mi cabrita y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Justo en ese momento sentí como sí una especie de corriente me recorriera todo mi cuerpo, del tiro me quedé paralizada ya que de por sí yo me encontraba algo excitada con el juego, pero no esperaba que me pasase eso
Luego casi de inmediato volvió a pasar su larga lengua por mis entrepiernas suave y lentamente, al voltear mi rostro para verlo me pareció ver una chispa de lascivia en sus ojos, yo lentamente sin quitarle la mirada de encima me fui incorporando y una vez que estuve de pie ante él, acercó su boca a mis muslos y con la misma suavidad de antes me volvió a lamer por encima de las pantaletas, sentí como su aliento caliente daba contra mi piel, y en ese momento algo me hizo dejar de pensar en lo que podía pasar y comencé a sentir una voz dentro de mi que me decía hazlo ahora no tienes nada que perder y nadie lo va a saber, la voz era la misma voz mía.
Como una autómata me quité el sostén y tirandome al suelo las pantaletas, abrí mis piernas y como si lo hubiese amaestrado se dirigió directo a mi vulva, su lengua comenzó a lamerme con suavidad y a cada lengüetazo que me daba mi cabro mi cuerpo respondía quebrandose sobre el suelo, ya yo me encontraba que no me aguantaba las ganas de ser penetrada, pero aun tenía algo de temor, como pude alargué mi mano hasta su miembro y lo palpe con mis dedos se sentía sumamente caliente y vigoroso, pero a pesar de considerar que su tamaño era grande, mejor dicho largo me fui poniendo en posición de cuatro patas, dejandole mi coño a su total disposición
No tuve que esperar mucho tiempo, primero me lamió par de veces más ya mi vulva se encontraba toda húmeda por dentro y por fuera, luego se me fue encaramando sobre mi al tiempo que su larga verga comenzaba abrirse camino dentro de mi coño, fui sintiendo como me iba penetrando, y yo ha esa altura había alcanzado más de un orgasmo por lo excitada que me encontraba, sentí su caliente verga dentro de mi y llegué a creer que me moriría de la dicha, C. J. se comenzó a mover y yo a menear mis caderas para disfrutarlo al máximo, para mi el placer era infinito jamas había disfrutado tanto el tener una verga dentro de mi coño, algo en lo que se me pasó pensar lo fue el chorro de semen que me soltó el cabro dentro de mi fue tal la cantidad que se me chorreó por los muslos y aun me quedó bastante a dentro de mi, cuando el cabro se me bajó yo quedé como en un sueño de placer.
Hasta que sentí su cuerpo frente a mi cara, me observaba detenidamente como esperando que yo hiciera algo, y de momento sentí el impulso de chuparsela con mi boca, al yo posar mis labios sobre su glande su verga se comenzó alargar nuevamente como si antes no hubiese pasado nada, me pegue como una cabrita y no dejé de chuparsela hasta que nuevamente sentí su semen correr por mi boca y parte de mi cuerpo, después de eso mi cabro se retiró al pesebre donde acostumbraba dormir, yo estaba por entrar en mi casa cuando me di cuenta que uno de mis perros se encontraba tratando de entrar al patio, así desnuda como me encontraba fui y le abrí la puerta y moviendo su cola saltó sobre mi como era su costumbre, pero de momento comenzó a olfatearme y dirigió su hocico a mi coño directamente yo pensaba retirarlo pero sería que estaba como borracha de placer, y deseando continuar que ahí mismo me tiré al suelo y mi perro comenzó a lamerme los muslos primero tragandose el semen del cabro, y luego se centró en mi coño pasandome su lengua una y otra vez dentro de mi vulva y sobre mi ya inflamado clítoris
Los pensamientos de temor que tuve en algún momento a realizar el sexo con uno de mis perros desaparecieron en ese momento, solo escuchaba mi voz nuevamente que me decía atrevete y así lo hice pero en esta ocasión no me puse en cuatro, aproveché los peldaños de la escalera que dan al patio para sentarme en ellos y abriendo mis piernas le permití a Duque (ya se que el nombre no es muy original pero así se llama) que se fuese trepando sobre mi, desde mi punto de vista vi como su pene se iba introduciendo dentro de mi y me acuerdo como ahora como lo disfrute, yo lo abrace mientras que el lo metía y sacaba de mi coño
De momento comienzo a sentir como si aun creciera mas su verga dentro de mi, como yo estaba sola me asusté algo al principio pero luego me acordé de las trancadas pero para mi fue de lo más deliciosa, no se cuanto tiempo pasó hasta que Duque logró soltarme, pero así como me encontraba me dirigí a la ducha y me dí un buen baño, luego me llené por dentro con una crema para uso exclusivamente ginecológico, y me acosté.
Desde ese día lo he echo tanto con mi cabro como con mis perros que también me han dado por el culo unas cuantas veces, y cada vez soy más atrevida, ante lo hacía tan solo en el patio trasero de mi casa, pero ya hasta en la entrada a los gallineros lo he echo, todavía visito la capital del estado y salgo con mis amigos los cuales me han comentado que me estoy poniendo muy demandante en la cama, y que va a tener que buscar un burro para que me sacie, y si supieran estoy pensando comprarme uno para que trabaje en la finca, chao y besos……………
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