la orgia de Sandra.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por meridano.
Mi nombre es Sandra y desde hace unos años practico zoofilia con mi perrito Rambo, ja ja ja, no crean que s un perro grande, se trata de un pequeño Fox terrier de pelo liso. Tengo 4 años teniendo sexo con él, aunque es pequeño, él es capaz de complacerme muy bien.
Yo tengo 21 años, soy de estatura media, de pelo rizado largo color oscuro, piel blanca y unos ojos color marrón muy hermosos, y por ahora no estudio, así que trabajo como secretaria de un banco.
Pero lo que les voy a contar no se trata de mi perrito, sino de algo que hice un viernes por la mañana. Yo vivo por la Agencia Chevrolet de Montecristo en Mérida Yucatán. Todas las mañanas camino por una avenida para tomar el autobús, de Montecristo cerca de dicha agencia automotriz, es una caminata un poco larga, y paso siempre por de frente de una casa que está abandonada.
Una mañana, caminando para ir a tomar el autobús, vi a tres perros callejeros, una perra y dos perros, uno de ellos era negro y muy grande y el otro blanco con manchas color marrón, ellos se peleaban por la perra que estaba en celo, me detuve a mirarlos mientras se peleaban por la perra, ellos se mordían y hacían un gran escándalo, yo comencé a preguntarme como seria que ellos se peleen así por mí, y que me monten entre los dos. Me puse tan húmeda que cuando llegue a la oficina me tuve que poner una toallita intima de uso diario, porque mi ropa interior se había mojado por mis flujos vaginales.
Toda la mañana, estuve pensando en que pasaría si esa perra fuera yo, el cómo seria si fuera yo esa perra.
Pasaron los días y no volví a ver a los perros, estaba ansiosa de poder verlos de nuevo.
Entonces un viernes amaneció lluvioso, por causa de una onda tropical que bañaba la ciudad con lluvia, no me desidia a salir de mi casa, papá no quería llevarme al trabajo, y mama se fue temprano con abuelita a preparar una fiesta de cumpleaños de unos primos. Entonces espere a que pase la lluvia, salió el sol, y emprendí el camino para tomar el autobús, a medio camino estando en la puerta de la casa abandonada comenzó a llover fuerte, me mojaba toda, asi que me metí a garaje de la casa, la reja estaba abierta. Mientras llovía me distraía observando la casa, desde donde estaba se podía ver el interior de la sala. Había un sofá y unos sillones rotos muy sucios. De repente junto a mi pasaron los dos perros y entraron a la casa, mojados y mal olientes, estaban cubiertos de lodo, tanto que el perro blanco con manchas se veía todo color café, se sacudieron y se echaron en el piso de la sala.
i corazón empezó a latir fuerte, llovía y nadie me había visto entrar a la casa , yo deseaba cumplir mi fantasía, así que me arme de valor y entre lentamente a la casa, baje unas escalones y entonces los perros me vieron, como es de suponer comenzaron a ladrarme. Tenía miedo, pero mi lujuria podía más que mis temores a ser mordida.
Saque un pedazo de pan que tenía en mi bolso, era de mi desayuno, se los ofrecí. Ellos entonces dejaron de ladrar y se me acercaron, deje caer el pan al piso, y ellos lo olfatearon y comenzaron a comerlo. Pronto, los pequeños trozos de pan se habían terminado, y ellos estaban hambrientos, así que les ofrecí más, esta vez lo coloque más cerca de mí, yo me había sentado e un sillón, que crujía con mi peso cada vez que me movía.
Era ahora o nunca, como ellos estaban muy sucios, comencé a desnudarme, primero el saco, luego la blusa blanca que está por debajo, mi falda y pronto yo estaba completamente desnuda en esa casa, yo sola con dos perros callejeros muy agresivos.
El pan se terminó, y ellos querían más, movían la cola pidiéndome más, pero en vez de eso, me puse de 4 patas apoyadas en el sillón. Ellos se quedaron parados, como incrédulos, era la primera vez que veían a una hembra como yo con el culo para arriba.
Les hacía señas para que se me subieran pero no hacían caso, entonces el perro negro, fue el que inicio todo, acerco su hocico a mi culo y empezó a olerme, pronto el perro blanco también y los dos me olían desde mi ano hasta la vagina, olfateaban fuerte, sentía sus frías narices resbala lar por mis nalgas olfateando mi vagina y mi ano,.
El perro blanco quiso montarme, pero en perro negro le ladro, comenzaron a pelarse, era lo que deseaba, ellos se pelaban por mí, por ser el primero en tener sexo conmigo. Pronto estaban sangrando, no mucho pero se podía ver las manchas rojas sobresalir en toda esa mugre que los cubría.
Finalmente el perro negó gano la batalla, el blanco solo se hizo para atrás y hecho observando lo que su compañero me hacía. El perro negro entonces se dirigió a mí. Comenzó a lamer mi vagina, su baba olía mal, todo el perro apestaba porque estaban mojado, pero no me importo, al contrario eso me excitaba más, ser tratada como una perra. Me lamia mi ano y mi vagina, había ido al baño antes de salir, y creo que eso le gusto mucho, lamia mi ano quizás por el olor a sudor que tenía, ese olorcito que tiene esa parte en especial distinto al de la vagina que creo ya conocen ustedes, quizás buscaba pedacitos de papel de baño que a veces se quedan por ahí dentro.
Me puse tan húmeda, que el lo noto y pronto lamia otra vez mi vagina. Yo estaba nerviosa esperando cuando me iba a montar. Como leyendo mi mente, sin ni más, me monto, comenzó a moverse como loco, sentía su cuerpo mojado sobre el mío, como me llenaba de lodo la espalda y las piernas, para variar, el no atinaba a mi vagina, él era más alto que yo, así que alce más mi cola y aaaayyyy de golpe la metió, se me escapo un grito de placer, y de dolor, su pene era el doble que el de mi perrito Rambo, y se movía como loco, gotas de agua con olor a perro corrían sobre mi cuerpo, su baba caía sobre mi nuca y una gota de su baba pronto resbalaba por mi rostro, pronto sentí como su pene se hacía más grueso y duro dentro de mí, nada comparado a mi pequeño Rambo, el pene de este perro estaba enorme, lo sentía palpitar, pronto sentí su bola estar dentro de mí y sabía que el ya se iba a venir, y así paso, pronto sentí un delicioso baño caliente de leche recorriendo mis paredes vaginales, revolviéndose con mis fluidos íntimos. Dejo de moverse y se bajó, quedamos pegados, mientras chorritos de semen seguían corriendo dentro de mi vagina, todo eso mientras el perro blanco cubierto de lodo, nos veía, no le quedaba mas, como a los 20 minutos el perro negó se salió de mí, puede ver su enorme pene rojo brillante, muy inchado y aun goteaba semen de él.
Entonces el perro negro salió para el garaje de la casa y se hecho y nos dejó solos a mí y al perro blanco. Sentí lastima por él, así que lo hable, se me acerco, sangraba su hocico, cojeaba y una oreja la tenía ensangrentada. Le dije, tu amigo te venció y me hizo su perra, pero a ti te hare el amor, entonces me recosté en el sofá boca arriba y me puse en posición de misionero, estaba el muy dócil, lo tome de la cabeza y le hice que me oliera, comenzó a lamerme, sentia su rica lengua entrar en mi vagina muy profundo, coloque mis manos detrás de su nuca y empuje su cabeza contra mí para que su lengua entrara mas profundo, el lamia mis fluidos y los líquidos seminales de su compañero canino, pronto quiso montarme, pero no sabía cómo. Yo estaba boca arriba con las piernas abiertas y el no sabía cómo, te ayudare mi perrito, hice que se suba sobre mí de dos patas, de forma que quedamos en posición del misionero, el se comenzó a mover y su pene en mi vagina quería meter, pero le dije, no , para ti tengo algo mejor, entonces con mi mano coloque su pene en la entrada de mi ano, el perro casi me cubría por completo, entonces como es natural me empujo con todas sus fuerzas su pene, entro de un jalón, estaba mi ano muy lubricado por todos los fluidos del otro perro que salían de mi vagina, yo ya había tenido sexo anal con mi pequeño Rambo y también mi novio, pero aun así me dolió, dije aahyyyyy mientras apretaba la pata del perro fuerte, se movía fuerte casi no se notaba que estaba lastimado, y el apestaba más que su amigo, creo que se revolcó en un basurero, tenía restos de basura, cascara de frutas por todos lados y una substancia amarillenta aceitosa, me manchaba las piernas con ese líquido, pero me excitaba que un animal así me tome de esa forma, el me daba duro, sentía como mi ano cada vez ofrecía menos resistencia a sus embates, pronto la bola de su pene apareció y me la metió, me dolía mucho para aunque quisiera ya no podía pasar, él se quedó quieto, no podía sentirlo, pero él se estaba viniendo dentro de mi. Sabía que se intentaría bajar, pero lo tome de las patas y le atrape por la cintura con mis piernas, no, no te vas, te enseñare algo, le dije al perro, entonces ahora me comencé mover yo, aparentándolo con mis piernas hice que se mueva otra vez,, ¿te gusta? ¿verdad que no soy como ninguna perra?, el perro jadeaba porque ya estaba cansado, pero el también quería más, entonces para hacer que su pene se mantenga más tiempo duro, apretaba mi ano fuerte, eso hacía que mi esfínter masajee su pene dentro de mi , cada ves que apretaba sentía un dolor muy rico, como cuando tienes ganas de ir al baño, pero estoo se sentía rico, cuando por fin el perro no podía más, su pene salió de mi ano, estaba yo exhausta, y me di cuenta lo sucia que estaba, no podía ir al trabajo asi, me limpie lo que puede pero estaba llena de lodo y esa cosa amarrilla, así que me vestí y me fui corriendo esperando que nadie me vaya a ver asi mientas llegaba a mi casa, aun llovia, me di una ducha, deberían ver cuando lodo quedo en el piso del baño, lo tuve que lavar, y encontré en mi vagina y mi ano, pelos de perro y restos de basura, fue una cogida excitante, aunque dos días después tuve que ir al ginecólogo por una infección vaginal, pero ya estoy bien, el doctor me mando unos lavados vaginales, siempre veo a esos perros en la calle y estoy deseosa por hacerlo de nuevo..
Espero les haya gustado este relato.
Desde la muy noble y muy leal ciudad de Mérida.
Hola me ayudas tiene alguien red social pásala