Mi historia con Capi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzó cuando termine mis estudios de preparatoria en aquel pueblo donde decidieron establecerse mis padres y yo decidí continuar con mis estudios universitarios en la ciudad.
A mis padres les costaba trabajo dejarme ir sola, ya que soy hija única.
Tiempo después cayeron en cuenta que yo podía cuidarme sola y que podría con mis estudios en aquella ciudad, y mi padre fue a llevarme para ayudarme a buscar departamento y con las cosas de la mudanza; cuando terminamos de desempacar mi padre salió, dijo que irla por un regalo para mi y salió, al transcurrir una hora llegó con el mejor regalo que jamás me han dado en la vida, un hermoso cachorro de Gran Danés tipo Boston (negro con el pecho blanco).
Mi padre dijo que era para que no estuviera sola, yo quede encantada con la criatura que por nombre le di Capi.
Se llegó la tarde y mi padre tenía que partir de regreso al pueblo y Capi y yo le dijimos adiós.
Todo era genial con Capi, me fascinaba consentirlo, jugar con el.
Alimentarlo, bañarlo e incluso enseñarle trucos, lo cual me fascinaba porque Capi era un chico muy inteligente; lo entrené para que me avisara si tenía hambre (en ese caso me arrastraba su plato color rojo) o si tenía sed (me llevaba su plato azul), si quería salir a dar un paseo (me llevaba su correa) o si quería jugar (me llevaba su pelota u otro juguete).
Y claro que me gustaba consentirlo sin dejarlo esperar nada de tiempo.
Asi pasaron 2 años de juegos, cariños y aprendizajes, Capi ya era un gran chico (muy grande por cierto).
Una ocasión me sorprendió cuando llegue de la escuela y Capi andaba muy inquieto, el solo sonreía y corría de un lado para otro y así duro algunos días, hasta que me pareció muy raro y lo consulte con la veterinaria.
La veterinaria me pregunto los datos de Capi y me diagnosticó que Capi necesitaba una novia.
Me quedé pensando y pensé que fui muy injusta, en esos dos años yo había tenido relaciones sexuales con algunos chicos, pero nunca había pensado que Capi también necesitaba pareja, me sentí culpable y me dispuse a ayudar a Capi a conseguir una novia.
La veterinaria me dio un espray con feromonas de la hembra, por si Capi tenía dificultades, pero el verdadero dilema era conseguirle una novia a Capi.
Quería que Capi tuviera pareja, pero no quería una perrita de la calle y no conocía a nadie.
Llegamos al departamento y pensé en darle un masaje a Capi (masturbarlo) para que pudiera liberar emociones, pero Capi no cooperaba, el corría de un lado al otro de la sala otra vez, y pensé en el espray y pensé en rociarme un poco las manos, pero accidentalmente me llene en el cabello y el cuello y Capi reacciono inmediatamente, se me pegaba y escuchaba su aliento y de pronto vi que salió su pene grandísimo y me lamia y me empujaba.
Yo me asuste muchísimo y me meti al baño y escuchaba del otro lado que Capi jadeaba y rasgaba la puerta.
En verdad fue un momento de confusión, no comprendía porque mi Capi quería hacerme eso, pero luego sentí las culpas de nuevo, nunca le di una pareja a Capi.
Fue ese momento cuando cerré fuerte los ojos y apreté los puños y decidí ser su primera pareja, entonces me desnude en el baño y Sali de un golpe, Capi me recibió saltando poniendo sus patas delanteras en mis hombros, el me lamia la cara y vi que puntaleaba adelante y atrás, le di un beso en la nariz y le dije: “tranquilo, seré tuya pero vamos a la sala, la alfombra se ve cómoda” y lo guie a la alfombra, ahí de nuevo Capi me salto poniendo sus patas delanteras en mis hombros y moviéndose frente a mi (asi era mas alto que yo) sin bajarlo de mis hombros me di la vuelta para que quedara detrás de mi y sentía su aliento en la nuca, y poco a poco me fui agachando hasta que mis rodillas y mis manos tocaban la alfombra y rosaba mi espalda con su pene, de nuevo cerré los ojos y me dije: “es tiempo de ser de el” y encamine su pene a mi vagina y entró en mi, por un segundo sentí mucha adrenalina e intensidad en cada átomo de mi cuerpo, oleadas de placer que navegaban por cada parte de mi, 40 minutos de intensidad y placer hasta que sentí algo tibio y viscoso dentro de mi, y después me escurrió por mis piernas, Capi se porto todo un caballero y me limpio con su lengua, yo no aguantaba la sensibilidad y nos fuimos a dormir.
No podía creer lo que pasaba, nunca había sentido tanto placer, y al despertar fui a la tienda de mascotas y compré un collar rosa para hembra (para mi), pensé que era hora de enseñarle otro truco.
De pronto me rociaba el espray y cuando Capi se acercaba yo me ponía el collar rosa y me desvestía y lo dejaba que me hiciera suya hasta complacerlo, y después él me llevaba el collar rosa cuando le apetecía tener sexo y yo no lo hacía esperar.
De modo que si el tenia sed me llevaba su plato azul, si tenía hambre me llevaba su plato rojo, si quería salir, me daba su correa y ahora si quería cojerme me llevaba el collar rosa.
En ocasiones yo me ponía el collar rosa y el reaccionaba sexosamente y nos divertíamos mucho, era una relación muy especial, incluso teclee un acta de matrimonio que firmamos, yo con mi firma y el con su huella, hicimos nuestra boda y claro que solo nosotros asistimos y comenzamos a llevar una vida en pareja teniendo sexo muchas veces y en ocasiones me ayudaba un poco con el espray, la verdad no salí con ningún chico humano, nunca traicione a Capi y el no tenía otra pareja.
Pasamos 2 años y medio viviendo felizmente como pareja y mi universidad estaba por concluir y yo me encontraba elaborando mi tesis, era un día con mucha tarea y tenía mucha presión, llegue de la universidad a la casa y llegue de nuevo a la computadora a seguir con mis investigaciones, después de un rato capi me llevaba su correa indicándome que quería salir, traté de explicarle que no podía y solo me vio con ojos de tristeza, después me llevó su pelota, diciéndome que quería jugar y de nuevo traté de explicarle que estaba muy ocupada y su tercer intento fue llevarme el collar rosa indicándome que quería sexo y con todo el dolor de mi alma tuve que negarme.
Al pasar unos 40 minutos Capi insistió con el collar rosa y de nuevo me negué y su mirada fue aún mas triste pero en su tercer intento yo estuve a punto de negarme de nuevo, pero Capi me ladró en tono autoritario y me echó una mirada desafiante, casi por inercia me pare y comencé a desvestirme rápido, me puse el collar rosa y lo dejé que me montara a su voluntad, entonces comprendí que no debía hacerlo esperar nunca mas y que el era mas importante que cualquier tesis.
Entonces en señal de mi sumisión anclé su correa a mi collar y le di la agarradera a él y la tomó con su boca y asi me penetraba, en esos momentos me preguntaba como paso todo, antes el era mi mascota y ahora yo era su mascota, pero en realidad me gustaba esa posición, me gustaba estar a su merced.
Me había dominado por completo, ahora sentía como si él me hubiese entrenado a mí .
Ahora siempre que terminaba de cojerme me exigia que anclara la correa a mi collar y el me guiaba a la cama o a dar vueltas por la casa, era su señal de decirme que el tenía el mando y a mi me encantaba ser su mascota sumisa.
FIN
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