MIS ANIMALES 3ª Parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por POTRA.
Una de esas noches en que la luna parece que se va a caer del cielo de redonda y grande, la temperatura y el olor del campo te acarician los sentidos y como siempre me senté en el porche a disfrutar de ese momento. Estaba sentada en el balancín donde mis papas se sentaban y en alguna ocasión los pesque dándose arrullos, mi papa tan grandote y fuerte y mi mama tan menudita, delicada y guapa pero con un genio, cuando se le torcía el flequillo, como decía mi padre había que salir corriendo, pero era dulce y amorosa era raro verla enfadada. Al parecer he heredado todo eso de mi madre pero ella era más guapa que yo, con esos recuerdos y sentada en su lugar favorito las lagrimas no tardaron en aparecer y me venían los recuerdos de mi madre que le gustaba que me sentara en su regazo y me mecía como a una niña y a mi padre que llegaba y nos tomaba a las dos y nos levantaba en volandas entre risas, cariños y miles de besos.
Me preguntaba mil veces ¿Por qué? en ese momento sentí la mano de Rubio que se apoyaba en mi pierna, como me conocía y sabe cuando estoy triste, se me queda mirando fijamente gimiendo y moviendo su peluda cola, me incorpore y lo abrase y bese su hocico fresquito y húmedo, al momento llego Negro a ver qué pasaba este es una locomotora que me tiene el cuerpo lleno de cardenales porque me tira al suelo cada vez que me echa las manos para saludarme es un bruto y mis dos cachorros hijos de Rubio que lo alborotan todo y no paran de jugar con Negro. De repente sonó una voz en mi mente que me dijo que fuera a por Potro y me diera un paseo por el campo con mis perros, dicho y hecho encerré a los cachorros y subí a cambiarme y en mi habitación me cambie y me puse una camiseta de algodón larga, fui a por Potro y parecía que me estaba esperando, todos me miraron extrañados me nos Burrita que duerme como una marmota, pasa de todo la tía.
Cuando le pongo el cabezal él sabe que vamos de paseo, en mi casa no hay monturas ni bocados ni nada de eso no permito que se dome un caballo o se monte una yegua cosa que me critican pero meda igual acertada o equivocada es mi norma. Potro no sabe que es una montura solo lo monto yo a pelo y el cabezal porque está muy guapo con el puesto, el sabe donde están los rincones favoritos de mi finca y no tengo que indicárselo, de hecho la mayor parte de las veces no se lo pongo.
Fuera de un brinco me monte en Potro y salió al paso haciendo algunas de sus vaciladas cuando me monto y le digo bajito ya me tienes conquistada presumido, el brillo y la belleza de mi Potro bajo la luz de la luna es indescriptible, con sus largas crines de pelo suave pero fuerte y todo el negro como la noche.
Cuando pasamos por delante de la casa me quite las zapatillas para quedar descalza y a continuación me quite la camiseta y la coloque debajo de mi trasero, así desnuda sobre mi caballo recorrimos los diferentes lugares de mi finca llegamos a la fuente que ya en esta época tiene poco agua pero sigue siendo pura y cristalina y a Potro le encanta chapotear en el agua con las manos, asusta a las ranas que Negro se encargaba de perseguir seguimos paseando i disfrutando de la luz que la luna proyecta sobre el campo, con el relente de la noche sentí frío y me eche sobre Potro para que me diera calor, con la calidez de su cuerpo, su olor y las mecidas del paso me quede dormida sobre mi caballo, un relincho me despertó y estábamos delante de la casa, le quite el cabezal le di un beso en su narizota, una caricia en sus huevotes y con palmada de buenas noche se fue a su box de donde entra y sale cuando quiere. El relente me había dejado helada, me despedí de mis perros, Rubio se fue con Potro, duermen juntos y Negro me acompaño a ver los cachorritos que estaban plácidamente dormidos, son dos bolitas de pelo, acaricie la cabezota de Negro y como siempre me correspondió con un lenguetazo en la mano, su lengua es como una manta mojada, se fue a dormir con su amiga Burrita. Me di una ducha calentita y dormí como un bebe.
Al alba salí a empezar los trabajos del día, di a cada uno su pienso y como siempre fueron saliendo, como no Burrita la primera con la locomotora de Negro detrás, ya son más y cada vez el trabajo es mayor pero no me importa hacerlo yo, así les doy los buenos días, y los acaricio uno a uno.
Esa mañana tenía que ir al pueblo, entre en mi despacho y prepare unos documentos que tenía que llevar a la gestoría, siempre que voy al pueblo me gusta ir arreglada, con mi ropa de campo pero muy conjuntada y sencilla, reconozco que me gusta que me miren cuando voy bien arreglada, sobre todo aquellos que un día trataron de aprovechar las circunstancias de mi soledad. Al salir de la gestoría me encontré con el antiguo director del banco, que ya está jubilado, donde trabajaba iba con su mujer, una de esas personas buenas y cariñosas que existe, les pedí que me dejaran invitarlos a un café y estuvimos hablando de mil cosas y entre ellas de lo duro que fueron los comienzos y de lo contento que estaban de verme ya camino de convertirme en una empresaria, como era de esperar su mujer comenzó a hablar de mis padres y el nudo se hizo en la gargantas.
Al llegar, como siempre estaban esperando mis chicos, Potro con su cabeza erguida y su típico relincho, Rubio ladrando como un desesperado hasta que me bajo de la moto, siempre que me ve subir a una escalera o al tractor o en la moto se pone a ladrar como un desesperado, creo que considera que es peligroso y me riñe, Negro mientras me ve cerca de la moto no viene, le zurre un día que por poco no me tira, medio después una pena, me fui a saludar a Potro que como siempre me recibe con un galope cortito sobre el sitio y relinchado con sus ijares hinchados y alzando las manos, le di todos los besos que podía y me abracé a su cuello.
A la hora de la comida, como el hombre al que le he cedido la huerta a cambio de mantener las cuadras limpias y ayudarme en las faenas del campo, se marcho con su hijo. Cerré la puerta y me prepare de comer, al terminar, Rubio se vino conmigo al salón, sentada tranquilamente rubio empezó a darme con la pata y a mover la cola, cuando se pone así ya sé lo que quiere, me desnude y en cuanto me vio se puso contento y queriéndome montar es un perfecto amante, lo lave y ya no necesito estimularlo con nada con mis olores cuando estoy excitada sabe lo que tiene que hacer
Me tumbe boca abajo y comenzó a lamer mi entre pierna empujando con el hocico para que las abriera, la fui facilitando las cosa y los suspiros salían de mi boca sin querer, me tocaba con la mano para que le ofreciera mi sexo y poco a poco fui levantando mi trasero para facilitar sus lamidas que me sacaban gemidos de placer, me coloque en la posición cómoda para él y se subió sobre mí, con mi faja de motorista para que no me arañe comenzó a metérmela hasta que de un empujón metió su bola, me encanta esa sensación de dolor cuando entra de golpe y sigue empujando hasta que llega al fondo, es el momento especial notar su bola como se hincha y me va dilatando hasta que llega al máximo y descarga su primer chorro de semen dentro de mí y otro y otro, mis orgasmo se encadenan uno detrás de otro
Casi al unísono con sus descargas de semen, lo que más me gusta es la perdida de la conciencia durante unos segundos, que me encuentro metida en una especie de burbuja ingrávida y donde le placeres es lo único que existe en ese lugar, cuando se da la vuelta tiro suavito de su cola para que este dentro de mí el tiempo que quiera, le hago contracciones y le encanta, vuelve la cabeza y me mira, perece que me dice que me ama yo lo dejo que disfrute de mi lo que él quiera y es tan zorron que cuando se sale se queda quieto esperando que yo se la limpie y lo hago encantada como agradecimiento a mi macho y para demostrarle que soy su perita, se queda muy quieto y a veces se echa y se la como ya esta blandita y me la meto entera en la boca y se la dejo limpita, el problema son los ríos que me salen a mí, menos mal que se me ocurrió la idea del tampax si no tengo que cambiarme tres veces por lo menos. Para que hablar de Negro yo no sé donde tiene guardado esa cantidad de semen, son ríos lo que me sale y no sé donde se mete que me lave lo que me lave, de repente sale a borbotones y se mancha todo, yo creo que no hay en el termino unas sabanas y toallas que se laven más que las mías.
El verano estaba ya a las puertas el campo estaba precioso cuajado de flores y una de mis yeguas estaba preñadas darían a luz dentro de dos lunas.
Dicen que las mujeres tenemos mucha similitud con las yeguas, de hecho nuestro periodo de gestación es el mismo y la forma de nuestro sexo y situación es igual, si te colocas formando ángulo de noventa grados el cuerpo con las piernas, esta situado en el mismo sitio y se ve igual por detrás, yo me lo he mirado con dos espejos y son iguales y nos regimos por las fases de la luna para dar a luz, como es lógico los médicos estas cuestiones las niegan.
Mi plan para ser poseída por Potro seguía a delante e iba ideando meticulosamente la forma más cómoda y segura para mi caballo y para mi, quería que desde la primera vez Potro disfrutara conmigo, esa es una de las condiciones que me impongo y es que busco el placer de ellos por encima del mío, cosa que nunca sucede porque a mí me van a matar un día de gusto, espero que esos intensos orgasmos que siento no aumenten de intensidad por que no podré soportarlo.
Le pregunte al hombre si el conocía a alguien para hacer un trabajo sencillo, me comento que su hijo había ido a escuela de formación profesional, hice un dibujo con las medidas de una especie de banco con forma de dos medias lunas unidas por el lado recto, redondeado en los extremos, con idea de ponerlo debajo de Potro y no le molestara en las manos ni patas, con una parte central ancha donde apoyar mi espalda, las patas le pedí que fueran largas para yo ir probando hasta encontrar la altura exacta y cortarlas, para que Potro me pudiera penetrar sin dificultad. Como era de suponer, ellos creían que era para sentarme en las espera de los partos.
Un día que fui a la ciudad compre unos metros de cinta ancha de nailon con la idea de hacer un arnés que me facilitara las cosas con Potro, de vuelta llame a Potro y en su box tome medida de la tira central que iría a lo largo del lomo, la corte y ya tenía una, después medí las que irían como a treinta centímetros de los cuartos delanteros, corte dos tiras iguales, de vez en cuando me miraba como preguntando ¿qué haces?, hice lo mismo con las que pondría de tras. Por la noche en casa y con la máquina de coser, cosí las iras y le hice unos ojales donde podía meter los pies, en las tiras traseras y las manos en las delanteras, con idea de poder hacer debajo del un movimiento de sube y baja, con los pies metidos en los ojales traseros podía tirar con las pernas.
Llego el momento de la prueba y estaba perfecto, todo esto es posible gracias a la confianza que Potro tiene en mi y sabe que nunca le hare nada que le produzca daño, lo que sí hizo, como es tan juguetón es cuando salí de debajo volver la cabeza y quitarse el arnés y tirarlo lejos, todo para que yo se lo vuelva a poner y hacer la misma operación siempre me está haciendo cosas de esas como quitarme el sombrero que me pongo y salir al galope con él en la boca, todas esas cosa que mi caballo me hace son difíciles de creer cuando las cuento pero me encanta ver las caras de algún amigo cuando se lo demuestro, yo no le he enseñado nada de eso, porque entre otras cosas me parecen animales adiestrados para el circo. Guarde todo en una habitación donde están las cosas del botiquín y salí contenta con Potro empujándome con su cabezota salí corriendo y como era de esperar me alcanzo en dos pasos rodeándome y empujándome y alzando sus manos para mantenerse así durante un poquito todo acompañado de relinchos resoplidos y todos los ruidos que se le ocurren abrazada a su cuello aprovechando el paso de un brinco me subí a su negro y brillante lomo saliendo los dos en un veloz galope que hacen que me agarre a sus largas crines para no salir por grupa, así me tuvo un rato con Rubio y Negro corriendo y ladrando jugando los cuatro como chiquillos.
A media mañana llegaron puntuales a su cita unos alemanes que viven en la costa en una colonia donde la mayoría de los que viven son de la misma nacionalidad, este tiene una casa preciosa y muy grande donde tiene cuadras para caballos, es muy corriente entre ellos. me traían una yegua para que la montara Potro, bajamos la yegua y la puse en una zona, a ella sola, con un comedero con pienso, la yegua ya me conocía de las veces que he estado en su casa y lógicamente entro a verla y a acariciarla, les llama la atención que con migo sea tan dócil, pues por lo general, dice, que es muy arisca con desconocidos y de broma le dije que yo le hablo al oído y la digo lo guapa que es, entre risas deje a la yegua en un comedero con un poco de pienso.
Potro estaba en otra parte del cerrado, erguido y con los ijares hinchados, percibiendo los olores del celo, al rato le abrí la puerta y pase a Potro donde estaba la yegua, se acerco y lo recibió con dos coces que Potro esquivo como si supiera lo que iba a pasar, se quedo tranquilo sin hacerle caso a la yegua y mi amigo y la mujer pensaban que a lo mejor habría que dejarla, los tranquilice y entre donde estaban, Potro se vino hacia mí alzando sus manos todo lo que podía y relinchando la mujer gritándome por creer que me estaba atacando, corrí hacia él y me colgué de su cuello , me agarre a las crines, dio una carrera y de un brinco mote sobre él, la yegua se unió al juego y galopaba a nuestro lado, los dos estaban alucinados del espectáculo que estaban presenciando, aprendí a subir y bajar de mi caballo al galope, que mis golpes me costo y animalito lo pronto que venía en mi busca para ayudarme a levantar y yo molida en el suelo, al rato me baje y los deje solos, Potro venia donde yo estaba y no le hacía ni caso, la yegua se acerco donde estábamos nosotros y ni caso, me preguntaron qué pasaba que por qué no la montaba y con una sonrisa les dije: tranquilos que se la está conquistando, las sonrisa de escepticismo fuero grande. la yegua comenzó a seguir a Potro por donde quiera que iba y el sin darle mucha importancia, así estuvieron un rato hasta que la yegua se entrego como una ovejita a mi caballo, se acerco la olio levanto su cabeza con su bocota simulando una sonrisa y se subió sobre la yegua introdujo su magnífica, tranca negra y brillante, en el chocho de la yegua, tres empujones y un descomunal brinco que le introdujo hasta el fondo su polla y depositar su semen en ella, y unos cuantos bocaditos en la cruz, saco su chorreante instrumento, bajo y al momento se subió y con magistral puntería entres impulsos se la volvió a meter hasta los huevos como decía mi amigo, la mujer con cara de felicidad, yo estaba segura de la humedad que tendría entre sus piernas, porque yo estaba empapada , cuando Potro saco sus atributos de la yagua comenzó a chorearle el semen de mi macho, parecía que estaba rebozando y no le cavia mas, con una mirada maligna miraba a mi caballo como preguntándole ¿eso harás conmigo?.
Quedaron incrédulos del espectáculo que habían vivido repitiéndome una y mil veces que no podían creer lo que habían visto, saque a la yegua que estaba suave como un guante y la subimos al remolque sin rechistar, no era para menos des pues de los dos polvos que le había echado Potro, cobre los servicios prestados y se fueron sabiendo que raro sería que no tuvieran un escarceo amoroso después de lo visto.
Ya en mi despacho y después de poner en orden los papeles i facturas, me fui para las cuadras a darles el ultimo repaso y dejarlas como me gustan que estén de limpias y desinfectadas, la yegua que tengo próxima al parto la encontré un tanto tristona y estuve comprobando en las bases de sus orejas si tenía fiebre y no encontré nada anormal ni tenía perdidas y sus ubres estaban bien, tras esto monte en el tractor, con la consiguiente bronca de Rubio, para gradear una parte y prepararla para la próxima siembra, tras la comida ordene los sacos de pienso que me trajo un camión y coloque los pales en el cobertizo que tenia destinado para esto, tengo ya una habilidad manejando el torito que termino los trabajos en un santiamén tras recoger a mis potros y darles su pienso deje al resto recogido y en sus boxes correspondientes di un último vistazo y me fui para la casa tras cerrar todo y comprobar que todo estaba en orden.
Después de la ducha me gusta sentarme en el porche a pensar e imaginar las obras que quiero hacer para convertir mi explotación como yo quiero que sea con boxes amplios, cómodos, los cerrados con sus diferentes apartados para que los caballos estén felices y tengan una vida apacible. Los pedidos de potros aumentaban y quería en otoño ir e Sevilla para comprar cuatro potras ya a punto de ser cubiertas. Mis momentos de calma en el porche son del todo imposibles por culpa de estos tres y para colmo los cachorros que no paran de jugar y enredar, si me pongo a leer una revista Potro me la quita y sale al trote para que lo persiga con Rubio y Negro detrás que raro es el día que no me tira al suelo tratando de alcanzarme y los moretones aumentan por día, Potro se deja alcanzar y se pone a esconder la cabeza para que no le quite la revista, el periódico o lo que este leyendo, cuando cuento estas cosas a algunos amigos se ríen por que dicen que es amor de madre, con un poquito de ironía, pero las personas que lo han visto han llegado a emocionarse de la ternura con que me tratan estos seres que tengo la fortuna estén a mi lado, mis cenas en el porche es de todo menos una cena, Potro me quita la fruta, como llega a todas parte con su cabezota y con Rubio y Negro tengo que compartir lo mío, por eso me sirvo unos platos que parecen que van a comer un regimiento y si es pasta con Potro también por que le encanta y aparto una buena ración sin salsa, es muy divertido ver como come los espaguetis, son tan lindos y cariñosos, todavía recuerdo las noches en las que no tenía prácticamente nada que comer pero aun así la compartía con ellos.
Ya tranquilos y tras los juegos todos se echaron a mi alrededor y los cachorritos rendidos dormían uno sobre el otro con esas caritas tan dulces que tienen. La monta de potro a la yegua no dejaba de darme vueltas en la cabeza me resultaba increíble el comportamiento suyo y me provocaba un cierto desasosiego, me levante y di las buenas noches a mis apuestos acompañantes con las correspondientes caricias y besos y entre en la casa, cuando estaba bebiendo un poco de agua me di cuenta que Negro estaba mirándome y moviendo su cola, me extraño el verlo pero enseguida comprendí, los recuerdos de la monta de Potro me habían mojado un poco y Negro sin duda lo olfateo y al acercarme a el metí su cabeza entre mis piernas para que recibiere bien mis olores de hembra lo que de inmediato me puso a mil.
Tras prepararlo todo me desnude y me entregue a él para que disfrutara de mi, para eso soy su amante, su potente y enorme lengua me sacan gemidos de tremendo placer y lame mi sexo con una suavidad pero a le vez con un deseo que hacen que me retuerza de gusto, a Negro le gusta lamerme durante más tiempo que Rubio y claro mis jugos fluyen como salidos de un manantial, los orgasmos son a cual más fuerte y me preparo para que monte a su perrita, me toma con una mano a cada lado de mis caderas con una potencia de la que sería incapaz poder zafarme y comienza a buscar la entrada de mi chocho con su polla gigante hasta que me mete una parte, se queda quieto unos segundos, como advirtiéndome de lo que me espera, he de reconocer que siempre tengo cierto temor por el recuerdo del dolor que sufrí la primera vez, pero también tengo que reconocer que estoy ansiosa porque me la meta e invada cada pliegue y rincón de mi vagina con la potencia de su duro pene, comienza a moverse de nuevo y va entrando y abriéndose camino dentro de mí, notando como se dilata mi interior en cada centímetro que me mete, en el tercer o cuarto envite mis corridas comienzan en cadena y los sentidos se nublan en mi mente, de repente su deshinchada pero enorme bola se sitúa a la entrada de mi sexo, me preparo para recibir esa dilatación brusca que me hacen gemir de dolor mezclado con placer, arqueo lo mas que puedo mi espalda para que mi chocho se abra para recibir a mi macho y en dos acometidas me la mete hasta el fondo notando la tirantez de los tejidos en mi interior cuando su descomunal bola comienza a crecer de forma rápida y pereciendo que rechina dentro de mi ante tal magnitud, su punta toca mi fondo y el dolor continua con intensidad pero en cierta manera queriendo que aumente, con esa sensación de dolor y placer descarga su primer chorro de semen
Ya estoy atrapada y es imposible despegarse, con esa mezcla de dolor y placer mis orgasmo aumentan de intensidad, su semen quema mis entrañas y no puedo parar de sentir un orgasmo tras otro, a cada descarga de semen inunda mi interior y hace que no quepa una gota mas, el semen fluye por mis piernas produciéndome su calor un estremecimiento de lo más placentero, parece que no va a terminar nunca de inyectar sus potentes chorros, mientras mis fuerzas comienzan a flaquear ante tanto placer, la continuidad de tantos orgasmos me llevan al borde del desmayo. Cuando ha descargado en mi todo su semen el tirón que da al pasar la pata parece que se va a llevar todo lo que hay dentro de mí.
En esa posición me siento totalmente llena por dentro y trasladada a ese lugar de sensaciones indescriptibles donde el placer se puede casi ver y tocar, las palpitaciones de nuestros sexos son muy fuertes y trato de contraer mi vagina pero es imposible que se mueva un milímetro, por las falta de fuerza que tengo y por la dureza de su bola. poco a poco y a pesar de tenerme atrapada recupero los sentidos y voy siendo consciente de mi entorno, cuando me tiene atrapada me gusta tocar mi sexo y la base de su pene dándome caricias suaves en mis inflamados labios, espero el momento en el que Negro me suelte, cuando noto que su bola comienza a disminuir de tamaño me preparo para sentir ese momento en que su bola sale de golpe como expulsada de mi interior provocándome un sobresalto y acompañada por los ríos de semen que comienzan a salir, la idea que se me ocurrió de hacer una bola con mis pequeñas braguitas y taponarme mi todavía dilatada vagina fue la solución para no dejar todo perdido. Negro lame mis manos y mi boca donde he puesto restos de nuestro placer, esto me proporciona la sensación de ser besada con ternura por mi amante, yo le correspondo con caricias y besos como muestra de mi amor por él.
Seguramente estos sentimientos míos hacia ellos se podrán interpretar como algún trastorno mental, si esa fuera la realidad, quiero estar trastornada el resto de mi vida porque en mi relación diaria con todos ellos y no digamos en mis relaciones sexuales todavía no he encontrado nada que me produzca tanta satisfacción y felicidad como las que ellos me dan día a día donde no existe el interés, desconfianzas ni envidias, cosas que tanto practicamos y con maestría para conseguir estar más alejados unos de otros y cada vez sentirnos más solos
En el baño procuro por medio de abundante agua fresca lavar mi interior y a la vez aliviar mi maltrecho sexo que se encuentra inflamado y me da la risa de ver semejante tamaño entre mis piernas delgadas pero proporcionadas con el resto de mi cuerpo.
Al alba me dispongo, como cada día, a comenzar mi jornada pero esas mañanas en la que la noche anterior he disfrutado de la compañía de alguno de mis amantes, me levanto con el regusto en el cuerpo de los placeres vividos el día anterior, esos días mi forma de vestir cambia y en vez de pantalones me pongo una de mis faldas camperas para evitar el roce y la ropa interior, además de dar un toque muy femenino a mi delgada figura y por qué no?, además me encuentro muy guapa.
Tras el pienso me gusta estar un buen rato con mis yeguas y sobre todo la preñadas a las que acaricio sus panzas y ubres, siempre hablándoles y contando nuestras confidencias de hembras jajaja, cuando salen fuera y yo tras ellas, Potro me está esperando para ponerse a mi lado mientras observo mi pequeña yeguada y los potros que van creciendo sanos y fuertes ya destetados de sus madres.
Nunca me deja de sorprender la actitud de este caballo para conmigo, como olfatea mi cara y cuello, aguantando las cosquillas que me provoca su roce, para que siga demostrando su cariño hacia mí y en esos momentos en los que se pone con toda su impresionante figura erguida, los ijares hinchados como signo de fuerza y poder pe pongo flojita y me siento muy bien. Casi todas las mañanas cuando esta si a mi lado y desde que aprendí a subir al galope me agarro a sus crines y sale en un galope lento hasta que aprovechando el impulso, de un salto me subo en él y entonces sale disparado provocando la algarabía de todos que salen en estampida persiguiéndose unos a otros, es algo que vivo con una intensidad tremenda, el verlos contentos y felices galopando a mi lado, es una de mis grandes satisfacciones.
Pasados unos días decidí que era el momento de probar todos los artilugios que prepare para mi primera relación con Potro, cuando me quede sola me fui para la casa y en el baño con el cono inflable me puse una buena porción de lubricante y me introduje el cono para ir dilatándome y prepararme para facilitar la entrada del pene de mi caballo y no sentir dolor por la brusca dilatación, inflando poco a poco hasta notar la presión y el volumen que va adquiriendo tras un rato con el dentro considere que era el momento esperado. Al bajar y salir al porche estaban todos jugueteando con la participación de los cachorros y me quede extasiada de la actitud de Potro cuando se acercaban a él se quedaba quieto para no pisarlos, que era mi temor, permitiendo que se metieran entre sus manos cuando salían huyendo de las persecuciones de Negro o su padre mientras los buscaba bajando la cabeza y en el momento que veía que salían del refugio de su corpacho daba un brico y salía a la carrera tras alguno de ellos.
Por supuesto no interrumpí aquello porque era algo increíble lo que veían mis ojos. Dicen que no piensan, que no sienten la perdida de alguno de ellos e incluso que no ven los colores, por nombrar algunas de las estupideces que dicen los que lo saben todo porque tenemos tal vanidad que siempre comparamos a los animales con nuestra anatomía como modelo en que ha de ser comparada toda forma de vida, pero que tupidos y ciegos somos, entonces esto que está haciendo mi caballo que es instinto?, que es lo único que saben responder cuando no tienen ninguna respuesta o no quieren dar su brazo a torcer.
Cuando terminaron de jugar, tras un buen rato, ofrecerme la posibilidad de ver semejante de demostración de inteligencia, los deje que descansaran un rato, los perros se echaron todos juntos y yo sentada en los escalones de subida al porche mientras él me olía el pelo cara y pecho por lo que me desabrocho algunos botones de la camisa para que me pueda oler lo que quiera, tras un ratito de tenerle olfateando mi pecho y soltado su cálido aliento en ellos mi reparación cambio de ritmo y el deseo de tenerlo aumento me levante y me fui camino de su box, el se vino tras de mí y curiosamente los perros levantaron la cabeza, miraron y siguieron echados sin inmutarse.
Entre en su box, prepare el banco y el arnés, me desnude y note la humedad de mi deseo, acerque sus ijares a mi sexo pera que oliera el deseo que sentía su hembra, puse el arnés sobre su lomo, el banco entre sus ancas y a partir de ese momento no se movió un centímetro, con mi tubo de lubricante unte todo su sexo y comencé a darles suaves caricia que no tardaron en provocar efecto comenzando a salir su negro y grande pene que limpie con un paño empapado en desinfectante intimo jugué con ella poniéndola entre mis tetas repletas de lubricante y provocando que mi deseo aumentara al máximo, me tumbe sobre el banco y metí mis pies en los ojales del arnés, su pene ya a la entrada de mi sexo, cuando comencé a tirar para que fuera entrando, note que se ponía tenso como si algo le molestara, volví a tirar con las piernas hacia arriba y cuando estaba comenzando a entrar no paraba de darse latigazos con su cola en el lomo, era lo que yo desde abajo creía pues no podía verlo y cuando dejaba de tirar con la piernas cesaba de de sentirse incomodo.
Decidí salir de debajo y averiguar que pasaba a primera vista no encontré nada pero al apoyar mi mano sobre la costura del arnés vi que al ser la cinta de hilos trenzados no había tenido la precaución de cortarlos y se le clavaban con mi peso y le molestaban pobrecito mío decidí dejarlo asta solucionar el problema y me puse a acariciarlo para calmar su deseo, descargando sus chorros de denso y cremoso semen en mi boca que fue directo al estomago sin necesidad de tragarlos utilice los restos para acariciarme y de esta manera intentar calmar mi deseo sin conseguirlo.
Con la frustración que se me escapara ese detalle me fui para la casa con el arnés para solucionar el problema, Potro me acompañaba y daba empujaditos en mi espalda como queriendo animarme y la realidad era que siempre lo hacía para que saliera corriendo y el salir en mi persecución que como siempre me alcanzaba en dos trancos, me agarre a sus crines y al galope me subí en el saliendo como un cohete en cuanto noto que estaba encima, Rubio y Negro se unieron al rápido galope ladrando como posesos para alcanzarnos, llegamos hasta la fuente y paramos nuestra frenética carrera, esto me sirvió para calmar mis ansias de ser suya.
Ya de vuelta y al paso de mi caballo me eche sobre el enredando mi pelo con sus crines y acariciando mi cara con ellas. Tome del suelo el maldito arnés y lo guarde para al día siguiente forrar todas las costuras.
Al día siguiente y tras las faenas de la mañana, me puse a solucionar las costuras del arnés que de manera tan torpe se me escaparon y provocaron la incomodidad de Potro, que a pesar de notar los pinchazos no se movió en ningún momento, por la tarde, ya a solas, se lo probé cuando estaban todos delante de la casa y pude comprobar que había quedado perfecto, lo que me hizo mucha gracia es que probándole el arnés se le empezó a poner gorda al muy cachondo, lo que remedie quitándolo rápido y jugar un poco corriendo de un lado a otro y con la participación de todos.
Decidí que sería el sábado el gran día, ya que en esa época como no tenía operarios, el domingo estaba yo sola todo el día, salvo alguna visita de la colonia de alemanes donde empezaba a ser conocida.
Cuando ya todo estaba tranquilo y comenzaba a oscurecer llame a Potro y se vino tras de mi camino de su box, la excitación y los nervios me hacían temblar y para calmarme me desabroche la camisa para oliera mis pechos y jugueteara con ellos con sus labiotes gordos y carnosos, echando su cálido aliento sobre ellos lo que provoco que me excitara rápidamente, me desnude y di a oler el aroma de mi excitación que por aquel entonces no asociaba con mi deseo, cuando puse el arnés y el banco debajo del, comenzó como la vez anterior a salir su imponente pene, lo lave y unte una abundante cantidad de lubricante y la acaricie y bese con avidez, los nervios no me abandonaban, pero mi deseo pudo más y tras recostarme sobre el banco y meter los pies en los ojales del arnés, probé con movimientos de abajo arriba para ver si todo iba bien
Cuando situé su polla a la entrada ya empezar a echar liquido pre seminal, tire con mis piernas y note como comenzaba a abrirse paso dentro de mí, notando un placentero e intenso dolor por la dilatación de su tamaño, empuje con cuidado para conseguir que me llegara al fondo, antes de llegar me vino un orgasmo que llego como un latigazo lo que me provoco un estremecimiento que hizo que sin querer me la metiera hasta el fondo quedándome quieta por la mezcla de placer y dolor que sentía, poco a poco y tirando con pies y manos comencé a subir y bajar, notando en cada movimiento las palpitaciones de su pene dentro de mí, acostumbrada a su tamaño los movimientos eran más rápidos y siempre notando como llegaba al fondo de mi vagina, los orgasmo eran tan fuertes que los gemidos retumbaban en el box, no sé qué tiempo duro ni cuantos sentí pero de repente note que su punta se dilataba y la tensión de los músculos de mi caballo era enorme notando sus venas a punto de estallar, nuevamente el dolor se apoderaba de mi estrecha cavidad pero trataba de no parar enloquecida por el placer, en una de mis acometidas soltó una impresionante cantidad de leche dentro de mi notando como me achicharraba por dentro y un descomunal orgasmo me recorrió de pies a cabeza como una brutal descarga eléctrica
Con esa locura de sensaciones mi deseo principal era poder metérmela entera dentro de mi aunque me partiera en dos, con esta borrachera de placer mis sentidos me fueron abandonando hasta notar que me desmallaba y quedar postrada sobre el banco, no sé qué clase sentimientos tiene hacia mi Potro pero en esas circunstancias en la que me encontraba no podía defenderme en caso de empezar a moverse al notar que estaba colgada por las piernas debajo del. Poco a poco recobre el sentido y estaba inundada por dentro y por fuera del semen de mi caballo aun que ya muy flojito todavía estaba dentro de mí, abrace y bese la panza de mi caballo que estaba muy tranquilo y relajado, como pude solté mis pies del arnés y salí de debajo notando que mis piernas no me sostenían de pie, saque a rastras el banco y lo puse a la altura de su cabeza y me senté y me abrace a él llorando de emoción y besando su linda cara a lo que me correspondía quedándose quieto y con su boca apoyada entre mis piernas y con sus hilares hinchados aspiraba los olores de su semen mezclados con los míos.
Tras un rato tapone mi dilatada vagina con la bola de tela que hice con mis braguitas por que los borbotones de semen era tremendos, me vestí y recogí todos los artilugios y deje para otro momento la limpieza del banco que parecía lo habían sumergido en semen, como pude me fui para la casa acompañada de mi belleza negra y tierna.
Después de darme una tibia ducha me puse un tampax pera no ir soltando semen por todas pates, y al terminar la cena me pase un gran rato abrazada al cuello de mi caballo y acariciando su hermosa y brillante figura, parece que estoy viendo las caras de Rubio y Negro mirándome fijamente, dicen que ellos pueden ver el aura de las personas, pues si es así la mía tendría que ser de un color bellísimo en esos momentos y cada poro de mi piel rebozaba el placer que tenia dentro de mí.
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