Mi perro monta todo lo que ve
Mi toby quiere montar todo lo que ve, hasta que le encontramos una solución razonable .
Este relato es un poco largo, no quise hacer varias partes. Espero les guste.
Somos una pareja casada desde hace 20 años, Alberto y yo nos comprometimos cuando ambos teníamos 19 años. Decidimos casarnos porque a los 17 habíamos quedado embarazados de nuestro primer hijo, Julián. María llego cuando teníamos 20 años y hoy en día ya ambos están en la universidad. Ellos fueron admitidos en una universidad fuera de la ciudad, por lo que les alquilamos un apartamento, con la promesa de que cuidarían uno del otro. Y así, Alberto y yo nos quedamos solos, dejando la casa vacía y con ese sentimiento de abandono. Pero la quietud en la casa duro poco, Albert, trajo de la nada un pequeño cachorro, un mestizo de french pooddle entre sus brazos. El enojo de apodero por unos segundos de mi, ya que nos acostumbramos a que siempre consultábamos con el otro nuestras decisiones, y obviamente, una mascota era algo por lo cual valía la pena discutir, sin embargo, al ver ese pequeño perrito, se me olvido el enojo, y decidimos aceptarlo en nuestro hogar. Lo llamamos toby.
Toby creció rápidamente, a la edad de un año corría por toda la casa y nos daba muchas cosas que hacer. Albert a los 40 años, había sabido invertir bien su dinero, por lo que andaba la mayor parte del tiempo en casa, mejor para mi, siempre lo tenia a mi lado, podíamos hacer muchos planes, y como mis hijos se habían ido de casa, follabamos con gran libertad.
Pero no todo es color de rosa, toby había alegrado nuestras vidas, y llenado ese espacio vacío que nos dejaron los chicos, pero este pequeño, había adoptado la costumbre de intentar copular todo lo que veía. Muchas veces Albert me atacaba desprevenida, y me hacia el amor, en una ocasión, lo hicimos en el suelo de la cocina, en posición de misionero, y grande fue mi sorpresa cuando Albert grito enojado, porque toby lo intento montar. Sucedía lo mismo con mis piernas, cojines, las piernas de los invitados, en fin, lo que primero viera. Por un tiempo asociamos este comportamiento a las veces que nos vio tener sexo, pero según fuentes de internet, no era motivo suficiente.
Lo llevamos al veterinario y explicamos su comportamiento, y este nos comentó que era normal, estaba en pleno desarrollo y sentía curiosidad. Este les pregunto que si ya se le asomaba el pene, a lo que conteste que si, aunque con algo de vergüenza, no quería que se notara que le veía el pene a mi mascota. En fin, este nos dijo que era normal, que le buscáramos una perrita, o que lo castráramos y santo remedio. Esto último me pareció demasiado cruel, por lo que optamos por otras opciones.
Toby no era muy grande, alcanzaba cerca de los 30 centímetros de altura, por lo que debía ser una perra pequeña. Alberto estaba convencido de que lo dejáramos salir y que el mismo buscara su pareja. Me pareció bien, aunque me daba un poco de miedo que otros perros lo lastimaran. Es curioso, pero al día siguiente, una perrita estaba caliente, y cerca de 15 perros estaban detrás de ella. A Alberto se le ocurrió la tonta idea de soltarlo, y que tratara de aventurarse, quizás tenía suerte, pero no dio resultado, dos perros se ensañaran con el y le dieron una paliza. El pobre no le dieron mas ganas de salir. Al fin optamos por buscar una perrita. Pero al igual que la primera vez, esto no funciono, la perrita que buscamos resultaba que era hembra de un solo macho y solo se dejaba montar de ese, además de eso, toby en su afán de montarla, se descuidó y fue agredido por la perrita.
Pasaban los días y no sabíamos que hacer, para nosotros, toby era un hijo más, incluso de mas cuidado, porque incluso estábamos empeñados en buscarle una pareja para que tuviera sexo jajaja. Estando en la cama con Albert, discutíamos el futuro del pobre toby, ambos lo amábamos, y mirábamos las distintas posibilidades. Pensamos en comprarle una especie de cojín para que se divirtiera, pero eso lo terminaría aburriendo y volvería a querer a utilizar las piernas de la gente, cosa que nos daba vergüenza cuando hacía en público. Pensamos en pagarle a alguien de la veterinaria para que lo ordeñara, pero también nos apenaba lo que pudiera decir la gente. Se nos ocurrió comprarle un juguete sexual, pero quien sería el sacrificado en cogerle la pija y masturbarlo… esta ultima idea nos hizo reír un buen rato. Al terminar de reír, nos dolía el estómago, fue entonces cuando Albert, en todo de broma, dijo que si seguíamos así, me tocaría a mi colocarme en 4 y ser la primera vez de toby a lo que yo le dije que mejor el, lo que desato mas risas. Al final, siendo ya la madrugada, nos miramos fijamente e hicimos el amor.
El día de la revelación llego una semana después, cuando llego de visita maría. María tenia una salida de campo, así que antes de llegar al sitio, paso por nuestra casa, se quedaría toda la mañana y en la tarde se iría en el carro. Nos gustaba cuando nos visitaban nuestros hijos, ya de por si con toby la casa estaba animada, con chicos más alegría se sentía.
María llego a eso de las 10 de la mañana, llevaba unos shorts y una camisa de tirantes que mostraba su delicada y blanca piel. María había heredado mis genes sin duda alguna, era tan alta como yo (1.75) cabello rubio y senos pequeños y un trasero parado, a veces cuando salíamos a la calle, éramos victima de todo tipo de piropos, cosa que la hacía enojar, ya que siempre ha sido celosa y sobre protectora. Albert y yo éramos una pareja dispareja, ya que el era muy bajo (1.60) con panza y empezaba a quedarse calvo, pero su físico era lo de menos, ese apoyo incondicional que siempre me ha dado, además de todo su amor, es suficiente para amarlo por dos vidas. En fin, Ella se llevaba de maravillas con toby, el cual la recibió con una cálida bienvenida, lamidas, caricias y como no, metiendo el hocico en sus partes íntimas.
María noto unas cicatrices en el lomo de toby, lo cual despertó su curiosidad y pregunto a sus padres. Se sentaron en la sala, y charlaron sobre el tema. Alberto y yo le explicamos la situación, como en su intento de buscar hembra, había salido lastimado, mientras hablábamos, toby no perdió el tiempo y empezó a montar la pierna de maría, esta ya conocía el comportamiento del perrito así que le resto importancia, incluso hasta le parecía divertido, y siguió hablando como si nada. En ese momento maría toma la palabra, y les comenta que estuvo mal dejarlo salir a su suerte, y también lamento que esa perrita lo rechazara, y continua diciendo –pero es que el también se ve que no tiene experiencia, miren, tiene como media hora montándome la pierna, y ni se le ha salido la punta del pene—diciendo esto, toma la funda de toby y con tres sacudidas, le sale la punta, y toby como loco, empieza a coger con ganas la pierna de María, se lograba ver como tenia su enorme pene afuera, y este resbalaba y humedecía la pierna, toby jadeaba fuertemente, y la sala se quedo en silencio. Fueron aproximadamente dos minutos en donde nadie decía nada, y los únicos sonidos eran los jadeos de toby. Cuando mire a Albert, me pareció ver una erección, pero no estaba del todo segura. Al final toby tuvo su orgasmo, fueron al menos 4 chorros de semen que mojaron la pierna de maria, el sofá y la alfombra
Toby callo rendido al suelo y continúo jadeando, lo cual fue la señal que rompió el hechizo. Nos miramos y empezamos a reír –he ahí la solución—dijo está secándose las lágrimas.
Las horas se fueron volando, y pronto llego el momento en que maría debía irse a terminar su trabajo de campo, pero se le habían perdido las llaves del carro, y andaba como loca buscándolas y rabiando sobre lo tonta que era por no saber donde deja las cosas. Le reproche su forma de vestir, era demasiado informal, llevaba una falda de pliegues corta, blusa de tirantes blanca, pero mas corta que la anterior, y unas botas. Ella solo me respondió que aquello solo era para llegar a la ciudad, que el trabajo de campo era mañana. El caso es que le propuse que buscara bajo los cojines y diván, mientras yo miraba por encima de la repisa. Lo que paso a continuación es increíble: en cuanto maría se puso a cuatro patas buscando, con la cabeza pegada al suelo, la falda se le alzo y se noto todo su trasero, en ese momento toby aprovecho la oportunidad, y empezó a embestir. María, en lugar de apartarlo, solo se rio y siguió buscando, yo reí, pero fue mas de nerviosismo y excitación de aquella escena. Yo llame la atención de toby, pero este hizo caso omiso, maría solo me dijo que dejara que se desahogara. De un momento a otro maría empezó a quejarse diciendo –Ay ay aaayyy tobyyyy—según me comento después se quejó por dos razones, su puntiagudo pene estaba intentando entrar a su vagina, la cual estaba expuesta ya que solo tenía una tanga hilo, esta resbalaba con mucha furia en sus labios y de vez en cuando, atinaba al centro, incluso puede asegurar, que por unos segundos, entro unos 2 centímetros, lo otro era que las uñas estaban lastimando los costados de su cadera. Ya maría no parecía divertida, se sentía acosada. –toby yaaa, quieto de una vez. Tobyyy detente de una vez— yo estaba hipnotizada por la situación, y sentía que nada podía hacer, pero lo que me saco del trance, fue el agudo grito de maría, la cual saco fuerzas de la nada, y se puso de pie jadeando y agarrándose el trasero. María miro a toby con cara de mucho enojo, este bajo las orejas y su pene se regresó a su funda, derrotado, se retiro a la cocina y se tiro al suelo, lamiéndose su cosa, y pensando en que estuvo cerca de perder la virginidad.
Estando en el umbral de la casa, maría tenía cierta expresión molesta, estaba resentida conmigo por no ayudarla cuando toby intento cogerla, fue ahí cuando me comento el porqué de los gemidos y el grito se debió a que le había puyado su puerta trasera con gran fuerza. Me comento que no era territorio virgen, pero que eso había sido una sorpresa a lo que las dos reímos. Luego llego Albert y maría cambio la expresión, me abrazo y beso la mejilla, se despidió de su padre con un abrazo igual de fraterno y la vimos perderse en el horizonte.
Esa misma noche, después de la cena, le comenté a Albert lo sucedido entre maría y toby y como este lo había reprendido con un par de golpes. Albert no paraba de reír y burlarse de mi sobre como había dejado que toby casi violara a nuestra hija. Luego se puso serio y dijo que al parecer había encontrado solución al problema sexual de su hijo perruno. –Queee? — le dije sorprendida— Acaso pretendes que alguien se coloque en cuatro y lo deje libremente montarte? Si eso es lo que piensas, entonces creo que tu serás el encargado—La verdad siempre habíamos sido muy liberales, hablábamos de todo tipo de locuras, pero solo eran palabras, la verdad nunca se nos había pasado por la cabeza realizar ninguna de ellas, el amor de uno por el otro era mas que suficiente.
Aquella respuesta no hizo mas que hacer reír a Albert, y continuo diciendo —me refiero a estimularlo, tocar su funda, colocarle un cojín y que le de rienda suelta a su lujuria, así nos evitamos penas cuando llegue visita, o cuando salimos con el a dar un paseo, no crees? Entonces, —continúo diciendo— la próxima vez que lo veamos, inquieto, ansioso, arrecho, le damos una ayuda y lo calmamos, ¿qué dices? — medite la idea mientras veíamos la televisión, la verdad es que daba lastima ver al pobre toby así de desesperado, y no crei que fuera nada malo estimularlo un poco, total, el solito iba a acabar, así que esa noche le dije que si a Albert, y como si toby hubiera entendido, el día siguiente andaba mas desesperado que todos los días.
La mañana de ese sábado era agradable, había llovido, tomamos un baño un desayuno y mientras Albert veía televisión en la sala, yo leía el periódico en la cocina. Eran las 11 de la mañana cuando mi esposo me llamo—amor, ven un segundo—me tome mi tiempo, me estire y fui a ver que pasaba.
Toby estaba como loco, intentaba montar la pierna desnuda de Albert, montaba el cojín del divan, montaba el brazo del sillón, montaba mi pierna, metió su hocico por debajo de mi falda, (cosa que me sorprendió) corría de un lado a otro. Con una mirada entre Albert y yo entendimos que pasaba, necesitaba una mano que lo ayudara, así como hizo maría el día anterior. Se le dibujo una sonrisa a Albert y dijo—te toca amor—yo me negué y le dije que no sabía, que ya después me encargaría yo… quizás.
Así que Albert llamo a toby, y este confiado se dirigió a el, pensando quizás que recibiría una caricia, o un regalo, este sintió las caricias en su panza y en agradecimiento le dio unos besos en la cara, pero grande fue su sorpresa cuando la mano toco su pene, en ese momento, se quedo quieto y dejo de jadear. Yo me agache, dejando visible mi ropa interior ante toby y mi esposo, quería ver de primera mano que sucedía. Entonces su mano primero lo acaricio, tocando con cariño el forro del pene de toby, lo recorrió de arriba abajo, palmo con cuidado la bola que de forma al final del pene, el cual se veía como tomaba tamaño incluso sin salir de su funda. A continuación, puso su otra mano en el lomo de toby para tener mas agarre, y con la otra, deslizo suavemente hacia atrás la capucha. Fue necesario hacerlo tres veces para que se saliera la mitad del pene, era muy rojo y puntiagudo, pero no se parecía al que vi cuando eyaculo en la pierna de maría, en aquella ocasión, era bastante grueso en la punto y tenia muchas venas purpura. Yo estaba en trance y decir que no disfrute aquello, seria mentira. Me di cuenta que Albert miraba mi ropa interior y saboreaba, en ese momento tenia una tanga de hilo color blanca, y por la posición, mis labios estaban expuestos. –pervertido—fue lo que alcance a decir. En ese momento, toby inicio los movimientos copulatorios, y Albert con cierta alarma, me dijo que fuera de inmediato por el líquido lubricante que en ocasiones usamos para tener sexo anal. Sali corriendo y lo tome del baño que esta en nuestra habitación. En la sala Albert estaba en cuatro patas, toby aun conservaba medio pene afuera y jadeaba suavemente, me acerque a ellos, y le deposite el lubricante en la mano derecha, yo retome la posición inicial, hace rato que estaba excitada, y en cualquier momento mis jugos empezarían a mojar mi ropa interior.
Ya con la mano humectada, Albert retomo la acción, toby sintió el tacto de la mano, e inicio sus movimientos de copulación, yo me empecé a humedecer, y como si fuera muy notorio, toby y Albert me vieron, mientras lo masturbaba, Albert no dejaba de ver mi vagina, y a su vez, hacia los movimientos de masturbación mas rápido. Yo me volvía loca con la escena, y tenia unas enormes ganas de masturbarme. De un momento a otro, toby soltó un quejido y empezó a eyacular, aquel pene se veía enorme para el tamaño de toby, media alrededor de 17 cm, mas grande incluso que el de Albert.
Al terminar la escena, toby se fue a la cocina, y fua a su acostumbrado rincón a lamerse su enorme miembro. Los jugos de mi vagina escurrían por mis piernas, lo cual noto Albert que inmediatamente saco su pene mientras se colocaba de pie. Rápidamente lo empuje al sillón, me hice la panty a un lado y empecé a cabalgarlo, aquello fue demasiado intenso, ambos gemimos con demasiada fuerza, casi con rabia. En esa ocasión, Albert metió los dedos en mi boca, dedos con los que había masturbado a toby, y yo, como una perra en celo, los acepte sin objeción. El sexo fue corto, pero intenso y placentero, ambos nos llegamos con un gran gemido y yo caí rendida encima de el. Pero al terminar el acto, me sentí muy avergonzada, y empecé a reír nerviosamente, Albert me acompaño y en un santiamén, ambos reíamos a carcajadas. Lo ame.
Las ocurrencias con toby apenas iniciaban, dejo de andar montando piernas y los cojines, también la imprudencia de meter el hocico en las partes intimas, pero se adapto a algo nuevo, mala costumbre debo decir, ya que había que masturbarlo una vez por día. Normalmente era en las mañanas, cerca de las 11, y cuando se pasaba esa hora, se pegaba a la pata de mi esposo, ya que en ese momento el era quien lo acariciaba; Albert me dijo que lo intentara, pero me daba un poco de temor.
Aquella mañana del jueves, Alberto salió temprano a concluir un negocio, eran cerca de medio día cuando me llamo para avisarme que llegaría mas tarde. Yo estaba un poco desesperada, porque nuestro hijo perruno estaba inquieto, ansiando las caricas que lo hicieran llegar al orgasmo, este me seguía a todos lados y lanzaba quejidos que partían el corazón. Durante la llamada le explique a Albert como me sentía y describí el comportamiento de toby, a lo que me respondió que por que no lo hacia yo, no era nada del otro mundo y toby me lo agradecería. Nos despedimos y quede meditando.
Durante los siguientes 10 minutos toby no dejo de quejarse levemente, ya en ultimas me decidí. Cuando fui al cuarto por el lubricante, parecía que toby ya se había resignado, porque este no me siguió, cuando llegue a la sala, tampoco lo encontré ahí, este estaba en su rincón de la cocina, con la punta de su pene asomada y con mucha tristeza en sus ojos. Yo sonreí, me senté en la sala y lo llame. Toby vino corriendo, como si supiera que le esperaba, y tal parece que si, ya que después de darme un par de besos, adopto una posición lateral a mi, y se quedo quieto. Hice lo mismo que hacia Albert, pero creo que entre los dos había mas conexión, Albert al final era hombre, y toby agradecía sus caricias, pero yo por otro lado, yo soy una hembra, la cual en su pensamiento, el podía satisfacer. Con solo tocar su pene, ya empecé a destilar jugos, era cálido, y suave al tacto, aunque poco a poco fui sintiendo la dureza, los toqueteos pronto hicieron que saliera la mitad del pene, señal para empezar a utilizar el lubricante. Cuando destape el recipiente, toby parecía impaciente, anhelaba que lo masturbara, así que hice caso a sus señales y me aplique de una el lubricante, para darle una adecuada pajeada. Cuando toque su roja barra, este inicio sus movimiento de montar, mi entrepierna rugía, sentía unas enormes ganas de tocarme, y de echo lo hice. Afortunadamente tenia una falda, con mi mano izquierda hice a un lado mi panty y empecé a masajear mi sexo. Toby seguía con sus embestidas, yo de vez en cuando metía dos dedos, para mas intensidad. En un segundo toby se corrió, pero sentí que había mas semen que cuando lo hacia Albert, será que ¿le gusto mas mi mano? Toby se retiro un poco, pero no salió de la habitación, ya con la mano libre, pude seguir masturbándome, mi mano estaba cubierta con los jugos de toby, pero no me importo, soltaba gemidos, que suerte era estar sola. Mi espalda estaba arqueada, y mi mano tenía un buen ritmo, estaba cerca… cerca… muy cerca, pero sentí algo que me hizo brincar. Toby metió su nariz en mi vagina, mi respiración estaba acelerada, siguió oliendo, mi ritmo cardiaco era alto, olía aun mas, parecía que le gustaban mis jugos, a continuación… uuffff me lamio… toby lamia mi sexo, y yo inicie mi masturbación, llegaría al clímax en cualquier segundo, su lengua era diferente, era áspera, y arrancaba sensaciones extremas con cada lamida. Los sonidos de los lengüetazos eran similares a cuando tomaba agua de su taza, senti que estaba generando demasiados jugos, siempre he sido alguien que se moja bastante cuando esta excitada, pero ya esto era demasiado. Ningún hombre me había hecho sentir así. Pronto llego el orgasmo, mi espalda se arqueo y grite con mucha fuerza, tanta que toby se espantó y dio un salto en señal de alerta, parecía que habia entendido el mensaje, porque se alejó y se sentó es su esquina. Yo recupere la posición de sentada y luego cai al suelo. Me sentía un poco mal, mi perro me había hecho venir y ni siquiera mi esposo había logrado esa sensación.
El sentimiento de culpa fue pasando poco a poco y reemplazado por morbosidad y perversión. Cada mañana toby era masturbado por Albert o por mi. Lo curioso es que toby parecía haber desarrollado cierta inteligencia, ya que se ponía especialmente inquieto cuando estábamos solos. Así empezó la cosa: como Albert estaba en casa, el se encargó del tratamiento de toby, lo disfrutaba, si, pero crei en ese momento que le gustaba mas mi mano. Durante esos días, trataba de meter constantemente su hocico entre mis piernas, este se rendia cuando estaba de pie, pero se colocaba bastante intenso cuando estaba sentada. Lo regañaba, y Albert solo se reía de la situación. Entonces, aprovechando que mi esposo estaba tratando de arrancar un tronco, me agache y lo regañe señalándolo y con tono autoritario le dije—no me metas la nariz cuando Albert este aquí o se acabó todo— fue curioso, pero pareció entender, ya que solo se sentó y bajo las orejas mirando con mucha tristeza. Aquello me partio el alma, y sin pensarlo, sobe su funda lentamente, este se alerto y alzo sus oreja, cambio su mirada, yo aumente mi ritmo y rápidamente se puso duro y empezó a asomarse la punta. Pare un momento para escupir mi mano, el liquido preseminal me ayudo a maniobrar su lindo pene, y pronto estuvo totalmente afuera. Fue algo rápido, como cuando Albert y yo teníamos un rapidin en la cocina. La masturbación era rápida y con firmeza, esta vez no hubo movimientos de cupulacion, solo se dejo hacer y pronto sus chorros de semen empaparon mis pies. Toby contento lamio mi cara, y el muy traidor se fue al patio donde Albert, como queriendo mostrarle la polla a mi esposo. Este al rato se asomó por la ventana y me pregunto si lo había masturbado, le dije que si, porqué estaba muy inquieto, el sonrió y dijo—los estamos mal acostumbrando, ya había recibido su dosis esta mañana—
Así paso el tiempo, pasamos de tener una vida con nuestros hijos, luego los vimos partir, después tuvimos un hijo perruno al cual consentimos, y ahora tenemos un hijo perruno al cual le damos placer sexual, pero ¿aún falta? Si.
Había pasado dos meses del placer sexual que le dábamos a toby, en ocasiones era dos veces por día, Albert en la mañana y yo en la tarde. Cuando me encontraba sola, y sabia que mi esposo no aparecería por un buen rato, toby me daba sexo oral. Estando sola en casa, era libre, me duchaba con la puerta abierta y hacia siestas desnuda, toby era quien se aprovechaba de esta libertad, el probaba mis jugos que mi cuerpo le daba con sumo placer. Sin embargo, conmigo había retomado la costumbre de montar mi pierna, y me imagino que si le daba la oportunidad, haría lo mismo que con maría. Tanta libertad al parecer hizo que se aburriera de las masturbaciones, algo me hizo creer que quería algo mas, buscaba sentir el calor de una vagina. Cuando estaba sola, me agachaba en 4 paras, y lo llamaba. Este de inmediato salía corriendo donde mi y me montaba, siempre lo hacia con pantalones, pues me daba miedo que me penetrara; yo lo dejaba uno o dos minutos, luego me levantaba y lo masturbaba, para que se quedara tranquilo. Pero Albert también lo había notado, ya la mano no era suficiente para toby, antes este en dos minutos ya había acabado, ahora se nos cansaba la mano y aun no se llegaba (en mi caso cuando lo hacia estando acompañada) la revelación llego un mañana de un sábado.
Albert había comprado bastante cerveza, el plan era armar la piscina inflable, tomarnos la cerveza y emborracharnos, le dije que no estaba para tomar demasiado licor, pero si que me tomaría algunas. A las 11 de la mañana ya estaba todo listo, me puse mi vertido de baño de hilo, pero si bra, ya que las paredes del patio son altas y los vecinos no son chismosos. Charlando y riendo, nos dimos cuenta de como toby salía de la casa, hablábamos sobre como habíamos iniciado ese tipo de relación con toby y lo lejos que habíamos llegado (hasta ahora) de repente, toby empezó a quejarse, ya sabíamos que quería desahogarse y caminaba alrededor de nosotros. Albert salió de la picina, e intento acariciarle el pene, pero este se rehusó, yo intente hacer lo mismo, pero tampoco me hizo caso. Toby siguió llorando y Albert lo regaño—como hacemos si no te dejas—lo llamamos varias veces para complacerlo, pero no nos hacía caso. De repente Albert dice—andrea te va tocar ponerte en cuatro, ya hace rato que la mano le dejo de gustar—yo me rei de la ocurrencia, sabia que lo decía medio enserio. Por un momento lo iba a rechazar, pero parte de mi quería y el alcohol hacia efecto en mi. Ok, fue lo que le dije. Sali de la piscina y me puse en cuatro patas, Albert sobaba su pene viendo la escena. Toby no tardo ni dos segundos en subírseme y comenzar a intentar meter su pene. Las meras envestidas se sentían deliciosas, sentía como su resbaladizo rabo buscaba mi cavidad, por supuesto que traía mi vestido de baño, ´pero probablemente este no seria impedimento para que me penetrara. Con una mano se lo puse mas fácil, hice a un lado la panty, Su pene aun no había entrado, pero rosaba mis labios y mi clítoris, dándome una sensación sublime, no podía evitar soltar uno que otro gemido y morder mis labios de placer. La voz de Albert me saco del transe—te ayudo amor—a lo que solo respondí con un mmjumm. Salió de la piscina, tomo el pene de toby y coloco la punta el la entrada de mi vagina, este de un solo empujón me penetro, no pude evitar soltar un grito, por la sorpresa y un poco de dolor. Las embestidas eran bestiales, podía sentir como se hinchaba su pene en mi interior, su mete y saca era intenso, Albert me miraba mientras se tomaba una cerveza y se masturbaba, trataba de reprimir mis gemidos, pero ansiaba gritar. Los jugos de toby y los mios corrían por mis piernas. Había algo a lo cual le tenia miedo, y era a quedarme pegada, no quería que me metiera esa bola enorme que tiene en la base del pene. Ese fue el ultimo pensamiento coherente que tuve, la mente se me nublo y me deje llevar por el placer. Las patas delanteras de toby estaban bien aferradas a mi cadera, su pene taladraba con fuerza y yo, para gozar mas, agache mi cabeza al suelo y con una mano manejaba mi clítoris. Todo aquello era nuevo, el sexo con mi perro, mi esposo de mirón, darme la placer mientras me cogían, todo ese panorama dio como resultado un gran orgasmo el cual falto poco para que me quedara rendida en el suelo y no me levantara por al menos una semana, pero aunque yo me había llegado, toby aun seguía. Aunque escasos segundos, pude sentir como su semen chocaba con mi útero, sentí cada uno de sus chorros, sentí como si estos me llenaran el estómago, senti como me partía en dos y lo comprendí, la bola no había entrado, pero luchaba por entrar. Fue ahí cuando me puse de rodillas, jadeando y toby salió de mi. De inmediato Albert se coloco en frente de mi con su pene en mano, queriendo que se la mamara. Mi boca no es experta, pero valieron solo 5 mamadas para que este se corriera en mi boca, yo muy obediente, me tome toda su descarga. Parecía increíble, mis dos machos me habían llenado de leche por ambos lados.
Le había quitado la virginidad a toby, ahora se mostraba mas dócil, ya no montaba las piernas, ni los cojines, aunque cuando una mujer se ponía en cuanto delante de el, no perdía la oportunidad de montarla, cosa que nos daba vergüenza, pero ya serian detallitos en los cuales se podían mejorar. La relación de los tres mejoro mucho. Ahora teníamos tríos, primero Albert me cogía, y cuando me llenaba de semen, toby lamia primero su verga, luego mi vagina y después me cogía. Me encantaba la verga de toby, y la dimensión que tomaba cuando estaba bien hinchada. Ya no había necesidad de masturbarme cuando Albert salía de viaje y sentía ganas, porque toby, mi macho/hijo perruno, estaba ahí para complacerme. Lo hacíamos casi todos los días, generalmente era el quien me buscaba, y el espacio siempre era la cocina, solo se ponía en dos patas y golpeaba mi pierna con su pene, yo como buena madre complacía a mi bebe, y me ponía a cuatro patas para para recibir su tronco. Aquello me excitaba de sobremanera, de tal forma que aun no me había agachado, cuando ya tenia la vagina mojada. Hubo algunas veces en las que Albert nos atrapaba en pleno acto—mira que caliente esta mi perrita—decía mientras me metía su verga en la boca, y de nuevo, leche de mis dos machos.
Así fue como le quitamos las ganas a toby de andar cogiéndose todo lo que veía. Si les gusto, háganmelo saber.
Excelente!! muy buena mami y papi para toby!. Continua relatando no te demores 😉
Mi papá me hizo que fuera en silencio a su cuarto para que para que atrapara a mi mamá haciendo oral a mi perro y me dijo que no se enojaba si quería darle a mi mamá y para darme confianza me dijo que Cojia con su papá y con sus dos hermanos que no me preocupe por qué no me acepte por qué le gusta mucho entre familia y yo quiero que me enseñes como haces que gima y compartas con ella
Vengo a dejar una solicitud
se le solicita, que de buena Fe y con gran corazón le pueda proporcionar a este usuario de 22 años, su número telefónico para relacionarse con usted de una forma amistosa/romántica, siempre que pueda hablar y platicar sin restricciones
Me encantó. La forma en que lo contaste fue tan realista que me confunde jajaja
Me encanta y aunque no soy especialmente amante de la zoofilia no te negare que me excita y en especial este relato.
Espero que puedas continuarlo e incluir a tu hija María 😍