Mi primera vez. Una experiencia inolvidable!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Primero que nada me llamo Paola, tengo 18 años y lo que les contaré me pasó hace apenas un par de semanas. Yo siempre he sido una chica muy tranquila, dedicada a mis estudios, y muy buena hija, salgo poco de casa. Pero desde hace un tiempo para acá descubrí lo caliente y atrevida que puede llegar a ser una mujer cuando es guiada por las ganas, la pasión y el deseo.
Yo soy de contextura delgada, pero bien proporcionada, buenas pompis, unas lolas ni muy grandes, ni muy chicas, pero bien paraditas, ojos color ámbar, cabello liso, largo, negro azabache, piel blanca. Y bueno, no es por nada pero en el colegio tengo a más de uno que bota la baba por mí, ya que muchos dicen que soy muy linda, cosa que es muy cierta.
Bueno, una tarde estaba yo buscando información para el cole cuando de pronto entré sin querer a una página donde vi a mujeres teniendo relaciones con animales, perros, caballos, etc.
Al principio me dio un poco de asco y hasta pensé que esas mujeres estaban locas y enfermas, pues no es nada normal, cosas que hasta ese momento creía. Ese día cerré la página, pero quedé con la curiosidad de ver más, no sé por qué. Yo misma me decía: “Estás loca, qué te pasa”? Pero aún así no dejaba de sentir curiosidad, hasta ese momento sólo curiosidad. Una tarde decidí entrar, ya no me podía seguir aguantando, además, nadie más iba a saberlo, no tenia que temer. Entré y vi algunos videos, pero algunos muy cortos, pero veía lo suficiente, me impresioné mucho de lo que veía, pero sin darme cuenta un calor inmenso invadía mi cuerpo, mis pezones se ponían tensos y paraditos, mi vagina estaba húmeda y babosa, me estaba excitando ver esas mujeres ser penetradas por perros y caballos. Luego empecé a tocarme y tuve un orgasmo muy rápido y muy explosivo, el mejor que había experimentado hasta ese momento. Creo que era lo prohibido, lo bizarro, no sé, pero mi mente se volvió un mar de preguntas y de ideas locas. Seguí visitando la página por un tiempo y vi muchos videos, me masturbaba muy rico cada vez que lo veía, se estaba volviendo ya una obsesión, pensé que me estaba volviendo loca.
Un día llegué a esta página y leí muchas historias de mujeres que tenían relaciones con sus mascotas y como lo disfrutaban, eso me excitaba al punto de que comencé a desear experimentar eso, pues ya no era suficiente masturbarme, quería sentir la verga de un perro dentro de mí y gozar como las mujeres de los relatos y los videos. Me estaba comenzando a convertir en una perfecta perra en celos, hambrienta de un macho que la cogiera muy rico y la hiciera estallar de placer.
Cierto día un amigo de la casa le dijo a mis padres que se iba a ir de viajes por unos días, el vive sólo y tiene un lindo perro de raza golden, con el que estuve fantaseando, pues vive frente a mi casa. Bueno, con él y todo perro que veía por la calle o en casa de los vecino, me preguntaba quién sería el afortunado en hacerme su perra. Continuando con lo del amigo de mis padres, pues se fue y dejó las llaves de su casa, para que nos hiciéramos cargo de la de él, de alimentar al perro y todo eso. Cuando escuché que se iba de viaje, me entró un fuerte calor en el cuerpo, me puse roja, pues sabía que era la oportunidad perfecta.
Subí a mi habitación y comencé a planear el momento en que lo haría, pues tendría que ser en la noche, ya que en el día la gente sospecharía si yo estuviese largo rato dentro de esa casa. Estaba ansiosa, nerviosa, deseosa. Una tarde fui a la casa a darle de comer al perrito con mi mamá, y se portó muy cariñoso conmigo, me lamia la mano, me movía la cola, como que presentía mis intenciones. Que loco, Jejejeje! En fin, me dije dentro de mí, tú será el afortunado Kaiser, porque así se llama el lindo animal, tú serás el que me hará toda una perra. Habiendo visto a quien sería mi amante, decidí que sería esa noche, no iba a esperar más, estaba decidida. Me di un baño, me depile bien, dejé mi conchita blanquita y rasuradita para mi macho. Las horas se hacían eternas. Ya eran casi las once y mis papás ya se habían dormido, estaban exhaustos por el trabajo. Subí a mi habitación, me puse un hilo negro muy sexi, una mini falda y una blusita, me puse muy cómoda.
Estaba lista, salí por la puerta de atrás, y me percaté de que ningún vecino me viera entrar a la casa, y luego lo hice, estaba haciendo la locura más grande que pude imaginar, estaba sudada, nerviosa y muy caliente. Entré a la casa y me fui al solar que es muy grande, ahí estaba Kaiser, al principio me ladró y yo me asuste, creo que no me reconoció, pero al ver que era yo, movía su colita alegre y me brincaba encima, estaba feliz de verme. Me agaché y comencé a acariciarlo, el lamia mi cara, y varias veces pasó su lengua por mi boca, eso me excitó mucho, yo también saqué mi lengua para sentir la de él, nos estábamos dando unos ricos besos, mi vagina estaba húmeda, yo lo acariciaba, estaba puesta de rodillas en el pasto detrás de un arbusto con él, de pronto noté que tenía su gran verga afuera, definitivamente se había excitado con mis caricias y besos. Quise tocarlo, por lo tanto llevé mi mano hacia su roja y enorme cosa, pero creo que le dolió un poco, pues chilló. Pensé que lo había lastimado, luego intente hacerlo nuevamente y esta vez se quedó tranquilo, estaba baboso y muy duro. Luego me acerqué un poco más y le di un beso, el estaba echando chorritos que caían sobre mis senos y cara, que rico se sentía ese semen calentito, ya me sentía una perra.
De pronto sin más ni más, lo metí todo en mi boca, sentía un sabor raro, pero no desagradable. Sentía como crecía cada vez más, mi vagina estaba a estallar, mis senos se pusieron muy duros y erectos mis pezones, ya no aguantaba más. Deje de mamarle la verga y me puse en cuatro, eché mi pantis a un lado y empezaba a caminarle como toda una perra, me daba unas palmadas en los glúteos como había visto muchas chicas. El se vino hacia mí y empezó a olerme, luego pasó su lengua por mis nalgas, eso me dio un escalofrió enorme, luego empezó a lamerme la conchita, que rico se sentía, yo pasaba mis manos por mis senos, metía mis dedos en mi clítoris, era la mejor mamada que me habían dado, era su perra, no paraba de gemir. Pero ya quería que me cogiera, que me hiciera suya, así que empecé a acercarme más hacia el caminando hacia atrás y sobando mis nalgas y así lo entendió, de un solo golpe salto encima de mí, me aprisionó con sus patas fuertemente de mis cadera y empezó a embestir muy rápidamente sin lograr meterlo, sólo rosaba mis nalgas y los labios de mi vagina, eso me hacia excitar aun más, las piernas me temblaban, quería sentirlo dentro de mí. Ya estaba cayendo en desesperación estaba súper excitada.
Abrí más mis piernas y puse mi cara contra el suelo par que mi culo quedara mejor a su disposición, el seguía embistiendo muy rápidamente, estaba babeando toda mi espalda, en una de esas puse mi mano por debajo de mi vientre logré agárraselo y ponerlo en la punta de mi vagina, en ese momento lo metió todo de un solo golpe, solté un grito pues me dolió un poco, de pronto estaba ahí, cumpliendo mi fantasía, me estaba cogiendo un hermoso perro, me vino un muy fuerte orgasmo que me hizo hasta babear, me temblaban las piernas, pues sus movimientos eran muy rápidos y salvajes, yo gritaba y gemía como perra en celo: AAAYYYY! AAAAAHHHH METELO TODO PAPÍ, QUE RICO! SOY TÚ PERRA, NO TE PARES MI AMOR, COJEME MÁS, DAME MÁS! AAAAAH! Estaba nadando en placer, nunca sentí nada igual. De pronto sentí que me aprisionó con fuerza y me dolió un poco, pues sentía que mi vagina se hinchaba, como si se fuese a partir en dos. Era una mezcla de dolor y placer. De pronto dejó de moverse e intento zafarse y un fuerte AUUUCH alió de mi, pues el halaba, estábamos pegados culo con culo, pero aún sentía muy rico.
Estaba descargando toda su leche dentro de mí, la sentía caliente, mi vagina estaba a reventar, sentía como sus chorros de leche chocaban con mi útero y salían de mi conchita, corriendo por mis piernas, pues era chorro tras chorro. Orgasmo tras orgasmo, que sensación tan divina, me sentía la perra más sucia de las perras. Metía mis manos para sentir ese semen caliente mezclado con mis fluidos vaginales y los llevaba a mi boca. Ahí estaba yo, una niña hermosa, buena estudiante, tierna, convertida en toda una perra. Luego pasaron como 15 minutos así pegados, no recuerdo el tiempo exacto, sentí que su pene se ponía flácido mientras descargaba su semen dentro de mí.
De pronto nos despegamos cuando escuché un Plop! Me derrumbé sobre la grama, estaba exhausta, cuando de pronto volteo y veo aquella enorme verga, era el doble de grande de lo que había visto y con una bola gigante, que fue lo que sentí dentro como que me iba a reventar. No podía creer que semejante verga había estado dentro de mi. Luego el se acercó, lamiendo mi vagina, que rico, pues me ardía un poco. Estaba muy dilatada. Eso me relajaba mucho. Sin darme cuenta había pasado más de una hora, me puse de pie con las piernas aun temblorosas, toda bañada en semen de perro, sudada y con un olor al más rico que sexo que se pueda experimentar.
Me despedí de mi nuevo amante, agradecida por tan rica cogida y le prometí que de ahora en adelante cuando hubiera la oportunidad, yo sería su perra, sólo de él. Me fui a casa como pude, me metí a la ducha y me fui a la cama pensando en lo rico de aquella experiencia. Había cumplido mi fantasía, pero era sólo el comienzo. Luego de eso pasó algunas veces más, pues mi vecino duró casi dos meses fuera del país. Ahora está aquí de vuelta, sólo espero que pronto se vaya de viaje para volver a entregarme a mi hermoso amante canino. Espero les haya gustado mi historia. Besos!
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