pagando una costosa apuesta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Antes que nada debo aclarar que desde hace ya muchos años soy aficionado a la zoofilia, y aunque nunca la he practicado sí me encanta verla (solo de mujeres ya que soy heterosexual) y leer relatos, fantasías y experiencias; a este respecto debo decir que, honestamente, los relatos y cuentos que la gente tiene a bien compartir, la gran mayoría me parecen falsos, no juzgo ni critico a nadie pero es lo que es y debo ser sincero en mi parecer, y lo digo porque he podido comprobar que practicar la zoofilia es mas difícil de lo que parece, se que suena retorcido pero para poder hacerlo se necesita de práctica, habilidad y paciencia por parte de las mujeres (y hombres) que la practiquen, por ejemplo: si el perro es inexperto y no está entrenado para tal fin, es difícil que se deje tocar los genitales al menos en un primer momento y sobre todo con personas que desconoce y aunque no se requiere de mucho esfuerzo para poner cachondo a un perro macho, por lo general son torpes, inseguros, chambones y con muy mala puntería en su acto de montar a las hembras (o a las humanas cuando menos), es por eso que en casi todos los vídeos de zoofilia los perros requieren de ayuda humana para consumar o mantener el acto y eso, dicho sea de paso le quita mucho atractivo a la escena zoofilica en si…
Pues bien, en mi caso (que es 100% real aunque cada quien es libre de creer lo que quiera) no hubo acto sexual como tal, pero sí es algo que me acompañará por el resto de mis días, porque todo se dio de manera casual y sin planearlo (es por eso que desafortunadamente no cuento con evidencias físicas y créanme que lo lamento en el alma) y se también que, para mi dolor es algo que difícilmente se volverá a repetir…
El discurso del principio de mi relato, es precisamente por eso, exponer los hechos lo mas veraz posible y la verdad corrí con mucha suerte ese día, puedo adelantarles que el maldito perro tarado casi lo arruina todo por su novatez y estupidez… ya entrados en materia, fue hace 1 par de semanas en un día domingo para ser exacto, vivo solo en un fraccionamiento de interés social, donde las casas son iguales y modestas (ya saben, con 1 medio jardín al frente) y aunque no es un lugar lujoso ni exclusivo, si es muy tranquilo y seguro y nadie se mete conmigo, en la calle donde vivo hay varias casas que continúan vacías y pues la verdad sí es un lugar muy solo incluso de día, pero no me quejo, al contrario, yo lo veo como una ventaja sobre todo por lo que pasaría ese dia… es en esta parte de mi relato cuando aparece Grimaldi (no voy a decir su nombre pero juro que ese es su apellido verdadero) , siempre me llamó la atención el apellido de esta mujer tan poco común en esta parte del país, y mi relación con esta chica fue siempre complicada, nos conocimos hace años trabajando para el IFE (hoy INE) y desde entonces hasta ese día, habíamos mantenido una relación de digamos… “amistad sexual”, no éramos novios y aunque yo no nos definiría como amantes, si manteníamos relaciones sexuales de manera ocasional (relaciones que yo disfrutaba muchísimo), no es una chica espectacular ni especialmente bonita, pero novios o amigos no le faltan, eso ayudó en gran medida a que yo no terminara enamorado de ella aunque sí le tenía un sentimiento muy especial, es morena y de cabello lacio y largo, de cuerpo delgado y aunque no se cae de buena, sus nalgas y piernas son bastante respetables, el único pero de su físico es que sus senos son muy pequeños y tiene una fea cicatriz en la oreja producto de una quemadura cuando era pequeña, quizá dije demasiado acerca de ella, pero no tiene importancia en este foro…
Ese día, ya habíamos quedado en mi casa para ver el partido de fútbol Pumas vs Puebla (ya que ella es pumista de corazón) y si, adivinaron, tener relaciones sexuales (siempre eran sin compromiso), por alguna razón que no recuerdo o no le presté atención, llegó temprano a mi casa, cuando la vi se me antojó especialmente cachonda, llevaba una chamarra deportiva y estaba usando una especie de pants de licra en color negro que nunca le había visto antes, la verdad se veía realmente sabrosa, el pants se le pegaba riquísimo y resaltaba sus curvas, que no eran exuberantes pero si bien definidas, a todo esto debo mencionar que en ocasiones nos llevábamos muy pesado, varias veces las cosas se habían salido de control y terminábamos insultándonos y peleados, pero toleraba sus estupideces y niñerías solo por el sexo y vaya que me llegó a decir cosas muy hirientes, pero el tener una amante de planta lo resolvía todo y como es normal en estos casos, también solíamos hablar de temas tabúes bastante fuertes con mucha libertad y ligereza y en mas de una ocasión, esas conversaciones terminaban yéndose por caminos peligrosos… y ése fue el caso ese día
Por alguna razón que honestamente ya no recuerdo, terminamos hablando de la zoofilia, me sorprendió ver que era un tema que no le causaba tanta repulsión (al menos como yo hubiese pensado), naturalmente ante la conversación y su disposición a hablar del tema empecé a ponerme caliente y casi sin pensarlo, se me ocurrió proponerle una apuesta algo fuerte y descabellada (no era la 1era vez debo decir, ésa era la clase de libertad que nuestra relación permitía): si su equipillo ganaba, yo le regalaría mi auto (un neón modelo 2006 que aunque viejo estaba muy bien cuidado), pero si perdía, ella tendría que chupársela a un perro… juro por lo más sagrado que mi tono de broma era más que evidente, e insisto, la complejidad de nuestra relación daba pauta para ese tipo de tonterías e insensateces, por eso se entenderá mi sorpresa y mi confusión cuando ella dijo: “órale… va…” con una sonrisa burlona, “¿es neta???” le pregunté yo mientras me ponía serio… “si es neta… como va…”, estuve a punto de frenar todo en ese momento, pero me tranquilicé diciéndome que todo seria una broma como casi siempre e insistí: “¿neta se la chuparías a un perro?”, “si tu me das tu coche…si lo haría…” me contestó ella sin perder su sonrisa traviesa, nunca imaginé que hablaba en serio…
A ese momento ya no sabía que pensar y la sola idea de esa posibilidad me ponía súper caliente aunque todo fuese una broma de mal gusto, así que decidí dejar los prejuicios morales y me dejé llevar por el momento, mi juicio se nubló y no medí las consecuencias, es difícil pensar racionalmente cuando tu verga toma dominio total de tu cuerpo y de tus hormonas; mas no tardó en presentarse el 1er inconveniente: yo no tenía perro, así que, aún tomándolo como un juego pesado le dije que tendríamos que buscar uno, afortunadamente casi todos ahí tenían perros en sus casas (por lo de la delincuencia) y no pocos los dejaban libres (los excrementos en mi jardinera lo probaban) al salir los dos a la calle… uff que suerte del demonio: había 4 perros husmeando por ahí, le señalé uno y dijo que ése no, que mejor aquel, un perro bastante grandecito de color dorado, disculpen no se su raza y no me interesa… el hecho que ella misma escogiera al perro… Dios, eso como me puso caliente!!!, el segundo problema fue atraerlo hacia mi casa, carajo, pinche perro idiota, no quería acercarse, me veía con recelo y lo tenté con comida, aquello tomó mas tiempo de lo debido, ya que corría el peligro de que algún vecino chismoso me viera meter al perro en mi casa y en ese momento ignoraba a quien pertenecía el animal (y a la fecha aun lo ignoro), hacer que se acercara a donde estábamos no fue fácil y cuando lo logré, Grimaldi se acercó a él y lo empezó a acariciar y hablarle cariñosamente, el perro intuyó algo y empezó a mover su colita en clara manifestación de alegría, era evidente que Grimaldi le había agradado por algún “sospechoso” motivo, con mucho trabajo y medio kilo de bistec logré meterlo a mi casa y lo llevé al patio trasero, ahí lo encerré y de inmediato el maldito bastardo se puso a ladrar, el partido de fútbol ya había empezado hace rato, le tiré la poca comida que me quedaba y le di agua para ver si se tranquilizaba, estuve mas al pendiente de callar al perro que del partido, pero me empecé a poner nervioso en serio cuando el Puebla anotó el 1er gol… no lo podía creer, el perro seguía ladrando pero ya no me importó, solo deseaba que el árbitro pitara el final, cuando al fin lo hizo… un fuego recorrió mi vientre: era hora de pagar la apuesta o de sufrir una decepción…
Debo insistir, estaba seguro que todo era un juego para Grimaldi y al final terminaría desistiendo como ya había sucedido en anteriores ocasiones con otro tipo de apuestas, sin embargo, la sola posibilidad de ser testigo de algo tan caliente hizo que perdiera cualquier buen juicio e inhibición, así que le dije: “órale… perdiste la apuesta… a chupar…”, ella rió socarrona y se resistió un poco, yo insistí como parte de un juego pesado… la vi dudar… “¿realmente está pensando en hacerlo??” pensé yo, así que decidí aprovechar su vacilo e insistir con un poco más de firmeza, ella siguió resistiéndose con cada vez menos fuerza argumentando tonterías: “si quieres te la chupo a ti…”, me negué, debo decirlo, ella siempre me la chupaba y aunque me encantaba como me lo hacía la verdad no era algo novedoso, realmente deseaba y necesitaba ver zoofilia en vivo y en directo y no iba a dejar escapar esa oportunidad tan fácil, ya no sonreía: “¿pero cómo se la voy a chupar a un perro callejero y mugroso?” protestaba ella, “no está mugroso, pudiste verlo de cerca y no es callejero, seguro es de algún vecino…” le dije yo, “¿y si me pega algún parasito o enfermedad?” decía ella, “yo te pago el medico, los estudios, las medicinas, los análisis y todo lo que haya que hacer” le contesté…
Después de media hora de insistir en un estira y afloja, mas caliente que con buen criterio le prometí que si lo hacía igual le regalaba mi carro, ante esa absurda promesa de mi parte soltó un resoplido y accedió: “bueno… venga… trae al maldito perro y acabemos con esto de una vez, porque no me vas a dejar de fregar hasta que lo haga… pero quiero las llaves y el tarjetón terminando”, como un suspiro me levanté del sillón y le abrí la puerta del patio al animal dejándolo entrar a la casa, ni tardo ni perezoso el perro se acercó directamente a Grimaldi y ésta comenzó a acariciarlo en su cabeza, el perro le correspondió juguetonamente, lucía inquieto y ansioso, jadeaba fuertemente… “¿y ahora que hago?” me dijo ella, la verdad es que yo tampoco sabía gran cosa, afortunadamente el perro convivía con humanos y no le eran extraños los juegos y caricias, y todos los perros incluyendo los inexpertos se tumban boca arriba por instinto, imagino que para que les rasquen la panza… Grimaldi recuperó su socarrona sonrisa y me dijo firmemente: “bien, si lo hago no quiero que me vayas a grabar…”, yo estaba tan caliente por lo que iba a suceder que en ese momento no me importó (después lo lamenté y mucho) y accedí, me pidió que le entregara mi celular, yo solo tenía prisa por verla chupar y no protesté gran cosa, entendí que no tenía opción si quería que ella cumpliera su apuesta y se lo di (lo siento, no tenía preparada ninguna otra cámara en ningún otro lado) y me hizo una extraña advertencia: “… y no me vayas a tocar…”, le pregunte la razón: “solo no quiero que me toques… nada…”
me contestó ella en un tono que no dejaba lugar a dudas, no le di gran importancia y acepté, al fin le dije que empezara a acariciarle el bulto, el perro hizo ademán de levantarse, no lo iba a permitir y me acerqué al perro y comencé a acariciarle su cabeza en un intento de tranquilizarlo: “acaríciale la panza y baja a su pija poco a poco…”, ella obedeció ya sin sonreír, aquello le había interesado inesperadamente y ahora se veía concentrada, por fortuna el perro ya estaba relajado y no tardó en aparecer su pija rosada, era de buen tamaño y no hubo necesidad que Grimaldi lo sacara de su funda, ésta salió sola por completo y sin esperar mucho Grimaldi solo dijo:”la tiene mejor que la tuya…”, acto seguido se lo metió en la boca y comenzó a felarlo suavemente, yo hice denodados esfuerzos por mantener tranquilo al pendejo perro, al principio se mostró confundido y sorprendido: “no, no, no maldito perro idiota… no lo eches a perder…” solo pensaba yo mientras Grimaldi se la mamaba suavemente al perro, lo hacia con un ritmo acompasado, generalmente cuando Grimaldi me la chupaba a mi lo hacia un poco mas brusco, no me atreví ni a respirar, no podía creer lo que estaba sucediendo… fue hermoso, lo mas caliente de mi vida ver como su boca subía y bajaba por aquel rosado falo, la respiración de Grimaldi era profunda y agitada y de vez en cuando se le escapaba un ligero gemido, de pronto lo soltaba para agarrar aire, respiraba profundamente y se lo volvía a meter a la boca mamándolo de nuevo, no la vi usar su lengua, era obvio que no lo disfrutaba, como vi al perro muy relajado me atreví a soltarle la cabeza y con cuidado me coloquè a espaldas de Grimaldi, su culo se veía esplendoroso moviéndose cachondamente al compás de las chupadas, no pude mas y empecé a frotarle el culo y la entrepierna, mi intención era bajarle el pantalón y las bragas y follarla mientras ella se la chupaba al perro como en las películas porno que tanto me gustaban, pero para mi desconcierto, ella dejó de chupar y volviéndose hacia mi y para no asustar al perro, me dijo suave pero firmemente: “no… no… te dije que sin tocar…” desconcertado intenté protestar: “¿de veras? ¿eso era en serio?” su tono no dejó lugar a dudas y yo bien que lo conocía: “es en serio… no me toques… si lo vuelves a hacer ya no le sigo…”, nuevamente entendí que no tenía opción y no queriendo alterar al perro (en ese momento había levantado la cabeza y nos observaba fijamente expectante) accedí y le prometí que no la tocaría de nuevo, solo deseaba que aquello continuara por siempre, mi único “consuelo” fue masturbarme mientras Grimaldi continuaba mamándosela, no tardé en eyacular en el culo de Grimaldi (creo que en ese momento no se dio cuenta), y continué observándola mamar de cerca, justo en ese momento ella dio un gemido gutural como de atragantamiento y se apartó bruscamente del perro, éste se levantó asustado y se dirigió a la puerta, sinceramente no le presté atención, yo estaba fijamente enfocado en la reacción de Grimaldi quien tosía escandalosamente e hizo un par de arcadas con intención de vomitar, salivaba abundantemente, pensé que el perro se había venido en su boca y ella se había tragado su semen pero no fue asì :“me orinò en la boca y me lo tragué todo…” dijo con la voz entrecortada mientras luchaba por controlar la respiración, el rastro de orina que había dejado el perro por toda la sala confirmò lo que había pasado; sin permitirme que la ayudara se incorporó y se dirigió al baño, ahí la escuché toser y escupir un par de veces mas… me dirigí hacia el maldito perro quien aguardaba junto a la puerta, el desgraciado afortunado jadeaba agitado con la lengua y su pija de fuera, no tengo que decir que el bastardo lucía feliz, así que le abrí la puerta y el perro escapó a toda prisa… Grimaldi demoró bastante en el baño, ignoro si en verdad vomitò, ya caía la tarde cuando al fin salió arreglándose el pelo, lucía muy seria, casi molesta… decidí no jugarle al valiente y guardé las bromas para otra ocasión, sin mediar palabra la muy puta extendió la mano y me ordenó: “las llaves…” yo intenté replicar consciente del grave problema en que me había metido pero ella no me lo permitió: “las llaves dije… ya se la chupé a tu perro ahora me das tu carro… y cuidadito si le dices a alguien…”,
con gran pesar saqué las llaves de mi carro y se las entregué, intenté negociar, no hubo éxito, estaba realmente molesta, no se con quien, tal vez con ella misma porque sea como fuese yo no la forcé, lo último que me dijo fue: “después te veo para arreglar lo de la baja del carro…” se subió, lo encendió y se fue… debo aclarar que ella ya lo había manejado anteriormente en muchas ocasiones por lo que lo conocía a la perfección… fue mucho para procesar en ese momento, me masturbé con esa imagen por meses (aún lo hago) y después al comprender que me había quedado sin auto empecé a ver la magnitud de mi estupidez, a menudo me consuelo diciéndome que ese era el precio por ver algo así en la vida real y honestamente fue demasiado costoso, por otro lado pienso que Grimaldi (hablando de ella en particular) no hubiese accedido a hacerlo nunca si yo no le hubiera prometido darle mi carro, y a partir de ese día, ella empezó a distanciarse de mi, al principio comenzó a darme excusas para no verme o me sacaba vuelta, ya después no me contestaba los mensajes, no me devolvía las llamadas, se negaba, al poco tiempo me bloqueó de su Facebook y de su whatsapp, tampoco es que yo le insistiera mucho, lo único que deseaba de ella es que lo volviera a repetir, no se por qué creía yo que podía acercarme a ella de nuevo y pedirle que lo volviera a hacer, vana ilusión y no me dolió que me apartara por completo de su vida pero no pensé que se lo tomara personal, el único contacto que volví a tener con ella por ese tiempo, fue cuando mandó a su amiga un par de veces a preguntarme por el recibo de baja del coche, hace un par de meses me mandó un mensaje desde un correo falso bastante gráfico y supongo que a manera de burla, lo transcribo letra por letra y dice así: “hola Darío (mi segundo nombre), aquí disfrutando de mi nuevo coche, disculpa por no contestarte antes, no es mala onda es q he estado muy ocupada, lo de ese día ya le agarré gusto y lo volví a hacer 3 veces mas, con el de mi novio, con el de una vecina y con un callejero, y probablemente se la chupe al de mi novio un par de veces mas para que se sienta mejor, pobrecito lo dejan encerrado y solito todo el día, pero no se aun lo estoy pensando, asi que que lastima que t lo perdiste, y eso q ahora si se los hice completito hasta que se vinieron, pero bueno lastima y gracias por tu carrito, besitos bye…” y ese mensaje fue lo ultimo que me envió, se que la humillación extra hacia mi persona era innecesaria pero joder…
hasta eso me puso caliente, me hizo disfrutar tanto ese día, que le perdono la burla y el haberme dejado sin carro, ya después eso no fue gran cosa, ahora tengo una motocicleta y Grimaldi desapareció de mi vida para siempre, afortunadamente no la amaba y no me pesó mucho pero me ha dejado una obsesión difícil de llenar, he buscado por Internet contactar a alguna mujer que practique la zoofilia pero no he tenido suerte, ni siquiera las prostitutas acceden a practicarla, eso me hace pensar lo afortunado que fui, ocasionalmente reviso el Facebook de Grimaldi pero la mayoría de sus publicaciones son privadas, solo hizo publicas algunas fotos donde aparece con su actual novio y una junto al perro propiedad de su novio, un precioso… creo que perro labrador no estoy seguro, se que no fue coincidencia y lo hizo para molestarme, y pues si lo logró, ha hecho mas difícil superar este deseo de volver a ver zoofilia real en vivo y en directo, no dejo de imaginarla chupándosela al labrador de su novio noche tras noche, o a cuanto perro callejero se le cruce en su camino, en cuanto al suertudo perro que metió su asquerosa grupa en la boca de una mujer ese día, solo lo volví a ver en una sola ocasión semanas después del incidente, apareció en frente de mi casa a media calle, observaba atento y expectante, no puedo asegurarlo pero me pareció que recordaba la casa y lo que sucedió ese día, y no se, tal vez esperaba ver aparecer por la puerta de mi casa a aquella humana que le dio el mejor día de su perra vida, después de eso no lo he vuelto a ver hasta la fecha y nunca supe a quien le pertenecía ese animal, de este hecho pude aprender que todas las mujeres tienen su precio, y harán lo que sea si ello les vale la pena o la recompensa es cuantiosa, en fin así termina esta increíble historia que me duele reconocer nunca jamás en mi vida volverá a repetirse y eso, es lo que en verdad lamento
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