Padrastro-Perro-Amante
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenía yo 15 años y vivíamos solas con mi madre, pues mi padre había fallecido cuando yo tenía 10 añitos. Él trabajaba como operario en una faena minera y el seguro contra accidentes que cubrió lo de su muerte le adjudicó una pensión a mamá que nos sirvió para vivir ambas bien sin que ella tuviera necesidad de trabajar. Pero luego de 1 año dijo que trabajaría pero esporádicamente para no estar sola en casa y de común acuerdo decidimos que yo entraría en un internado para no quedar sola mientras ella estuviera trabajando, así que a los 11 añitos durante la semana estaba en el internado y los fines de semana con mamá.
Pasó así el tiempo y cuando ya tenía 15, un viernes en que volví temprano del internado entré con mis llaves a casa, pues aparentemente mamá no estaba y pasé a la cocina para comer algo. Pero antes que encendiera alguna luz e hiciera algún ruido percibí algo así como entre sollozos, murmullos y gemidos que venían del cuarto de baño grande que está al final del pasillo que también usamos de lavadero. Y yo como buena mujer muy curiosa que soy, me acerqué sigilosamente y miré por la rendija de la puerta que estaba mal cerrada……., y baya sorpresa que me llevé….!!!!, era mamá que estaba desnuda de la cintura para abajo sentada a piernas abiertas sobre la tapa del inodoro mientras nuestro perro le lamía gustoso la vagina provocándole incesables gemidos de placer…..
Quedé atónita por tal espectáculo que estaba presenciando, una mezcla de asco y morbo me invadían. Asco porque era mi madre quien lo estaba haciendo y morbo porque no era capaz de dejar de seguir espiando, ella se contorsionaba del placer y luego nuestro perro se le montó en un muslo haciendo movimiento de coito, con lo que mamá se bajó al piso en cuatro patas ofreciéndole su trasero cual perrita en celo, a lo que al parecer el perro estaba acostumbrado pues sin desesperación se posicionó tras de ella y dando un último par de lamidas, se paró en dos patas dejando caer su pecho sobre la baja espalda de mamá y aferrándola por la cintura con sus patas delanteras volvió a realizar movimiento de coito buscando juntar sus sexos.
Estaba asombradísima por la inteligencia de nuestro perro o por lo adiestrado que estaba para aquello. No podía ver si le acertaba o no, pues entre el muslo y caderas del can me tapaban la visual de la entrepierna de mamá, pero repentinamente comenzó un frenético bombeo que me dio a entender que la había penetrado, momento preciso en que mamá bajó con sus hombros y rostro hasta el piso y con sus manos ahora libres comenzó a tantear las patas de él, que se trepó hasta lo más alto del trasero de ella y fue ahí cuando pude ver sus testículos golpeando fuera de la vagina de mamá y su funda totalmente arremangada con un delgado pedazo de carne entrando en esa vulva. Pero por estar concentrada en la unión de sus sexos me perdí el momento en que mamá le agarró sus patas. Pues el perro se había tratado de bajar hacia la izquierda y mamá le había tomado sus patas derechas, la trasera con su mano derecha a un costado de su muslo y la delantera con su mano izquierda al costado de su axila, manteniéndolo ahí sin que se pudiera bajar ni girarse más.
Nuestro perro ya había parado de moverse, pero al parecer aún estaba eyaculando pues su ano se contraía rítmicamente y coincidiendo con los gemidos de ella. Un movimiento de él como queriendo acomodarse me permitió ver que luego de esa delgada manguera de carne había algo más grueso dentro de la vagina de mamá, y luego de un rato ella lo soltó con lo que el perro pasó su pata trasera derecha por sobre su anca y en ese movimiento vi como salió ese deformado pene que quedó colgando entre las piernas del animal, era como una especie de pera alargada cuya parte más gruesa no dejaba bajar la piel que debía cubrir ese aparato sexual.
Ya me disponía a huir para buscar algo de comer y meterme en mi habitación simulando como que estaba viendo televisión de hace un rato para que mamá creyera que no me percaté que ella estaba en casa ni menos que sabía lo que estaba haciendo con nuestro perro. Momento preciso en que iba girando hacia el pasillo y mamá dice “Ven para acá”, con lo que se me fue la sangre a los pies pensando que me había descubierto……, y cuando vuelvo a encajar la vista por la rendija observo que a quién había llamado era al perro y le estaba mamando ese tremendo pedazo de miembro tendida en el piso, lo cual me dio cierto asco y me fui a mi cuarto. Luego de un momento entró mamá….”¿Y tú…????” me preguntó…… “Salí temprano del internado……, pensé que no estabas…., como estaba todo apagado….” le respondí……..”No, estaba atrás separando unas ropas para poner a lavar” me contestó, y quedó todo ahí., ni siquiera me preguntó si había visto algo u otra cosa por el estilo.
Bueno, la cosa es que estando sola en mi cuarto no me podía borrar de la cabeza la imagen de mamá siendo la perra de nuestra mascota, el que criamos desde cachorro y yo consideraba como parte de la familia. Mamá no es fea ni tiene mal físico, fácilmente podría haber conseguido un novio o amigo que le hiciera favores sexuales……….., y haciendo memoria recordé que en una ocasión la oí conversando en casa con su hermana (mi tía) que le había tocado el tema, le dijo que nunca entraría un hombre a casa porque había escuchado unos casos en que el individuo terminaba abusando de la hija de la mujer o por una razón u otra teniendo sexo con ella…….., lo que me hizo entender el por qué a lo mejor lo hacía con nuestro perro o a veces cuando salía los fines de semanas con amigas llegaba tan tarde o al otro día por la madrugada…..
A la semana siguiente también salí temprano del internado, pues el mismo profesor que había faltado el viernes anterior aún estaba con licencia médica. Así que para no sorprender a mamá, apenas me bajé del autobús la llamé a su celular diciéndole que ya iba llegando a casa, pero me respondió con voz quejosa lo que me hizo pensar que estaba teniendo algo con nuestro perro, y le pregunté que qué le pasaba respondiéndome que justo la pillé en el escusado y que estaba algo estítica, cuento que no me tragué y me fui caminando lento para darle tiempo para que terminara con lo suyo. Y lo que confirmó mis sospechas fue que sin que mamá se diera cuenta me asomé al patio trasero y vi que a nuestro perro aún le colgaba su pene desenfundado con esa grotesca bola que no dejaba bajar su pellejo.
Al día siguiente (sábado) ella salió temprano de juerga, indicándome que se juntaría con unas amigas y que volvería pasada la media noche, eran recién las 17:00hrs entonces tenía a lo menos 7 horas en que estaría sola en casa…….., estaba muy nerviosa no dejaba de pensar en nuestro perro y en las veces que yo creí que jugando agarraba mi pierna o mi cintura haciendo movimiento de coito……., estaba muy contrariada pero también un poco intrigada por la forma y tamaño de su pene, el que vi algo grande o ancho como para que haya entrado en la vagina de mamá. Se le expandió demasiado la entrada de su vulva cuando salió ese tremendo pedazo de roja carne.
Abrí la puerta trasera, lo invité a entrar e inmediatamente se metió al cuarto de baño trasero en donde sorprendí a mamá haciéndolo con él. Lo seguí sin ninguna intención en particular, solo pretendía estar cerca de él y descargar mis sentimientos. Primero me puse muy melancólica y le preguntaba si se acordaba de papá, pues él tenía poco más de un año cuando falleció, si se acordaba que lo adopté como un miembro de la familia y que el tiempo pasaba tan rápido que no me había dado cuenta en qué momento paso de ser mi hermano a ser mi padrastro. Mi mente estaba embriagada y no sabía lo que hablaba ni lo que pretendía hacer….., mis sentimientos eran encontrados, lo quería mucho pero mi curiosidad por ver de cerca su pene erecto era demasiada, además que él me miraba con ansiedad como si esperara que yo le diera algo, hasta incluso se atrevió a husmear con su nariz por mi entrepierna, como percibiendo el pequeño grado de humectación de mi vagina pues en ese mismo momento yo también me percaté de la lubricación que afloraba desde el interior de mi vulva, me sentía muy extraña estando ahí a solas con mi perro en ese cuarto.
Mientras él se seguía mostrando extremadamente ansioso, yo tímidamente le pregunté si me dejaría masturbarlo para observar las dimensiones de su pene erecto, a lo que mi perro respondió moviéndome la cola. Y me senté sobre la tapa del WC llamándolo a que se acercara a mí, lo que obviamente hizo y cuando estuvo ahí comencé sobándole el lomo para luego con la otra mano tantear bajo su vientre hasta dar con su aparato, estaba bien calientito y la piel que lo cubre se sentía blandita con algo duro en su interior, algo así como un hueso. No hice más que rodearlo bien con mi mano e inmediatamente empujó con sus caderas para adelante saliendo una punta bastante más delgada de lo que vi antes, pero esa bola que era la que me interesaba ya se estaba batiendo dentro de mi mano bajo su piel y se sentía del porte de una nuez, y queriéndola ver jalé para atrás con un poco de más fuerza haciéndola salir y viendo como rápidamente se iba hinchando a medida que comenzaba a lanzar chorritos de un cristalino líquido que entendí sería su semen. En mi afán de querer verla directamente a esa herramienta en funcionamiento, se la mantuve girada para el costado de él en que estaba yo, hasta que la vi a su máxima capacidad casi del porte de una pelota de tenis, y solo me di cuenta que me estaba chorreando los pantalones deportivos de algodón que andaba trayendo cuando levantó su pata trasera derecha tratándola de pasar por sobre mi antebrazo de la mano con que le tenía agarrado su miembro. Bueno le ayudé a pasar su pata y su pene quedó totalmente volteado para atrás aún atrapado en mi mano que no lo pretendía soltar.
Estaba muy emocionada con lo que estaba haciendo, mi corazón latía muy rápido. No dudé en agacharme un poco y acercarme a oler ese tremendo aparato, el cual pensé tendría olor a almizcle como se siente cuando vas entrando al zoológico, pero casi no tenía aroma e incluso podría decir que mi vagina se pone más hedionda cuando dejo de lavarla por un día, lo cual bajó considerablemente pi percepción de asco de aquello. Y luego me atreví a tantear esa protuberancia con los dedos de la mano que tenía libre, notando que era bastante dura y enseguida comparé con el resto de su pene que era considerablemente más blando.
Se lo mantuve sujetado y agitándoselo suavemente hasta que paró de eyacular, lo que debe haber sido unos 7 u 8 minutos y luego lo liberé soltando mi respiración, que no sé cuánto tiempo la tuve sostenida……… Me bajó el sentimiento de culpa y queriendo borrar evidencias me saqué los pantalones para echarlos a lavar y con un paño húmedo me puse a limpiar los restos de semen en el piso, lo que mi perro aprovechó en el acto y se puso a lamerme mi vagina por sobre la tela de mi calzoncito así agachada como estaba, lo que me hizo dar un salto y de los puros nervios echarlo para afuera…”Cómo se te ocurre, eso sería traicionar a mamá”…., le dije….., “Si yo solo quería ver tu pene, porque no me convencía que fuera así”…., y le daba explicaciones mientras lo conducía a la puerta del patio…… Y luego cuando seguía limpiando, entre mí pensaba “Traición digo, si es algo que ella hace a escondidas ¿cuál sería la traición?….., él no habla y nunca sabría como explicárselo….., a no ser que mamá me pillara como yo la descubrí a ella”…. Y luego me respondía a mi misma…. “Ya déjate de pensar estupideces y vete a hacer tu tarea”. Lo cual intenté luego de limpiar el baño, pero al poco rato estando aún en calzones fui a abrir la puerta trasera a verlo, su pene ya se había entrado en su funda y vino raudo a saludarme moviendo la cola e introduciendo su hocico en mi entrepierna y encajando su nariz en mi almejita, lengüeteó mis labios exteriores por sobre la tela de mi prenda íntima proporcionándome unas agradables cosquillas que en el acto erectaron mis pezones…….
Miré las ventanas de las casas de segundo piso que hay cerca y temiendo que alguien pudiese estar observando me entré con mi perro. Obviamente él nuevamente se entró al cuarto de lavado y se seguía mostrando muy ansioso…..”Bueno, dejaré que me lamas la vagina, pero solo eso nada más” le dije al momento que me sacaba mis tanguitas. Y no alcancé a ir a sentarme a la tapa del WC cuando ya lo tenía lamiéndome como un enajenado haciéndome gemir del placer…..¡¡¡Aaahh, aahh, aahh…..!!!!!….., se sentía exquisito e instintivamente iba abriendo mis piernas y separando mis labios vaginales con mis dedos, lo que le permitió hurgar con su lengua hasta en el interior de mi vulva, simulando algo así como una penetración que estaba fenomenal. Jamás había experimentado algo así, mis masturbaciones no llegaban ni a la mitad del goce que me estaban dando las caricias de su húmedo y tibio apéndice que saboreaba y absorbía los fluidos que emanaban de mi sexo.
Fue tanto el placer que el inmenso orgasmo que me llegó, hizo temblar de tal manera que mis piernas que caí de rodillas al piso. Lo que nuestro perro aprovecho o entendió como una invitación a montarme para hacerme su perrita, y aunque mis intenciones no eran ir tan lejos, su insistencia de tomarme por cualquier lado enganchándome con sus patas delanteras y echando sus caderas para adelante haciendo salir esa delgada y roja punta, sumado a mi orgasmo que aún estaba en curso me hicieron ceder ante la lujuria y pasar de mi posición arrodillada en el piso a ponerme en cuatro patas con mi culito levantado y mi sexo totalmente expuesto, lo que él con su experiencia supo aprovechar y a los pocos segundos ya me estaba penetrando muy profundamente haciendo pasar esa nuez rápidamente entrando y saliendo unas 12 ó 15 veces para luego quedarse empujando en el fondo como queriéndome atravesar e incluso sentir la punta de su miembro entrando en mi útero y al mismo tiempo percibir que la nuez ya era una pelota de tenis que repletaba toda mi cavidad vaginal, y al unisonó con su caliente eyaculación me elevaban a la cúspide de mi orgasmo casi haciéndome perder el conocimiento de tanto placer.
Estaba tan ensimismada en el placer de mi sexo que se me olvidó que en algún momento se iba a voltear y me di cuenta cuando ya era demasiado tarde, solo sentí que se bajó para mi izquierda y cuando abrí mis ojos girando mi cabeza para mirar hacia atrás él ya tenía su pata trasera derecha sobre mi anca y antes que pudiera hacer algo ya estábamos trasero con cola. Ese abrupto girar de su aparato en mi interior se sintió agradablemente raro algo muy difícil de describir, pero no bastó que se terminara de girar y yo pensé que ahí terminaría todo pues cuando vi a mamá que lo soltó su pene salió enterito de una vez. Pero de mi vaginita no salió, es más cuando jaló sentía que me destripaba por mi vulva, fue una sensación muy extraña así que apenas pude estirando mis manos lo más que pude para atrás lo tomé por ambos muslos manteniendo pegada su cola a mi trasero y ahí pude disfrutar de su eyaculación que aún no terminaba por algunos minutos más. Mientras tanto pensaba que de la vagina de mamá salía con facilidad porque ella es una mujer parida y su vulva tenía más elasticidad, no me lo explicaba de otro modo, pero eso no me importó ya que pude seguir disfrutando de su pene en mi interior cerca de unos 10 minutos más después que hubo terminado su eyaculación….., fue algo fenomenal.
Como aún me quedaba bastante tiempo, después de un rato en que ya estuvo repuesto mi padrastro-perro-amante lo volvimos a repetir, pero esta vez se me ocurrió la genial idea de hacerlo totalmente desnuda aprovechando de untar algo de mis fluidos vaginales en mis pezones haciendo que me los lamiera, lo que se sintió genial como acto previo al sexo. Pero en el cato mismo me di cuenta que fue un error pues en su agarre me hizo sentir la aspereza de sus uñas dejándome rasguñados los costados de mi vientre, lo que luego tuve que ocultar para evitar sospechas por parte de mamá. El sexo con nuestro perro es algo muy rico que no puedo evitar hacerlo cuando estoy a solas con él, hasta cuando mamá ha salido a comprar he aprovechado de hacerlo, entre lamidas, el sexo mismo y el tiempo para que se le vuelva a guardar su pene, con media hora ó 40 minutos nos alcanza, incluso para hacerlo en menos tiempo se puede obviar el sexo oral yendo directo al grano, pues él no necesita saborear mi almeja para excitarse, solo tiene que saber que estoy mojadita lo cual huele en el aire…….
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