Me convertí en perra
Claudia descubre la zoofilia.
Hola, soy Claudia, tengo 30 años, soy Chilena. Mido 1.58. pelo color original negro, pero me lo tiño. Piel blanca, ojos grandes de color miel. Y soy ZOOFILICA o mejor dicho soy una perra.
Como me adentre al mundo de la zoofilia, esto ocurrió hace 2 años, el mismo día del matrimonio. Si!! Me iba a casar con quien en ese tiempo era mi pareja, un hombre bueno, tierno y responsable, pero a pesar de esas lindas cualidades, ser una perra está dentro de mi.
Aún recuerdo ese día de primavera, Noviembre 23. Justo el día de mi cumpleaños y un día para contraer matrimonio. Les cuento sobre mi mascota o como me gusta decirle, MI ESPOSO. Mi esposo es un labrador muy bello de color dorado, su nombre es Rubio. Ese día lo noté muy decaído, sin ánimo, le pregunté qué le sucedía, pero él me ignoraba. Su comportamiento de ser cariñoso y juguetón, pasó a ser de indiferencia. Como chiste le dije que estaba celoso, pero en ese momento pensé que solo era una broma, nunca pensé que lo que ocurriría después cambiaría mi vida.
Eran las 12 pm y entré a la ducha, tenía que arreglarme y eso habría que dedicarle más tiempo. Al salir de la ducha cubierta con solo la toalla, Rubio estaba encima de la cama, en eso me agacho para buscar mis pantuflas debajo de la cama y en un movimiento que hizo Rubio, puso sus patas delanteras en mi cabeza, empujándola hacia el piso. No pude sacarlo de encima, no entendía donde saco tanta fuerza para empujar mi cabeza y no poder sacarlo. En ese instante Rubio empezó a mover sus caderas, hay pensé que me quería violar, con mis manos trate de agarrar sus patas traseras para empujarlo, pero fue peor. El encontró mi vagina y sentí la penetrada profunda, que me hizo pegar un gemido, nos mis manos empujaba hacia arriba para poder salir, pero la fuerza de Rubio mas me empujaba hacia el suelo, Rubio hacía unos movimientos tan rápido y profundo, que sentía como golpeaba el interior de mi vagina, esas embestidas me causaban dolor, pero a la vez reconozco que me daba placer.
No se cuanto tiempo habrá durado, sentía que fueron horas. Cuando Rubio salió encima de mí, reaccione a levantarme e ir al baño, al mirarme al espejo vi a otra persona, alguien distinta, me tocaba la barriga sintiendo un nerviosismo. De mi boca me pregunté. ¿Que me paso? Volví a ducharme y salir rápido de la casa, sin ver a Rubio. Llegué a la casa de mi amiga para que me arreglara para el matrimonio. Lista fuimos a la iglesia, el sacerdote llegó a la parte de los votos y no lo pensé, le dije a quien iba a ser mi esposo un rotundo No. que lo sentía. me di la vuelta y salí corriendo. Decidí que no quería esa vida- Quiero a rubio, él hizo despertar algo en mí, entendí que de verdad Rubio no quería que me casara, no quería compartirme, él en su forma de decir que yo era su hembra. Al llegar a casa, él estaba en mi cuarto, en la cama. Me quité el vestido de novia y la ropa interior. Rubio se quedó de pie en un instante, solo me quedé con la medias de encaje, los tacos y el velo de novia. Me puse al lado de él y le di un abrazo diciéndole que lo entendía. A Rubio se le empezó asomar su verga, al verla me puse en cuatro me abrí la vagina con mis dedos y no lo dudo que me montó, esta vez sus patas tomaron mis caderas y empezó su penetración salvaje, la punta de su pene golpeando sin cesar mi útero, un dolor tan placentero que no quería que terminara, le dije a Rubio que desde ahora solo seré su hembra, no se si habrá entendido lo que dije, pero su penetrada fue más intensa, al terminar nos quedamos en la cama tendidos, agotados. le dije que es la mejor propuesta de matrimonio .
Hoy aún soy la perra de Rubio, adoptamos a 2 cachorros y los 4 vivimos como una familia feliz.
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