MI PRIMERA VEZ
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SAKURA18.
Hola a todos, quisiera relatarles como fue mi primera experiencia tanto sexual como en la zoofilia. Nunca había tenido relaciones sexuales; me llamo Monserrat. Soy alta y tengo un cuerpo muy lindo, mis senos son de tamaño mediano, tengo una cintura menudita y mis nalguitas son muy redondas y paraditas, y caderas lindas, por lo que muchos chicos me deseaban, pero sólo había tenido un novio y lo mas que habíamos llegado era a que me tocara en mis partes íntimas, pero sin que me penetrara. En casa tenemos de mascota a un un Pit Bull Terrrier de aproximadamente 3 años que se llama Axel. Es un perro muy juguetón.
Cierto día en que después de nuestra rutina de ejercicio nos encontrábamos platicando mi tía Angélica (ella es mi instructora) y yo, ese día mis papás habían salido de viaje con mis dos hermanitos y llegarían hasta la noche. Estábamos tan metidas en la plática mi tía Angélica y yo, que no nos dimos cuenta que mi perro se escapo a la calle, y como cerca de mi casa había una perra en celo, fue directo a ella y la quería montar.
Fue un lío tremendo volverlo a meter a la casa, pero ya después de un buen rato, mi perro se acostó debajo de la mesa y noté que tenia parte de su miembro afuera con una gotita blanca saliendo, mi tía Angélica lo vio y dijo,"Mira como está Axel, como no se le hizo con la perrita, ahorita está sacando sus líquidos" Yo me reí y dije que que lastima que no tiene dinero porque si no se iría a un prostíbulo de perros. Estuvimos así un rato burlando a mi perro. Yo comente que nunca había visto follar a dos perros y era la verdad; mi tía Angélica me dijo que era cachondeo puro, entonces se la escapo en medio de la conversación una expresión que fue bastante obvia "cuando te lo meten y se traban, no hay forma de soltarse hasta que eyaculan" Mi tía Angélica se quedo colorada y yo boquiabierta, aquello se le escapó y se dio cuenta, de que yo a mi vez me había dado cuenta de ello y a mi también se me ocurrió decirle: No me digas que lo hiciste alguna vez con un perro?" Mi tía Angélica se quedo muda y como no sabiendo que decir; pero al final me dijo que sí pero sin mostrar vergüenza alguna.
Yo me reí y me salió del alma, eso hizo que ella también se riera y ya empezó a hablar del tema con mas soltura y me pidió mil veces que no se lo contara a nadie; dijo que era una sensación muy bella, pero que era un poco difícil si el perro no quería o no tenía ganas de hacerlo. Me comento mi tía Angélica que la primera vez había sido por casualidad, que estaba en su recámara y tuvo que arrodillarse para coger algo que se le había caído debajo de la cama y que el perro se la había subido. Después un día sola en casa y como le picaba la curiosidad, se había desnudado y el perro (un doberman) la había montado, pero según ella para que la pudiera penetrar lo había tenido que guiar. A mí aquella conversación me gustaba y me ponía realmente excitada hasta que mi tía Angélica me dijo que lo debería de probar. Yo estaba confusa y por un lado me parecía una cosa obscena pero por otro lado la idea me excitaba muchísimo. Finalmente y haciéndole caso al corazón y porque realmente me encontraba excitada le dije que si, que me gustaría probarlo, que me tenía confianza al hacerlo, pero con ella, y pensé de que seria una cosa excitante.
Entonces mi tía angélica comento que lo íbamos a hacer en mi recámara, que era mejor y se estaba más a gusto, fuimos a mi habitación y trajimos dos sábanas, mi tía Angélica las tiro en el suelo y corrió las cortinas de las ventanas, mi tía sugirió hacerlo a la luz con velas, porque daban una iluminación mas tenue. Aquel ambiente la verdad es que me tenia súper excitada y por otro quería salir corriendo. Entonces mi tía Angélica me dijo que me desnudara, yo comencé a desnudarme y ella me ayudaba, me quite la blusa y el short que traía puesto, el brassiere y las pantys. Mi perro Axel miraba acostado en las sábanas como si supiera lo que iba a pasar, me senté desnuda en una silla y mi tía me dijo que lo mejor que podíamos hacer era traer miel o mermelada, para que el perro oliéndola y luego untándola en mi sexo se sintiera con mas ganas de hacerlo.
Tomo un pequeño frasco de la cocina, unto sus dedos en la miel y se la dio a lamer y a oler a mi perro y después me la unto por los pies y subió untándomela por las piernas hasta mi sexo y el ano. Mi perro la fue lamiendo, primero por los pies lo cual ya me excito muchísimo, después por las piernas hasta que llego a mi sexo y al ano y me los comenzó a lamer, mi tía Angélica me dijo que me levantara el culito un poco hacia arriba para que "Axel" pudiera lamer mejor; para que la postura no me resultara demasiado forzada, ella me sujetaba los pies por los tobillos proporcionándome una postura comodísima.
Mi perro lógicamente lamió toda la miel pero continuo lamiendo mi sexo, dándome un placer indescriptible, entonces mi tía me dijo, "bueno, ves, ya estas disfrutando y el se ha encariñado con a tu sexo" y me dio un beso en la boca que yo correspondí con pasión, estuve así un rato hasta que tuve un orgasmo que me lleno de placer, mi tía Angélica mientras mi perro lamía, me acariciaba la cabeza y los pechos y me repartía besos por la cara, el cuello y alguno en la boca. Ella comenzó a desnudarse y yo a mi vez la ayudaba como ella hizo conmigo. Una vez que estuvimos desnudas con un ademán me dijo que me pusiera de rodillas y llamo al perro, el perro olisqueo mi sexo y lo lamió de nuevo y ella me dio un par de palmadas en mi espalda y "Axel" se me subió, apoyo su pecho en mi espalda y comenzó a dar empujones sin acertar a mi sexo, pero mi tía Angélica tomó su pene y lo guió a mi vagina, una vez dentro mi perro empezó a penetrarme muy rápido, al principio sentí un ligero dolor pero después se torno en placer, mi tía Angélica se acostó debajo de mi y comenzamos a besarnos.
Al cabo de un rato note que el pene de mi perro echaba gran cantidad de líquidos que se salían de mi vagina y me resbalaban por las piernas, su pene también engordaba dentro de mí y mi primera intención fue separarme pero mi tía Angélica dijo que no lo hiciera, porque ya estaba atorado y que no me podría safar y además en breve eyacularía, al cabo de un rato así sucedió, mi perro comenzó a eyacular y yo a notar como su semen se salía de mi vagina y empezaba a chorrear por mis piernas, la cantidad de semen que echa un perro es increíble, mi perro se bajo de mi y quedo trabado a mi vagina, continuaba eyaculando y yo notaba presión dentro de mi sexo y un gusto enorme.
Estuvimos así un buen rato hasta que note que la presión disminuía ya que el bulbo del perro comenzaba a ceder. Mi tía angélica se levanto y quito el pene del perro de mí vagina, comenzó a untar el semen por mis piernas y a besármelas, yo había tenido otro orgasmo bestial y estaba ya desfallecida. Finalmente me limpio el semen con un trapo de la cocina y nos besamos llenas de felicidad, me lleno de besos, de la cabeza a los pies y yo la correspondí a ella de igual forma, deteniéndome en su sexo con mas detalle.
Me dijo que tenia que ir al año y orinar aunque no tuviera ganas y lavarme bien, así lo hice. La verdad es que fue fantástico y desde aquel día mi temor, pudor o como se quiera llamar desapareció en ese aspecto para siempre. Aquella noche dormimos juntas e hicimos el amor pero las dos solas sin compañía perruna. A la mañana siguiente estaba un poco dolorida pero la verdad…………………mereció la pena.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!