Lamiendo la concha de mi hermana

De cómo descubrí que nuestra perrita poodle daba placer a mi hermana.
Hola. Les contaré brevemente la experiencia que tuve de chico con nuestra perrita Poodle y los deseos reprimidos de mi hermana.

En algunos otros relatos he contado sobre el morbo que me despertaba mi hermana cuando éramos chicos, ella me lleva tres años y en ese entonces yo tendría 12 años y ella 15. Se estaba desarrollando muy bien y a mi me gustaba espiarla y masturbarme con las imágenes de sus lindas tetas de adolescente y su concha joven con unos cuantos bellos púbicos. El caso es que siempre me las ingeniaba para espiarla y poder así alimentar mis fantasías. Ella fue la primera mujer que vi desnuda realmente y que despertó mis deseos sexuales. En ese entonces teníamos dos perritas Poddle miniatura y eran muy consentidas por nuestra familia. Yo sabía del cariño que mi hermana tenía por las perritas pero en especial por una de ellas «Gin», que siempre la acompañaba. Muy a menudo mi hermana se encerraba en su habitación con una o las dos perritas y así veía la televisión, con el sonido alto.

En una ocasión mis padres no estaban y yo había salido, pero regresé antes de tiempo y mi hermana estaba en casa. Yo quise jugarle una broma y espantarla, así que entré silenciosamente a la casa. Me sorprendió que las perritas no hicieran ruido y no salieran a recibirme ladrando. Escuché a una de las perritas encerrada en la habitación de mis padres, ladrando desde ahí, pero no hice mucho caso y yo subí y me acerqué a la habitación de mi hermana. Me di cuenta que no tenía seguro su puerta y la abrí lentamente para espantarla. En ese momento mis ojos no podían creer lo que veían. Mi hermana estaba jadeante, recostada en su cama, con la cabeza hacia atrás, semidesnuda de la parte superior, con la blusa abierta y sus tetitas de fuera sostenidas por sus manos, la parte de abajo completamente desnuda, con las piernas abiertas y su conchita con escasos pelitos siendo deborada por «Gin», la perrita no paraba los lenguetazos a mi hermana y ella solamente soltaba sonidos de placer. Yo las observaba a las dos por la orilla de la puerta entreabierta y sentía que se me salía el corazón, no podía despegar los ojos de ahí. Era mi hermana desnuda, abierta de piernas y con las tetas al aire, gozando de «Gin» y su lengua. Mi hermana estaba teniendo un maravilloso orgasmo en ese momento que no pudo callar. Solamente jadeaba y gemía de placer. La perrita movía su cola y bailaba lamiendo la concha de mi hermana. Hasta que de pronto mi hermana la detuvo y llamó consigo «ven hermosa» y la abrazó. Así se quedó recostada de lado ya con las piernas cerradas y mostrándome su lindo trasero.

Yo me alejé lentamente, sentía que el corazón me palpitaba en el rostro. Sentía el calor de mi cuerpo y cómo mi verga quería salir de mi pantalón. Bajé lentamente y entré al baño de la planta baja. Ahí tuve que hacerme una tremenda paja y después otra. No quería olvidar esas imágenes, esos sonidos y la sorpresa de saber que mi hermana jugaba así con la perrita. ¿Cuántas veces lo habrá hecho?  Nunca más volví a tener oportunidad de verlas, pero hasta el día de hoy recuerdo esa maravillosa sorpresa que sigue encendiendo mis deseos.

¿Alguien ha descubierto algo así? ¿Alguna chica ha tenido estas experiencias?  Me encantaría comenten y compartan sus experiencias.