MI rica vecina zoofilica.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por meridano.
Estoy en un lugar lleno de hombres y yo soy su mujer, pero también soy hombre, las vueltas que la vida da.
Yo hace un año, cuando tenía 35 años, me divorcie, me llamo Julián y vivo en Mérida yo era un hombre como cualquier otro, excepto que me gustaba robar prendad femeninas de mis vecinas, vivo en Jardines de pensiones, una colonia de Mérida Yucatán.
Me subía a los techos por las noches y me metía a las casas, la cuestión es que mi esposa me descubrió un día y se separó de mí.
Ya estando solo, esos deseos morbosos aumentaron mucho y ya no me bastaba con robar, tenia deseos de ver.
En la casa de atrás vivia una joven maestra soltera de 23 años, se llama Jazmín y da clases en una prestigiosa escuela.
Ella es bajita, de pelo lacio, pero en la parte de abajo cuando comienza a quedarle largo se le pone algo ondulado, es delgadita, blanquita, es de ojos medio chinitos, tiene una linda voz, en pocas palabras, ella es hermosa.
No saben cómo deseaba entrar a su casa, pues ella vivía sola, solo deseaba espiarla y ya.
Ella entonces salió de compras y entonces me puse manos a la obra, la idea era ocultarme en su closet y esperar a que se durmiera y así poder ver todo lo que quiera.
Me baje entonces por el muro a su pequeño patio y con una ganzúa forcé la puerta de atrás de la casa.
Espere dos horas, había entrado fácil y directo al closet, ella llego y en seguida vino a su cuarto donde yo estaba, ella olía muy rico, la podía sentir desde donde yo estaba, estaba ansioso de ver que se desvistiera.
Pero pasó algo que me dejo con la boca abierta y cambiaria mi destino para siempre, por la puerta del cuarto entro un enorme perro de aspecto callejero, pero bien cuidado, era enorme, parecía cruza de gran danés, pero solo por el tamaño.
El perro vino directo al closet, y me morí de miedo, porque comenzó a oler por las rendijas de la puerta que es donde yo estaba mirando.
Afortunadamente ella no lo noto porque llamo por su teléfono móvil su madre, y escuche que el perro era de sus papas y ellos se iban de viaje y ella se ofreció a cuidar al perro.
Yo me moría de miedo porque el perro cambiaba toda la situación, el se veía nervioso, sabía que yo estaba ahí dentro
Pero algo me salvo, ella entonces comenzó hablarle al perro en un tono muy bonito y dulce.
Mat, no te desesperes, permíteme unos minutos y te daré lo que deseas.
El tono en que lo dijo y la forma en la que la toco ella las piernas, hizo que se me enchine la piel y me ponga muy caliente, pero desconcertado, no entendía nada, nunca había visto a una mujer hablarle así a un perro.
Ella tenía puesta una falda azul como las que usan las chicas de los bancos, le quedaba arriba de la rodilla y tenía además una blusa blanca y un saco azul, se veía preciosa.
Enseguida saque mi móvil para grabarlo todo, no entendía que pasaba, pero sabía que se pondría muy bueno.
Ella se soltó el cabello y este cayo sobre su espalda, se fue abriendo el saco, el perro estaba bien alterado, se ve que ya sabía lo que venía.
Se quitó la falda y la blusa, podía ver la como en mis sueños, en ropa interior, sin sostén, solo sus bragas, que eran blancas, como de niña.
Entonces el perro se puso de dos patas, y apoyo sus patas delanteras sobre sus hombros, así de grande estaba el perro.
Con fuera el la empujo hacia la cama, –mat—mat—tranquilo, ella decía riéndose.
Ella se acostó en la orilla de la cama, se quitó la braga. Y el perro enseguida fue directo a lamer entre sus piernas, el perro lamia como si fuera un helado.
Que hermosas piernas tenía esta niña. Blancas, delgaditas pero bien formadas, con un poco de bello entre las piernas, su senos pequeños, y su voz dulce, mmm—mat matt que rico, entre gemidos.
Mi pene estaba como un hierro de duro, ella cada vez que gemía, se arquea y se veía como sus senos se ponían duros, su respiración era fuerte y sexy.
El perro no paraba de lamer, ella abría las piernas y se separaba los labios vaginales para que el perro pueda lamer muy dentro de ella.
El perro de pronto, se paro de dos patas, colocándose entre las piernas de esa hermosa chica, se veía que ya sabía el perro que hacer.
El comenzó a moverse bruscamente y ella le decía que se calme.
El perro en seguida se puso más tranquilo, pero no se bajó de ella, entonces, ella se acomodó de forma que el pene del perro, que aun solo se veía una puntita roja sobresalir de su bolsa de piel, la puntita delicadamente quedo en la entrada de la vagina de esta chica, en tonces el empujo con todas sus fuerzas, ella pego un grito, con su mano derecha jalaba fuertemente la sabana , el ´perro se movía como loco, ella gemía, ayyy ayy no pares mat, estaba yo bien mojado, mis manos temblaban, luchaba por tener la cámara bien enfocada.
El perro dejo de moverse, y ella le dijo, –no te vayas a bajar–. El perro se quedó quieto, y pude ver como salía semen de la vagina de mi vecinita, mojaba la cama.
Ella movía su cuerpo y le decía al perro, ¿te gusta cómo me muevo? Una perrita no puede hacerte esto.
El perro le lamia lacara, era una imagen espectacular.
Pronto el perro se salió de dentro de ella, y wow, el pene era enorme, creo que el doble del mío o más grande, me sentí un poco humillado.
Ella se veía cansada, el perro también, así pasó ella acostada como media hora, hasta que se levantó, saco al perro al patio y ella se metió al baño.
Eso me sirvió para poder escapar. En la noche en mi casa, mire una y otra vez ese video, después de una semana, no podía comer, ni dormir pensando en ella, así que decidí hacer algo.
Le deje en la puerta de su casa, una copia del video y una dirección de correo electrónico. Me conecte y me puse a esperar, pude escuchar su auto llegar esa tarde, sabía que pronto hablaríamos por primera vez, pasaron 2 horas y anda, yo creí que lo mejor no vio ella el disco que le deje.
Pero de pronto, ella inicio sesión, de forma apresurada, ella escribió,
¿Quién eres?,
Un amigo,
¿Pero quién eres?
¿Cómo sabes mi secreto?
No importa quién soy, solo que lo sé, y se lo diré a todo mundo si no haces algo por mí.
Entonces el dije que me viera esa noche en una calle muy solitario de la ciudad, yo la esperaba en una camioneta a la cual le quite las placas, para que nadie me identifique, tenía además un pasamontañas.
Ella llego a la hora que le dije, 8:00 pm, ella se bajó de su auto, se veía muy nerviosa.
¿Qué quieres? Me preguntó ella.
Le dije, quiero que subas a la camioneta, y ahí hablamos.
Ella con miedo subió, le mostré el video en mi laptop sabía que la tenía en mis manos, quiero violarte, hacerte el amor hasta cansarme, si quieres que no le diga a nadie tu secreto, ella se negó, pero le dije que lo haría, comence a tocarle bajo la falda, ella comenzó a llorar, tenía todo planeado, me la llevaría un rancho y después de violarla, la obligaría a tener sexo con un caballo.
Pronto yo le estaba quitante la ropa, ella me suplicaba que pare, nadie te ayudara, eres mía.
De pronto unas luces, era una patrulla, intente huir, me persiguieron varios kilómetros, fue una persecución, tremenda.
Mi plan había salido mal, ahora la policía me perseguía y ella además estaba domingo, sabía que no diría nada, porque tenía el video en mis manos. Pero en un descuido, ella tiro la lap fuera de la camioneta y las patrullas la destruyeron.
Al final me detuvieron, ya no tenía con que chantajearla, así que me acuso de intento de violación.
Me dieron tres años de cárcel, ahora estoy purgando mi segundo año, al principio era feo estar aquí, pero una tarde unos presos entraron al baño mientras me duchaba y me mostraron que yo también puedo gozar como una chica y sentir lo que ellas, las primeras veces era a la fuerza, pero después yo solito me dejaba, me deje crecer el cabello y uso ropa de mujer , estos hombres están muy solos, ahora hasta regalos me dan.
Nunca creí terminar así.
Este relato es ficción.
Desde la Muy noble y muy leal Ciudad de Mérida.
21/09/2010
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