LA PRIMERA VEZ QUE ME PENETRÓ UN PERRO
Tengo 24 años, vivo con el padre de mi hijo, soy bisexual y cojo con perros. Les contaré lo que ocurrió aquella tarde en que me la metió por primera vez un perro..
Estonces yo tenía 13 años y ya tenía esperiencias con hombres, fui desvirgada por un chico de 17 años cuando era muy chiquita.
Los sábados mi mamá, mi hermana y yo ibamos a almorzar a la casa de mi abuela materna. Mi papá iba al hipódromo.
Aquella tarde después de comer una tía comenzó a criticar a uno de mis amigos y otros la siguieron. Yo lo defendí pero ellos siguieron.
Estaba muy enojada y dije: Estoy cansada, me voy a casa. Y me fui.
Era una tarde de verano y recuerdo que vestía una minifalda y sandalias.
Al llegar hice entrar a la casa a mi perro que estaba en el patio.
Era un perro sin raza pero era evidente que tenía algún antepasado caniche negro gigante.
Entré, me senté en la silla de la cabecera de la mesa del comedor y me quité las sandalias.
Descaza tomé el celular y no recuerdo qué miré.
El perro olió mis pies y comenzó a lamerlos. A mí me gustó y le ofrecí las plantas.
Lete, así se llamaba mi perro, lamió mis pies con entusiasmo.
Luego metió la cabeza entre mis piernas y me olió la concha.
Haciendo a un costado la tirita de la tanga, deje mi vagina libre.
Lete la lamió.
Entonces me puse de pie para que el perro me lamiera mejor.
Lete aprovechó lo que le ofrecía.
Luego cerré todas la ventanas y a la puerta de calle le puse la traba para que no se pudiera abrir con la llave.
Lete me seguía por todos lados.
Volví a pararme junto a la silla y me desnudé.
El perro me lamió todo lo que yo le ofrecí.
Después me agarró una pierna y comenzó a frotarse como hacen los perros.
Fue entonces que decidí coger con mi perro. Dejaría que el me penetrara.
Entré al baño seguida por Lete. Cerré la puerta con llave y me puse en cuatro patas como una perra
Tenía el inodoro a mi izquierda, el lavamanos a mi derecha, al frente una ventanita alta de vidios opacos y detrás de mí la puerta y a un perro lamiéndome el ano.
El perro me montó y comenzó a frotarse en mi espalada.
Comprendí que tenía que levantar el culo para facilitarle que me penetrara. Lo hice pero el perro se desmontó.
Estonces yo tenía 13 años y ya tenía esperiencias con hombres, fui desvirgada por un chico de 17 años cuando era muy chiquita.
Los sábados mi mamá, mi hermana y yo ibamos a almorzar a la casa de mi abuela materna. Mi papá iba al hipódromo.
Aquella tarde después de comer una tía comenzó a criticar a uno de mis amigos y otros la siguieron. Yo lo defendí pero ellos siguieron.
Estaba muy enojada y dije: Estoy cansada, me voy a casa. Y me fui.
Era una tarde de verano y recuerdo que vestía una minifalda y sandalias.
Al llegar hice entrar a la casa a mi perro que estaba en el patio.
Era un perro sin raza pero era evidente que tenía algún antepasado caniche negro gigante.
Entré, me senté en la silla de la cabecera de la mesa del comedor y me quité las sandalias.
Descaza tomé el celular y no recuerdo qué miré.
El perro olió mis pies y comenzó a lamerlos. A mí me gustó y le ofrecí las plantas.
Lete, así se llamaba mi perro, lamió mis pies con entusiasmo.
Luego metió la cabeza entre mis piernas y me olió la concha.
Haciendo a un costado la tirita de la tanga, deje mi vagina libre.
Lete la lamió.
Entonces me puse de pie para que el perro me lamiera mejor.
Lete aprovechó lo que le ofrecía.
Luego cerré todas la ventanas y a la puerta de calle le puse la traba para que no se pudiera abrir con la llave.
Lete me seguía por todos lados.
Volví a pararme junto a la silla y me desnudé.
El perro me lamió todo lo que yo le ofrecí.
Después me agarró una pierna y comenzó a frotarse como hacen los perros.
Fue entonces que decidí coger con mi perro. Dejaría que el me penetrara.
Entré al baño seguida por Lete. Cerré la puerta con llave y me puse en cuatro patas como una perra
Tenía el inodoro a mi izquierda, el lavamanos a mi derecha, al frente una ventanita alta de vidios opacos y detrás de mí la puerta y a un perro lamiéndome el ano.
El perro me montó y comenzó a frotarse en mi espalada.
Comprendí que tenía que levantar el culo para facilitarle que me penetrara. Lo hice pero el perro se desmontó.
Giré la cabeza y vi que Lete estaba lamiéndose la verga.
¡Dale Lete cogeme! Le dije golpeándome una nalga.
El perro volvió a montarme.
Sentí su verga donde termina la espalda y comienza el culo. Estaba cerca. Levate un poco más el culo para que me diera por la concha pero dos fuertes golpes de verga de perro llamaron a la puerta de mi ano y yo abrí.
El perro ya me estaba dando por el culo. Lo hacía con muchísima violencía, me daba fuerte y muy rapido. Toqué su verga y sentí que el nudo de su pene estaba afuera, aun no estaba abotonada.
Sentí un dolor muy fuerte, como si me hubiera desgarrado el intestino.
Después de un par de minutos Lete se quedó inmóvil.
El perro lamió mi mejilla izquierda quizás como agradeciendo. Giré mi cabeza, me vi por primera vez montada como una perra. Me sentía una degenerada y eso me gustó.
Unos minutos despues el perro descargó un chorro grande le leche y sentí un enorme dolor.
Apoyé mi cabeza en el piso y pensé:
¡Lete, por favor dejame!
Como si hubiera escuchado mi pensamiento el perro me desmontó.
Me senté lo más rápido posible en el inodoro y mi culo estalló el un enorme pedo.
Tenia el ano muy dilatado y chorreando. Por mi experiencia con hombres sabia que no debía hacer nada, solo volvería a cerrase.
Estuve unos minutos sentada sin hacer nada hasta que miré adentro del inodoro. De mi culo había salido un poquito de mierda, semen de perro y sangre.
Salí del baño y cuando iba a vestirme descubrí que el perro me había provocado un daño colateral.
Tenía en los dos lados de mi cintura las marcas de las garras del perro.
Ese verano no volví a usar bikini porque pensé que al ver las marcas de las garras en mi cintura todos se darían cuenta que había cogido con un perro.
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