LA NENA Y TOMY primera parte

A Tamara le gustó esa sensación, Tomy se puso de pie y siguió moviéndose.
LA NENA Y TOMY primera parte

Tamara es una nena de tan solo 9 años, es hija única y estudia en un muy buen colegio.

Tiene de todo, la mejor ropa, el mejor calzado, computadora personal, celular importante…

Pero se sentía sola en su gran casa, en su enorme pieza, donde todabia estaba su casa de Barbie y su plancha de baile.

Le reglaron un hermoso perro raza Beagle, con esas largas orejas y esa mirada entre tierna y triste.

El perro ya tenía dos años cuando se lo trajeron, ya tenía nombre:” Tomy”.

Fue un afecto mutuo instantáneo, el perro la amo desde el primer momento y Tami amo a Tomy.

Le armó una gran caja de paredes bajas, con acolchado y almohada en el piso de su habitación, pero Tomy se echaba donde Tamara estuviera.

Eran de hacerse muchos mimos y caricias y abrazos.

La segunda noche en que Tomy se quedó con Tami, mientras ella miraba televisión, el perro comenzó a lamer su pija, eso incomodó a Tami, pero a pesar de retarlo y de quitarle el hocico de su pito, éste no hacía caso y seguía con su tarea.

En ese momento, Tomy tenia su pija afuera, un tramo de unos cinco centímetros de color rosado que terminaba en una punta afilada y húmeda.

Nerviosa Tamara, para tratar de que no se lamiera más, cubrió la parte expuesta de la verga del perro con sus manitas.

Tomy dejó de lamerse y miro a Tami a los ojos, saco su lengua y jadeando comenzó a mover su cadera, haciendo que su pito se deslizara dentro de las manos de la nena.

A Tamara le gustó esa sensación, Tomi se puso de pie y siguió moviéndose. Tamara en forma instintiva comenzó a acompañar esos movimientos en sentido contrario y rítmicamente

Tomi jadeó y chillo tiernamente y Tami sintió el calor de un liquido que ingresaba a las palmas de sus manos, y pudo sentir que al final de la verga se formaba una especie de huevo.

Miró sus manos, estaban llenas de semen de su perro…La primera reacción fue oler ese líquido, apenas tenia olor a almendras o pimientos secos, eso la tentó a introducir la punta de su lengua, no pudo sentir ningún sabor con su primer intento, así que lamio y lamio y finalmente chupó el resto que le quedaba en sus manos, era un sabor fuerte, se sentía algo picante, pero a Tami le agradó.

Ya no tenia nada en sus manos, pero de la pija de Tomy, seguían saliendo gotas de esperma.

Ella se acomodó para quedar debajo de las patas traseras del perro y sin dudarlo chupo del pito que aun estaba afuera…Después de soltarlo le dijo a su perro “Desde ahora te yo te voy a limpiar el pito”.

Como si el perro hubiera entendido le dio un lengüetazo en su cara, pasando por su barbilla, su boca y su nariz.

Tamara sabía que eso era un beso de cariño, así que tomó el hocico de Tomy con sus dos manos y ella también lamio la lengua del perro.

Tami se recostó…pasó su mano por su entre pierna, pudo comprobar sus sospechas, tenia la bombacha mojada entre sus piernas…dijo en voz alta.

“Te he lavado tu pilin con mi boca, ahora lava mi cotorra con la tuya”

Dicho esto, se quitó la bombachita, abrió sus piernas y empujo la cabeza de su perro, para que su hocico quedara en contacto con su vagina…

Apenas Tomy olfateo el sexo de Tamara, comenzó a lamerlo con frenesí, movía su cola, demostrando que le causaba felicidad.

Los lengüetazos eran seguidos y fuertes, Tamara comenzó a sentir como que algo bajaba de su parte interna, algo que le daba escozor y cosquillas a la vez, algo que mientras salía en forma de liquido y Tomy tragaba con placer, a ella le hacia temblar todo su cuerpecito.

Lo tuvo que echar y apretar las piernas, ya no soportaba la lengua en ese lugar, su piel se habia puesto demasiado sensible.

Terminó teniendo que taparse con la sabana, Tomy se acostó a su lado…

El pito del perro o seguía afuera o habrá vuelto a salir, verlo, era una invitación a acariciarlo, Tami con dos dedos sobaba la parte expuesta, sin saberlo, lo estaba masturbando.

Tami tuvo deseos de orinar, se dirigió al baño y Tomy la siguió de cerca, tan cerca que en dos oportunidades le metió el hocico entre los cachetes de la cola.

Mientras orinaba, el perro se habia sentado justo enfrente de ella, cuando Tami se enderezó para pasarse un trozo de papel higiénico, el perro se le adelanto y secó las últimas gotas de pis con su lengua.

Cuando volvió a la cama, Tomy volvió a intentar meter el hocico en el culo de la nena.

Tamara se acostó y rápidamente se volvió a tapar con la sabana, Tomy saltaba por arriba de ella y en cuanto sentía su verga apoyada contra el cuerpo de Tami, se movía como lo hacen los perros con las perras.

Tami sabía lo que el perro quería, y aunque no sabia bien como, ella también lo quería.

Se acostó boca abajo y lentamente se fue destapando, el perro al ver los cachetes de ella, arremetió con su hocico, llegando a lamerle el ano.

Tami fue levantando su cola, hasta quedar en forma de cuatro patas, Tomy pudo lamer mejor, pero pronto cambio de opinión y se subió arriba de ella.

Tamara podía sentir la punta de la pija de Tomy, rozar el agujero de su culo y el hueco de su vulva.

No sabia que le gustaba más.

Cerraba sus ojos con fuerza y apretaba pedazos de sábanas con más fuerza aún.

De pronto Tomy había acertado al hueco de su vagina y comenzó simplemente a empujar con fuerza, La pija del perrito entró sin dificultad, Tomy comenzó a moverse cada vez más rápido.

De pronto solo empujó y se quedó quieto, en ese momento Tami sintió que tenia la verga de Tomi muy adentro, mas adentro de lo que ella habia logrado entrar con sus dedos en esas noches de amor en soledad.

También sintió el liquido caliente, parte del cual sentía salir por su argolla.

Pero de pronto sintió dolor, ¡Mucho dolor!  Algo estaba rompiendo su concha, algo crecía dentro de ella rápidamente, intento echar al perro, pero eso la lastimaba mucho más.

Tapaba su boca con sus dos manos, no podía gritar o vendrían sus padres, pero no soportaba el dolor y solo podía llorar y gemir.

El perro también lloraba y estaba molesto, hasta que al final se soltó, automáticamente empezó a lamer la concha de Tami, la que lo dejó hacer, porque la lengua de Tomy, le calmaba el dolor.

Tamara se lavó meticulosamente, se cambió su bombacha y se acostó agotada, Tomy daba saltos alrededor de ella, hasta que se acostó nuevamente a su lado y se durmieron los dos.

CONTINUARA

Alfredo Chapelco