MI primer dulce encuentro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un saludo a todos, me gustaría compartir mi experiencia que no se trata de un relato de ficción como he podido leer algunos, esta es mi historia de cómo me inicié en la zoofilia, no puedo mencionar la edad a la que me inicié por que para ese entonces era menor de edad, mi papa me había regalado dos conejos los que los criaba en el fondo de mi casa, mi mamá me había ayudado a acondicionar unas jaulas para estos; también tenía un cachorro que tenia aproximadamente un año de edad se llamaba OSO y hasta entonces no se había tenido sexo y tenía la mala costumbre de “montarse” a todas las personas que se inclinaran por algún motivo, esto le molestaba mucho a mi papá, decía que el perro era demasiado mañoso. A mí en más de una oportunidad se me había trepado pero no me molestaba, aun no había malicia en mí.
A Oso no lo dejábamos entrar en casa, por lo que lo teníamos en el patio de la casa así como a mis conejos.
Un día mi papa dijo que teníamos que “cruzar” a Oso porque era su naturaleza, entonces pensé que si dejaba que oso me montará dejaría de hacerlo con otras personas y ya no molestaría a mi papá, entonces todos los día que le llevaba la comida a mis conejos me metía en el cuarto de herramientas (este quedaba en un apartado del patio) me ponía de rodillas para que oso lo hiciera conmigo pero con ropa sin penetración, pensaba yo que para oso sería suficiente montarme, hasta que mi mamá me preguntó donde me había sentado que tenía mi pantalón mojado, no había tomado en cuenta yo que mi perro con cada intento de penetrarme lanza chorillos de esperma, hay que comprender que para ese entonces yo no sabía mucho de sexo y meno del sexo animal, no sabía que oso no solo tenía que montarme, sino que también tenía que penetrarme para que sus deseos desaparacieran.
Ya había dejado muchas veces que oso me montara con ropa y tengo que confesar que se siente muy rico como el animal hincaba con su sexo el mío y me gustaba mucho ese golpeteo.
Para evitar que oso mojara con sus líquidos mi ropa, pensé llevar falda y levantarla para evitar me moje la ropa con su pene, apretar mis piernas y así no lo dejaría entrar. Ya en el patio me arrodille como siempre, al instante oso me monto, el ya estaba acostumbrado, esto lo hacíamos meses, saco de su capucha su delicado pene este era de tono rosa, empezando con sus golpeteos rítmicos, yo para poder ver lo que oso me hacia colocaba en el piso debajo de mis piernas un espejo, osito me estaba hincando las nalgas pero ese huesito que tiene en el pene sin las ropas duele mucho y a pesar de tener las piernas apretadas este me logro meter su pene, la verdad no me dolió nada solo sentí que el pene de mi perro entre completo y el trató de seguir moviéndose apretándome con sus patas hacia su sexo yo al sentir su sexo dentro de mi me quise levantar, pero no pude por el peso de oso, instintivamente me eche en el suelo soltándome de él pude verlo a oso arqueado moviéndose rítmicamente como si yo estuviese aun debajo de el botando chorritos de semen con cada movimiento. Fue la primera vez de oso y la primera vez para mi yo a pesar de ser virgen no sangre.
Recuerdo estar muy asustada por haber dejado que oso entrara en mi, el me había echado esperma dentro (no es verdad que el perro como el hombre eyaculan al final del sexo como he leído unos relatos, el perro eyacula desde que penetra a la hembra), me di cuenta de eso porque cuando el se despegó de mi, unas gotas salieron de mi vagina cayendo en el espejo que estaba bajos mis piernas, esta fue la primera vez que vi esperma, era de sabor algo raro, liquida y muy turbia, por la ignorancia de mi edad pensé que podía quedar embarazada, no sabía si contarle a mi mamá el hecho, por supuesto decirle que fue un accidente, y no, que yo lo había permitido.
Decidí no hacerlo más y si pasaba “algo” hablaría con mi mamá, pasaron unas semanas y creo que tanto oso como yo queríamos “jugar” nuevamente. Así que pensé en dejar que oso me penetrase pero que para esto debía enterarme un poco de cómo debía hacerse el sexo, empecé a observar como lo hacían los perros callejeros pero no me gusto por lo brutal que se veía, muchos perros montan a la hembra que está en celo y hay muchas peleas por ella, además de los gruñidos que da esta cuando uno la abotona y el macho solo pierde el interés si abotona a la hembra, de lo contrario lo intentará repetidas veces.
Sabía entonces que tenía que dejar que oso me penetrase y abotonase para que se le pase las ganas, las mujeres no podían quedar embarazadas por animales y que los perros tienen un bulbo que abotona a las hembras para poder eyacular todo.
Tanto mi papá como mi mamá trabajan por lo que yo estaba toda la tarde después de llegar del colegio sola en mi casa. Por lo que podía hacer lo que quisiera sin tener que preocuparme por qué alguien me sorprenda (que si ocurrió una vez pero eso será otro relato), así preparé mi encuentro con oso llegando de mi colegio me duche y busque a oso, creo que oso sabia de mis intenciones y tenia tantos deseos de tenerme como yo a el, yo me arrodillé como siempre pero esta vez sin calzón, oso prácticamente se abalanzó sobre mi pero no podía penetrarme no atinaba a mi vagina, el intentaba suavemente pelando la puntita de su pene y toqueteando mis partes hasta que logro entrar en mi vagina que se encontraba mojadisima, un poco mojada por oso y otro por mi, pero oso en su desesperación me bombeo un par de veces se salió y me hinco afuera eso dolió mucho y los que realmente han tenido sexo con un perro saben cómo se siente cuando un perro no atina.
Ya pasado el dolor volvimos a intentarlo, esta vez con éxito osito me penetró moviéndose dentro de mi muy rápido aproximadamente 30 segundos fue muy cálido me eyaculo tanta esperma que se escuchaba un chasquido con cada movimiento, y es verdad, sentí el bulbo de mi amante crecer dentro de mí, cerré fuerte mis piernas para no dejarlo escapar pues por el tamaño de su pene sabía bien que dolería mucho, echándome de costado haciendo que oso se echara detrás mío sin sacar su pene de mi interior, echados unidos por nuestros sexos en una copula perfecta acariciaba a oso mientras sentía las palpitaciones de su pene en mi matriz, podía sentir su corazón a través de su miembro, sentí gran emoción y placer pues con una mano acariciaba a mi amante y con la otra frotaba mi clítoris, el placer es indescriptible, pasados 40 minutos sentí a oso reducir el tamaño del bulbo pero no nos separamos hasta que sentí que el semen de mi amor mezclado con mis flujos corrían por mis piernas, pobre oso si que tenía ganas, ya en el baño pude ver la cantidad de esperma que me eyaculó.
Dejé que oso lamiera nuestros flujos echándome boca arriba separando mis piernas para que así oso terminase su trabajo, poniéndome de rodillas intente ser penetrada nuevamente por oso pero los perros solo tienen sexo una vez por día.
Así lo hicimos por todas partes de mi casa, ya tengo haciéndolo 8 años seguidos de lunes a viernes cuando no estoy con la regla, cuando la regla me vino por primera vez recuerdo no haberlo hecho, e intentado tener con oso sexo oral, pero no pude, porque oso cuando siente mis labios golpea mis dientes y podría cortarse con estos.
El año pasado mi papá me ha regalado un perro muy lindo peludo blanco con negro ya les contare, me gustaría enviasen comentarios no groseros tal vez me anime a contarles algo más.
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