada vez que lo hacía, Brutus se acercaba a olerme y en una de esas, me lamio y su lengua roso parte de mis ingles que me hicieron dar escalofrió, me pare de una y le acaricie la cabeza y el levantó y movió su cola todo emocionado, seguí en mis labores, y después de haber terminado y tomarme un café me fui a mi pieza a recostar, estaba elevada mirando televisión cuando entro Brutus y de una metió su hocico debajo de mi vestido y nuevamente me lamio mis partes íntimas por encima de mi tanga y la toalla que tenía puesta que no me dio tiempo a reaccionar y más bien quede petrificada del susto
El repitió su lamida, le aparte la cabeza y entonces se acercó a mi cara y me lamio toda, yo no entendía esa reacción de él, pues como no he tenido perros grandes no sabía que pensar, él era como que estaba todo alegre e inquieto, en vista de esto me pare y me entre al baño y como me di cuenta que ya mi periodo estaba muy escaso mejor dicho no tenia, me quite la tanga y salí nuevamente sin ella para ver que hacia Brutus, cuando me recosté de una se acercó y nuevamente metió su hocico y comenzó a lamerme tanto así, que instintivamente abrí mis piernas, pues se sentía muy rico y era algo novedoso para mi hasta el punto que tuve un gran orgasmo y no se el sentirme gemir y la abundancia de mis líquidos fue como que le gusto a Brutus, quien subió sus patas delanteras a la cama y siguió lamiéndome con mucha fuerza e introducía su lengua en mi vagina que me tenía en un éxtasis y después de tener mi segundo orgasmo di por terminada la sección, lo malo fue que cuando me levante, Brutus se paró en sus patas traseras y me abrazo que casi me hace caer, me agarraba bien fuerte y se movía en el aire, eso fue genial, yo del susto me lo quite de encima y lo lleve a la terraza y les di el alimento y luego me arregle y me fui a la casa al almuerzo, cuando regrese nuevamente, bajo todo contento a saludarme, pero como estaba con yin no hizo nada, y se desapareció se fue a la terraza me cambien y seguí en mis labores pero cuando bajo y me miro nuevamente con el vestido, comenzó a meter su hocico, se paraba me abrazaba, estaba todo emocionado y a mí me comenzó a entrar miedo de verlo así, pues vaya a tener esas reacciones delante del doctor que vergüenza, es un animal primero muy grande y tiene mucha fuerza, tanto hacer me lo quite de encima y lo regañe, se hizo a un lado y se echó, y estuvo así tranquilo como una hora y media y después que bajo Sam y estuvo dando vueltas por la casa, fue como que le entro a Brutus otra vez su tontera y comenzó a seguirme y a tratar de abrazarme, en una de esas se me abalanzo por la espalda tan fuerte que me alcance a agarrar de un mueble para no caerme y cuando quede así, siento que se movía como queriendo copular y me chuzo con su punta muy duro por encima del vestido, el muy sinvergüenza lo que a querido es comerme, eso sí me asusto, tanto hacer lo pude llevar a la terraza y lo deje encerrado, para que le pase su calentura, desde ese día en las noches soñaba que me violaba que tenía cachorros, mejor dicho estaba toda asustada que pensaba en renunciar, y nuevamente recurrí a Google y por primera vez descubrí la zoofilia.
Ahora la pregunta, sería capaz de hacerlo?.
me daba mucho miedo y en mi cabeza tenía tantas preguntas sin respuestas que mejor dicho me estaba volviendo loca, desde ese día comencé a tener mucha precaución y a averiguar cada vez más en internet, todo había vuelto a la normalidad, habían pasado como un mes cuando se volvió a alocar, entonces deduje que se me acercaba el periodo menstrual por lo que había leído y así fue, en internet leí que para alejarlos, debería untar pimienta sobre mi ropa íntima y eso me dio resultado, así estuvo como diez días más hasta que nuevamente comenzó a meter su hocico y a lamerme, hasta que la curiosidad me gano y como el doctor llamo para decir que se iba junto con Juan a un municipio y que regresaría en horas de la noche, decidí arreglar todo rápido y después molestar con Brutus y vaya que fue muy bueno, me lamio me saco varios orgasmos todo bien hasta que por mi arrechera, me desnude y me puse en cuatro encima de la cama, Brutus se subió y se abalanzo sobre mí, me agarro por la cintura y comenzó a moverse, era genial porque lo hacía en el aire y me tenía toda mojada la espalda, eso me tenía excitadísima, el trataba de alzarme, luego se bajaba, me lamia y nuevamente me agarraba de la cintura, pero esta vez, fue como que doblo sus patas trasera y comencé a sentir su pene que me chuzaba las nalgas, me dolía, pero me gustaba y se bajó nuevamente, yo por ingenua, puse unos cojines debajo de mis rodillas y cuando nuevamente se me abalanzo, me cogió muy fuerte de la cintura y nuevamente doblo sus patas traseras y después de chuzarme varias veces me atino en mi vagina y de una me lo metió hasta el fondo que me hizo gritar del dolor, fue como me topo la pared del útero y comenzó a moverse como un loco y me agarraba bien fuerte y comencé a sentir como su pene se engrosaba, yo ya había tenido relaciones sexuales antes, pero cuando se le engroso, era como si fuera mi primera vez y comencé a sentir que se engrosaba demasiado, que parecía que me iba a partir y al momentico una gran descarga bien caliente, me dolía pero era un dolor placentero pero por mi ignorancia, me soltó de la cintura y cuando se enderezo ¡ sorpresa ¡, estaba pegada a él y para el colmo quedaba media colgada de mi vagina aferrada a su pene, afortunadamente no le dio por bajarse de la cama, sino que se quedó ahí, me lamia la nuca y cada tres o cinco minutos sentía descargas de semen me imagino, estando así entro Sam a la pieza, lo que nunca había hecho, se acercó y comenzó a lamerme la cara, luego metió su hocico y comenzó a lamerme la vagina que me saco un gran pero gran orgasmo, después se fue, ahí estuve con Brutus casi cincuenta minutos hasta que sentí, que su pene se estaba como desinflando, hasta que por inercia me zafe, y cuando volteo a mirar a Brutus, tenía un pene pero gigantesco colgado y eso que ya estaba delgado, no me imaginaba como todo eso estuvo dentro de mí, de mi vagina salía aire, semen en cantidades Brutus me lamio y después se fue todo campante y yo quede ahí toda adolorida, sentía mi vagina súper abierta y como si no pudiera cerrar mis piernas, pero fue algo maravilloso, nuevo para mí y desde ese día me quedo gustando la zoofilia, en otro relato les contare los gustos que me he dado con los dos perros.
Un beso
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