Mi experiencia en la granja
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jorgina.
Tenía quince años y mis padres me llevaron a Mallorca de vacaciones, donde vivía un matrimonio amigos suyos. Ese matrimonio tenia una granja con animales, ya sabes, gallinas, vacas, cerdos , caballos, ovejas, perros. Este matrimonio tenia un hijo dos años mayor que yo y su hermana de veintitantos.
Un dia, cuando nuestros padres se fueron a la playa con la hija, nos dejaron a este amigo y a mi solos.
Ibamos en bañador ya que hacía mucho calor. Yo era muy delgadito y sin vello, él era un chico más alto y robusto.
Él me enseñó la granja y con una mirada de complicidad me preguntó si quería ver algo. Me llevó donde estaban las vacas y me dejó ordeñar una y me excitó mucho, parecía un pene y era blandito y caliente. Me encantó que saliera lechecita. Mi amigo se puso al lado de la vaca y con la polla fuera de su bañador me dijo si quería ordeñarlo también a él. Primero me sobresalté pero en seguida le cogí el rabo tieso y empecé a meneárselo.
Mi bañadorcito casi no podía contener la excitación de mi pollita. y no pude evitar poner mis labios sobre su verga y empecé a mamársela sin saber muy bien qué hacia. me paró de repente y me dijo que tenía más sorpresas. Me llevó a la habitación de su hermana y me dijo que me pusiera unas bragas de ella y un vestido. Yo estaba aterrorizado, pero lo hice.
Me hizo mirar en el espejo y detrás mío empezó a levantarme la falda y a fregarse contra mi culito. Me miré y asustado ví una figura extraordinariamente hermosa en el espejo, era una chica con un chico muy salido y me encantó. Creo que en aquél momento deseé ser una chica para siempre.
Me llevó afuera donde estaban las cuadras con los caballos y me indicó si quería tocársela a un caballo y yo asentí con la cabeza. No recuerdo muy bien cuanto tiempo pasé meneándosela y chupando la polla a aquél caballo, pero de pronto soltó un relincho y arqueándose su enorme verga en mis manos reventó un orgasmo de leche sobre mi y el vestido. Mi amigo se rió mucho y me indicó que me quedara solo con las braguitas -después lo lavamos- me tranquilizó.
Cuando íbamos a lavarlo a un estanque que tenían, los dos perros que tenían me olieron y se pusieron como locos, empezaron a olisquearme y a querer montarme. Yo nunca había hecho eso, y mi amigo se reia todo el rato. Me dijo que me pusiera a cuatro patas y yendo a buscar la correa de uno de ellos me la puso diciéndome que era su perrita. Menea el culito Jorgina!. Nunca me había llamado nadie así y sentí un cosquilleo en el estómago. estaba toda mojada de esperma de caballo y los perros solo hacían que lamerme. Les salía una verga roja y agitada, soltando gotitas de pipi todo el rato. No pude aguantarlo y me eché al suelo y empecé a mamársela a uno de ellos.
Mi amigo se la meneaba todo el rato y estaba muy excitado. Ayudó al otro perro a que me montara y de repente sentí como entraba algo duro y con rápidas sacudidas, eyaculó dentro mío, ´mientras la polla del otro me mojaba toda la boca y la cara. El priomero me ensartó como a una gallinita y quedó abotonado dentro mío, sentía dolor y placer y mi amigo me indicó que no me moviera, las perras quedan un ratito así hasta que el macho pierde su erección. Me ví a mi misma, en esta posición y haciendo todo lo que te digo y no daba crédito a lo que estaba pasando. Tenía miedo que nos viera alguien o que nuestros padres volvieran antes de lo previsto, pero no sucedió nada de eso.
Mi amigo no contento con todo esto, me ordenó que todavía quedaba la parte mas importante. La que me convertía en una cerdita de verdad. Yo no lo entendí de momento, pero cuando ví que nos dirigíamos a la pocilga, empecé a sospechar algo.
La pocilga olía a cerdo y se oían los gruñidos de estos animales. Mi amigo me dijo que estaban en celo y que la hembra la tenían apartada. Fue donde estaba la cerda y con un trapo envolviendo un palo por la punta, untó con él, los jugos vaginales de la cerda. Me dijo: – Ahora serás una auténtica cerdita, te gustará ya lo verás.- Y seguidamente me llevó este palo al agujerito de mi culo donde se había corrido el perro y empezó a moverlo por todo mi culo, después volvió a llevarlo a la vagina de la cerda y esperó que se hiciera pipi y recogió con un cubo parte de este pipi y unas heces que habían en el suelo.
Yo estaba encogida pero excitada. las braguitas ya no se adivinaba ni el color que tenían de sucias que estaban, pero me encantaba llevarlas y me propuse no llevar nunca mas alguna prenda de hombre. Realmente estaba super excitada y había descubierto algo muy importante de mi: Me gustaba ser una yegua, una perrita y una cerdita.
Me echó todo el orín y las heces por encima y me dijo que me revolcara como una cerdita, así de esta manera los sementales olerían a la hembra y me follarían. Así lo hice y entre arcadas, empecé a dar vueltas sobre toda la caquita de la cerda mientras mi amigo me seguía animando: muy bien, cerdita! así, así!
Ahora eres una auténtica cerdita! La cara también!
Y metí la cara dentro de una cantidad de estiércol que había gruñendo como hacen los cerdos, consciente que mi culito estaba en pompa y mi amigo se excitaba mirándolo. El estiércol estaba calentito y húmedo y mis pezoncitos estaban totalmente erectos y excitados. no tenía pechito como ahora, pero ya los tenía muy sensibles y moviéndolos por encima de la caca, me encantaba notar oleadas de placer.
Cuando estuve bien embadurnada, medio resbalando, me llevó a cuatro patas por la pocilga hasta donde estaban los sementales. Tenia un poco de miedo y le pregunté si mordían. Él me tranquilizó diciéndome que tenía un palo por si se volvían demasiado locos.
Al llegar cerca de donde estaban los machos, empezaron a bramar y gruñir con excitación oliendo a hembra y yo me excité mucho sabiendo que era yo.
Con el palo los apartó y los llevó al fondo mientras me abría la puerta para que yo pudiera pasar. Mojadita de caca y pipi fui deslizándome sumisa hasta el centro de su recinto y esperé que mi amigo diera permiso a los sementales para acercarse a su hembra.
Los miré y vi sus ojos pequeños y vivos. Ví sus enormes huevos salir por detrás de sus patas y supe que eran bestias temibles pero por otro lado deseaba de todo corazón probar lo que se sentía con la verga de un cerdo dentro.
Mi amigo me dijo que soltaría solo a uno ya que los dos se pelearían, y luego cuando este se hubiera corrido soltaria al otro. Me pareció bien y cuando lo hizo, grité de pavor cuando ví la cara de este cerdo cerca de la mía con sus babas llenándome toda. Me olisqueó toda y finalmente me quiso montar. me metí debajo de una especie de aparato que servía para que a los cerdos les pudieran sacar su esperma y así pude aguantar su peso que recayó sobre ese aparato.
Empezó a embestir mi culo y empecé a notar como algo largo y raro se iba metiendo dentro de mí. No parecía tener fin. Así como el perro eyaculó en seguida, el cerdo se sacudía una y otra vez y creo que me echaba todo el tiempo leche a dentro. Yo miraba a mi amigo y este se masturbaba como loco y me dijo que al final quería ser él el que se corriera dentro mio, y yo asentí sumisa. Me había sometido a un amo de verdad.
Sabia satisfacerme y sabia darme todo lo que yo siempre había deseado sin saberlo. El cerdo finalmente salió y luego me montó el otro. mas peludo y oscuro, pero igual de baboso, sucio y bestial.
Cuando todo hubo terminado casi era de noche. mi amigo me llevó al estanque y me dijo que me bañara. Lo estaba deseando y esperaba que me follara él así que cuando lo hice, me acarició los pechitos y me besó ejn la boca y me dijo que nunca ninguna mujer me igualaría en hermosura, feminidad y sumisión y me folló con dulzura y pasión. Se corrió y me dejó con los ojos llenos de lágrimas. Fui una mujercita y deseé que mi vida fuera siempre eso.
Sin embargo, las vacaciones terminaron y cada uno volvió a su vida cotidiana, nuestras vidas se separaron y él se casó. En fin, siempre tendré su recuerdo.
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