Mi primera vez con un caballo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy una mujer de 30 años y lo que les voy a contar sucedió hace 8 años. Entonces tenía 22 años, cabello largo y castaño, tengo un buen cuerpo, no muy alta pero con buen culo y grandes pechos, y me encanta el sexo.
Por aquel entonces vivía en Madrid ya que me encontraba estudiando, eramos tres chicas en un piso y hacía como 6 meses que me había peleado con mi novio, asi que mi calentura la consolaba masturbándome con un enorme vibrador, que ya conocía todos mis agujeritos.
Siempre me atrajo la zoofilia, había visto videos en internet y muchas noches me había masturbado viendo a una chica dejándose coger por un caballo y bañarse con su semen, ya que era mi fantasía favorita. Nunca imaginé que pudiera llevarla a cabo,y mira por donde…
Resulta que la familia de una de mis compañeras de piso tenía una finca cerca de Madrid y me invitó a pasar allá unos días para relajarnos después de los exámenes. Era una finca enorme, con gallinas, conejos, vacas, y un precioso caballo andaluz llamado César. Desde que llegamos me enamoré de ese enorme animal, era precioso, blanco, muy alto y fuerte, y según me dijo mi amiga Rosa muy noble, pero no podríamos montarlo ya que estaban reparando la silla. Me quedé apenada por no poder pasear sobre César pero nos dedicamos a bañarnos en un pequeño lago y a disfrutar de unos días de reposo. Por las noches soñaba con estar a solas con César y me masturbaba como una loca pensando en como sería sentir su tranca sobre mi cuerpo….
Y la suerte se puso de mi parte ya que al tercer día surgió un problema familiar y mi amiga y sus padres tuvieron que ir urgentemente a Toledo ya que había enfermado una tía y les había requerido por asuntos del testamento. Me dijeron si quería que me dejaran en casa ya no quedaba nadie en la finca pero les dije que si no les importaba prefería quedarme ya que en un principio iban a volver a la tarde, pero al mediodía llamaron diciendo que iban a tener que pasar la noche fuera, que si quería podía quedarme cuidando que todo quedara bien cerrado, yo les dije que no se preocuparan, que estaría bien y que al día siguiente ya volverían.
Vi el cielo abierto con estas circunstancias, así que me fui corriendo a buscar a César y comencé a acariciarle mientras le hablaba, diciéndole que se preparara porque quería ser su amante por un día. Fui a la casa a coger unas zanahorias y manzanas, me desnudé,me duché y volví al establo. Hice que fuera cogiendo confianza conmigo mientras seguía con mis caricias por todo el cuerpo, llegué a sus enormes bolas y las masajeé con delicadeza, notando como iba excitándose, y de pronto empezó a salir de su funda una enorme polla negra, se ve que le estaba gustando lo que le hacía. A estas alturas yo ya estaba chorreando, me toqué mi mojada concha y tuve un orgasmo inmediato, y mientras gemía de placer César acercó su cabeza a mi culo y con su cálida lengua comenzó a lamer los jugos de mi corrida, así que me puse frente a él, subí una de mis piernas a la barra donde estaba atado y me dejé lamer por esa enorme y rasposa lengua que me hizo correr dos veces más. Ahora sí me abalancé sobre su polla que estaba toda fuera, debía medir al menos 50 cm, con una gorda cabeza y medio dura, la acaricié como una posesa, apretándola con mis manos, y empecé a chuparla con mi lengua en toda su longitud, luego intente meterme la punta en la boca pero solo pude un poco, le metía la lengua en el agujerito y se le iba poniendo cada vez más dura.., me pareció que se acercaba el momento y le masturbé con las dos manos mientras le lamía la punta de esa enorme tranca, hasta que empezó a soltar tremendos chorros de semen muy caliente que me llenaron la boca, la cara, las tetas y me llegaron hasta mi coñito, quedé empapada y me froté como una loca hasta correrme de nuevo. La polla de César aflojó un poco, por lo que aproveché y me la meti en la boca, apenas los primeros cms, sabía tan rica que seguí un buen rato, entrando cada vez más profundo en mi garganta mientras le acariciaba las bolas hasta que de nuevo se le fue poniendo dura, aguanté hasta que tuve que sacarmela de la boca y sin pensarmelo dos veces me la acerqué a mi mojadísima concha y la froté por toda la raja, llegando en ese momento al orgasmo más intenso de toda mi vida…
Creo que me volví loca porque quería que me penetrara pero no encontraba la forma, así que fui en busca de una mesita, encontré una en el cuarto de aperos, la coloqué debajo de César y yo me puse a cuatro patas sobre ella, agarré la tranca de mi querido caballito y la puse a la entrada de mi concha, y en ese momento dió un empujón y me metió más de la mitad, creyendo que me partía por la mitad, me eché hacia delante todo lo que pude para que no me entrara entera y empezó a meter y sacar aquella enorme verga haciéndome la mujer más feliz del mundo, me sentía totalmente llena de polla bien dura y caliente, hasta que de pronto sentí como un volcán en erupción dentro de mi y me llenó de leche caliente hasta las entrañas.
Cuando la sacó sentía como chorreaba el semen por mis piernas, estaba absolutamente reventada y feliz, recuerdo que me recosté en la mesa, tal y como había quedado, y me quedé dormida hasta bien entrada la noche…, y bien que la aproveché porque mi querido César también probó las delicias de mi culito, pero eso será otra historia. Espero que hayais disfrutado.
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