Mi nombre es Bobby
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por meridano.
Un día ella llego a la casa y no había nadie, estaba saliendo del colegio, un colegio particular y muy prestigioso, me acerque a ella a saludarle, le movía la cola y ella me dio su mano para que le lamiese, ella estaba cansada y se sentó en el sofá del la sala, me acerque a ella y puse mi cabeza sobre sus rodillas, ella tenía la falda un poco alzada y sin querer mi nariz quedaba bajo su falda y pude sentir su aromas femeninos, no se que me paso, pero intente olerle , olía como el cielo, sentí que ella se estremeció y de repente ella tomo un zapado y me pego, nunca me había pegado, se le veía enojada extraña, supe que había hecho mal, y después de eso ella dejo de jugar conmigo, ya no me hablaba llegando del colegio, me sentía triste, quería huir de la casa, porque yo había hecho enojar a mi ama, yo perro malo.
Diana llegaba a la casa y no me miraba, se sentaba frente a la su Computadora a ver quien sabe que, siempre era una página verde con una manzanita mordida, cuando me acercaba ella me echaba de su cuarto, creí que la había perdido.
Entonces un día ella llego de la escuela, y no entro a su cuarto, se fue a la sala en el sofá, lo limpio y luego fue al baño por unas toallas, y las puso en el sofá , y me hablo, yo me sentía feliz porque mi ama me volvía a hablar, me dijo Bobby perdonan por pegarte ese día, me abrazo, y se sentó en el sofá, pero se le veía rara, algo no estaba bien, se levanto un poco la falda y me dijo ven, puse mi hocico sobre sus rodillas, y sentí ese delicioso aroma a niña que ella tenia, pero sabía que estaba mal así que no intente olerla y retrocedí, entonces ella me dio una pequeña palmada en la cabeza y me dijo, no temas,, entonces suavemente ella empujo mi cabeza bajo su falda, y mi nariz quedo justo en donde estaba el cielo.
Comencé a oler, era maravilloso, me sentía feliz, ella entonces se acomodo en la orilla del sofá y abrió las piernas, y se quito la ropa interior, entonces ella me dijo, continua Bobby , le lamí, sabían muy rico, y me hacía sentir raro, deseos sexuales hacia mi ama comenzaron surgir, yo antes había estado con perras, pero nunca había sentido estos deseos tan fuertes, cada ves que la lamia sentía como ella se estremecía y decía mi nombre muy despacio, decidí que debía tomarla, hacerla mía.
Me puse en dos patas y la tome de la cintura, ella estaba boca arriba y con las piernas viertas, nunca lo había hecho así, pero ella me mostro como ponerme, pero mi pene no entraba, entonces ella con sus delicadas manos lo tomo y dejo que yo entre en ella, cuando entre en ella, ella gimió, hay Bobby buen chico, comencé a moverme, ella no era como una perra, cuando lo hacía con una perra era solo sexo , ella me hacía sentir amado, me acariciaba y me decía con su voz temblorosa, sigue Bobby sigue, apenas y podía hablar, eso me éxito mucho, hacia que fuera yo mas brusco con ella, mi pene se hincho mucho, y mi bola comenzó a salir en mi pene, sabía yo que era hora de derramar todos mis fluidos perrunos en mi ama y entonces el primer chorro de semen salió dentro de ella, ella expreso, no sabía que se sentía tan calientito, entonces como hacemos los perros me iba a bajar para quedarme pegado a ella, pero ella me detuvo y me dijo, Bobby vas a lastimarme así, quédate conmigo, ella entonces me abrazo y las caricias de sus manos me hicieron desistir de bajarme, me quede sobre ella, entre sus piernas, era algo muy hermoso, ella me acariciaba, y movía sus caderas para que mi pene se siga moviendo en ella, se sentía tan rico, que me vine más veces en ella, de sus labios salían palabras dulces, te amo Bobby, gracias Bobby te amo, me haces sentir libre Bobby,, yo no quería que termine, así paso una hora, hasta que termine, su vagina era tan estrecha, y ella olía tan rico
Cuando termine ella estaba bañada en sudor, y le salían lagrimas de los ojos, le lamí la mejilla para limpiarla, y ella me dijo gracias Bobby, eres el mejor amante que he tenido, yo estaba feliz, daba saltos por todo el lugar, pero ella por la emoción, no cerró la puerta ni la reja de la calle, de la alegría me salió de la casa, daba brincos, otras veces había salido a la calle, pero esa ves estaba tan feliz que no me fije, y un camión me atropello, ella salió llorando, yo gritaba de dolor, solo recuerdo ver su carita dulce, y sentir sus manos bajo mi cabeza, eso fue lo último que vi.
Ahora yo estoy muerto, la extraño mucho, a veces puedo ir a su cuarto, y me siento ahí, en la oscuridad, viéndola dormir. Sé que me puede sentir, a veces voltea hacia donde yo estoy, pero no puede verme, monto guardia en su cuarto para protegerla mientras duerme de las cosas que acechan en la oscuridad cosas invisibles para ella que yo si puedo ver, y cuando tiene pesadillas pongo mi cabeza en su regazo y a veces dormida sus labios pronuncia mi nombre Bobby.
Que bonita historia, me recuerda la pelicula de «Todos los perros van al cielo»