• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos)
Cargando...
Fantasías / Parodias, Zoofilia Mujer

Naufraga

Nunca imagine que en una desgracia encontraria el amor y la libertad.
Naufraga

El sol esta en lo alto y mi espalda quemaba, me ardía. Tosí varias veces por el agua salada. Tenía encima un pijama de satín negro con encaje de dos cuerpos para este viaje y descalza. Mire a los alrededores y me encontraba en una playa de arena blanca y maletas como otras cosas a lo largo de ella. Y tierra adentro una selva contorneado por palmeras. Me puse a gatear unos metros más y me eché boca arriba con una mano cubriendo mis ojos azules del brillo solar. Tosí otra vez y escupí para respirar un poco. Me pregunte si estaba sola o no. Con esa pregunta me senté y seguí oteando por todas partes y no veía a nadie. El miedo se me puso la piel de gallina y me pare por esa idea. Y más angustiada me puse a gritar llamando a cualquiera que me oyera, pero solo contestaban las olas que reventaban en la playa. Me puse a caminar y eventual mente llame hasta que me canse. La isla era grande así que regrese y me preocupe más al notar que el día iba a terminar. Mis lágrimas cayeron. Y empezaba a sentir el frio y corrí a la selva. No tenía nada para cubrirme y empecé a buscar hojas de palmera secas. Horas más en la noche mi estómago gruño y la sed. Dios dije por un poco de agua. Al día siguiente la necesidad, creo, trajo recuerdos de documentales sobre la naturaleza y como tratar de sobrevivir comencé por ver que había en los escombros en la playa. Recupere dos maletas que parecían ser de mujer y solo fue de una adolescente más diría que de una niña. Solo muñecas, vestidos y sandalias que no me quedan. Otra vez tuve que caminar un poco hasta que encontré una balsa salvavidas destrozada que pude recuperar botiquín, un kit de pesca, kit de desalinización de agua que esperaba que también sirviera para limpiar agua que encuentre para tomar, un manual de supervivencia, un cuchillo y una bolsa de dormir térmica.

Donde estará el resto, solo Dios lo sabe. Después me empezó a doler la cabeza y me gruñía el estómago. Jalé todo lo que veía lejos de la orilla y me puse a buscar comida. Camine con una vara y golpeaba todo lo que me estorbaba en mi camino. Espero que no me pierda, me dije y seguí andando con dificultad. Algunas plantas sí que me rasguñaron la piel. Tarde mucho, no tenía calzado y cuando salí a un claro. Allí no había mucho. Estaba con árboles algo dispersos. Me acerque a uno y note que tenía una especie de fruto. Parecía como un plátano, pero aplanado de color morado algunos estaban amarillos, los chicos estaban verdes. Con el palo quise golpear para que cayeran, pero no dio resultado. Así que lance la vara para ver si le daba a uno y cayo un morado. No sabía si era bueno o malo, pero tanteé si no era venenosa, un pequeño mordisco y nada, pero sabía a peras algo pasadas. Espere por una hora y nada. Así que asumí que eran comestibles y me puse a estar cosechando el árbol de casi 6 m de altura. Comí y comí, estaba satisfecha y se me fue al hambre. Un sopor me abordo y me puse a dormir. Estaba cansada y con el estómago lleno. Pero me invadió una calentura que me llamo a masturbarme como desquiciada y ya no me acuerdo.

A la mañana desperté con una sensación caliente por mis glúteos me desperté asustada. Creí que era un lobo hambriento, pero viéndolo bien era un perro. Tenía una alzada de 60 cm de pelaje dorado con orejas bien paradas con un hocico en punta como un Pastor alemán. Tenía en su cuello un collar con placa que decía Sato. Me acerque para acariciarlo, pero se puso en posición para jugar comenzando a correr por el campo. Creo que tuvo suerte como yo de salvarse. Seguí el camino de exploración buscando agua o un camino o sendero hecho por el hombre, pero nada, excepto un riachuelo que remonté hasta arriba. A ver si había una fuente más grande y lo encontré. Un estanque de … creo de 50 m de largo por…70 m de agua cristalina alimentado por otro riachuelo más grueso que el anterior. En fin, agua por fin. Dios gracias, dije me acerque y tire una piedra para ver si estaba ocupado por un animal, pegue el líquido con la vara que tenía, pero no se presentó alguien que viviera allí. Así que me desnude y nade. Me sumergí para ver bajo el agua para inspeccionar el fondo. Solo vi roca y fondo lodoso con pequeños peces, nada satisfactorio para comer.

Que reconfortante nadar desnuda es como alcanzar la libertad. Me arreche de estar nadando sin nada. Una sensación erótica me abordo. Asumí que tendría 6 a 7 m de profundidad. Nade de orilla a orilla y no ocurrió nada, pero siempre vigilante. Presté atención en mi aseo y proseguí mi exploración. No alcance a ver huellas hasta ahora. Regresé al campo de árboles y procedí a bajar más fruta para llevármelas a la playa para repensar lo que había logrado encontrar y formar un plan. Pero pensando en la esperanza que me lograran rescatar.

Ahora, tengo agua y alimento…más una mascota. Necesito ver que más hay en los escombros depositados por las olas. Necesito botellas para llenar de agua después de pasarlo por la purificadora para poder beberla sin problemas. Tengo un cuchillo para hacer un refugio. Hay leña, un encendedor y el manual. Me puse a leer como para un examen a la vez que comía una que otra fruta.

Encendí una fogata y pasé el tiempo con Sato al llegar la noche. La noche estaba estrellada y podía ver la vía láctea. Una enorme figura de miles de estrellas que me decía lo pequeña que soy y sola en el mar de estrellas. Espero que no me aburra mientras este aquí varada en esta isla. Aun boto lágrimas, que fue de mis compañeros de trabajo en el barco. ¿Qué paso? Y mi cachondeo regreso. Me masturbe al aire libre con el cielo estrellado como mi amante. Que viera como llegaba al clímax y a todo volumen sin restricción. Llegue hasta hacer un squirting. Dios es mi primera vez mientras veía mis dedos encharcados. Sato se dio cuenta y empezó a lamerme las manos y luego mi conchita. Otra vez, Dios mío. Cuando me lamio vote otro, sí que este perro sabe lamer, llegue rápido a un buen orgasmo. Y otro, y otro. Oooh, sigue, sigue, Siiii, le decía extasiada con las piernas bien abiertas y los brazos extendidos sobre la arena. Su lengua invadía mi raja jugando con mis labios vaginales y tal vez buscando introducirla hasta adentro. ¿Podrá? Mejor le dejo hasta donde quiera ir para ver mientras disfruto de la experiencia que no cavia preocupación razonable excepto mi deseo lujurioso. Para que ambos disfrutáramos introduje mis dedos y en mi vagina para mojar mis senos. Ven lindo, aquí también hay jugo, le dije sacudiendo mis senos frente a él. Y dio en el clavo. Lamio mis senos habidos de pasión mientras me recostaba para que se sirviera hasta que note su falo desenfundarse frente a mí. Miren eso, dije asombrada por mi primera experiencia visual de lo largo, grueso y carmesí de un pene perruno goteando. Como una tonta mire a los alrededores como si tuviera miedo que alguien me viera en esa situación. Me puse atenta de nuevo por el espectáculo que tenía en frente mío y en la expuesta pose en la que yo estaba. Yo, echada boca arriba y en primera persona ese falo enorme casi en un 69. Arroje un gemido al notar su lamida en mi clítoris. Creo que este Can ya sabe cuál es la llave para lamer más de mis fluidos, pensé. Por esta noche me deje ser su juguete mientras trataba de pensar si me aviento o no a una idea.

Sabia de chicas que usaban sus mascotas como consoladores. Hasta en el barco se escuchaban entre las camareras videos, historias y chismes sobre nuestros pasajeros en los ratos de ocio. ¿Lo hago o no lo hago?, me pregunte y más cosas pasaban por mi mente. Nunca lo hice con un animal. Solo las oía hablar. Aquí no hay nadie. No me dejara embarazada después de todo. Eres una gallina. No tengo historial de monja tampoco. Hasta que ese desfile de pensamientos termino al sentir el líquido pre seminal caliente sobre mi ombligo. Así que lancé una moneda al aire y me puse en posición de perrito y esperé. Me pregunte si todas las mujeres en ese campo eran tan fáciles como yo. Pero tenía esa necesidad urgente desde que regrese. Antes podía poner un freno a mis demandas sexuales. Pero…ahora… Siguió lamiendo mi raja continuamente que me llevaba al limbo e involuntaria mente abrí mas mis piernas por el placer que me abordaba. Luego sentí sobre mi grupa su peso y empezó a hincarme con ese falo hasta que logro atinarle y allí empezó a taladrarme con una violencia que me dolió inicialmente hasta que luego fue cambiando a un chorreo de placer orgásmico. Ese pene es grueso y largo, pensé, mi vagina tendrá que adecuarse a ese tamaño. Mientras, aguantaba su ímpetu como todas las hembras. Hasta que de sorpresa sentí que algo crecía dentro de mi vagina que me dolió por la presión dentro de mi como si me ensancharan mi vagina. Dios, dije, me había olvidado del abotonamiento. Aguanta linda me dije. Sato seguía en meterlo más adentro de mí que se mesclaron el dolor con el placer orgásmico que me llenaba los nervios en un solo momento. Y sin acabar empecé a sentir ser llenada como por una manguera por su semen caliente. Esa sensación de ser llenada, no sé. Porque me sentí como ser premiada. ¡Quiero más!, le dije a Sato ya hecha una perra en celo. Los orgasmos formaban fila que me atontaban y pedía más. Sigue mi macho, le dije al can que seguía empujando hasta que se calmó. No te pares, le increpe, pero aun sentía que seguía llenándome. Con esas descargas es seguro que me preño, me decía a mí misma si fuera humano. Se sentía tan calientito dentro de mí. Después de casi media hora su pene abandono mi vientre lleno de lefa que se derramaba entre mis dos piernas. Comenzó a lamerme la raja que hasta llegue a correrme de nuevo con squirting saliendo de mi vagina varias veces. Nunca tuve un sexo como este. Y no era multiorgásmica ni botaba squirting cada vez que llegaba a correrme. Mi sexo se hizo muy sensible. Estoy muy sensible ahora que lo pienso. Creo que estoy muy sensible tanto en el sexo como de mi vista, oído y gusto.

Caí boca arriba y mi semental seguía lamiendo mi sexo. Si, había mucha leche y fluidos saliendo. Buen festín, le dije mientras cerraba mis ojos y solo me puse en Modo sentir. Y aún seguía llegando al orgasmo que prácticamente no sabía ya como arquear mi espalda de tanto placer. Cada toque que recibía en mi raja y demás partes exógenas me corría de placer. Estaba eléctrica. Así que creo que me desmaye.

En los días siguientes me puse en plan de construir… algo que pareciera un refugio y tratar de pescar. En ambos tuve algo de suerte. Aun pienso que es hermoso caminar y nadar desnuda. La idea es desestresante. Toda una isla desnudista para mí. Hermoso. Quisiera nunca regresar, en parte.

Ambos comeremos bien, le dije a Sato llevando sobre mi espalda diez pescados y más frutos del árbol que antes encontré. Sato corría alrededor de mi alegre, supongo, mientras regresábamos al campamento. Si tuviera una olla podría hacer otra cosa que no fuera solo pescado asado. Un hervido de pescado por ejemplo para combatir el frio. Uno se acostumbra a lo más básico cuando ya no tienes lo que antes consumías, creo yo. Los exquisitos son los que más sufren al cambio brusco, como lo hice yo.

Pasaron como 5 meses, creo, y nadie veía mi señal de auxilio. No sé cómo seguí con vida. Mentira, si sabía cómo, lo que sufrí y demás cosas que hice para pasarla. Como decía la nutricionista del barco: carbohidratos, proteína animal y vegetal. Con eso comiendo estarás bien. Bueno, he tomado cuerpo y camino con mi espalda baja arqueada sacando culo. Hasta los senos, mi trasero me crecieron y…la panza. Estoy preñada. ¿Cómo lo sé? Porque siento que algo se mueve dentro de mí. ¿Quién dijo que no podría estar embarazada de un can?. ¡Que es imposible, imposible!.

Sí, me extralimite, me pase de perra en celo. Pero fue porque me deje llevar de que éramos incompatibles y lo arrecha en esta soledad. En el inicio creí que comí algo malo. Solo esperaba que no me enfermara y me uniera con el resto del barco. Pero las molestias pasaron hasta deje de tener relaciones con Sato por un tiempo. Pero creo que él sabía cuál era mi condición porque siempre era muy acomedido de lamerme mi vagina. Creí que quería copular y se lo concedía en las noches. También dando de mi parte. Así que se me hizo crónico los malestares hasta que me di cuenta.

¡El asombro y la autonegación que me invadió!, creo que el tiempo de embarazo de una perra es de 65 días, pero mi caso se pasó. Casi 5 meses. ¿Sera porque la madre es humana?, ¿Cómo será mi hijo?, ¿o hija?, ¿Y qué pensará la gente?, ¿Sería un hibrido?. Esa clase de preguntas me abordaba.

Además, ¿Gente?, ¿Dónde?, aquí no hay nadie, me respondí. Así que, botando un suspiro, que siga el proceso. ¿Acaso podría hacer algo?, ¿Qué opinas lector?. Y no hay nadie con quien conversar y me descargo con Sato mis alegrías, preocupaciones y frustraciones sexuales. Últimamente estoy muy cachonda. Adoro cada vez que estamos abotonados y siento su calidez descargándose dentro de mí. Él sabe que poses y cómo comportarse cuando estamos abotonados por instinto o costumbre por las muchas ocasiones que nos disfrutamos. No hay como un buen amante que te conoce como hacerme llegar al cielo sin dañarte. La de misionero es la mejor para mí. Sentir su pelaje frotar mis pezones y clítoris cuando me penetra me vuelve multiorgásmica. Muchas veces nos quedamos trasero con trasero otras él encima mío de 4 patas o en forma de misionero. La lluvia de orgasmos me embriaga gemir fuerte a la luna como una loba en celo. Hasta opte en nutrirme con su lefa cuando lo mamo. Antes, no lo hubiera pensado, pero en mi condición, ya saben, necesito proteínas. Algunas veces nado cuando aparecen los malestares en el estanque. Sí que funciona para aliviarme de ellos. Ahora nado tanto en el mar como en el estanque que parezco ser una criatura acuática. En una de esas excursiones acuáticas encontré buceando una langosta de 2 palmas de mi mano de largo. Aun con mi panza acuestas. Lo repito, que rico es nadar desnuda, aun con mi pancita encima. Gracias a Dios por haber comida en esta isla. Pero las pestes son los mosquitos. Hasta que encontré cierta savia de una planta que frotaba por mi cuerpo que los repele la mayor parte del tiempo. No sé cómo no caí enferma hasta ahora. Hasta hoy, solo encontré para sobrevivir aquella fruta que le di de nombre Pinga, por lo largo que es, agua, pescado, langosta, mejillones pegadas en la roca, cocos, plátanos, algas, un tubérculo que no sé qué es pero las aso en la fogata…Dios mándame una olla, ¡please!.

¿Cuándo tendré a mi bebe?. No lo sé. Pensaba en ese momento y decidí acondicionar mi refugio. Menos mal que guarde todo lo sobrante del naufragio que no podía usar. Más adelante si tendré uso para esas cosas. Tengo que fortalecer mi refugio y poner más hojas para aguantar aguaceros…

¡Sorpresa!. Se rompió mi fuente. Reventó justo cuando andaba sembrando tallos del tubérculo en mi huerto. Sato ladro como loco al ver mi expresión de asombro. Mi vagina salía liquido caliente que resbalaba por mis piernas. Sato se puso a oler o beber no sé. Yo sabía que tenía que ir a un médico y lo único que tenía era mi refugio secundario cerca del estanque. ¡Uy Dios! Dije angustiada caminando despacio hacia allí. Cada paso que daba salía un poco más de líquido. Cuando me acosté sobre el lecho de hojas de palma seca traté de calmarme y acariciar mi vientre. Sato se puso a lamer mis pezones y me fue difícil alejarlo. Dos horas más mis contracciones empezaron fastidiarme. Aun podía caminar, refrescarme en el estanque y limpiarme antes del parto. Más adelante ya no podía y solo era capaz de acomodarme en mi lecho en diferentes posturas para aliviarme. Me arrodille y empezaba a pujar esta vez. Cada vez que me venía una contracción yo pujaba y gritaba. Desnuda, sudorosa y de cuclillas frente a la pared puje nuevamente en el momento de una nueva contracción. Imagine disminuir el dolor frotándome el clítoris, pero toque algo más grande. Dios, había coronado. Toque la cabeza de mi hijo en la entrada de mi vagina. Tome aire y puje de nuevo. Me tendí de lado con las piernas abiertas y logré sacar su cabeza. Sato ladraba asustado al ver a nuestro hijo aun tratando de salir de mi vagina mojada de mi líquido amniótico. Quise ver, pero solo podía palpar. Traté de pararme y solo pude pujar echada de lado. Hasta que oí su grito al ser expulsada sobre mi pierna. Lo cogí y la saque por completo de mi vagina saliendo más líquido. ¡Salió! Gracias a Dios, salió. Estaba resbaloso y lo abrase pegándolo a mi pecho. No lo había visto bien y pedía que estuviera bien. Mi primer hijo dije adolorida y llorando. Limpie mis lágrimas para verlo mejor y lo aprecie. Es una personita bonita mi amor le dije a Sato. Sato lo olio y lamio un poco. Esta era una nueva experiencia para él y se puso a olisquearnos como lamernos. Grito por primera vez mi niña. Su grito lleno el refugio y mi fruto todavía estaba unida a mí por el cordón umbilical. Le limpie su cara y cuerpo con una toalla de una maleta. Ay querida! Exclame cansada. Pero las contracciones me seguían. Una idea me asusto. Entre los ladridos y el llanto de mi hija puje. Esta vez fue un poco más molesto. Pero termine con una parejita. Mirando a Sato dije, Mi amor tenemos una camada de dos, riendo con malestar. Una hembra y un macho. Ate los extremos y corte ambos cordones con el cuchillo. Pronto ambos se pusieron lactar mis senos. Media hora después con esfuerzo tuve que dejarlos y atenderme. A pesar de sus llantos, Salí gateando del refugio, arrastrando los extremos cortados de los cordones umbilicales. Me apoye a un árbol y de cuclillas poco a poco, uno por uno las placentas cayeron. Me quede en esa posición por un rato más tratando de contraer mi vientre y pujar suavemente mientras de mi vagina salía sangre y líquido que encharcaba mis piernas. Oía aun a mis hijos llorar. Después de unos minutos de limpieza en el estanque me recosté junto a mis gemelos y los acomodé para que pudieran lactar a placer. Me dormí. Sato los olía y lamia sus espaldas todavía curioso por esas personitas que devoraban los pezones de su hembra.

Ya a oscuras, desperté con mis dos retoños a mi lado durmiendo. Sato se encontraba echado haciendo guardia mientras yo descansaba junto a nuestros hijos. Menos mal con la ropa sobrante se las puse para protegerlos del ambiente. No quería pararme ni hacer nada. Ya de noche solo podía dormir y proteger a mis retoños con mi calor corporal y una manta tipo polar que rescate. Pensaba preocupada por futuro de mis hijos mientras brotaban lágrimas de mis ojos sin llanto. Pensaba si regresáramos a la sociedad, ¿cómo nos tratarían?. Luego en mi mente aparecieron las imágenes de mis padres y parientes, ¿Qué pensarían o dirían de mí?. Si no nos culparan, de todas maneras, la sociedad es prejuiciosa, contra ti y contra los que te apoyan. No quiero avergonzar a mis padres. Quédate, es la sensación que me apareció en la mente. Como resultado en una calculadora, QUEDATE es la solución. Vería por mi familia en esta isla. Aquí nadie nos señalaría. Aquí seremos libres. Para bien o para mal.

Pasados cinco días ya me encontraba en forma como si no hubiera pasado nada. Bueno, de 100 a 99% diría, pero casi no me molesta nada. Solo gane un poco más tetas, culo, piernas y algo de panza que estoy seguro desaparecerá poco a poco. No tengo problemas al nadar en el estanque. Gracias a Dios no tuve fiebre o alguna complicación. Así que fui a la playa donde puse la señal de auxilio, pero me preocupé por nada. Las olas del mar ya se habían encargado de ella. Había desaparecido. Regrese de inmediato con mis amores.

PD: Por favor comentar, me ayudaria a seguir escribiendo mis inspiraciones. Gracias.

38 Lecturas/26 agosto, 2025/0 Comentarios/por berlith
Etiquetas: hija, hijo, madre, mayor, playa, recuerdos, sexo, viaje
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
El verano de nuestras vidas
MI ODIADO PROFESOR 2
¡¡¡ Qué tiempos aquellos !!!
Annabel.
Desahogo de Laura
mi primera vez a mis 14 años en un sotano
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.173)
  • Dominación Hombres (3.583)
  • Dominación Mujeres (2.706)
  • Fantasías / Parodias (2.850)
  • Fetichismo (2.422)
  • Gays (21.080)
  • Heterosexual (7.542)
  • Incestos en Familia (17.031)
  • Infidelidad (4.204)
  • Intercambios / Trios (2.901)
  • Lesbiana (1.098)
  • Masturbacion Femenina (812)
  • Masturbacion Masculina (1.670)
  • Orgias (1.833)
  • Sado Bondage Hombre (419)
  • Sado Bondage Mujer (162)
  • Sexo con Madur@s (3.858)
  • Sexo Virtual (234)
  • Travestis / Transexuales (2.299)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.275)
  • Zoofilia Hombre (2.088)
  • Zoofilia Mujer (1.620)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba